Es una de las zonas más lindas del residencial barrio
de Belgrano de Buenos Aires. En las madrugadas cantan los zorzales,
en la época apropiada la calle huele a flores de azahar,
y el aire lo llenan las campanadas de la parroquia San Benito Abad,
el ex monasterio benedictino que dirigió Andrés Azcarate.
Allí está la casa que compartió Endrés
de Irujo con su esposa. María Elena Etcheverry nos recibe
y nos abre la puerta al otro Andrés el de la intimidad, el
de las conversaciones familiares, el involucrado en la vida argentina;
y comenta el modo en que, con esfuerzo, continúa la obra
de Ekin y vive la problemática vasca.
- ¿Cómo
lo conoció a Andrés?
Le conocí como miembro del Instituto Americano de Estudios
Vascos, porque mi padre lo era también y fui incorporada
como miembro de número de la Institución en 1975.
Comencé a concurrir a las reuniones del Instituto. Ni bien
me enteré dónde podía aprender euskera empecé
a ir a clases, a la misma que iba Andrés. Y, además,
a buscar bibliografía... y él me ayudó.
Don Andrés, como yo le llamaba entonces, comenzó
a motivarme para que diera charlas sobre la investigación
de rh negativo de mi padre en población vasca, tema de mi
dominio... Andrés promovía a la gente para que hiciera
las cosas.
- ¿En esa
época participaba de las actividades de la colectividad?
Personalmente, yo tendía hacia lo vasco desde chiquilina,
desde entonces había iniciado una búsqueda. Me interesaba
la lengua, pero no conocía lo que era un Centro Vasco, nunca
había concurrido a uno. Totalmente volcada a mi vocación
de médica y concentrada en mis estudios, participaba con
mi padre de las actividades profesionales y concurría con
él a las reuniones de sociedades científicas. Pero
no tenía acceso a conferencias sobre temas vascos, sino excepcionalmente.
|
María Elena Etcheverry en la casa de Belgrano |
- ¿Y qué
ocurría en esas ocasiones?
Esas ocasiones eran siempre motivo de diálogo sobre temas
vascos con mi padre. Accedía a esa bibliografía en
casa -la mayoría de la editorial Ekin-, a casa llegaba periódicamente
el boletín del Instituto Americano de Estudios Vascos, que
enviaba por años Irujo, pero nada más...
Recuerdo en particular la presentación de la versión
euskerica de Takakortaxarena de nuestro poema gauchesco, el Martín
Fierro; fue en 1972. Ese acto del Instituto al que concurrí
-que se hizo bajo los auspicios de la Secretaría de Cultura-
contó con la intervención del Dr. Andrés María
de Irujo...
En el mes de su muerte, mi padre había recibido un premio
y Andrés había ido a saludarlo, encontré ahí
nuevamente a un señor muy mayor conocido de mi padre...
- ¿Y cómo
terminó en casamiento?
Terminó en casamiento porque empecé a tener diálogo
con él... conocerlo y admirarlo fue fácil, compartíamos
además muchos valores.
Hacía dos años ya que le trataba cuando mi madre me
dijo un día: "Todavía te vas a casar con Irujo...".
Muy sorprendida le contesté "¡Pero mamá!
¿cómo se te ocurre?, ¡podría ser mi padre!...".
Pero Andrés saltaba las "barreras generacionales"
-como la garrocha que practicaba en su juventud- y entendía
a la gente joven...
Nos casamos en 1979, a los cinco años de conocernos, cuando
comprendimos que nos queríamos profundamente, él tenía
70 años y yo 40. Los catorce años de matrimonio fueron
en verdad muy felices, de excelente convivencia. Aunque vivimos
rodeados de grandes problemáticas, familiares, de nivel económico...él
las tuvo y yo me quedé sin trabajo... vivimos momentos muy
fuertes, los superamos juntos, apoyándonos mutuamente y en
la dificultad fuimos intensamente felices. Esto demostró
que no nos habíamos equivocado cuando decidimos compartir
la vida.
Además, él era mucho más "joven"
que yo. ¡Tenía tantos proyectos!... los tuvo hasta
el día en que murió, el 29 de setiembre de 1993.
|
Andrés de Irujo y María Elena Etcheverry
en la costa de Bizkaia, sobre la ermita de San Juan de Gaztelugatxe. |
- ¿Cómo
era su carácter?
