Este creador vizcaíno representa con el aerógrafo personas de muchos tipos, bien con motivos del cine —como El Padrino o los 300— o bien personas con mirada melancólica. Y eso no sorprende, ya que muchos de los más respetados grafiteros (o al menos lo que ya sabía por Basquiat, o viendo “Exit trough the gift shop” de Bansky en Zinemaldia 2010) anhelan comunicarse más con todo el mundo, y desean mayor comunicación entre las personas: quizás por eso representen sus grafitis en muros, donde cualquier transeúnte pueda verlo. Y hay personajes arquetipos como la mayoría de Marlon Brando, y gestas imperecederas como las de Esparta, y lo espartano.
Estas obras invitan a soñar, recordando buenos momentos de celuloide (o vídeo o internet) o esa mirada que se quedó grabada en las 2 retinas.
Y para alegría de Orduña (que es un pueblo precioso, pero no muy céntrico en Bizkaia) el autor que firma Tris colabora (o al menos ha colaborado) desinteresadamente en los centros educativos de su pueblo. Y gracias a ello, aunque la gente tenga motivos para estar melancólica, al menos sabrá apreciar una mirada en pintura, y quizás, sólo quizás, en la realidad.
Ramuntcho Robles Quevedo
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