Alfa S.A. Cooperativa: Motor social y económico de la vida EibarresaEscuchar artículo - Artikulua entzun

Francisco Javier IZA-GOÑOLA DE MIGUEL
Fotografía: Del libro Alfa S.A. Motor social y económico de la vida eibarresa

I. Desde la antigüedad es conocida la tradición industrial de Eibar (Gipuzkoa)

Al parecer hay pedidos reales (cañones) que se remontan al S. XV aproximadamente. Más tarde, en 1864, Paul Arzak manifiesta que existía “un taller grande de más de 50 obreros y cuatro con entre 10 y 30 obrero”... muchos dedicados a la fabricación de armas.

La primera Guerra Mundial supuso un importante aumento de esta actividad industrial. Durante la misma se exportaron a los contendientes, principalmente a Francia, 1.600.000 armas cortas, aproximadamente. El final del conflicto trajo como consecuencia la bajada de pedidos, junto con la de salarios y más conflictos sociales. Huelgas y cierres patronales se sucedieron. Así, el 28 de septiembre de 1920 seis obreros sindicalistas y socialistas fundaron una cooperativa “para fabricar armas de fuego”. El capital nominal fue de 300.000 pesetas de la época divididas en 6.000 acciones de 50 pesetas.

Alfa. Cooperativistas y allegados
Una de las primeras fotos de cooperativistas y allegados en la primitiva ubicación de la empresa: el taller de la calles Vista Alegre, aun en alquiler.

II. Es clara la vinculación desde los primeros momentos de la nueva cooperativa con el ideal sindical-socialista y con su práctica

Había en Eibar una tradición de años atrás en esta línea, y sobre todo, entre los obreros armeros.

La aparición de la cooperativa está así íntimamente unida a la Casa del Pueblo Eibarrés y, quien pondrá el dinero necesario para su creación será el sindicato del metal vizcaíno (socialista), que en 1936 tendrá aún el 26% de las acciones de la empresa. Alfa S.A. Cooperativa tendrá un alto componente socialista en sus estatutos.

III. Una vez fundada Alfa, se inicia la fabricación de pistolas semiautomáticas (sistema Browing) y, sobre todo, de revólveres (sistema Smith & Wesson)

La práctica totalidad de la producción irá a los mercados de Nueva York, Cuba, México, Brasil, Uruguay y Argentina. Su Justa fama de armas bien hechas les permitirá pronto tener abundante clientela.

Tras negocias con la firma Ojanguren y Vidosa la distribución en exclusiva de los productos de Alfa (sobre todo el revólver “Tanke”), y empezando la empresa a prosperar solucionando graves dificultades, se agudiza la crisis armera, que venía desde el final de la Guerra Mundial, por diversos motivos:

1º Por el proteccionismo que adoptan diversos países; 2º por las nuevas leyes restrictivas para el mercado armero (mayor control de armas); y 3º por la bajada de precios del producto en el mercado saturado por la intensa competencia: se anuncia la crisis de 1929.

IV. Toribio Echeverria, “alma mater” de la cooperativa y otros se lanzan a la búsqueda de un producto alternativo “para así poder soportar las cargas financieras de la fábrica armera”

Otras empresas lo habían empezado a hacer, y así podemos asistir a un tipo interesante de trasvase tecnológico: armas-bicicletas y armas-máquinas de coser. Este último producto será el elegido.

A mediados de los años 20, no había ningún fabricante nacional, y la demanda del mercado estaba entre 70.000 y 80.000 máquinas anuales. Fijan como objetivo, modesto, la producción de 6.000 a 12.000 máquinas anuales, en función de la evolución del mercado armero.

Si en principio es producto alternativo y subordinado a la manufacturación armera, pronto cambia la situación (en 1930 el 71.3% de los beneficios corresponden a la máquina de coser, y el 28.6% al revólver).

En 1929 documentan una capacidad de producción (máxima) de 30.000 máquinas/año, adecuada a la demanda, a pesar de tener que competir con marcas como Singer, de justa fama, sin protección arancelaria.