De gran firmeza. Ander era una persona muy consecuente con sus ideales
y posiciones, aún contra su conveniencia material o social.
Una de las razones por las que me casé con él fue
esa. Nunca había imaginado que alguien pudiera llevar hasta
tal extremo todos los actos de su vida y entregarla por seguir un
ideal de esa manera.
Entre ellos los de patria y sus ideales cristianos: éstos
y su vida no transcurrían por compartimentos separados. Tenía
gran tenacidad y una fuerza enorme para poner su voluntad al servicio
de lo que era objeto de su interés. Lo importante era, además,
a qué dirigía su interés. Tenía ideales
de una pureza impresionante, proyectos y los concretaba. Vivió
para ellos, realmente.
Yo me sentí muy feliz de poder ser parte de su vida y también
por darle felicidad. Era muy afectuoso, muy respetuoso de la forma
de ser del otro. Su ánimo difícilmente decaía.
No es fácil casarse a los cuarenta años y supongo
que a los setenta tampoco... los hábitos están muy
arraigados y se comparten conviviendo... Cuando me casé con
él no imaginé hasta que punto alcanzaban sus virtudes
y condiciones.
Lo quería y admiraba por muchas cosas, pero el comprender
cómo era realmente, después del día a día
de catorce años juntos, me hizo sentirme realmente realizada
y muy orgullosa de que él me hubiera elegido.
- ¿Qué
cambió en su vida al estar con Andrés Irujo?
Mi matrimonio me ha dado posibilidades de vivir la vida con otra
visión mucho más plena.
Un día me dijo que nunca me iba a dejar. Con tristeza le
dije "¡Ander!... como me dices eso. Por ley de la
vida, posiblemente tú me vas a dejar". Tuvo razón:
nunca me dejó. Me impresiona poder decir esto. Que un amor
de esas características le permita a uno crecer tanto...
que posibilite además proyectar tantas cosas a la vida..
que continúe presente y se prolongue en ganas de vivir y
mejorar. El optimizar mi capacidad para dedicarla a los propios
ideales es algo que se nutre del ejemplo de Andrés y de nuestras
vivencias.... Realmente, esto conlleva una fuerza impresionante.
Una sobrina de Andrés cumple años el día de
San Miguel. Tuve que llamarla para decirle a la familia que ese
día él había fallecido. Mariló me dijo
lo más consolador y hermoso que se le puede decir a una esposa
que vive lo que estaba viviendo yo en ese momento: "Cuando
las personas llegan a cierta edad de la vida empiezan a declinar.
Que vos hayas llegado a la vida del tío Andrés significó
para él postergar esa declinación". Y yo
percibía que realmente pude revitalizar y dar continuidad
a sus fuerzas, a sus ilusiones y proyectos. Sus facultades y vitalidad
estaban plenas cuando le sorprendió la muerte.
Fíjate, es curioso, cómo en el afecto uno se retroalimenta.
El que hoy yo pueda continuar con nuestros proyectos comunes con
verdadera convicción, es porque él estuvo en mi vida...
En esto y en Jaungoikoa busco mi fuerza. Y pido además ayuda
a los que me quieren acompañar...
- ¿Andrés
tenía facilidad para vincularse con las personas?
No había límites en la llegada a las personas, si
éstas al menos querían intercambiar ideas, se integraba
de lleno en cualquier conversación. Desde un chiquito de
dos años de edad -que no sé por qué se comunicaban
tan especialmente con él- hasta jóvenes, adultos y
mayores que él, eran sus amigos. Esa cualidad fue otra de
las condiciones que me fascinó de su persona.
- ¿Quiénes
eran sus amigos?
Eran como hermanos con Iñaki de Azpiazu, hasta se reñían.
Iñaki junto al padre Mario Anzorena concelebró nuestro
casamiento. Monseñor José Erro era un amigo muy querido
de él y Andrés Peña, que también fue
testigo de nuestro casamiento. Fortunato Aguirre...¡cómo
llevó siempre la pena de su muerte!.. Jesus Maria de Leizaola
y Miguel José Garmendia, en momentos muy especiales... Sebastián
de Amorrortu y su hijo Pedro, luego Francisco; José María
Garciarena, Elpidio Lasarte, Enrique de Gandia, Lakakortaxarena,
que le acompañaron en tantos proyectos... Vicente Lizarralde,
Carlos Benitez, entrañables... y por supuesto, su hermano
Manuel, una admiración por él sin límites y
referente del padre, al que perdió de tan pequeño...
