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Los vascos y su papel preponderante en la política y economía de Salta en el siglo XIX

Pedro Antonio LOPEPÉ IRIART

1. Introducción

En mi trabajo “Los antepasados vascos de Julio Florencio Cortázar” a pedido de Eusko Ikaskuntza investigué la figura del abuelo del escritor argentino Julio Cortázar (1914-1984). Sus comienzos me llevaron a Ea, Bizkaia, debiéndome situar luego en Salta, Provincia de Salta, Argentina.

Según la opinión versada de Oscar Álvarez Gila: “En estos últimos cinco años hemos notado que mucha gente se encuentra interesado en este tema (el de la diáspora vasca) y que lo está estudiando. Considero que es un tema muy interesante porque está aún sin trillar, es exótico. Además, es otra manera de estudiar la historia de Euskal Herria. Pero no sólo eso, sino que es también una manera atractiva de estudiar los vínculos entre la historia de otros países y la del nuestro. Hasta ahora no nos habíamos dado cuenta, pero la proyección exterior tiene una enorme influencia en la historia de Euskal Herria... Todavía no se han estudiado los trabajos realizados sobre Euskal Herria por vascos que viven fuera y ese es un tema muy interesante, porque eso ha tenido su influencia en el desarrollo de la historia vasca”.

1.1. Los Cortazar

Compartiendo ideas y siguiendo dichos lineamientos con posterioridad a ese trabajo y continuando con mi búsqueda llegué a sus tatarabuelos Francisco de Cortazar y María Martina Ugarriza. De dicha unión nacieron en Ea: Francisco Valentín Cortazar Ugarriza, el 2 de noviembre de 1807 y bautizado en la Parroquia de San Juan Bautista el 3 de noviembre del mismo año; María Ascensión Cortazar Ugarriza el 3 de septiembre de 1809 y bautizada un día después en San Juan Bautista; Pedro Josef Cortazar Ugarriza, el 2 de febrero de 1815 y Balentín de Cortazar (el bisabuelo de Julio) quien contrajo matrimonio con Josefa de Mendiola en San Juan Bautista el 26 de mayo de 1836. Este matrimonio tuvo cuatro hijos: Francisco Solano, Juan Ignacio, Pedro Balentín (Ea, 1840 Salta, 1912 —el abuelo del escritor—) y Josefa Martina o Martina Josefa, el 23 de marzo de 1854.

Obituario de Pedro Valentín Cortazar

Obituario de Pedro Valentín Cortazar.

Pedro Balentín fue bautizado en la Parroquia de San Juan Bautista de la Puebla de Hea, siendo su padrino don Pedro José De Ugarriza.

Su hermana se casó en primeras nupcias con Juan Genaro De Landeta el 23 de marzo de 1857. El matrimonio tuvo dos hijos: Pedro Valentín Landeta Cortazar nacido el 21 de octubre de 1858 y Martina Amelia Landeta Cortazar, nacida el 11 de noviembre de 1872.

Como se ha visto un Cortazar estaba casado con una Ugarriza.

1.2. Los Ugarriza

Los Ugarriza eran de la Puebla de Ea. Allí nacieron entre otros: María Martina Ugarriza Lariz, el 15 de mayo de 1784; Micaela De Ugarriza, el 20 de noviembre de 1798, quien se unió en matrimonio con Juan De Mendiola; Pedro José Ugarriza nació el 1 de agosto de 1803; Juan Antonio Ugarriza Beascua el 2 de octubre de 1806; José Andres De Ugarriza el 22 de marzo de 1809; María Carmen Ugarriza Goitisolo el 31 de mayo de 1846; Juan Manuel Ugarriza Goitisolo el 20 de enero de 1849; y Josefa Antonia Ugarriza Goitisolo, el 9 de junio de 1851.

También en este pueblo de Bizkaia, se casaron Juan De Mendiola con Micaela De Ugarriza el 20 de noviembre de 1798; Juan Martín de Ugarriza con Josefa Antonia de Endeiza el 27 de agosto de 1805 y José Andrés de Ugarriza con María Josefa de Goitisolo el 11 de junio de 1835. Estos matrimonios se celebraron en la Parroquia de San Juan Bautista.

La relación de los Cortazar y los Ugarriza continuó en Salta. De acuerdo al censo de 1869:

Pedro Valentin Cortazar: 28 años, soltero, español, comerciante y Pedro G. Ugarriza, 31 años, español, comerciante compartían domicilio en la Subdivisión 9ª. Salta, Capital. Probablemente se trate de Pedro José Ugarriza Goitisolo hijo de José Ugarriza y María Josefa Goitisolo, nacido en Ea el 28 de mayo de 1837.

Angel Ugarriza o Angel Esteban Ugarriza Tejada fue bautizado en La Merced, Salta el 5 de agosto de 1850. Era hijo de Andrés de Ugarriza y Susana Tejada, hermano del ya citado Andrés. Contrajo matrimonio con María Ignacia Cornejo. Apadrinó a un hijo de Pedro Balentín Cortazar llamado Augusto, bautizado en la Santa Iglesia Catedral de Salta el día 22 del mes de abril del año del Señor de 1881.

Sin embargo por préstamos de dinero de Angel a Pedro Valentín protagonizaron sonados casos en los Tribunales salteños que finalizaron en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Las constancias de los mismos figuran en mi artículo ya citado.

Vbg. el Secretario del Juzgado Federal de Salta, D. Mariano Hurtado Mendoza querelló por injurias graves a Angel Ugarriza. Dichas injurias fueron inferidas al Secretario con ocasión y por razón de sus funciones y en pleno centro de Salta entre las tres y cuatro de la tarde del día 28 de mayo de 1886 cuando el procesado dio dos bofetada y una patada al injuriado ya que consideraba que lo hostilizaba en los asuntos que sigue contra D. Pedro Cortazar.

Angel Ugarriza con posterioridad fue Jefe del Registro Civil e Intendente interino de Salta en 1893.

Salta. Foto: CC BY - borderlys

Salta.
Foto: CC BY - borderlys

2. Los vascos en Salta

El jesuita Manuel de Larramendi sostuvo que todo vasco “ha sido siempre noble, siempre lo es y siempre lo será”. La mayor parte de los vascos, con su hidalguía a cuestas, vinieron a Salta y se vincularon “con el estamento tradicional lugareño”. El núcleo de familias fundadoras se fue entrecruzando con los nuevos inmigrantes. El acceso al estamento principal “lo daba el casamiento o alianza familiar con mujeres del grupo social fundacional”. Muchas de ellas eran únicas herederas de enormes extensiones de tierras recibidas por sus padres como mercedes reales. Es también el producto de una serie de negociaciones establecidas a lo largo de generaciones en torno de un pasado que debe a veces recordarse, otras olvidarse, en casos transmitirse e incluso inventarse. Las simpatías y odios interfamiliares, las afinidades con unos y otros, los elementos que intervinieron en la construcción de una identidad familiar, se transmiten y se enseñan.

Es posible descubrir el éxito de estas estrategias en Ramón Zuviría Uriburu. Sus dos apellidos demuestran que las actividades interfamiliares son un capital que se conserva y mantiene en el tiempo. La relación entre los Uriburu y los Zuviría fue estrecha desde sus inicios y se remonta a cuando los dos jóvenes, hijos de vascos recién afincados Dámaso y Facundo, decidieron fundar la Patria Nueva y resistirse al sistema de Güemes.

En primer lugar, el tuteo deja percibir el estrecho y cotidiano vínculo familiar que los unía. El uso del pronombre “vos” es un rasgo indicativo de una relación de confianza. En esta época el voceo se correspondía con un estándar lingüístico porteño que “solamente fue aceptado gradualmente en el resto del territorio argentino desde la segunda mitad del siglo XIX y de modo definitivo en el XX”. En la sociedad salteña decimonónica, y sobre todo los sectores de su elite, aún seguía en vigor el modelo manejado en la Lima virreinal, en el cual los tratamientos pronominales de los sectores más acomodados de la sociedad eran exclusivamente los de “tú”, “usted”, “ustedes”, reduciéndose el voseo a sectores marginales.

2.1. Familias vascas preponderantes en la política y economía de Salta en el siglo XIX

Aráoz, Echazú, Gorriti, Ibarguren, Isasmendi, Ugarriza, Uriburu, Usandivaras, Zorreguieta, Zúñiga y Zuviría son algunos de los sustanciales apellidos vascos que durante el siglo XIX y el XX tuvieron preponderancia en la economía y política salteña e inclusive en la historia nacional. Llegaron, se establecieron y dejaron su sello. Su importancia en Salta fue cualitativa.

2.1.1. Notorios

He aquí a los más notorios:

Andrés Ugarriza (1838-1917) o Andres Ignoscencio Ugarriza Tejada, bautizado en la Merced el 18 de diciembre de 1842, hijo de Andrés Ugarriza y Susana Tejada. Nacido en la ciudad de Salta Cursó sus estudios preparatorios en dicha ciudad, antes de trasladarse a Buenos Aires para ingresar en la Universidad en la cual se graduó de abogado. De regreso a la Provincia se inició en la justicia local con el cargo de Fiscal. Luego fue promovido a Juez. Al alejarse de la Magistratura incursionó en política como Secretario de la Legislatura provincial en 1863, de donde pasó luego a desempeñarse como Ministro de Gobierno. Al año siguiente se trasladó a Tucumán para hacerse cargo de la designación de Camarista del Tribunal Superior de Justicia de aquella provincia. En 1867 fue designado Ministro de Relaciones Exteriores por el Presidente Bartolomé Mitre. Para otras fuentes fue nombrado Ministro Plenipotenciario. Luego de concluida sus funciones, se reintegró a la justicia, siendo nombrado en 1869, Juez de Sección Fue miembro con los Doctores Alejo B. González y Andrés de Somellera de la Junta Electoral en las elecciones celebradas en la ciudad de Buenos Aires, que motivaron la llamada “Revolución de Mitre” de 1874. En 1881 asumió el cargo de Juez Federa, donde permaneció hasta su jubilación obtenida dos años después. En su casa se planeó la frustrada Revolución de julio de 1890 cuyo máximo exponente fue Leandro N. Alem.

Otra vez volvió a militar en política tras lo cual fue elegido Convencional por Buenos Aires para la reforma de la Constitución. Cumplida esta misión regresó a Salta donde el Gobernador don Pío Uriburu lo nombré Ministro de Gobierno (1898) y seguidamente fue elegido Diputado Nacional por Salta por lo que se afincó en la Capital Federal. Murió en Buenos Aires el 29 de septiembre de 1917.

Facundo Zuviria. Nació en Salta el 26 de noviembre de 1793. Jurisconsulto. Constitucionalista. Adversario de Güemes. Autor de la primera Constitución provincial. Presidente de la Sala de Representantes. Representó a Salta en el Congreso Constituyente de Santa Fe del que fue Presidente. Miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Confederación en Paraná. Ministro de Relaciones Exteriores y Culto del Presidente Urquiza. Murió en Paraná el 18 de agosto de 1861. Sus cenizas se guardan en el Panteón de las Glorias del Norte.

Ramón Zuviria. Nació en Salta el 31 de agosto de 1828. Militar. Estanciero. Diputado Nacional. Murió en Tucumán el 1 de octubre de 1877.

Dámaso de Uriburu. Hijo de don José de Uriburu y de doña Manuela Hoyos y Aguirre, nació en 1794, en Salta donde recibió su primera formación antes de ser enviado por sus padres al Colegio de Monserrat en Córdoba, donde permaneció hasta 1811, y luego se radicó en la misma ciudad donde se dedicó a diversas actividades. Fue Senador Nacional por Salta. Encargado de Negocios en Bolivia. Mediador en el conflicto entre Bolivia y Perú. Murió en Bolivia el 1 de mayo de 1857.

José Evaristo Uriburu. Nació en Salta el 18 de noviembre de 1831. Jurisconsulto, político, diplomático. Ministro de Gobierno. Diputado Nacional. Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública de la Nación. Procurador del. Tesoro de la Nación. Vicepresidente y luego Presidente de la República. Nuevamente Senador Nacional y Presidente interino de la Nación. Murió en Buenos Aires el 25 de octubre de 1914, recibiendo honores póstumos.