Con menor calidad, pero al competitivo precio de 260 pesetas, unas 70 o 80 pesetas menos que Singer, la máquina Alfa se vende bien. Iniciada la producción el año 26 con un pedido de máquinas para el Estado, al que seguirán otros, cambiarán los estatutos en sus artículos referentes a la producción exclusiva de armas de fuego, por otras enfocadas a la manufacturación “de máquinas de coser, y cualquier otro producto necesario”.

Evidenciaban amplias miras de futuro.

Los duros años de la crisis armera marcan un claro despegue de Alfa con su nuevo producto; un crecimiento que exigirá una importante red de distribución, ampliaciones de capital, inversiones en publicidad, y que hace aflorar un problema que perseguirá a la cooperativa a lo largo de toda su historia: su dependencia financiera.

Alfa
Finalizada la rentabilidad el revólver, es necesaria la realización de un nuevo producto. En el caso de Alfa será la máquina de coser, fruto tanto de un estudio de mercado como de un interesante trasvase tecnológico.

Para el consejo de administración se hace necesaria la creación de una distribuidora propia, independientemente de la productora, y más cuando la venta a plazos se generaliza. Los conflictos de 1934, con la cooperativa intervenida por las autoridades y algunos de sus dirigentes en la cárcel, y la Guerra Civil truncarán el proyecto de la Distribuidora Alfa.

Los años inmediatamente anteriores son de saldos claramente favorables a la empresa, con amortizaciones importantes de las deudas pendientes, sobre todo con los bancos. El número de socios cooperativistas era ya de más de 200 y se pagan dividendos en dinero por primera vez; antes se hacía en acciones.

Iciniada la Guerra Civil, y ante el avance de los rebeldes, buena parte de la maquinaria es llevada a zona segura, especialmente en Vizcaya y Asturias.

V. Alfa hubiera llegado a su fin si el banco de San Sebastián no hubiera movido los hilos necesarios para su nueva puesta en funcionamiento

Paralizada la fábrica (afiliación política), incautada desde la entrada de los sublevados en Eibar en 1937, sin personal y con daños importantes (bombas), la historia de Alfa hubiera llegado a su fin si el banco de San Sebastián, aún su acreedor, no hubiera comenzado a mover los hilos necesarios para su nueva puesta en funcionamiento.

Convencido de la idoneidad de su producto ya en 1937 inicia las gestiones junto con la alcaldía para su reapertura. Se inicia la búsqueda de la maquinaria dispersa, así como la recopilación y clasificación de piezas y repuestos fabricados.

Paralelamente el abogado J. Múgica da comienzo un complicado proceso para la devolución de Alfa a cooperativistas “depurados”. Los gestores del banco de San Sebastián ven un claro negocioa en la producción de máquinas de coser en un país por reconstruir y con graves carencias.

Por otra parte, piensan que una cooperativa de producción limpia “de elementos indeseables” encaja bien en algunas ideas sociales del nuevo régimen corporativo.

Aparecerán, desde 1938, revólveres, máquinas de coser, utillaje de trabajo y maquinaria de producción en Gijón, candas, Oviedo, Deusto, Markina... que serán reclamadas por Alfa.

El banco de San Sebastián, paralelamente, presenta un estudio de las deudas pendientes de Alfa, que con los intereses desde 1936, afirma se elevan a 1.300.000 pesetas, más 437.000 pesetas que el Estado exige para la devolución de la empresa. Todo ello y otras cantidades necesarias quedará englobado en un nuevo crédito.

Con tres obreros “depurados” y cuatro representantes del banco en el consejo de administración, previéndose una menor representación del banco a medida que se rescaten las acciones, Alfa S.A. cooperativa inicia una nueva andadura el 21 de octubre de 1940, con 134 socios cooperativistas, bajo la tutela del Banco de San Sebastián.

VI. Inmediatamente comienzan a reorganizar la red comercial con las investigaciones y depuraciones pertinentes

Años difíciles, la carestía de la vida se suple, de alguna manera con “pluses” y otros tipos de mejoras que contribuirán a unos salarios reales por encima de lo habitual en la época. Incluso inician exportaciones primero a las colonias (Guinea), y luego a otros países (chile, a cambio de nitrato, en aras al interés nacional). En 1950 el 38% de las ventas son al extranjeros (América del Sur).

La demanda, importante, poner aún más de manifiesto las carencias de una época, agravadas por la Guerra Mundial. Falta mano de obra especializada, pero también peonaje. El transporte plantea dificultades difíciles de superar; lento, caro, sin recambios, obsoleto, con cupos de gasolina etc. La energía eléctrica planteará serios problemas durante bastantes años a pesar de la compra de grupos electrógenos. Muchas veces deberán parar la producción durante días, o trabajar de noche.

El tema de elementos de fundición sólo se solucionará cuando pongan en funcionamiento una propia en 1953. Los inicios de los 50 nos van a permitir empezar a ver un resquicio en las limitaciones que encuentra Alfa en su crecimiento.

Uno de los concesionarios de Alfa
Significativa imagen de uno de los concesionarios de Alfa, en este caso el Alfa Estrems S.L. de Valencia, participada `por la cooperativa, y su flota de vehículos.

Tiene fundición propia, aparece otra filial de Alfa, Lambretta Locomociones tras dura lucha con el INI que fabrica Vaspa, tras la primera filial Muebles Alfa de Zarautz y son ya más de 960 socios cooperativistas.

El crecimiento de la fábrica durante la primera mitad de los años 50 se plasmará en la aparición de una nueva filial, Mafisa, en una producción de 96.000 máquinas/año y en un capital social de 80 millones de pesetas tras 6 ampliaciones desde 1940.

Ello repercutirá en mejores condiciones de vida para los socios tanto en aumentos y complementos salariales, como en ayudas de la Caja del Montepío, economato, servicios médicos, alquiler de viviendas y cobro de dividendos.

Con todo, y a pesar del régimen, en 1951 se dan ya varias “suspensiones de trabajo” (eufemismo de huelgas). 1959, con su Plan de Estabilización afectará a Alfa que ve bajar la demanda “a niveles alarmantes”, con fuertes restricciones a los créditos.

VII. En 1960 trabajan ya más de 1500 personas en la empresa y comienza una etapa francamente dinámica en la historia de Alfa, aunque también pondrá de manifiesto graves problemas y carencias: el desarrollismo

Aunque comienza mal (Plan de Estabilización) pronto aumentan los pedidos, tanto en el exterior (dólar a 60 Ptas.), como en el interior.

Moviéndose bajo un manto de fuerte proteccionismo, empiezan sin embargo a considerar con temor a productores extranjeros, sobre todo japoneses. Además, como habíamos visto desde los años 20, persisten las dificultades financieras derivadas del capital inmovilizado por la venta a plazos. Ejemplo claro de su importancia es que, cuando una comisión de las actuales Cooperativas de Mondragón van a visitar a Toribio Echeverría a su exilio para informarse de sus experiencias, ésta insistirá en que creen financiera propia. A partir de mediados de los 60 la producción de Alfa empieza a sufrir el daño de la competencia; pero no de la del ramo, sino la de aparatos electrodomésticos como lavadoras, televisores, etc.

El país está cambiando y “sacrifica” la compra de una nueva maquinaria de coser (para reparación o confección de prendas en casa), por otros para disfrute y calidad de vida. También el ascenso del automóvil es ya imparable en España, con el utilitario de Sean en franca expansión y otros de Rénault, Sinca, Citroen, etc., en buena parte en detrimento de las motocicletas. Alfa intervendrá como industria auxiliar de la automoción.

VIII. Salarios, complementos y otras ventajas

Hemos mencionado de salarios, complementos, y otras ventajas que tenían los socios de la cooperativa y que servían para engrosar los ingresos siempre cortos en los inflacionistas años de la autarquía y el desarrollismo.

A pesar de ello en estos mismos años se empiezan a detectar problemas sociales de cierta gravedad, manifestados en el malestar de los trabajadores, y malas relaciones con los directivos, a pesar del carácter cooperativo de Alfa.

Son continuas las demandas de reducción de jornada, se aumentos salariales, y durante años, será motivo de fuerte tensión la valoración de puestos de trabajo que se inicia en 1963, y que nunca será solucionado a gusto de los trabajadores.