Pello Mari, sus restantes hermanos y sobrinos... y un etc., etc...
tantos que no debiera mencionar ninguno por la inmensa mayoría
que queda fuera...
- ¿Cómo
vivía el exilio? ¿Con tristeza?
No. Primero, porque lo vivió pensando que en cualquier momento
volvía. Los vascos exilados pensaban que terminaba la guerra
y regresaban. Hasta que después cambió el sentido
de las naciones, la manera de comportarse... a los amigos a los
que se felicitó y agradeció se los dejó de
lado al poco tiempo... La decepción que tuvieron en la década
del cincuenta fue tremenda...
Luego, porque siempre él actuó en función
de su lucha por Euskal Herria, no había lugar para la melancolía;
y estuvo a punto de retornar en el '78, después de la muerte
de Franco... si yo no hubiera aparecido en su vida... Ander había
vivido siempre la ilusión de que algún día
iba a regresar.
|
Andrés de Irujo en la costa de Bizkaia.
Dice María Elena Etcheverry: "A sus pies está
la ermita de San Juan de Gaztelugatxe. Estábamos en un
mirador que tiene un monumento a gudaris fallecidos durante
la guerra. Andrés estaba profundamente emocionado por
sus recuerdos en ese momento". |
- ¿Cuáles
eran sus planes?
Cuando nos casamos me dijo "yo pensé que iba a regresar
con mis libros bajo el brazo, ya que no tuve hijos; y a recuperar
la casa de Fray Diego de Estella para la cultura".
La casa, que había pertenecido a su familia, se destinó
para la cultura, pero no tiene una vida intensa, no representa un
centro de cultura como el que hubiera imaginado él... Se
realizan algunas actividades y hace poco fue escenario de un encuentro
muy esperanzador para todos los vascos... ¡ojalá hubiera
marcado un hito para la paz!... momento que tal vez no se quiso
o no se supo aprovechar...
-
¿Hablaba de la carga del exilio?
Sé que el exilio fue muy duro, pero nunca lo manifestó
como una carga. A pesar de que aquí vivió descontando
seres queridos distantes, entre ellos sus propios hermanos, pues
fue el último de ellos en morir.
Sin embargo era como si estuviera allá, vivía apasionadamente
para lo vasco y por Euskal Herria. Leía a diario sus periódicos,
estaba al tanto de las situaciones, recibía recortes respecto
de toda la problemática, correspondencia continua de la familia
y conocidos; inclusive en una época con mucha precaución,
porque por muchas razones tenía la percepción de que
había observación de la correspondencia...
- ¿El régimen
de Franco también los perseguía acá?
Bueno, eso no es cuestión de imaginarlo. Ya se han abierto
los archivos de Salamanca. Me han dicho que hay material de las
actuaciones de Andrés y se menciona que se hacía seguimiento
del movimiento vasco. Si se consultan los archivos de Relaciones
Exteriores esto se podrá ver. No estaban desatentos respecto
de lo que ocurría. Había continuas intervenciones
de la embajada.
Cómo no creer en esa intervención y cómo no
constatarla si -por ejemplo- cuando se publicó el "Para
qué..." de Ansaldo (1951) hubo hasta carros de asalto
e intervención de la policía argentina sobre la editorial
Ekin. Quisieron incautar la edición, pero el libro ya se
había distribuido. Debe haber sido la distribución
más masiva y veloz que pudiera lograrse.
En esa época había una amistad muy grande entre Perón
y Franco y una formación muy particular en el ejército.
Los ideólogos y los profesores del ejército argentino
tenían mucho que ver con las ideologías fascistas
de Mussolini y Franco, es decir, una gran mayoría admiraba
sus ideas... Sin olvidar la posición de Perón ante
la Alemania de Hitler.
Por otra parte, los libros de la editorial eran destruidos en la
España de Franco por los admiradores del régimen y
su manera de apreciar la libertad de pensamiento.
|
Andrés de Irujo trabajando en Ekin, cuando
estaba en el segundo piso del Laurak Bat |
- Su tarea era
de resistencia...