Abraham Echazu. Nació en Salta. Abogado. Presidente de la Corte Suprema de Justicia. Legislador provincial. Ministro de Gobierno. Murió en Buenos Aires el 26 de noviembre de 1927.

Félix Usandivaras. Nació en Salta en 1879 y recibió la educación primaria y secundaria en la propia ciudad natal antes de dedicarse a las faenas rurales.

Inclinado por la política, participó en las contiendas locales y desempeñó diversos cargos y funciones públicas. Electo Concejal por la Capital, fue luego designado Intendente Municipal. Posteriormente resultó exaltado a una banca provincial en Diputados y a continuación obtuvo un escaño en el Senado, del cual fue presidente, circunstancia en que ejerció interinamente el Poder Ejecutivo de la Provincia.

Tanto desde la función pública como desde la banca legislativa fue un gran propulsor del desarrollo agrícola del valle de Lerma. Es gravitante el papel que las mujeres tuvieron en la unión de las solidaridades familiares y de poder en este caso. Usandivaras encontró como nexo primero a su esposa María Figueroa Paz y en segunda instancia a su suegra Genoveva Paz. Falleció el 22 de diciembre de 1961.

Provincia de Salta

Provincia de Salta.

Miguel Francisco Aráoz. Hijo de don Miguel Francisco Aráoz —oriundo de Tucumán— y de doña Isabel Usandivaras de Figueroa —perteneciente a tradicionales familias salteñas— nació en la ciudad de Salta en 1817. Su infancia transcurrió en Tucumán desde donde fue enviado a Córdoba para proseguir estudios superiores, pero el inesperado fallecimiento de su padre lo obligó a regresar al terruño en compañía de su madre.

Ya en Salta, dedicarse a tareas comerciales y, habiendo contraído matrimonio con doña Benjamina Solá y Chavaría Moldes —hija de D. Manuel Solá y Tineo, que fuera gobernador de Salta—, tuvo que participar en política colaborando con los organizadores de la Liga del Norte, encabezada por Marco Avellaneda. Con gran visión de futuro, fundó el Ingenio “La Esperanza” en la vecina provincia, constituyéndose así en pionero de la industria azucarera de Jujuy, lo que acrecentó su prestigio en el mundo de las finanzas de esa época y le permitió influir en las decisiones políticas de ambas provincias, en aquel entonces en que la lucha entre federales y unitarios resultaba exterminante.

Llegó a ejercer el mando gubernativo de la provincia, poco después de Caseros, al asumir el cargo de Gobernador de Salta desde el 9 de mayo de 1854 hasta el 15 de abril de 1855, como consecuencia de la vacante del titular don Tomás Arias, primer gobernador constitucional a partir de la época de la reorganización nacional. Por segunda vez ejerció, también interinamente, la primera magistratura de la Provincia en 1862. Ocupando una banca en la Legislatura provincial, fue elegido Presidente del alto Cuerpo, circunstancia que lo llevó a ejercer, por tercera vez, el mando gubernativo de Salta en 1862.

Por su larga trayectoria política y los antecedentes acumulados en su favor, finalmente alcanzó a ser electo —con carácter de titular— Gobernador de la Provincia extendiendo su mandato desde el 13 de junio de 1875 hasta el mes de diciembre de 1876. Falleció en Salta, el 25 de abril de 1887.

3. Los vascos en la economía de Salta

3.1. El azúcar

La estructura del interior es bastante heterogénea. Salta presenta una estructura social de rasgos únicos en el área rioplatense. Sobre una plebe mestiza gobierna una aristocracia rica, dueña de la tierra repartida en grandes estancias, dedicadas en las zonas bajas a la agricultura del trigo y de la vid, y en las altas al pastoreo. En las laderas que se abren al Chaco se dan cultivos tropicales, en primer lugar el azúcar (Halperin Donghi, “Revolución y Guerra”).

