“Hibai y la ciudad fotografiable”

Cualquier tema de la ciudad es importante. Tan sólo hay que encontrar el ángulo adecuado, y el momento más oportuno. Así parece ser en este conjunto de fotografías de Hibai Agorria Munitis. Hay varios grupos, diversos en sus formas, pero que son singulares en la individualidad de las imágenes que los componen.

En una primera serie se ve una foto de un mosso de esquadra con un bus turístico de Barcelona a sus espaldas, cansado de su trabajo; en otra unos hindús —creo— con su traje tradicional en una fiesta popular catalana —cuyos protagonistas también visten el traje regional, como de castellets— ; y unos deportistas que celebran una victoria deportiva. Las 3 fotos tratan de gente que se encuentran en un momento característico de sus vidas, cada uno sin embargo con sus pensamientos o actitudes.

Así como esos melómanos hurgando entre viejos vinilos, absortos en su tarea de encontrar un disco de suyo inencontrable, en la época del ipod...

Otra serie es la del puerto, el campo de trigo y el arco iris. La primera anima al viaje, a la libertad del tan cercano Mediterráneo, o tan cercana Barcelona. El campo de trigo relaja y ofrece su horizonte en las tardes del principio del verano. El arco iris es una gota de esperanza para alguien que entra en una fábrica, dispuesto a afrontar una extenuante jornada laboral. Todas son el punto de vista de la ociosa observación del espectador, al menos en el presente.

Otro motivo es la observación de gente abstraída, activa o pasivamente, como es el caso del mendigo durmiendo la siesta, protegido de la lluvia por su paraguas y sus cartones; del payaso observando arrobado la lencería, haciéndonos cómplices de lo que observa; y de los niños que de espaldas, están absortos en escuchar al grupo que toca. Cada uno con sus gustos o sus necesidades, en su momento personal.

Y en la última serie vemos a un padre y a su hijo, aquel dormido en el banco del parque, y éste escribiendo sus cosas o sus deberes escolares; y una madre y un niño que sentado y activo no “posa” de la misma forma que aparece en el retrato callejero, seguramente porque ya está harto de tanto esperar, y de tanto estar sin ser él: un niño.

Hibai observa y toma notas de la realidad sea en el campo o en la ciudad, pero bajo su propio prisma.

Ramuntcho Robles Quevedo