Isusko Vivas Ziarrusta, 1975.
Ciudadano de Bilbao. Tras los años de formación en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco/EHU, he estado dedicado últimamente a la investigación académica acerca de temas asociados a la transformación urbana en Bilbao, donde entran en juego las interacciones entre la escultura pública, la arquitectura y el mobiliario monumental que afectan tanto a las ‘escalas de la ciudad’ como a los problemas de identidad y planificación heredados en la metrópoli post-industrial. He desarrollado estudios en áreas concernientes al urbanismo y la ordenación del territorio, con una visión interdisciplinaria enfatizada por una mirada ‘estética’ heterodoxa que, proveniente del campo de las artes plásticas, se extiende hacia otros ámbitos del conocimiento; por ejemplo las cuestiones socio-antropológicas aplicadas en la ciudad y los fenómenos urbanos. Desde 2003 he impartido docencia en varios departamentos universitarios. Así mismo, he realizado publicaciones y participado en diversos congresos, jornadas y seminarios sobre arte e historia, patrimonio arquitectónico y procesos de remodelación urbanística. Desde el punto de vista artístico, he colaborado y tomado parte en muestras colectivas e individuales, con obras que ponen de manifiesto el valor de la memoria del paisaje industrial, así como la reconversión que afecta a los lugares y espacios rehabilitados. A partir de la exposición: “Industriaren ondorengo hiriaren oroimena/La memoria de una ciudad postindustrial” (UPV/EHU) 2005, el trabajo fundamentalmente escultórico y fotográfico enmarcado en esta temática ha tenido recientemente su continuación en la Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de Barakaldo (2008), junto con la escultora Amaia Lekerikabeaskoa.
Isusko ama las ciudades de su entorno.
Viva muestra de ello es cómo juega con su osamenta, es decir,
sus edificios.
Hay una foto en la que al mismo tiempo juega con una imagen de “Vértigo”
de Hitchcock (película presentada en el Zinemaldia de 1958) y su
extraña sensación para todo espectador.
Sigue jugando con escaleras eléctricas del metro de Bilbao, y túnel convencional, para provocar soledad.
Luego vemos una imagen de una grúa portuaria que pareciera esperar actividad durante el crepúsculo.
Además juega con las alturas de edificios, como si subiera a un podio olímpico.
Y da cabida en su estética a edificios modernos como a antiguos,
como en el caso de
los cubos de Moneo, y el Palacio Miramar visto desde la parte inferior
de los jardines nevados...
Documenta torres de no tanto uso: las de agua.
Una en ruinas, y otra simplemente abandonada.
Y con los colores, como esa imagen de lo que debieron ser los astilleros o los Altos Hornos de Vizcaya, sin actividad y enfermos de oxidación y olvido.
Pero no todo es viejo, ya que se ve un edificio en construcción, el Abra, cada vez más limpia.
Y como colofón a todos sus juegos la torre de gas abandonada y la noria, en la eterna dialéctica entre la línea recta y la curva.
Documenta los cambios de la costa de Hegoalde, de su paso de una sociedad industrial a una de servicios, y turismo.
Del antiguo orden de las cosas al pacifismo de la sociedad global y del neoliberalismo.
Pero lo importante es que nada se olvide, porque sino no habrá merecido la pena todo el esfuerzo emprendido.
Ramuntcho Robles Quevedo
Si deseas exponer en ARTaretoa sólo tienes que
enviar:
10 o 12 fotos de tus trabajos.
Curriculum.
Y una fotografía tuya.
Correo electrónico: webmaster@euskonews.com
O a la dirección:
Euskomedia
Fundazioa.
Asteasuain, 14 (Poligono Txikierdi)
20170
Usurbil.