El sindicato vertical del régimen desprestigiado y marginado (en las elecciones del 67 vota el 19% de la plantilla, 50% de técnicos y administrativos y 8% de los no cualificados), no tiene capacidad de intervención, y menos cuando desde el año 63 algunos trabajan para constituir una Comisión Obrera Provincial.

La conflictividad crece llegándose a las huelgas, ilegales. Y pronto se supera el ámbito laboral, apreciándose una fuerte ideologización política.

En 1969 los problemas en Alfa como en sus ya numerosas filiales afloran claramente entremezclándose cuestiones políticas y sociales que aumentarán tras la muerte del dictador.

Interior de las naves de alfa
Año 1929. Interior de las naves de alfa.

IX. Si la situación tiende a una cierta estabilidad a comienzos de los 70, la inflación galopante tira por tierra los cálculos y los pactos alcanzados en 1974

Ya la subida salarial de 1973 de un 14% deberá ser duplicada.

Hay claros síntomas de saturación del mercado de la máquina de coser, sin que diversas estrategias y promociones consigan estabilizarlo, y una considerable caída de ventas del Scooter Lambretta, a pesar de liquidaciones a auténticos precios de saldo.

La filial Alfa Mexicana no consigue superar sus dificultades. En 1974 cierra el periodo desarrollista con reiterados descensos en los márgenes de beneficios, encarecimiento de precios, stocks en crecimiento, y crisis sociales.

El desarrollismo ha evidenciado claramente:

1. Que los mercados son inestables y frágiles (al menos en España)

2. Que el crecimiento que ha tenido lugar es impensable sin unas medidas proteccionistas muchas veces desproporcionadas.

3. Que la diversificación tanto en la fabricación de productos, como en la derivada de la creación de filiales, encontró dificultades que no pudieron ser superadas, en algunos casos por lo inacertado del producto, o por el empecinamiento en mantener como producto fundamental la máquina de coser.

4. Que en el ámbito de lo social, y aún siendo cooperativa, afloran fuertes contradicciones y tensiones que afectarán gravemente la marcha de la empresa.

5.Que la alta inflación, altísima en los últimos años (doble que en la OCDE), afecta continuamente a la cooperativa.

X. A mediados de los 70 el crecimiento es cero

Bajan las ventas superando incluso las previsiones más pesimistas. Los salarios van siempre “a remolque” de una inflación disparada, y, para colmo, suben las cotizaciones de la seguridad social un 59%.

La propia banca, tan unida a la empresa desde 1940, parece “darle la espalda” ante difícil coyuntura: por primera vez el BHA que había fusionado al B.S.S. les comunica que deben trabajar con otro banco, al menos en un 30%.

En 1977 arroja un pésimo resultado. La cuenta de gastos aumenta un 30% a pesar de los recortes. Desaparecerán las escuelas, colonias de vacaciones, becas a hijos del personal, economatos etc.

En 1979, limitados en la búsqueda de financiación, continuamente necesarias en su historia, la cooperativa sigue dependiendo de la máquina de coser, cuyas series más modernas plantean cada vez más numerosos y graves problemas de calidad, mantenimiento apenas las ventas interiores y con una fuerte caída de la exportación.

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Anuncio.

Se inicia un expediente de regulación de jornada. La rentabilidad de la máquina de coser baja a la par que las ventas.

No se reparten beneficios ni en dividendos ni en montepío. El hundimiento de la empresa era un hecho.

XI. Durante los años 80, fuera ya de este trabajo de investigación serán multiples los intentos de diversificación de la producción, endeudamientos, reducciones de la plantilla etc

El hundimiento de la empresa era un hecho.

Quede claro que esto no quiere decir que fuesen erróneas todas las prácticas empresariales y las directrices de sus dirigentes: muy al contrario, hemos podido, a lo largo de su trayectoria estudiar una historia apasionante de trasvases tecnológicos, riesgos inversores, búsqueda de mercados, reconstrucciones e innovaciones (patentes), pretendiendo siempre que Alfa fuese una empresa “en su tiempo”.

Hoy, en su nueva fábrica de Eibar, es una próspero grupo empresarial.

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