La acción política de los vascos en Argentina

María Eugenia CRUSET, Doctora en Historia (Universidad del País Vasco/ Euskal Herriko Unibertsitatea), Magister en Relaciones Internacionales (Universidad Nacional de La Plata-UNLP-Argentina)

Lagundu

Resumen de la ponencia presentada en IX Seminario Internacional Euskal Herria Mugaz Gaindi, “Reflexiones sobre los Retornos en las Migraciones y los Exilios Vascos”.

En este artículo me propongo comentar algunas de las ideas que he desarrollado, lógicamente en forma más extensa, en mi tesis de doctorado. En la misma analizo comparativamente las diásporas irlandesa y vasca en la Argentina en la etapa de mayor recepción inmigratoria, esto es entre 1860 y 1922. A continuación uno de los aspectos que me pareció de mayor relevancia: la acción política.

El arribo de los vascos

Desde hace relativamente poco los historiadores nos hemos dado cuenta de una realidad que es casi evidente: las personas que han tenido que emigrar, sea por los motivos que fueran, siguen manteniendo vinculaciones con el lugar que dejaron. Ya sea por cuestiones económicas o políticas, e incluso por razones afectivas, el emigrado no corta por completo esos lazos que lo unen a su lugar de origen. Y esto aconteció incluso en contextos históricos que hacían más complejo el traslado y las comunicaciones. Es por esta razón que los estudios migratorios han comenzado a mirar el fenómeno como un proceso a dos puntas. Ya no como una fotografía congelada en el marco de algún Estado-nación, sino como una película. Es indudable que esto ha enriquecido los análisis y ha permitido sacar nuevas e interesantes conclusiones.

Así pasa también con los vascos, quienes han emigrado a la Argentina desde la etapa colonial, cuando la zona del Río de la Plata era un área secundaria y con poco interés para la Corona. Esta situación, de cierta laxitud del control Real les permitió un rápido ascenso social y económico. Muchas de estas familias, dedicadas al comercio, lograron ocupar cargos importantes en la administración del Estado Argentino llegando, algunas de ellas, a convertirse en el Patriciado porteño de más adelante.

Sin embargo, y a pesar que a partir de la década de 1830 comenzaron a llegar pastores oriundos del Iparralde, recién dos décadas después su ingreso va a ser masivo. Así se estima en unas 60.000 personas las que ingresaron entre 1840 y 1920.

Portada Revista La Baskonia 1917

Portada Revista La Baskonia 1917. Alegoría Pérdida de Los Fueros.

En 1877 se creó en Buenos Aires el primer centro vasco, el Laurak Bat. Sus bases eran la defensa de los fueros y libertades vascas, el contacto con las provincias de origen, la creación de una biblioteca de temas vascos y organización de orquesta y coro. En 1902 se aprobó un artículo en sus estatutos que obligaba a la comisión directiva a exteriorizar su protesta contra la abolición de los fueros. En julio de 1903, se realizó la primera de estas protestas públicas, que continuó año tras año. De todas formas, con independencia de estas intervenciones políticas, sus principales actividades pasaban por lo social y la celebración de fiestas y reuniones; lo cultural, integrado por el canto, la música y el baile; y lo deportivo, donde destaca el juego de pelota en todas sus variantes. En 1895 se fundaron el Centro Vasco Francés y el Centro Navarro.

Estos centros estaban cruzados por distintas corrientes políticas e ideológicas —fuerismo, carlismo, españolismo, nacionalismo cultural y nacionalismo aranista—. Este contexto impidió el surgimiento de un liderazgo fuerte y de un proyecto político común a toda la Diáspora en relación al País Vasco.

La acción política doméstica

En la provincia de Buenos Aires todos los varones ciudadanos tuvieron derecho a voto sin ninguna limitación desde la década de 1820. Esto se mantuvo en la Constitución Nacional de 1853. Los mayores de edad podían votar, siempre que hubieren nacido en el país o se hubieren naturalizado. La dificultad, de hecho, no estaba en la normativa que era muy generosa, sino más bien en las prácticas de la época, que hacían del voto algo complejo, nominal y muchas veces violento. Los extranjeros no podían participar de las elecciones, salvo en algunas locales de carácter municipal por no ser ciudadanos ya que la gran mayoría no se nacionalizaba. Por otra parte, de aquellos emigrantes de primera o segunda generación argentinos nativos, muy pocos ejercían el derecho al voto.

