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Ría de Butrón

Euskal Herriko Natura aldizkaria 39. zk.

Las fuentes del río Butrón se encuentran en los montes Mendigana y Bizkargi. El río, tras atravesar el pueblo de Morga y recibir las aguas de Errigoiti en Olabarri, aumenta su caudal gracias a los arroyuelos que vienen de Sollube. Esta cuenca lleva dirección noroeste, con una superficie de 175,15 Km2 y una longitud de 30 km. A partir de Fruiz el río avanza por un valle bastante amplio. El pueblo principal del valle es Mungia. El río Butrón pasa cerca del castillo que lleva su mismo nombre antes de desembocar en el mar, en Plencia.

Los árboles del entorno son casi exclusivamente coníferas repobladas, pero también hay abundantes prados utilizados para la ganadería. En general, en las orillas no se encuentran los alisares que suelen mantenerlas bien cuidadas.

La contaminación que soporta el río proviene principalmente de la metalurgia y la industria química; en algunos parajes, en cambio, los núcleos de contaminación son producidos por los residuos orgánicos de las explotaciones ganaderas.

En Mungia hay un coto de pesca, entre el puente de Soietxe y el embalse de Haizene. Plencia se sitúa en la ribera de la ría y se puede ver una parte de la misma desde la carretera que va a Elortza. Por otra parte, partiendo del Castillo de Butrón, un estrecho camino transcurre paralelo al río durante un tramo por su margen derecha.

Río Butrón

El espacio reúne al río Butrón y a sus riberas entre el castillo del mismo nombre y Plencia, antes de la desembocadura de la bahía de Gorliz. Incluye la marisma de Txipio a la izquierda de la ría, divididas las dos por un tramo de carretera.

El cauce depende de las mareas, excepto la parte cercana al castillo, y el río fluye lento creando meandros. Todas las tierras son depósitos aluviales del Cuaternario.

Desde el punto de vista del paisaje se distinguen dos partes bastante diferentes. En la parte de atrás del valle es muy estrecho, encajado en tierras de uso forestal, y en un gran tramo de las orillas se conserva el recubrimiento de árboles. Más adelante el río se abre y el cauce se ensancha. Allí imperan los limos, y el entorno de las marismas y las orillas de la ría se abre paso a través de tierras agrícolas y urbanas.

Una parte de las tierras vecinas a la ría de Plencia ha sido bastante modificada desde su situación original. El tramo final de la ría está delimitado por urbanizaciones y carreteras y la zona más característica de vegetación de las marismas (Txipio) está separada de la ría por una carretera.

Las subidas y bajadas del mar deterioran poco a poco este tipo de hábitat, al menos si no se permite que entre y salga de la ría el agua suficiente.

El exterior del estuario del río Butrón

La zona del estuario está bien conservada; se abre a una bahía, entre los cabos de Barrikaondo y Astondo, uno al oeste y el otro al este. La ría se abría de forma asimétrica hacia el oeste, entre el acantilado de Barrikondo y el pequeño y rocoso cabo de Busterri; en Busterri está la “clínica pequeña” justamente en el mismo lugar en el que antes hubo una fortaleza.

Por la derecha tocaba el cerro de Plencia; en una de los breves arenales que había en la costa se construyó un astillero, y en un rincón se construyó un pequeño puerto, ya que había agua dulce cerca. Gracias a los soterramientos realizados, la tierra seca le ganó terreno al mar, pero la mayor transformación fue debida a la construcción del puerto entre el estuario y el mar. Después de eso, los puertos han alterado la dinámica de la arena, ya que ahora se acumula a la derecha, hacia Plencia. De hecho, la playa de Plencia tiene un ancho de hasta 170 m, y una longitud de 350, pero en medio del arco que hace la costa hacia la bahía, la arena es más escasa. Antes de construir la clínica y la carretera, detrás de la playa había una zona de dunas (se analizará más adelante). Por lo tanto, con la marea baja se unen las dos playas, pero al subir la marea vuelven a separarse, dejando el cabo de Busterri en medio.

