Estas bellas fotografías bien podrían recordar a la fuente de inspiración de Anselm Kiefer o Gonzalo Chillida, pero si realmente parecen bellas es porque destacan el paisaje, igualando en altura el punto del horizonte (bajo) con el suelo. Y sin saber cuál es la localización, se puede deducir que es en un sitio poco habitado, que hay que cuidar y proteger, máxime cuando la mayoría de las fotos recogen humedales. Es decir, espacios de difícil protección por la tendencia actual de cambio climático, con la muchas veces exagerada propensión (aún en estos tiempos de crisis económica) a buscar nuevos sitios donde construir, digan lo que digan los edafólogos, los naturalistas, o simplemente los paseantes que disfrutamos de la naturaleza; sea cual sea nuestra profesión, nuestra formación académica o nuestra experiencia laboral.
¿Y que opinarían las garzas? A tan bellos pájaros, imagen de toda tela de seda japonesa que se precie, le gustan las fotos de Nagore Igarza.
Ramuntcho Robles Quevedo
Irakurleen iritziak: