A 190 años de su fusilamiento en el fuerte de Los Remedios, en tierras de Guanajuato, México, Francisco Javier Mina, el caudillo navarro y luego insurgente mexicano es recordado oficialmente como héroe propio en el país a cuya independencia contribuyó hasta dejar la vida en la empresa, con un idealismo netamente vasco.
Francisco Javier Mina nació en Otano, Navarra, en diciembre de 1789. Su infancia y adolescencia transcurrieron como las de cualquier muchacho de su época y decidió estudiar abogacía en Pamplona. En eso se ocupaba cuando Napoleón invadió España en 1808 y Mina decidió luchar contra el invasor desde la guerrilla, pero sus ideas liberales lo llevaron a emigrar de España a Francia y luego a Inglaterra, en donde conoció a Fray Servando Teresa de Mier, cura mexicano partidario de la independencia de México con quien se identificó precisamente por sus ideas, y también conoció a otros personajes que cultivaban los mismos propósitos emancipadores de la Nueva España.
Mina se propuso luchar contra el absolutismo representado por Fernando VII y considerando que podía hacerlo en España o en América, decidió hacerlo desde este continente hacia el cual embarcó en mayo de 1816 para arribar primeramente a un puerto de Estados Unidos, país desde el cual preparó su intervención en el naciente México. Estuvo brevemente en Haití y regresó a la Unión Americana en donde contrató tres buques, el Neptuno, el Cleopatra y el Congreso Mexicano, y reunió una fuerza de 300 hombres. Partió desde Nueva Orleáns y el 15 de abril de 1817 desembarcó en Tamaulipas, concretamente en un lugar llamado Soto la Marina, en la desembocadura del río Santander.
Desde este lugar, Mina se internó en el país con su fuerza punitiva. El primer punto a capturar fue la villa de Horcaditas, en donde tomó 700 caballos que estaban destinados al ejército virreinal, así pudo montar a toda su tropa y contar con suficiente reserva de equinos. El 8 de junio de 1817 se encontró con una fuerza que había acudido a combatirlo al mando del capitán Villaseñor, a la cual derrotó y camino a San Luis Potosí se detuvo en la hacienda de Peotillos, el 14 del mismo mes de junio. Al día siguiente, el 15, derrotó en desigual batalla, que duró sólo tres horas, al general Armiñán, que contaba con dos mil soldados contra los 300 de Mina. Aquí el caudillo insurgente perdió la quinta parte de su ejército. El 24 de junio entró al fuerte del Sombrero, que ya estaba en poder de los insurgentes, el 28 derrotó en otra batalla al general Ordóñez, quien quedó muerto en el campo y el 7 de julio tomó la hacienda del Jaral, que estaba fortificada, y en la que capturó 140 mil pesos y víveres suficientes para alimentar durante varios meses a sus tropas. Volvió al fuerte del Sombrero y continuó su progresión hacia el interior. Atacó la ciudad de León, ya en Guanajuato, cerca de donde el cura Hidalgo dio su grito de rebelión, pero fue rechazado por la guarnición local.
Francisco Javier Mina. |
Entretanto, Mina se encontraba con Pedro Moreno en el fuerte de Los Remedios tras de haber desbaratado, con sólo 100 jinetes, una numerosa fuerza de caballería, cerca de León. Liñán se decidió a poner punto final a la campaña y puso sitio al fuerte con seis mil hombres y suficiente artillería. Mina logró salir para reunirse con otro insurgente de apellido Ortiz en un punto conocido como la Tlachiquera, de donde se dirigió a la hacienda del Bizcocho, que ocupó tras breve combate, para enseguida marchar sobre San Luis de la Paz, en el norte de Querétaro, plaza que tomó tras reñido combate. En este lugar Mina reorganizó sus fuerzas y se dirigió nuevamente al fuerte de Los Remedios, sin saber que una fuerza de más de mil hombres al mando del coronel Orrantia se aprestaba a combatirlo. Cuando Mina advirtió el peligro en que se encontraba pensó en cambiar de planes y atacar la ciudad de Guanajuato, pero Torres se opuso por alguna razón y la indecisión fue aprovechada por Orrantia, quien atacó y derrotó a Mina en la hacienda de La Caja, de donde nuevamente éste escapó a un punto llamado Jaujilla y de allí, el 26 de octubre, al rancho de El Venadito. En este lugar decidió tomar un descanso y se dispuso a reorganizar nuevamente sus extenuadas tropas.
Orrantia, por su parte, intensificó la persecución y el 27 del mismo mes hizo prisionero a Mina y lo condujo, cargado de grilletes, ante Liñán quien ordenó su fusilamiento frente al fuerte de Los Remedios.
Los restos de Javier Mina reposan actualmente en la Columna de la Independencia, en la ciudad de México, junto con los del cura Hidalgo, iniciador del movimiento independentista, y los de Juan Aldama, Ignacio Allende, Mariano Jiménez, Mariano Matamoros, Andrés Quintana Roo, Leona Vicario, Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria, primer presidente de México. Una de las estatuas en mármol colocadas en el exterior del monumento representa al ilustre navarro.
Sus biógrafos coinciden en que Mina, quien al morir tenía 29 años de edad, era de presencia agradable y un típico “general de los soldados”, admirado, obedecido y apreciado por ellos. Acostumbraba firmar sus escritos y documentos sencillamente con el nombre de “Javier” y en Nueva España tomó el título de “General del Ejército Auxiliador de la República Mexicana”.
Sin embargo, cuando se incorporó al movimiento emancipador de México, a pesar de que sus operaciones fueron una cadena de triunfos, no todo fue miel sobre hojuelas para él pues por principio de cuentas no recibió los auxilios que los caudillos insurgentes le habían prometido pues éstos le veían con desconfianza y tuvo que atenerse en todo momento a sus propias fuerzas en las condiciones naturalmente desventajosas que presenta luchar contra un poder constituido en su propio territorio y con inferioridad de elementos y de condiciones.
La campaña de Javier Mina fue, según la mayoría de los historiadores que se han ocupado de ella, uno de los episodios más brillantes de la lucha de México por obtener su independencia política de España.
Bibliografía:
. Memorias de la Revolución de México y
de la Expedición del General D. Francisco Javier Mina.W.D. Robinson,
Londres 1824.
. Francisco Javier Mina y Pedro Moreno. Antonio Rivera de la Torre. México,
1917.
. Mina el mozo. Martín Luis Guzmán, Madrid 1932.
. Mina, Francisco Javier. Diccionario Porrúa, 2ª. Ed. 1965.
. Francisco Javier Mina, Caudillo insurgente. 150 Biografías de Mexicanos
ilustres, Heriberto García Rivas. Editorial Diana, 7ª. Edición
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