El ingenio azucarero La Esperanza se erigió sobre la hacienda San Pedro, que desde 1844 era de propiedad de la familia salteña Aráoz. Su modernización estuvo a cargo de Miguel Francisco Aráoz, quien introdujo los trapiches de hierro y las centrífugas a vapor. Se trataba de equipos fabricados en Inglaterra, país del cual también provenía el técnico que los instaló, Roger Leach.

Pío Uriburu se convirtió en copropietario de ese ingenio en 1882 al integrarse a la sociedad Aráoz, Ugarriza, Uriburu y Cía. Uriburu también tenía intereses, por entonces, en Salta, ya que en 1880 en sociedad con Pedro Cornejo y otros inversores locales, había iniciado la explotación del ingenio azucarero San Isidro, ubicado en el departamento salteño de Campo Santo. Los Uriburu también tenían explotaciones de caña de azúcar y trapiches en Orán. A diferencia de los empresarios rurales de la pampa bonaerense los grandes propietarios salteños de la industria azucarera mostraron una clara disposición por el poder político. Los Uriburu tuvieron respaldo económico suficiente para incorporarse a la Argentina próspera. Miembros de dicha familia formaron parte del Congreso de la Nación y de los gabinetes presidenciales, y un integrante de la familia Uriburu (José Félix) alcanzó a ocupar la primera magistratura nacional.

El rol de la actividad azucarera como sostén de exitosas empresas políticas, sin embargo, fue soslayado por la historiografía, que le asignó una preponderancia casi exclusiva a la ganadería en el proceso económico, político y social de Salta.

Los movimientos económicos de ingenios azucareros radicados en Salta y en Jujuy dejan traslucir la importancia que adquirió la actividad azucarera entre fines del siglo XIX y comienzos del XX para la incorporación exitosa de familias salteñas en el grupo dirigente de nivel nacional.

Una serie de peculiaridades caracterizó al proceso político salteño durante los treinta y seis años de hegemonía conservadora. Las más destacadas fueron la representación política del distrito en el nivel nacional, la ausencia de intervenciones federales a lo largo de la etapa y la conformación, en suelos norteños, de verdaderos gobiernos de familia.

Al respecto, a fines de los años setenta Natalio Botana se preguntó si el control del gobierno por parte de estas familias obedeció a que habrían acarreado recursos para el poder nacional, en las figuras de dos presidentes y once ministros.

Aislada la provincia de los beneficios de la economía exportadora pampeana, el desarrollo económico salteño dependió de las fuerzas del mercado interno regional y de los intersticios que se abrieron hacia el oeste, pero también hacia el Atlántico.

Azúcar. Foto: 91RS

En Salta se dan cultivos tropicales, en primer lugar el azúcar.
Foto: CC BY - 91RS

3.1.1. Los beneficios del azúcar

Los tres gobernadores que se sucedieron entre 1898 y 1906 eran dueños de ingenios azucareros. Pío Uriburu abrió la serie entre 1898 y 1901, Ángel Zerda gobernó durante los tres años siguientes y David Ovejero lo hizo entre 1904 y 1906.

No era la primera vez que hombres con plantaciones de caña de azúcar conducían los destinos de Salta. Sixto Ovejero, padre de David, lo había hecho en 1867 y Miguel Francisco Aráoz, en 1875. Ambos eran copropietarios de haciendas en Jujuy: la del primero se llamó “Ledesma” y la del segundo “San Pedro”, nombres que tomaron las actuales poblaciones del ramal jujeño que cuentan con los grandes ingenios de esa provincia.

Durante la década de 1870 las citadas haciendas iniciaron su conversión hacia empresas azucareras en ello incidieron factores inherentes al crecimiento demográfico, la formación de un mercado de trabajo y una mayor concentración en la propiedad de la tierra. La incorporación de capital y tecnología externos fue otro elemento clave para que pudieran desarrollarse las nuevas instalaciones fabriles que, con maquinaria importada, comenzaron a levantar las primeras cosechas de buen rendimiento.

