Iban Barrenetxea ilustra los cuentos clásicos mostrando gran personalidad. Personajes muy refinados unas veces o muy grotescos otras, pero siempre adoptando posiciones inusitadas, sea en un interior, en un exterior. Y muchas veces en la misma ilustración, donde además deja entrever su amor por la naturaleza dado que si no representa sus personajes en un entorno rural o en un jardín, procura que se pueda atisbar la naturaleza al disponer en los interiores grandes ventanales con claros cortinajes recogidos las más de las veces.
El humor no falta en su obra, ya que muchas veces equilibra parejas de personajes: el gordo y el delgado, el desesperado que pierde el paraguas y el reconcentrado, el que hincha los carrillos y el que sopla para sí. El niño que algo trama, con la niña absorta en la lectura.
Imprevistos escorzos en imágenes que muestran el movimiento de una manera un tanto barroca como el cazador de zorro y la exasperada mujer gritando al zorro en fuga. Ciclistas, inventores, jóvenes amantes. Alicia en el País de las Maravillas. Cuentos cautivadores, historias entrañables.
Para contar un cuento a los niños, y si ya lo han oído muchas veces, una buena descripción de las ilustraciones amplia los motivos para quedarse en casa, en el hogar, y soñar...
Ramuntcho Robles Quevedo
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