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Mediante la reproducción de distintas obras de arte, fueron destinados significativos lugares a su difusión. Regularmente aparecieron imágenes de paisajes, personajes, escenas campestres –vascas y criollas– además de pequeñas biografías o reseñas con la historia de los autores y de sus obras.1
Es de señalarse que en 1909, Andrea Moch (Paris, 1879-Buenos Aires, 1953), pintora y escultora, fue designada “corresponsal gráfico” de La Baskonia, misión que desempeñó durante casi tres décadas. Gracias a su relevante presencia y conocimientos de la cultura vasca, se difundieron ampliamente en la revista todas las actividades culturales llevadas a cabo en Argentina sea con la visita de artistas de este origen o de la labor de otros radicados en Europa.
“Isidoro Aresti” óleo de Andrea Moch. Ilustración de tapa de “Actuación Juvenil y Ensayos sobre temas didácticos”. Ediciones Talleres Gráficos Zlotopioro, Buenos Aires, 1970.
Uno de los primeros pintores difundidos por la revista, fue el argentino Martín A. Malharro. En 1894, representó a “Iparraguirre a la edad de 32 años”2 y al año siguiente ilustró con nueve dibujos el cuento “Palacio Tenebroso” de Gabriel Larrea de Castaño.3 Uno de esos dibujos, (una mano con tijera cortando un periódico), fue utilizado posteriormente durante varios años, como símbolo gráfico de la Sección Porrusalda.
“El maquillaje” Enrique de Larrañaga en Boletín de la Fundación Vasco-Argentina” Juan de Garay”. Buenos Aires, Año III, Nº 6, abril de 1977 (ilustración contratapa).
La pintura fue una de las manifestaciones con más presencia en la revista mediante la reproducción de obras, la mención a su autor, las reseñas de las exposiciones u otras referencias. Sin embargo, durante este período, fueron escasas las correspondientes a pintores argentinos de origen vasco, entre ellos el ya mencionado Martín Malharro (1865-1911); Enrique de Larrañaga (1900-1956) y Jorge Soto Acebal (1891-1974), todos de destacada actuación en el país. En el caso de éste último, fue uno de los más importantes iconógrafos argentinos del País Vasco, sobresaliendo en tal sentido en las primeras décadas del siglo XX con escenas costumbristas y paisajes rurales y urbanos de la región, como “Viejas casas de Usurbil”, publicada en la porteña revista Plus Ultra. Fue primer premio en el Salón Nacional de 1936 y uno de los fundadores de la Sociedad de Acuarelistas, Pastelistas y Grabadores; profesor de la Escuela Superior de Bellas Artes y miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes que presidió en 1963.I
La Baskonia difundió además de los nombrados artistas, cuadros de Ignacio Zuloaga ya aparecidos en años anteriores; Quintín de Torre, Darío Regoyos y Aurelio Arteta entre otros. Mauricio Flores Kaperotxipi (1901-1997), conocido en Argentina antes de su exilio en el país a fines de la década del treinta, fue unos de los pintores que gozó de las preferencias de la revista y de gran popularidad entre los argentinos. A partir de su radicación en Mar del Plata, este guipuzcoano, fundó una Galería de Arte y su obra fue conocida no sólo como pintor, sino como escritor y periodista en distintos medios. Su contacto con vascos en especial “sus viejecitos”, como él los llamaba, y a quienes tomó como modelos según sus propios relatos; la vida cotidiana y otros temas dan cuenta de su identificación con la tierra que lo acogió, el paisaje y los tipos humanos que incorporó a sus pinturas.II
Años más tarde (1954), publicó un libro de particular interés informativo titulado “Arte Vasco”- (Pintura-Escultura-Dibujo-Grabado), ilustrado en su portada con el cuadro de Aurelio Arteta, “Bañistas”. La obra fue dada a conocer por la Editorial Vasca Ekin fundada en Argentina por exiliados republicanos quienes a través de ella divulgaron e impulsaron la cultura, el pensamiento vasco y el conocimiento de numerosos autores de este origen.
“Versolaris” de Valentín de Zubiaurre. Mil Joyas del Arte Español –Edad Moderna y Contemporánea– Publicaciones del Instituto Gallach de Librerías y Ediciones Tomo II. Sin año de edición, p.982.