La diferencia entre los viejos y nuevos métodos de producción se reflejaba en la calidad y los tiempos que insumía la elaboración del producto. Con los procesos más antiguos las haciendas tardaban cerca de 30 días en obtener el producto final, ya que utilizaban trapiches de madera o de hierro movidos por bueyes o por agua. Los métodos modernos, mucho más eficientes a través de la propulsión del vapor, hicieron que el tiempo de elaboración del azúcar disminuyera a tan sólo 12 horas.

A diferencia de los establecimientos azucareros tucumanos, los salto-jujeños tuvieron en las poblaciones originarias de la llanura chaqueña la fuente de mano de obra barata e inagotable. Cada año los ingenios arrancaban los pueblos indígenas no menos de mil hombres, junto a quienes se apropiaban de mujeres y niños para explotarlos en la zafra y en otras actividades agrícolas.

Fueron justamente los propietarios de estos establecimientos azucareros quienes gobernaron Salta entre 1898 y 1906. A partir de este último año se abrió otra serie de gobernadores vinculados, a través de estrechos lazos familiares, con los dueños del Ingenio Ledesma.

3.2. La ganadería

Ganadería. Foto: blmurch

La ganadería supo proveer de una vida acomodada a los estancieros salteños.
Foto: CC BY - blmurch

Del mismo modo la ganadería supo proveer de una vida acomodada para esa época y región a los estancieros salteños. Las estancias de la región de la Frontera acompañaron el movimiento económico que la Argentina próspera tímidamente anunció en esta parte del país. Una parte del ganado fue a los mercados que abrió la llegada del ferrocarril a Tucumán y otra continuó con los destinos tradicionales.

La asociación de la actividad ganadera al estilo de vida aristocrático se gestó con el éxito de la economía agro exportadora de la pampa húmeda. Esta construcción era tardía, ya que hasta el último tercio del siglo XIX la actividad rural era vista como inferior como inferior y menos prestigiosa que los emprendimientos urbanos.

En comparación con los beneficios de una estancia ganadera de Rosario de la Frontera, los beneficios de las empresas azucareras superaron ampliamente al de los establecimientos pecuarios La renta ganadera no tuvo, en Salta, las proporciones que alcanzó en Buenos Aires. Sin embargo, dichos ingresos, comparados con los mejores salarios de la burocracia salteña de la época, indican que garantizó una vida acomodada a los propietarios de tierras y ganados.

4. La vitivinicultura

En la entrada misma del pueblo de Cafayate, provincia de Salta, se encuentra la bodega más antigua del valle calchaquí. El origen de la “La Banda” se remonta a 1857, año en que comenzó a producir artesanalmente los primeros vinos del valle. Los fundadores por aquel entonces fueron dos familias vascas: los Aramburu y los Quintana.

Mientras que la historia de las “Bodegas Etchart” tiene sus comienzos en 1850, cuando los antepasados de dicha familia, inician la actividad vitivinícola en la región de Cafayate, Salta. La finca “La Florida”, donde se encuentran los viñedos, fue adquirida en 1938 por Arnaldo Etchart. En un próximo trabajo me ocuparé de las bodegas y bodegueros vascos en la Argentina.

Viñedos. Foto: aaepstein

Los primeros vinos del valle se comenzaron a producir en 1857.
Foto: CC BY - aaepstein

5. Los vascos en la política salteña del siglo XIX

La sociedad salteña de la segunda mitad del siglo XIX se movió en órbitas que la ataban más a las prácticas sociales y concepciones características de los tiempos tardíos de la colonia y de la primera etapa independiente que a las sociedades modernas del siglo XX. Durante toda esa centuria Salta atravesó un crítico proceso, ya que en las primeras décadas del siglo había abandonado su posición como centro de tránsito entre la comercial Buenos Aires y la aristocrática Lima para convertirse en una región de frontera.

En el nuevo escenario político, Salta pasó a constituirse en la frontera Norte de las novísimas Provincias Unidas, con límites aún imprecisos entre los nacientes Estados de Chile, Bolivia y Paraguay y los territorios ocupados por los indios del Chaco.

La nueva coyuntura añadió a los conflictos que ya dividían a la elite local nuevos elementos que influyeron para que las tendencias en pugna adquirieran rasgos definitorios duraderos y cristalizaran en grupos.

