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Juan AGUIRRE SORONDO
Cada año, a la atardecida de la víspera de San Martín (11 de noviembre), el pueblo de Arama se reúne en la plaza en un rito muy especial que marca el inicio de sus fiestas patronales: el ‘Gaztaina Jana’. Con tal motivo, el Ayuntamiento pone castañas asadas y vino para compartir un acto que desborda el simple protocolo y trasciende a la mecánica ceremonial. Sosteniendo entre manos cucuruchos de periódico y vasos de papel, ensartan los vecinos la conversación a la par que chasquean las mondas de castaña, que sólo dejarán de oírse cuando rompa la alegre sintonía de una trikitixa.
No hay pleito que sobreviva al festín ni enemistad jurada que no termine abjurando ante esta ‘Pax Arama’ basada no en las armas, como la romana, sino en las castañas, alimento de gran fuerza simbólica por sus virtudes nutritivas y su larga conservación que permite guardarlo para pasar los inviernos. De este modo, todos los conflictos del año agonizan esa tarde bajo la mirada paternal del monte Arri-gurutz-gaña. Es un gesto sencillo, aunque no insignificante, de la personalidad de este pequeño pueblo sobre la vega del Oria.
Arama.
Ilustración: Josemari Alemán
Su parroquia, dedicada a San Martín de Tours, durante siglos debió de arropar muchas noches a los pastores en su camino hacia prados extremos de la montaña navarra en la primavera, y de vuelta a las dehesas de costa al caer el otoño. Porque de esta iglesia podrá decirse como de ninguna que ha sido la casa de todos: desde posada para viajeros hasta sede de la Unión del Río Oria (a la que pertenecía Arama junto a Gaintza, Altzaga, Itsasondo, Legorreta y Zaldibia), pasando por cobijo contra tormentas, incendios y humanos pesares.
No deje de visitar el forastero que llega a Arama los caseríos Iriarte, Iturrioz y Mendizabal, magníficas muestras de arquitectura rural vasca. Y, si tiene suerte, de disfrutar de uno de los últimos molinos que han funcionado en Gipuzkoa, el Ibares-errota, soberbio vestigio de aquellos mecanismos preindustriales tan abundantes en nuestra geografía hasta hace unas décadas.
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