Sutileza visual

Este fotógrafo vasco ha hecho de la fotografía industrial su modo de vida, y de la fotografía en general su modo más vital de expresar sus más íntimos intereses estéticos y humanos.

Asier Camacho muestra en sus fotos a otros artistas, como se puede apreciar en las tres fotos de la serie “Artistas”, y lo que llama más la atención del objeto de sus fotos es que uno de ellos sea músico, otro actor de teatro -ya que parece que declama- y un tercero cualquier persona que se aleja del mundanal ruido-sonido paseando por el campo, o por una alameda un tanto alejada. Lo digo ya que las muestras artísticas de estos modelos son difícilmente reflejables o emulsionables en un instantánea, lo que hace más interesante que les haya escogido a ellos y no a otros, ya que da pie a pensar que Asier Camacho tiene unos intereses artísticos amplios.

Dentro del mundo del espectáculo exhibe uno de los temas menos representados -sobre todo en el Gran Liceu de Catalunya- sea por intereses crematísticos, o por dificultades con las aseguradoras, que nos retrotrae al genial Stromboli, y a las películas de temas circenses de Fellini. Es bueno que algo tan bello como la interacción de un humano con el fuego no se pierda en la noche de los tiempos del espectáculo.

La serie “Luces y sombras” consta de dos fotos. La recreación de en un espacio lleno de tornillos y tuercas que da sensación de horror vacui al espectador. En el otro extremo estético tenemos el interior de un edificio futurista con un espectador empequeñecido en un extremo de la prolongación de unas nervaduras arquitectónicas que remiten a la estética gótica, y el modelo como gárgola postmoderna mirando silente hacia el espectador.

Una imagen muy gráfica es la de ese camión arenero rojo siendo cargado por una grúa. Gráfico porque conforma el centro de la imagen, como el centro de una diana, o el pecho de un petirrojo inflamado de amor en una noche de luna llena.

Dos fotos realizadas con fines publicitarios: la “publi” de un yogurt sobre un césped verde que nos remite a los prados donde pastan las vacas y un elemento industrial con menos luz natural que el anterior, y con más claroscuros, con aire espacial o de última tecnología.

Las dos fotos que nos quedan son muy diferentes entre sí. Una sirve para reflejar a una joven de perfil, con un peinado muy a la moda, y en un entorno minimalista dado que la habitación es totalmente blanca, y ella va absolutamente de blanco. Evidentemente es una foto de estudio, y la joven posa en un arriesgado escorzo que privilegia su cabeza, como imagen invitadora. Y la última recuerda al desierto de Tabernas (Almeria), el más meridional de Europa, localización obligada en los años 70 para los spaguetti western que rodara Sergio Leone con Clint Eastwood como protagonista. Y lo identifico así gracias a la foto del camión arenero rojo. Ya que tan sólo en un desierto de arena europeo puedes encontrar un crepúsculo así sin irse a lugares más meridionales o a las antípodas australianas.

Asier Camacho refleja muchos temas, pero siempre con sutileza, delicadeza, y originalidad.

Ramuntcho Robles Quevedo