TÉCNICAS
DE DEFENSA Y ATAQUE
La
frecuencia de bastones, makila o chuzos en las gentes de otra
época se explica fácilmente por los múltiples
servicios que prestaban: apoyarse al andar, defenderse contra
animales -y, como hemos visto, no sólo contra irracionales-,
conducir el ganado...
Decíamos más arriba que los duelos a bastonazos
gozaron de enorme extensión. Así que el ARTE DE
ESGRIMIR EL PALO fue altamente apreciado; precisamente hay un
librito así titulado editado en 1881, en el que su autor,
Liborio Vendrell y Eduart, ofrece una amplia descripción
de este técnica marcial con todo lujo de detalles. Pero,
de acuerdo con la mentalidad caballeresca del siglo XIX, las pretensiones
de la obra parten de un análisis casi antropológico:
"el estoicismo y la calma imperturbable tienen su límite;
prudente es pues conocer el modo de servirse de él (del
palo) para dar y no recibir que es el problema, cuya solución
demostramos" (1).
Antes de esto, el autor comienza recordando que "se esgrime
el palo en la provincia de Santander y montañas de León,
en el principado de Asturias y en algunas comarcas de Galicia.
En Francia en Auvernia y en el Franco-Condado. En Portugal en
la Beira alta y baja. Y esta arma natural, esta defensa no penada
por las leyes, aparte de las gentes exclusivamente dedicadas a
su manejo, hay pocos que la conozcan".
Esto quiere decir que si bien en Euskalerria a mediados del siglo
XVIII -según supimos por el padre Larramendi- estaba bastante
olvidada esta técnica, en otras latitudes pervivía
aún a finales del XIX. En este sentido, se nos antoja importante
el libro del Vendrell y Eduart en tanto que las peculiaridades
de la esgrima que en él se recogen no diferirían
mucho de las practicadas uno y hasta dos siglos antes.
Un palo de esgrima debe poseer las siguientes condiciones: "El
palo tendrá aproximadamente setenta y cinco centímetros
de longitud por dos centímetros de diámetro y puede
ser de acebo, ascario o de corazón de encina con veta derecha;
perfectamente liso, sin agujeros ni correa para sujetarlo".
Para este autor, dado un combate entre dos tiradores (que así
designa a los luchadores de palos) con las mismas condiciones
de fortaleza, destreza, agilidad y valor, "pierde el primero
que se descuida", de suerte que otorga gran importancia al
factor sicológico.
Aparte de todo ello, amplía el autor su exposición
con otros capítulos no menos interesantes dedicados a la
marcha, los saltos, las variaciones, estocadas, tiempos, etc...
Después de esto, ¡qué más se puede
añadir de las virtudes del palo! ¿Que "palo
de carraca quiebra costilla y no rasca"? ¿O que "palo
de nogal, quiebra costilla y no deja señal"?
Sin menospreciar esas expresiones del refranero castellano, uno
se inclinaría a contradecir al señor Vendrell y
Eduart alegrándose de que esta forma de litigio, este arte,
haya sido desterrado de nuestros modos; quien suscribe se identifica
más con el proverbio inglés que reza: "Bastones
y piedras podrán romper mis huesos, pero las palabras nunca
podrán lastimarme".
Reproducimos aquí y en la página siguiente dos láminas
del libro; la primera con las posiciones del luchador, que son:
Fig. 6. Lámina
primera del libro Arte de Esgrimir el Palo. Posiciones del luchador.
Figura 1.
POSICIÓN DE PERFILADO, para presentar al adversario el
menor blanco posible. Figura
2. POSICIÓN OFENSIVA, óptima para iniciar un buen
ataque. Figura
3. POSICIÓN DEFENSIVA, o de preparación para encajar
un posible golpe. Figura
4. POSICIÓN A FONDO, o guardia ofensiva al frente. Figura
5. INVERSIÓN DE LA POSICIÓN A FONDO, para evitar
el golpe. Figura
6. PIERNA ATRÁS O SEGUNDA, que a un tiempo evita el golpe
en la pierna derecha y prepara nueva guardia.
Nota:
1.
VENDRELL Y EDUART, Liborio. Arte de esgrimir el palo. Imprenta
de la Viuda e Hijos de Iturbe. Vitoria. 1881. (VOLVER) |
EL
PALO, EL JUEGO Y EL DEPORTE
Antxon Aguirre
Sorondo, miembro de la sección de Antropología de
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