El sistema no era a través del modelo moderno de partidos políticos sino de clubes que eran organizaciones que se ocupaban de los trabajos electorales a favor de ciertos candidatos, formando una opinión favorable sobre ellos. Estos clubes surgieron en la década de 1850, luego de la caída de Rosas y su práctica fue muy común dentro de los países que habían sido colonias españolas. Así, por ejemplo, en Chile eran agrupaciones formales y reglamentadas que representaban a la burguesía; en Lima eran más coyunturales formadas en cada elección.

Los argentinos de origen vasco tuvieron participación política. Se los ve censados en los padrones electorales o ganando alguna elección. Al gozar de buena opinión se los solía convocar como candidatos. Sin embargo, siempre fue a título individual. Nunca existió algo similar a lo que tenían por ejemplo los irlandeses: un club propio —el Gral. Brown— que defendía en simultaneo los intereses comunitarios en el país y en la isla.

Un presidente de la República con raíces vascas

Hip?lito Yrigoyen

Hipólito Yrigoyen fue dos veces presidente de la República Argentina: de 1916 a 1922 la primera y de 1928 hasta el golpe de Estado de 1930 la segunda.

El 12 de octubre de 1916 llegó al poder el primer presidente elegido de forma democrática a través de la Ley Sáenz Peña (1912) de voto secreto, universal y obligatorio. Él es Hipólito Yrigoyen. La ocasión fue festejada y seguida por “La Baskonia1, que era el mayor periódico de la colectividad en el país. Así publicaba en ocasión de su asunción:

El Dr. Irigoyen es un legítimo representante de nuestra raza; por su sangre corren a borbollones glóbulos de aquella sangre del nobilísimo solar de Aitor, patria de los más puros manantiales de democracia que alimentaron pueblos de progreso, y de elevados ideales. Su triunfo en las alturas sea un nuevo eslabón que consolidará el ya enorme prestigio de nuestra importancia racial en el continente. ¿No hemos, pues, de congratularnos de la feliz terminación de su labor presidencial como ahora tenemos a honrosa satisfacción ofrecerle nuestros mejores vaticinios?2

Hipólito Yrigoyen —a veces también firmaba Irigoyen—, fue dos veces presidente de la República: de 1916 a 1922 la primera y de 1928 hasta el golpe de Estado de 1930 la segunda. No fue un presidente más sino uno de los más relevantes de la historia nacional. Representó un movimiento popular importantísimo, que incorporó a la clase media (mayormente inmigrante) al sistema político y significó el quiebre del modelo oligárquico de la Argentina en la llamada Generación del 80. En materia educativa hay que destacar la llamada “Reforma Universitaria” de 1918, que hizo que las universidades fueran autónomas (con gobierno y financiamiento propios), libres y gratuitas. Sin embargo, no contó con mayoría en el Senado ni en las gobernaciones, lo cual le quitó margen político de acción. Esta situación desencadenó el primer golpe de Estado de la historia moderna argentina, el 6 de septiembre de 1930, abriendo una triste saga.

Por esto es legítimo el orgullo de la colectividad demostrando, por un lado la generosidad argentina que abrió los brazos a millones de personas permitiéndoles progresar y llegar a ocupar los puestos más altos de su administración; y por el otro, la labor incansable de estos vascos que dieron lo mejor de si en esta nueva tierra adoptiva.

Y, aunque solo tuvieron una participación política limitada en el país, es indudable que su aporte fue de enorme significación. Tanto en lo cultural como económico o social su impronta puede verse a simple vista, gozando de una gran estima por parte de toda la sociedad que los encuentra como personas trabajadoras, honestas y de palabra.

1 La Vasconía fue fundada el 10 de octubre de 1893, cambiando su grafía a La Baskonia en 1903. Fue la publicación que acompañó a los vascos emigrados haciéndoles mantener vivo el recuerdo de su terruño e informándolos de lo que alli ocurría.

2La Baskonia, 1 de octubre de 1916.

Lagundu

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