Este pintor lasarte-oriatarra disfruta muchísimo con lo que pinta, ya que se ve que en cada uno de sus cuadros vuelca su mundo más personal.
Con escenas de animales de farra en su coche, o lobos masajeándose los pies, habla de lo que le gustaría ver, o ilustra los cuentos que haya podido leer o escribir.
¿Y ese homenaje a Dalí en forma de cruz que flota sobre un río de magma?
¿O ese contrabajista sideral?
Y no olvidar los homenajes a la brujería o a películas como “Amanece que no es poco”, caso de esa zanahoria antropomorfa que pugna por salir de la rica gleba que es su sustento. Como el sustento de Alberto es todo aquello que hace al espectador percibir la realidad de otra manera. Y siempre, eso sí, con sus cuadros llenos de color, incluso en el del personaje que abandona la casa donde yacen dos nereidas.
Ramuntcho Robles Quevedo
Irakurleen iritziak: