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1912. Alcorta, Provincia de Sante Fe. Argentina.
Es de noche. El frío de Junio se adueña de la vastedad del campo. Un grupo de hombres y mujeres discuten un futuro incierto. Saben que aún cuando se los escuche, los cambios no serán fundamentales. El contendiente es poderoso.
Una mujer, María Robotti de Bulzani, al ver la indecisión de los hombres, se quita el delantal y dice: “No sé ustedes, pero yo estoy de huelga. No cocino ni cebo más mate”.1
Una declaración tan simple, casi pueril es el detonante para que se inicie el movimiento agrario más importante del que se tenga noticia en mi país: aquél que se dio en llamar “El grito de Alcorta”.
José Pedroni, el poeta que supo cantar a la “pampa gringa”,2 dice de María:
“De pagarés en blanco eran tus manos
en tu quehacer de harina.
Tu sueño despeinado en cama impaga,
de luna blanca y fría.”“Hasta que en noche de sudor y tierra,
sola de soledad, vacía,
con delantal de llanto entre los dientes,
diste en un grito el día”.
Según se cuenta, los primeros pobladores de la zona de Alcorta fueron vascos originarios de Donostia. Su nombre se relaciona con un lejano caserío de Gipuzkoa.
El lugar era territorio de antiguos fortines construidos para custodiar las precarias fronteras ganadas, en cruentas luchas, a los naturales del país.
Las tierras fiscales de lo que sería la futura colonia, se venden el 15 de mayo de 1857 a Juan Campos.
Amancio Alcorta las compra el 8 de Octubre de 1860. En abril de 1892, sus sucesores venden parte de esas tierras a don Bernardo Iturraspe, quien solicita al gobierno de la provincia la aprobación de los planos para la traza de un pueblo.
Inmigrantes llegando al Puerto de Buenos Aires.
Estas tierras del sur santafesino, eran muy demandas por los terratenientes, que las adquirían a bajo precio para luego fundar colonias, subdividiendo inmensos latifundios y multiplicando varias veces la inversión inicial, mediante venta o arrendamiento.
Hacia 1910 la colonia con una extensión de más 25 mil hectáreas, se encuentra habitada casi en su totalidad, por agricultores arrendatarios provenientes de los más diversos puntos de Europa. Suizos, italianos, croatas, catalanes, rusos, forman lo que se dio en llamar la “pampa gringa”.
Llegaban desde el dolor, el hambre y las guerras.
En su anhelo de asentarse por fin en una tierra de paz, aceptaron contratos abusivos por parte de los terratenientes.
Altos costos de arrendamiento, el compromiso de adquirir sus insumos y herramientas en comercios administrados por sus arrendadores y la venta de sus cosechas a los dueños de los campos, a precios inferiores al mercado, mermaron sus posibilidades de vivir con el mínimo de dignidad al que aspiraban.
Y es este lugar de nombre vasco, donde los campesinos inician un movimiento de protesta.
Habían sido años malos, de sequía prolongada. Una buena cosecha les hizo esperanzar, pero una vez levantada, ya no quedaba nada para ellos.
En Junio de 1912, más de trescientos colonos, encabezados por Francisco Bulzani resuelven ir a una huelga que se propaga en toda la región y paraliza a 100.000 colonos.
A ellos se unen pequeños comerciantes, profesionales y amplios sectores populares.
Ante las posibles pérdidas económicas, los terratenientes ceden parcialmente y a mediados de 1913, se obtienen rebajas en el costo de los arrendamientos.
El Grito de Alcorta no va a modificar la estructura ni la política agraria del país, pero crea ciertas condiciones que permiten a partir de 1916, durante la presidencia de Irigoyen, un acceso gradual de los agricultores a su porción de tierra. Los nombres vascos aparecen en puestos de liderazgo: Alcorta, Iturraspe, el gobernador Menchaca, el presidente Irigoyen.
Sin embargo, son los italianos Francisco Bulzani, el abogado Francisco Netri, sus hermanos sacerdotes José y Pascual, quienes se destacan en este movimiento en el que el Dr. Netri deja su vida. Es asesinado en Rosario en octubre de 1916.
Pobladores de Alcorta y otras colonias.
Pero cuando de esta gesta se habla, prefiero pensar en María Robotti, que en adelante será María, de Alcorta. Un nombre vasco para quien no lo era.
Porque María no provenía de los montes de Euskal Herria pero era una montañesa. Los Alpes fueron el paisaje de su infancia.
La imagino cruzando un mar tan inmenso como las llanuras a las que arribó y en las noches, lustrando sus recuerdos a la luz de estrellas desconocidas.
Con la fuerza que da el dolor de promesas incumplidas y el coraje de saber que su reclamo es justo, supo luchar por aquello que le pertenecía: su casa, su familia, su futuro.
Mujeres como ella, hicieron mi país.
Y con la dulzura propia del poeta, Pedroni continúa:
“De pagarés en blanco eran tus manos
en tu quehacer de harina.
Tu sueño despeinado en cama impaga,
de luna blanca y fría.”“Bendito tu dolor que incendió el trigo
por un poco de vida,
por un sauce de paz donde peinarte,
por una nueva espiga.”
Fuentes:
GRELA, Plácido: “El Grito de Alcorta. Historia de la revolución campesina de 1912” Ed. Tierra Nuestra. Rosario, Argentina, 1958.
AAVV: “El Grito de Alcorta. Antecedentes, causas y consecuencias” Ed. FAA. Argentina, 1987.
MARRONE, A. V.: “Historia de Alcorta” Editado por la Comuna de Alcorta 1991.
PEDRONI, José: Obra poética.
1Mate: infusión tradicional argentina.
2Pampa gringa: término acuñado para designar la zona agrícola con epicentro en la ciudad de Rosario. (Provincia de Santa Fe) con gran afluencia de inmigrantes italianos.
Gringo: todo aquél que tiene dificultades para expresarse en español. En Argentina se aplicó especialmente a los inmigrantes italianos.