“Un trago de vino”. Mauricio Flores Kaperotxipi. Portada de Baskonia Anuario Vasco Argentino, Buenos Aires, 1957/1958.
“Esperando a la lancha”. Mauricio Flores Kaperotxipi. Portada de Baskonia. Anuario Vasco-Argentino Buenos Aires, diciembre, 1956.
Destacaron igualmente otros, no dados a conocer en la revista, como Severo Rodríguez Etchart (1857-1902); Graciano Mendilaharzu (1857-1894), pintor de la Cámara de Diputados de Buenos Aires y Demetrio Urruchúa (1902-1978), éste último de sobresaliente trayectoria en la Argentina y otros países. Nacido en Pehuajó, provincia de Buenos Aires, comenzó a exponer en los salones porteños en 1931. Fue fundador del Taller de Arte Mural junto a Lino Eneas Spilimbergo (1896-1964), Juan Carlos Castagnino (1908-1972), Antonio Berni (1905-1981) y Antonio Colmeiro y su nombre figura junto a estos artistas en la cúpula central de las Galerías Pacífico pintada en 1946.III
En cuanto a los vascos nativos cuyas obras fueron divulgadas con mayor frecuencia en estas décadas, mencionamos a José Arrúe (1885-1977), que además de los dibujos humorísticos, se difundieron gran número de sus obras, algunas de ellas fueron tapa de la revista Destacan asimismo la de sus hermanos Ramiro (1892-1971); Alberto (1878-1944) y Ricardo, ceramista (1889-1978), quienes gozaron de gran prestigio y popularidad entre los argentinos. Varias de las exposiciones en Buenos Aires de los cuatro Arrúe, sus presencias en esta ciudad, u otras del país, fueron dadas a conocer por la revista y reseñadas por Andrea Moch en oportunidad de exponer en Galería Witcomb, en Amigos del Arte o en los salones del Laurak Bat.
“Clara y Luciano”. José Arrúe en portada “La Baskonia” Nº 1038 (30/7/1922).
A los ya mencionados, merecen recordarse otros como Rodolfo Alcorta (Buenos Aires (1874-1967), descendiente de vizcaínos arribados a la Argentina a mediados del siglo XVIII.IV Concurrió en varias ocasiones al Salón de Otoño de París y su primera exposición en Buenos Aires fue en 1934. Cultivó el retrato, el desnudo, el paisaje y los bodegones. Era nieto del economista y músico argentino Amancio Jacinto Alcorta. Expuso sus obras en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires en 1957 y 1963.
Recordamos también a Juan Eduardo Picabea (Buenos Aires 1891- Mar del Plata 1958) quien estudió con el español Gonzalo Moreira, discípulo de Sorolla. Se perfeccionó en Europa a donde viajó en 1921. Su primera muestra personal fue en 1931 y concurrió a diferentes ediciones del Salón Nacional entre los años 1918 y 1939.V
Otro pintor argentino de ascendencia vasca fue Héctor Basaldúa nacido en Pehuajó, 1894 y fallecido en Mar del Plata en 1976, cuya obra a igual que los ya nombrados, no fue difundida por la revista. Estudió en 1914 en la Academia Bolognini y en 1915 obtuvo el título de profesor de dibujo. Junto a Horacio Butler, Aquiles Badi (1894-1936), Pablo Curatella Manes (1891-1962), Raquel Corner (1902-1988) y Alfredo Bigatti (1898-1964), entre otros artistas argentinos, conformó la llamada “Escuela de París” en los años veinte, que renovaron la plástica nacional siguiendo en buena medida los dictámenes del llamado “retorno al orden”, asimilado en la capital francesa, en los talleres de André Lothe y Otón Friesz (1879-1949).
Entre las diversas ocupaciones relacionadas al quehacer pictórico de Basaldúa, cabe destacarse que en 1937 obtuvo el primer premio de pintura del Salón de Rosario; en 1938 le concedieron una beca de la Comisión Nacional de Cultura y el Gran Premio de Escenografía Internacional de París. Ése mismo año obtuvo una beca y editó el libro “Escenografías de Héctor Basaldúa”. Su trayectoria fue prestigiosa en diversos salones de arte de la Argentina, Río de Janeiro y viajó frecuentemente a Europa.
Destacan asimismo los argentinos, Ángel Della Valle (1852-1903), autor de “La vuelta del malón), y Jorge Soto Acebal (1891-1974) con dos de sus obras: “Tarde de fiesta en Andoain” y “Los titiriteros de Oyarzun”, el uruguayo Nicanor Blanes (1857-1895) con la obra emblemática para los argentinos “La conducción del cadáver de Lavalle en la Quebrada de Humahuaca”. Entre los vascos, Teodoro Erenchun (¿- Arrona, 1931), el bilbaíno Anselmo Guinea (1854-1906), Ramón y Valentín Zubiaurre, los hermanos Arrúe con una importante obra en pintura, dibujo y caricatura, y Julián Ibáñez de Aldecoa (1876-1952) entre muchos otros.
Acerca de Andrea Moch, como ya se dijera, su obra paisajística, retratos, esculturas y bajorrelieves se dieron a conocer regularmente y varias de sus pinturas fueron tapa de la revista frecuentemente. En las décadas del veinte y parte del treinta, aportó no sólo sus trabajos personales, la muestra de sus exposiciones o la de sus alumnos, sino comentarios acerca de las mismas.
De origen francés, esta escultora llegó a la Argentina un tiempo antes del Centenario a fin de participar en la convocatoria para la realización de monumentos previstos para esos festejos.4 Además de escultora, era pintora y escritora y expuso en San Sebastián, Madrid, Bilbao y en Buenos Aires, donde instaló su Academia de Dibujo, Pintura y Escultura. Realizó varias exposiciones de óleos, acuarelas, pasteles, dibujos, bajorrelieves y gobelinos.5 Su presencia en la revista fue constante durante más de veinte años como puede apreciarse en el índice de pintores. La vinculación afectiva del director a Andrea Moch durante varias décadas, permitió su expansión en el medio. Se reprodujeron óleos, acuarelas, dibujos a pluma, textos de diversa índole e ilustraciones referidas a pintores o escultores. Participó en numerosas muestras de arte en la Sociedad Laurak Bat de Buenos Aires, y reseñó la labor de numerosos artistas de origen basko que exponían en ésa ciudad.
Gozó de renombre entre la colectividad vasca porteña y de la provincia a quienes retrató o esculpió. Pintó paisajes de la provincia de Buenos Aires, de Tierra del Fuego y Chile a donde viajó en 1923. Abrió en 1910 una Academia de Pintura en Avenida de Mayo al 1480; años tarde se instaló en Malabia 2445 y fijó su último domicilio en calle Brasil 410, sitios correspondientes a la ciudad de Buenos Aires. Pintó y escribió hasta su fallecimiento ocurrido en 1953.
Respecto de los pintores pertenecientes a la cultura universal, la revista difundió sus obras en menor escala.
“Autorretrato de Ignacio Zuloaga” Enciclopedia Universal Ilustrada
Europeo-Americana Espasa Calpe, Bilbao-Madrid-Barcelona, Tomo LXX, 1930,
p.1499.
“Parejita vasca”. Aurelio Arteta en “Arte Vasco”
de Mauricio
Flores Kaperotxipi Editorial Vasca Ekin Buenos Aires, 1954, página
sin enumerar.
Entre las obras escultóricas difundidas por la revista, durante este período, un gran número de ellas fueron registradas como anónimas en razón de no contar con referencias que permitieran su reconocimiento por otros medios. Esta dificultad se observó especialmente en los monumentos reproducidos en fotografías. El índice respectivo señala a León Barrenechea con sus obras “Prueba de bueyes” y “Levantamiento de piedra”; Miguel García de Salazar (1877-1959) con la reproducción del “Monumento a Churruca”; el valenciano Mariano Benlliure (1862-1947); Andrea Moch (1879-1953), con bustos y bajorrelieves; el arquitecto Pedro Ispizúa (1895-1974) con la reproducción de su obra Monumento a Bolívar; Carlos de Elguezúa (1898-?); Jorge Oteiza (1908-2003) en oportunidad de viajar a la Argentina y otros países sudamericanos; Fructuoso Orduna (1893-1973), con la reproducción del busto de Arturo Campión; del florentino Arnaldo Zocchi, autor del “Monumento a Cristóbal Colón en Buenos Aires”, el ceramista Daniel Zuloaga (1852-1921) y Plácido Zuloaga (1834-1910) con su obra “Sepulcro del General Prim en la Basílica de Atocha”, entre otros.