En la otra ribera, como consecuencia del soterramiento para construir la carretera de Barrika a Plencia, el canal de la ría quedó separado de la marisma de Txipio, y la unión de agua entre las dos se redujo. Ahora, al subir la marea la marisma queda sumergida. Además, una parte de la misma también fue soterrada para construir, entre otras cosas, instalaciones deportivas. Sin embargo, otra gran parte está en buen estado.

En el caso de Gorliz, lo que más se ha tocado es el grupo de dunas de Astondo. Primero, tras construir el hospital (terminado en 1919) en el arenal, la carretera construida para llegar hasta allí desde el pueblo detuvo el avance de la arena. Por lo tanto, sin que el viento pudiera renovarla, y al quitar grandes cantidades de la arena que había, quedó al descubierto la arena cementificada que el viento había acumulado allí hasta entonces (“dunas fósiles”).

Río Butrón

El estuario tiene muchos observatorios para estudiar el entorno. A menudo llegan a las playas algas y grupos de animales del plancton, como medusas y sifones. La marisma se abre en la ría y en Txipio, y en la playa de Gorliz, en Astondo, crecen comunidades de los sustratos rocosos.

Junto al frontón estaba el antiguo molino de la ría, pero en la actualidad sólo queda la muela. En el mismo lugar, tenemos comunidades de los lodazales arenosos: Nereis diversicolor Scrobicularia y berberechos (Cerastodema edule). Aparte, con la marea baja emergen rocas rodeadas de arena, cada vez con menos lodo; allí hay ostras (Ostrea edulis y Crassostrea angulata), y los camarones (Palaemon serratus) aparecen en abundancia en los pozos que quedan entre mareas. También se puede ver alguna lapa. No hay actinias en cambio, ni anémonas ni equinodermis, hay bivalvos del tipo Venerupis decussata y Anomia ephyppium. Aparecen grupos de tubos de poliquetos serpúlidos Mercierella enigmatica, y también abunda el cangrejo Pachygrapsus marmoratus.

Al otro lado del dique que hay junto a la playa, alrededor de las rocas hay arena de grano más grueso, en lugar de lodo. Allí hay lapas, cangrejos y algún que otro actinia, pero no Mercierellas que, al ser originario de las rías, el agua de mar no es su entorno natural, aunque pueda adaptarse a ella. De hecho, este tipo de gusano no se puede reproducir en aguas de gran salinidad.

La parte de Astondo está formada por grandes rocas caídas de los acantilados y por capas de piedra que han salido a la superficie. Se pueden recoger muestras en el peñascal y en las llanuras que quedan al descubierto más allá del dique del puerto. La comunidad presente en la llanura durante la marea baja es abundante y diversa, parecida a la de Muñakotz, y las especies que se pueden ver indican la influencia de la ría de Plencia, ya que la tiene al lado. Por ejemplo, hay lapas junto a las ostras. También habitan allí otras especies (enterradores, lepidonotidos y nereidos poliquetos).

De la misma manera, la bahía es un lugar adecuado para que se junte el plancton; allí, al igual que en el Abra de Bilbao, los grupos de especies de fitoplancton y zooplancton son más habituales que fuera, debido al efecto fertilizante del río Butrón. El ciclo estacional del fitoplancton es muy parecido en la bahía y en la costa: en primavera y otoño imperan las diatomeas y en invierno es cuando se junta la menor cantidad de plancton. También en verano, si el alimento es suficiente, aparecen muchas diatomeas, pero entonces el fitoplancton no es como el de la costa, ya que al ser temporada de oligotrofia en la costa lo que más abunda son los flagelados.

Vegetación de especial interés

A pesar de que una parte de la ría sufra la presión humana y de las carreteras, se conservan grandes superficies de vegetación de las marismas y se pueden encontrar excelentes muestras de diversas comunidades. Empezando por las poblaciones de Spartina maritima hasta los carrizales, incluyendo grupos de Salicornia ramosissima, matorrales halófilos Sarcocornia fruticosa y Halimione portulacoides, juncales de Juncus maritimus, grupos de tamarindos, etc. Entre las especies que hay, además de las citadas, podemos encontrar, entre otras, las siguientes: Limonium vulgare, subespecie serotinum, Cochlearia aestuaria, Saueda maritima, Frankenia laevis, Scirpus lacustris, subespecie tabernaemontani, Oenanthe lachenalii y Trfolium squamosum.

Río arriba, en la zona a la que no llega la marea alta, podemos encontrar poblaciones de plantas acuáticas como Potamogeton perfoliatus, P. pectinatus, P. crispus, Alisma plantago-aquatica y Lemna gibba. La especie Myosoton aquaticum que está esparcida por la ría, también habita allí. Esta parte, en los estadios poco modificados, conserva el bosque de galería, tan importante desde el punto de vista ecológico. Allí hay tanto plantas leñosas como herbáceas.

Río Butrón

Fauna de especial interés

La ría de Plencia, como todas las que conservan una parte de hábitat, es un área de descanso para las aves migratorias relacionadas con el entorno acuático. Para algunas también es un lugar en el que pasar el invierno.

Aves limícolas (Calidris sp., Charadrius sp. Numenius sp, Tringa sp. Pluvialis sp., etc.), algunos anátidos, erralidos, ardeidos (garza real y cerceta), el martín pescador que crece en este río (Alcedo athis), láridos, cormorán grande, etc.; se juntan todo tipo de poblaciones ornitilógicas unidas a la ría (los limos de las orillas y las temporadas de pasto, carrizales, canales intermareales entre fitocenósis halófila... y el mismo cauce).

Las dunas de Astondo

La fuerza del Golfo de Vizcaya y los principales vientos del norte ayudaron a crear las “dunas rastreras” de Astondo, es decir, la arena dejó su nicho de la playa y subió por el cerro y los campos colindantes hasta crear los montículos que vemos hoy.

La zona de dunas de Astondo es una de las más grandes de la costa vasca por superficie. A través de ellas se comunican los ecosistemas de la costa con los pastos y matorrales del interior. Y así la diversidad de la vegetación de las dunas crece exponencialmente.

Sin embargo, hoy en día la arena tiene que atravesar varias barreras para ayudar a crecer a la duna: un muro, una carretera... Por lo tanto, la aportación se ha reducido mucho y podemos observar importantes procesos de erosión en las dunas: los cortes verticales de los amontonamientos medio estables nos han dejado a la vista capas de sedimentos.

Dentro del entorno se distinguen dos situaciones. Una corresponde a la zona más cercana al mar, utilizada tradicionalmente para el ocio intensivo. Aquí se pueden ver los procesos de erosión ya mencionados y hoy en día hay una barrera que impide entrar. Es una protección importante; de hecho, debido a la bella y amplia playa del pueblo, en verano se duplica el número de habitantes.

La segunda situación corresponde a la zona de dunas recubierta por pino marítimo (Pinus pinaster). Está junto a la zona anterior, pero en el interior esta vez. Se cree que esa especie de pinos es de las dunas permanentes del sureste de Francia y en Gorliz también podría ser así, a pesar de que no sabemos si ha aparecido de forma natural en otros arenales de nuestra Comunidad. El pinar se irá extendiendo poco a poco y es habitual ver ejemplares jóvenes creciendo en las dunas.

Río Butrón

Como se puede ver en el este del arenal de Astondo, a la sombra de los pinos ha tomado mucha fuerza una gramínea invasora: Stenotaphrum secundatum. Esta planta forma tupidas alfombras ahogando así la posibilidad de supervivencia de otras especies; por lo tanto, el resto de la vegetación de las dunas está en grave peligro.

Esta vegetación tiene un gran valor, de hecho, viven allí muchas especies raras o en peligro de extinción. Como se adaptan bien al suelo arenoso, al viento y a la salinidad, son muy especiales. Entre otras, hay varias que mencionar: Herniara ciliolata robusta, Asperula cynanchica occidentalis, Koeleria albescens Festula arenaria.

Aunque la degradación que está sufriendo es importante, este ecosistema de dunas es uno de los principales bastiones de los hábitats de las dunas del País Vasco.

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