Estos enfrentamientos no eran nuevos. A fines del siglo XVIII, la disputa por las tierras en las regiones de la Frontera y el Valle de Lerma para satisfacer las necesidades de un comercio mular en ascenso había distanciado internamente a la élite.

El ascenso de la “Patria Nueva” fue la expresión de un grupo de intereses políticos y económicos bien definidos que desplazó los antiguos lazos estamentales y propuso en letra escrita el primer proyecto de provincia posible. La “Patria Nueva” era el caparazón política que movilizaba las demandas de un sector de la elite regional que aspiraba al fin de la guerra, la rearticulación del tráfico comercial, el cese de las contribuciones forzosas y el fin del “sistema de Güemes”. El grupo afirmó sus rasgos originales y empezó la construcción de un nosotros con actores que se identificaban como defensores del orden institucional y se postulaban como liberales, contrarios al despotismo y a la tiranía. Los casi sesenta años que transcurrieron entre la muerte de Güemes (1821), hasta la asunción a gobernador de Moisés Oliva (1879) estuvieron signados por la influencia de estos dos grupos políticos opositores que habían tomado forma en los albores del proceso independentista. Estas dos asociaciones políticas actuaron como un marco familiar, dado sus miembros y las redes que integraron.

El ámbito de la familia fue el espacio donde se produjo y reprodujo este patrimonio a fin de crear y perpetuar la unidad, garantizar la continuidad de la existencia del grupo en cuanto tal y asegurar, con ello, su permanencia en el espacio social.

Esta realidad construida en la cotidianeidad de los enfrentamientos políticos, las tramas familiares, los vínculos militares fue el insumo que sustentó exitosamente al Partido Autonomista Nacional en Salta, al punto que fue el único distrito que no fue intervenido durante los treinta y seis años que duró la hegemonía conservadora.

Salta. Foto: sproglad

Salta.
Foto: CC BY - sproglad

La familia de elite formó parte de la compleja trama del poder político de la época y fue en este proceso de construcción de entidades políticas nuevas donde emergió como un dato necesario de la realidad híbrida que tomaba forma. Su irrupción en el campo político no fue una novedad, sino la resultante de un proceso que venía de los siglos anteriores. La familia decimonónica arrastraba consigo rasgos que eran propios del mundo colonial y que la condicionaban, amoldaban y reformulaban en este nuevo contexto de violencia y provisionalidad permanente.

El protagonismo político de estas familias vascas y salteñas no se circunscribió a la región. Los nuevos tiempos les brindaron ingentes oportunidades para incorporarse a la trama de la política nacional que estaba delineándose. El devenir de los sucesos impuso a Buenos Aires sobre Lima y a Córdoba sobre Chuquisaca. La orientación de la región hacia el Atlántico durante el siglo XIX era económica y también política.

El ámbito de la familia fue el espacio donde se produjo y reprodujo este patrimonio a fin de crear y perpetuar la unidad, garantizar la continuidad de la existencia del grupo en cuanto tal y asegurar, con ello, su permanencia en el espacio social.

La memoria construida en el día a día por las familias de elite contribuyó a la permanencia y mantenimiento de las redes.

El recuerdo de los descendientes de estas familias es una construcción social que fue elaborada en el seno de sus hogares. Es también el producto de una serie de negociaciones establecidas a lo largo de generaciones en torno de un pasado que debe a veces recordarse, otras olvidarse, en casos transmitirse e incluso inventarse. Las simpatías y odios interfamiliares, las afinidades con unos y otros, los elementos que intervinieron en la construcción de una identidad familiar, se transmiten y se enseñan.

La memoria transmitida de generación en generación también contribuyó a delinear el sentido de ubicación de los integrantes de las familias de elite en las redes de poder.

En 1885 fue la memoria familiar transmitida la que permitió a Abraham Echazú presentarse y posicionarse como representante de la familia Figueroa en un telegrama a Miguel Juárez Celman, a través del cual le manifestaba su apoyo a la candidatura presidencial.