“Prueba de barra”. León Barrenechea en “Arte Vasco” (intura-Escultura-Dibujo-Grabado) Mauricio Flores Katerotxipi. Editorial Vasca “Ekin”, Buenos Aires, 1954, p. sin enumerar.
En cuanto a altares y retablos pertenecientes a iglesias de Euskadi, se dieron a conocer con frecuencia sin la identificación correspondiente. Las obras del sevillano Lorenzo Coullat Valera (1876-1932), reprodujeron varias veces el monumento a Zabala, fundador de Montevideo, y en Buenos Aires, se repitió el monumento a su fundador Juan de Garay, obra del alemán Gustavo Eberlein (1847-1926).
Se omitieron trabajos de escultores vascos que para esos años ya gozaban de prestigio como Miguel de Ancheta y Juan de Anchieta, éste último autor de retablos en la iglesia parroquial de San Pedro en Zumaya y en San Pedro en Asteasu. Kaperotxipi, cita además en el libro antes mencionado, a Andrés de Aráoz; Nicolás de Verástegui; Juan de Verruete, Juan Ramírez, Ambrosio de Bengoechea; Juan de Uriarte entre otros cuyos trabajos especialmente como retablistas, no fueron difundidos.VI
No se registraron nombres de escultores argentinos ni de otros países americanos. Entre los primeros, recordamos a Rogelio Irurtia (1879-1950), cuyas obras y otras referencias fueran citadas en el índice correspondiente al período anterior (1893-1920). Inclinado desde su infancia al dibujo artístico, a los 20 años fue becado para continuar sus estudios en Paris. Es autor de “Los Pescadores”, “Canto al Trabajo” (1922) emplazada en Avenida Independencia y Paseo Colón de Buenos Aires; “Serenidad” y los monumentos a Rivadavia (1932) en granito gris con figuras alegóricas de bronce, y a Dorrego. Obras suyas son exhibidas en Moscú, Barcelona y el Museo Nacional de Bellas Artes.6
Al regresar de París, ya formado, comenzó a exponer en los salones colectivos de Buenos Aires. “En 1907 había ganado por concurso el Monumento a Dorrego, en Buenos Aires, que sólo se inauguró en 1926. Sus obras urbanas más conocidas en ésa ciudad son: el Canto al trabajo (1922), conjunto colosal muy rodiadiano en el detalle, aunque un tanto confuso en su silueta general; y el Mausoleo de Rivadavia (1932), pesado monumento en granito gris con magníficas figuras alegóricas de bronce”.VII
En un Apartado Especial de los Índices, se consignaron otras manifestaciones artísticas de relevancia. Cabe destacar entre ellas la difusión de las vidrieras de la catedral de Chartres; estelas discoidales de Nabarra o cruces de piedra de antigua data ubicadas en distintos poblados de Euskadi, aportes que realizaba generalmente Martín de Angiozar –seudónimo del escritor Ramón Berraondo-, mediante notas y fotografías. Hasta el cierre de la revista envió regularmente artículos de gran valor cultural.
En escultura, sobresalieron Plácido Zuloaga, León Barrenechea; el argentino Rogelio Yrurtia.
(ÍNDICE)El humor, la sátira, la crítica social o el comentario político, estuvieron presentes a lo largo de los años con distintos dibujantes de reconocida trayectoria generalmente vascos nativos que enviaban sus trabajos o reproducciones de otros medios periodísticos como La Voz de Guipúzcoa, El Sol de Madrid, o argentinos, como La Prensa.
Un importante número de caricaturas fueron asentadas como anónimas en razón de la falta de identificación no sólo de su autor, sino carentes de título u otros registros que permitieran conocer su origen. Algunas llevaban diálogos en euskera y su correspondiente traducción al castellano, otros, sólo en euskera o en español, y el resto sin ningún escrito.
Fue importante la presencia de José -Pepe- Arrúe durante casi dos décadas y algunos de sus trabajos ilustraron la tapa de la revista. Con el título de Género Festivo, entre muchos otros, el periodista Martín de Angiozar, publicó en San Sebastián una nota interesante acerca de este humorista e ilustró la misma con las caricaturas de Telésforo de Aranzadi, Toribio de Álzaga y el pelotari “Atano III”.VIII
“D. Telésforo de Aranzadi” - Ilustre antropólogo.
Caricatura de José Arrúe en Revista “La Baskonia”
Nº 1345 (10/2/1931) pp.198-199.
“El pelotari Atano III” Caricatura de José Arrúe
en Revista “La Baskonia” Nº 1345 (10/2/1931) pp.
198-199.
Gozaron igualmente de gran popularidad en Argentina, Txiki –Jon de Zabalo– (1898-1948) quien en palabras de Flores Kapertokipi “alterna el cartel con los dibujos y las caricaturas personales donde obtiene los éxitos más resonantes” y agrega “No hay, como caricaturista, lápiz más escueto que el suyo”.IX Fue humorista gráfico de diferentes medios periodísticos de Euskadi y envió a la revista varios de sus trabajos durante la década del veinte. Otras dibujantes fueron Ángel Cabanas Oteiza (¿-1964?); el catalán Luís Bagaría (1862-1940), caricaturista de artistas y políticos; Victoriano Iraola (1841-1920) dibujante y escritor, quien, en el período anteriormente estudiado, envió regularmente dibujos hasta su fallecimiento.
“El pintor Cabanas Erauskin” caricatura de Txipi. Revista “La Baskonia” Nº 1321 (10/6/1930) p. 393
Por su parte, la fotografía irrumpió con éxito. La presencia de estas imágenes comienza a manifestarse con distintos profesionales que alternativamente enviaban sus colaboraciones, pero es Indalecio Ojanguren (1887-1972), natural de Eibar quien mayor número de trabajos hiciera llegar –tal como se señalara en la primera parte de este estudio– con la diferencia, que en estos años, su presencia fue intensa y permanente. Este fotógrafo, fue corresponsal gráfico de La Baskonia en Euskadi y su producción se incrementó y reflejó fuertemente con material de valor documental y testimonial.
En reiteradas oportunidades, varios de sus trabajos fueron tapa de la revista con ilustraciones referidas a pueblos y ciudades de la tierra vasca, como monumentos, edificios, caseríos, iglesias, escenas costumbristas y deportivas entre otras. En general suplieron la falta de material relacionado a expresiones artísticas que evidentemente comenzaba a declinar.
El interior de la revista, reproducían hasta seis fotografías de su autoría con documentación relacionada a la práctica de deportes, como la pelota vasca y el montañismo. Escenas rurales, actos políticos, sociales, festivos y otros aportaron importante información. Las fotografías indicaban la autoría con este epígrafe: “Foto original de Ojanguren”; algunas llevaban notas explicativas y otras sólo el título. El prestigioso profesional, llamado “Fotógrafo Águila” o “El Águila”, solía firmar con distintos seudónimos tales como “Linterna colorada” o “El hombre de las cavernas” entre otros.
“Santa Mariña Zar, al fondo, Oiz” Foto de Indalecio Ojanguren. “La Baskonia”. Nº 1378 (10 de enero de 1932) p.151.
“Santuario de Arrate en Eibar”. Foto de Indalecio Ojanguren. “La Baskonia”, Nº 1395 (30/6/1932) p. 421.
Se puede afirmar que Ojanguren fue en esta década y principios del 30, el gran protagonista de la revista. Las fotografías comenzaron a reemplazar la reproducción de obras de arte, tanto de pintura como de escultura, y pareciera que las nuevas modas impusieron en ella estos cambios notorios.
(ÍNDICE)La lectura de la revista, permite detectar, una lenta crisis institucional que comenzó a evidenciarse por diferentes señales. Una de ellas fue a partir de la prolongada enfermedad de Uriarte, que según los testimonios escritos de la pintora Andrea Moch, su colaboradora, fueron aproximadamente de siete años, hasta producirse su fallecimiento el 27 de noviembre de 1932.
Sucedieron, a partir de este hecho, varios directores sin comunicados que anunciaran tales cambios. Fue notoria desde esa fecha, la ausencia de los trabajos de la mencionada artista francesa Andrea Moch “corresponsal artística” desde 1909 como se dijera. Su relevante presencia en los años anteriores, disminuyó paulatinamente hasta desaparecer. No obstante, la publicación solía repetir sus dibujos publicados décadas anteriores, como ilustración de tapa, o aisladamente. La artista, limitó su intervención a reseñas acerca de exposiciones de pintura o escultura de autores baskos en Buenos Aires, o notas sobre personalidades del mundo de la cultura euskara. La falta de información fue suplida con la repetición en forma sintética de noticias publicadas en diarios de Euskadi, algunas de ellas de tres o cuatro líneas anunciando actividades culturales de distinto tipo.
