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Emiliana de Zubeldía e Inda: embajadora de la música vasca en América

En el Archivo Histórico de la Universidad de Sonora se guarda el Fondo Emiliana de Zubeldía e Inda. Allí, entre documentos, cartas, partituras, reconocimientos, fotografías, se encuentra un álbum de recuerdos que Emiliana de Zubeldía atesoró cuidadosamente durante su gira por América del Sur. De allí extraje algunos bellos momentos en los que convivió con su grupo étnico, del cual ella siempre estuvo orgullosa y nunca dejó de amar.1

Emiliana de Zubeldía fue una compositora nacida en el pueblo de Gaitz o Salinas de Oro, provincia de Navarra, el 6 de diciembre de 1888; desde muy pequeña dio muestras de un talento excepcional para la música. Después de una carrera fructífera en los principales escenarios de Europa, se embarcó rumbo a América donde comenzó una vida de entrega absoluta a la difusión de la música de su país de origen y más tarde se convirtió en la primera exponente de la Teoría Natural de la Música del mexicano Augusto Novaro. En Musikaste, semana dedicada a la difusión de la música de compositores vascos, celebrada en Errenteria (Gipuzkoa) en mayo de 1991, fue declarada como la compositora más importante del País Vasco.

Portada del programa del Festival Vasco en Buenos Aires, 1929

Portada del programa del Festival Vasco en Buenos Aires, 1929.
Foto: Archivo Histórico de la Universidad de Sonora, México. Fondo Emiliana de Zubeldía e Inda.

Ella llegó procedente de París en compañía del barítono brasileño Andino Abreu, quien fue el primero en dar a conocer las canciones populares españolas2 en Sao Paulo y Río de Janeiro de noviembre a diciembre de 1928. Pero fue durante su estancia en la región del Río de la Plata, cuando ella tuvo un reencuentro con sus compatriotas e inició una de las jornadas más importantes de su vida. Según las crónicas de reconocidos diarios como El País, El Ideal, El Plata, El Mundo, La República, la Prensa, entre otros, Emiliana desarrolló una serie de presentaciones durante el año de 1929 en las ciudades de Montevideo, Buenos Aires, Córdoba, y Rosario.

El Salón “La Argentina” ubicado entonces en la calle Rodríguez Peña 361, fue uno de tantos lugares en los que la artista dio a conocer sus obras. Así describe el diario La Prensa el miércoles 28 de agosto de 1929 uno de estos conciertos:

“Emiliana de Zubeldía, vascoespañola, en el programa de ayer se presentó como cultora del cancionero de su región de nacimiento, que entre nosotros es conocido por las obras de fray San Sebastián y Ouridi y que tiene en la joven artista una compositora que sabe tratarlo con sumo buen gusto, originalidad y diversidad de maneras, como pudo comprobarse en “preludios vascos”, ocho páginas cortas, impresiones de naturaleza, caracterizadas con motivos de canciones de danzas populares estilizadas con la delicadeza y bien armonizadas. En estos preludios, Emiliana de Zubeldía, sin perder su carácter regional, escribe obras poéticas y evocadoras, en las que se explaya su sensibilidad femenina; en cambio en “Capricho vasco”, “Zortzico” y el poema “De mis montañas”, a dos pianos, la artista conserva la rudeza, el ritmo vigoroso, la ausencia de sentimentalismo, tan características de la raza; ya no son el sensualismo y la languidez andaluces, ni el melodismo sentimental y diáfano, catalán, sino una expresión viril y ruda de singular encanto y de gran originalidad; “De mis montañas” es un poema de gran poesía y de gran carácter, realizado con una fuerza insospechable en la autora, que, por lo visto, ante la naturaleza nativa, perdió su feminidad, para expresarse castizamente, como los hombres de su raza. Emiliana de Zubeldía, que con tanta delicadeza interpretó los preludios, dio, con la colaboración del distinguido pianista uruguayo Alberto Pouyanne una hermosa versión del poema.

En tres canciones vascas a cuatro voces solas: “Aiñhara” , “Chorietan Buruzagi” y “Zortzico”, que Adelina Crocco, Catalina Ayala, Matilde Kesley Beazley y Elizabeth de Meyler , interpretaron con afinación y musicalidad, Emiliana de Zubeldía realizó un trabajo técnico interesante y una labor artística de gran carácter.”

Uno de los momentos culminantes de su estancia en estas tierras, fue sin duda el Festival Vasco en el Teatro de la Opera en Buenos Aires, cuya invitación decía:

“... La colectividad vasca justamente enorgullecida de esta notable representante le ofrecerá un Homenaje en el teatro Opera que revestirá además los caracteres de un beneficio. El nombre de Emiliana de Zubeldía atraerá sin duda alguna crecido público al acto que se organiza y que tendrá lugar el martes 193 a las 21, con el concurso de los solistas Rosalina Crocco, Juan Carlos Pini, Adolfo P. Sauze, Venancio de Escobal Vértiz, coros de la clase de conjunto de Mlle. Jeane Dumas, el pianista Alberto Pouyanne Etchart y el cuadro de Espatadanza (bailes clásicos vascos). Organizado por Centro Laurak Bat, Acción Nacionalista Vasca, Centro Vasco Francés, Centro Navarro, Zazpirak-Bat, Euzkaldunak-Denak Bat y Semanario Gure Herria.”

Foto de Emiliana Zubeldía en la Revista del Hogar, 1929

Foto de Emiliana Zubeldía en la Revista del Hogar, 1929.
Foto: Archivo Histórico de la Universidad de Sonora, México. Fondo Emiliana de Zubeldía e Inda.

Al día siguiente, 20 de noviembre de 1929, los principales diarios relataban la crónica de este concierto en el que se conjugaron los talentos de artistas de gran calidad como el pianista Alberto Pouyanne Etchart, discípulo de Loyönette en París y director de la Escuela Superior de Música de Montevideo y la soprano Rosalina Crocco, quien más tarde sería maestra de una gran cantidad de voces hermosas que aún engalanan los escenarios.

“Bella y merecida demostración de aprecio fue la que se realizó en la Opera, en honor de la compositora y pianista vasca Emiliana de Zubeldía, que después de conquistar entre nosotros calurosos éxitos artísticos, como intérprete y como autora, se embarcará dentro de breves días para Estados Unidos.

... un excelente coro interpretó nueve canciones vascas, fina y respetuosamente armonizadas por Emiliana de Zubeldía, que acreditó hondo conocimiento de los recursos corales, puestos al servicio de motivos de su raza, sentimentales o festivos que nada perdieron con esos arreglos y se alzaron a elevado nivel musical. Realizar semejante trabajo sin marchitar esas delicadas flores del campo sólo es posible por una artista de raza y de la raza, cual la que nos ocupa.”

El 12 de diciembre de 1929, el diario “La República” de Rosario de Santa Fé anunció un concierto organizado por el Centro Vasco Zazpirak Bat. Este evento se realizó el viernes 13 de diciembre en el teatro del Círculo de Obreros Católicos, situado en la calle Entre Ríos 1264. Así, la nota de invitación describe sus antecedentes:

“Emiliana de Zubeldía es de origen navarro habiendo estudiado en su tierra natal con los profesores Maya, Ezcurra e Iraizos, obteniendo en el Conservatorio Real de Madrid las más altas calificaciones.

Después estudió durante ocho años en París, composición con el famoso maestro belga Desirée Paque y el piano con Blanche Selva.

En Francia, Alemania, España, Inglaterra, Suiza, Brasil, etc., ha hecho oír sus obras obteniendo grandes éxitos y alcanzando de la crítica juicios muy halagadores en los que se reconoce que la joven pianista y compositora posee ya una fuerte personalidad. Posee temperamento y sentimiento artísticos por excelencia y ha puesto todo su entusiasmo en descubrir los tesoros de la música vasca, ignorados aún para la mayoría.”


Autor: josesol23.

Poco después partió rumbo a Nueva York, y el 12 de febrero de 1931, en uno de los conciertos de música vasca realizados en el Town Hall de Nueva York, Emiliana presentó por primera vez nueve danzas vascas armonizadas según la Teoría Natural de la Música del teórico mexicano Augusto Novaro: IKurrina dantza, Zortzico, Banecko, Binecko, Launecko, Liñuaren Penak, Makildantza, Espatadantza, Txankarraukua. Una vez más la música de su amado pueblo fue la elegida para aplicar esta nueva forma de componer y de ahí Emiliana inició una nueva etapa en la que se dedicaría a difundir estas nuevas ideas que la llevaron a México, país en el que decidió quedarse hasta su muerte acaecida el 26 de mayo de 1987; pero esa es ya otra historia.

1 Imelda Moya Camarena es Licenciada en Artes, opción Música. Fue alumna de Emiliana de Zubeldía durante los 10 últimos años de vida de la maestra. Forma parte del equipo que colabora en el Proyecto de Rescate, preservación y difusión de la obra de Emiliana de Zubeldía en la Universidad de Sonora, México.

2 Editadas por Max Eschig en 1926 en París y por la Casa Iriberri en Argentina en 1929.

3 Martes 19 de noviembre de 1929.

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