El posicionamiento de Mitre a nivel nacional trajo aparejado el ascenso de la red de poder de los Uriburu en la provincia, aunque, como afirmó Atilio Cornejo, Salta se mantuvo fiel a la influencia de Urquiza, motivo que causó la consiguiente reacción y, por ende, el desmedro del partido liberal gobernante.

Para los primeros años de 1860 la red que detentaba el poder provincial se distinguía por su naturaleza familiar, al punto que sus integrantes eran identificados por los otros como los uriburu. Incluso llegó a acuñarse el neologismo político de uriburiada para aludir a los sucesos conocidos como la Revolución de los Uriburu. Tanto el flamante gobernador, Juan Nepomuceno Uriburu, como su antecesor, Anselmo Rojo, mantenían un estrecho acercamiento con Mitre y esta circunstancia le añadía un atributo partidario a la red, que se identificaba con los liberales y el oficialismo nacional.

El apoyo a Urquiza y el encono hacia los Uriburu fueron los rasgos que definieron a este entramado de poder y caracterizaron su lógica de acción, formas de cohesión y estructuración en el tiempo. La denominada “Farsa de los Uriburu” fue un fallido intento de la familia homónima de aferrarse el poder.

En 1883, Solá asumió su segundo mandato. El primero había transcurrido entre 1877 y 1879 después que superara en la contienda a Andrés Ugarriza. Uno y otro habían sido protagonistas de los hechos de la revolución de los Uriburu, en los cuales los dos entramados de poder habían llegado a un enfrentamiento armado. A Ugarriza le había tocado en suerte ser por esos años secretario general de Segundo Díaz de Bedoya, cuando éste tenía su cuartel general en Tres Cerritos, paraje cercano a la capital. Al año siguiente, en 1864, dirigió junto con éste y Benjamín Zorrilla el partido apodado “Los Overos” que patrocinaba la fracasada candidatura de Bedoya a gobernador. El apelativo remitía a la composición heterogénea del nuevo grupo político que tenía en sus filas a hombres pertenecientes a la red de los Uriburu y apoyaba a quien había dirigido el levantamiento opositor Benjamín Zorrilla integraba el entramado de poder liderado por los Uriburu, y la posición de Ugarriza en esa red quedó develada, para los propósitos de este trabajo, cuando décadas más tarde asumió como ministro de Hacienda del gobernador Pío Uriburu (1898-1901).

6. Bibliografía

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ALVAREZ GILA, Oscar UGALDE, Ana Isabel. La proyección exterior tiene una enorme influencia en la historia de Euskal-Herria 504 2009/10/16-23.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN Fallos 33/1889.

FERNANDEZ LAVAQUE, Ana María Estudio sociohistórico de un proceso de cambio lingüístico en el Noroeste argentino. Siglos XIX-XX, Universidad Nacional de Salta. Universidad Nacional de Buenos Aires, Salta 2005.

FIGUEROA, Fernando Diccionario biográfico de los salteños, Editorial Universidad Católica de Salta, Salta,1980.

HALPERIN DONGHI, Tulio Revolución y Guerra, Buenos Aires 1992 Siglo XXI.

JAUREGUI RUEDA, Carlos Los vascos y navarros en Salta. Siglos XVI a XIX, Fundación Vasco-Argentina Juan de Garay.

JUSTINIANO, María Fernanda Poder y riqueza en Salta a fines del siglo XIX, Universidad Nacional de Salta, Facultad de Ciencias Económicas.

JUSTINIANO, María Fernanda La formación del sistema político nacional 1852-1880, Jornadas de Historia Política, Mendoza, 2008.

KORTAZAR, Jon-LOPEPE, Pedro Antonio El abuelo de Julio Cortázar, Cuadernos Hispanoamericanos 718, Abril 2010.

LOPEPE, Pedro Antonio Los antepasados vascos de Julio Florencio Cortázar, Eusko-Ikaskuntza, 2010 (a publicarse en el Nº 55,2 —julio-diciembre 2010— de la revista RIEV).

SAGUIER, Eduardo Un debate inconcluso en América Latina-Luchas políticas en Salta 1904-1908.

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