Un análisis de los índices elaborados, permite confirmar extensas listas de obras de autores anónimos, tanto de pintores, como caricaturistas y escultores, o la reproducción de algunas de sus obras sin ninguna o escasas referencias al artista o a sus trabajos, modalidad que permite configuran el perfil de la revista durante estos años.
(ÍNDICE)A fin de registrar la presencia de pintores y escultores en la revista, se efectuó un relevamiento y confección de índices separados por disciplinas. Aparecen en orden alfabético el nombre del artículo y su autor; reproducción de la obra, cuadro, dibujo o fotografía del artista. A continuación el número de la revista, fecha y pagina donde se preproduce cada nota la obra representada.
Se han registrado obras sin consignar autoría ni título informativo, sólo uno de carácter general, por ejemplo Pintores o Escultores Baskos, sin otras referencias que permitan una clasificación correcta.
(ÍNDICE)Estas décadas de estudio ponen de relevancia los avatares de la revista, que se fueron manifestando lenta pero permanentemente hasta su desaparición. El paso del tiempo, las grandes modificaciones políticas y sociales, más los cambios generacionales y los nuevos intereses, marcaron este período. La identidad vasca que por muchos años se mantuvo con la transmisión de distintas manifestaciones culturales, no fue ajena a estos tiempos. Destacamos el aporte de las euskal etxea en cuanto a su protagonismo y labor para difundir en la colectividad las distintas expresiones que las identifican. La revista permitió conocer la historia, la geografía, la música, el arte y la literatura entre otras expresiones culturales, y el descubrimiento de personajes que el transcurso del tiempo parecía haber olvidado.
Posteriores iniciativas retomaron el nombre de la revista considerada una experiencia periodística y editorial ejemplar realizada por los vascos en la Argentina. Ejemplo de ello fue la edición de La Baskonia Anuario Vasco-Argentino quien destacó su presencia en los años setenta y parte de los ochenta. Con la dirección de Julio Goyén Aguado y un Consejo Asesor de gran prestigio intelectual integrado en su casi totalidad con exiliados republicanos, quienes editaron varios ejemplares con el título La Baskonia –Segunda Época– con aparición irregular.
Los cambios impuestos por diferentes personas y criterios de trabajo, fueron evidentes, como distinto fue su público. La conservación y formación de una identidad vasca entre los descendientes de aquella diáspora, tomó a partir de esos años, nuevos rumbos, otras manifestaciones surgidas de las necesidades que los tiempos impusieron. No obstante, aquellos visionarios dejaron su huella en textos e imágenes de gran valor documental que han permitido la conservación del patrimonio del pueblo vasco y constituyen en la actualidad fuente permanente de información y de estudio.
(ÍNDICE)“La Fotografía en la Historia Argentina” Tomos I-II-III y IV Clarín, 60 años Buenos Aires, 2005.
AGID, Gloria, María Teresa Dondo de Barcia, Sabrina Fainschtein y Ana María Smtdt. Museo de Arte Español “Enrique Larreta” Guía Didáctica Instituto Salesiano de Artes Gráficas, ciudad de Buenos Aires, 2003.
AZNAR, Yayo y Diana B. Wechsler (compiladoras). La memoria compartida –España y la Argentina en la construcción de un imaginario cultural (1898-1950)– Editorial Paidos, Buenos Aires, 2005.
BASKONIA –Anuario Vasco-Argentino–. Plásticos en nuestra inmigración. Un balance rápido. Buenos Aires, 1956.
BELLIDO GANT, María Luisa. Derroteros del arte latinoamericano en España en Arte Latinoamericano del Siglo XX. Otras historias de la Historia, Rodrigo Gutiérrez Viñuales (director) Prensas Universitarias de Zaragoza.
BURUCÚA, José Emilio. Nueva Historia Argentina Arte, Sociedad y Política. Volumen I Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1999.
BURUCÚA, José Emilio. Nueva Historia Argentina Arte, Sociedad y Política. Volumen II Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1999.
CRUZALEGUI, Juan León. En torno a algunos pintores clásicos vascos. Boletín del Laurak Bat, Buenos Aires, 31 de julio de 1952 (sin mención de página).
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DE DIOS ALTUNA de MARTINA, Ángeles. El arte y la construcción e una identidad vasca. La Baskonia (1893-1920) (I / II) Euskonews & Media, marzo de 2007.
DE DIOS ALTUNA de MARTINA, Ángeles. Historia, Cultura y Memoria en la obra Francisco de Grandmontagne (1893-1901) Eusko Ikaskuntza.
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Fuentes
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“La Baskonia”. Sistema DVD de la Universidad de Nevada, Reno (1893-1932).
Almanaques “La Baskonia” Colección Urazandi Gobierno Vasco, 2007.
La Baskonia. Sistema DVD de la Universidad de Nevada, Reno (1893-1932).
Agradecimientos
- Agradecemos la colaboración del doctor Rodrigo Gutiérrez Viñuales de la Universidad de Granada por su generosa ayuda en la identificación de imágenes, el esclarecimiento de nombres y apellidos de pintores, caricaturistas y escultores y la sugerencia de bibliografía actualizada sin cuya intervención el trabajo hubiera sido de difícil realización.
- A la doctora Montserrat Fornells de la Universidad del País Vasco por las orientaciones recibidas.
- A la doctora Mariana Giordano del IGGHI–Instituto de Investigaciones Geohistóricas –CONICET– Resistencia, Chaco por la bibliografía facilitada y asesoramiento.
- A la Biblioteca Central de la UNNE–Universidad Nacional del Nordeste, por la gestión de libros ante la Universidad Nacional de Córdoba –Argentina–.
(ÍNDICE)Ángeles de Dios Altuna de Martina, CEDODAL – Centro de Documentación de Arquitectura Latinoamericana-Argentina.
1 Este trabajo ha contado con una ayuda a la investigación de Eusko Ikaskuntza, 2007.
2 La Vasconia, 10 de octubre de 1894 No. No. 37 p.13.
3 La Vasconia, 10 de febrero de 1895 No.
49 pp.156-157-158.
Se agradece información del doctor Rodrigo Gutiérrez Viñuales.
Universidad de Granada, diciembre de 2007.
4RATO de SAMBUCCETTI, Susana I. Los monumentos del centenario Todo es Historia No. 454 mayo/2005 p.64.
5 La Baskonia, 20 de octubre de 1916 No.830 p.26.
6Se agradece información aportada por la doctora Mariana Giordano IIGHI –Instituto de Investigaciones Geohistóricas- CONICET. Resistencia, Chaco, Argentina, enero, 2008.
I GUALDONI BASUALDO, Adrián. Vascos en el Arte Argento . Apuntes para una historia del aporte de artistas consagrados de origen vasco al desarrollo del arte plástico nacional. En “Los Vascos en la Argentina – Familias y Protagonismo”. Fundación Vasco Argentina “Juan de Garay”, Buenos Aires, abril, abril 2000.
II FLORES KATEROTXIPI, Mauricio. “Mis viejecitos vascos fuera de los cuadros”, en Baskonia - Anuario Vasco Argentino 1957/58, pp.19-20.
III GUALDONI BASUALDO, Adrián op.cit. pp. 918-919.
IV LOS VASCOS EN LA ARGENTINA – FAMILIAS Y PROTAGONISMO. Fundación Vasco-Argentina “Juan de Garay”, Buenos Aires, abril de 2000, p.51.
V GESUALDO, Vicente. Diccionario de Artistas Plásticos en la Argentina. Buenos Aires, Editorial Inca, 1988.
VI FLORES KATEROTXIPI, Mauricio. ob.cit. pp.155-156.
VII BAYÓN, Damián Arte Latinoamericano de los siglos XIX y XX. Tomo III. Madrid, Editorial Alhambra, 2001, pp. 288-289.
VIII ANGIOZAR, Martín de. “Género Festivo”, en “La Baskonia”, Nº 1345 del 19/2/1931, pp. 198-199.
IXFLORES KATEROTXIPI, Mauricio. Arte Vasco [Pintura-Escultura-dibujo-Grabado]. Editorial Vasca Ekin, Buenos Aires, 1954, p.144.