El lo decía con todas sus letras: "mi trinchera son
los libros", su modo particular de hacer la guerra y de
trabajar por su patria, a través de la difusión de
la cultura vasca y de su lengua, esos hechos de la identidad de
su pueblo que se pretendía apagar.
Él a diario trabajaba para eso. No de cualquier modo, insistentemente
y con fuerza.. ekintza ta erreintza... Cada minuto de sus
días, de su vida, desde que llegó al país hasta
que murió. No dejó un solo día de trabajar.
Por eso, él no tenía una actitud de tristeza o de
melancolía, no había tiempos para ello. Sólo
por momentos se le escuchaba vehemente decir : "¡Navarra,
cuánto necesita que nos ocupemos de ella!"... el
tema de Navarra... imagínate cómo vivió él
la problemática de Navarra y el Estatuto ...
-
¿Se hubiera sentido entristecido si hubiera visto la situación
de Navarra hoy?
No Navarra, ni todos los navarros, sí muchos de ellos y su
gobierno.
Esa tristeza la vivimos muchos. La viví yo estando hace poco
de visita. Con mucho agrado visité la hermosa biblioteca
de Estella, muy moderna e informatizada. Con toda ilusión
quise comprobar la presencia de las publicaciones de un hijo de
Lizarra como era Andrés y busqué el libro de su autoría,
"Los Vascos y la República Española", que
menciona entre otros temas la participación de un hijo de
Estella, su Alcalde, en acontecimientos de la guerra; y otras publicaciones
de la Editorial Vasca Ekin; y el Boletín del Instituto Americano
de Estudios Vascos, de más de cuarenta años de publicación.
Me consta que fueron enviadas sistemáticamente a las bibliotecas
y ayuntamientos de Navarra y de toda Euskal Herria: estas publicaciones
eran inexistentes o inaccesibles.
Constaté que un lector de Lizarra no podía acceder
tampoco a los libros de Arturo Campion, el insigne navarro: a su
"Genio de Navarra", a "Navarra en su Vida Historica",
tampoco a "Blancos y Negros"... Figuraba un compendio
de la obra de Campion, pero estaba... no recuerdo la terminología...
pero, "en un depósito de reserva", inaccesible
al lector...
Ante esa sorpresa, seleccioné otros autores en mi búsqueda
y encontré que esos autores sí estaban accesibles...
¿Sigue siendo "inconveniente" acceder a las ideas
que tienen un fervor que contagia y que hacen pensar? ¿Es
malo conocer y admirar la historia de su pueblo como propia y sentir
que la identidad de uno está relacionada con esa historia?
¿Por qué no admitir que la gente acceda a todas las
ideas y decida respecto a ellas?
- ¿Cómo
reaccionó ante eso?
Había llevado un pequeño grupo de ejemplares a la
feria del libro y del disco de Durango y los doné a la biblioteca.
Pero me dije: "esto es ocultismo" y me interesó
que los habitantes de Estella supieran que estos libros ahora están
en su hermosa biblioteca.
Un periodista que se enteró hizo una nota por la entrega
de esos pocos libros, mencionando sus títulos.
Quise que cualquier persona de Lizarra supiera que puede leer un
"Genio de Navarra" o "Navarra en su vida histórica"
de Arturo Campión, entre otros títulos... ¿Por
qué no podría leerlos un habitante de esa hermosa
tierra de Estella?
Ni hablar de lo que está ocurriendo con el euskera... Quedé
en Navarra al final de mi viaje del año pasado (2001) por
razones familiares y de afecto: soy descendiente de navarros. Además
quería participar de su vida por unos días. Yo viajé
por un hecho cultural vasco, fui invitada a la Feria del Libro de
Durango.
Tuve un incidente penoso en el lugar donde iba a desayunar con
bollos todos los días.
- ¿Qué
ocurrió?
Pregunté -por ser el día de San Francisco Javier-
qué actividades había, para participar, porque en
Argentina el 3 de diciembre festejamos el día del euskera.
Una
persona del pueblo me dijo: "¿El día del euskera?
¿qué es eso? ¡Francisco no es un santo vasco!...";
y esta persona, que a diario era muy amable, le dijo muy alterada
a la de al lado: "los vascos nos quieren sacar a nuestro
santo!...". Entonces, le dije: "Señora,
perdón, pero no entiendo... en muchas partes del mundo se
festeja en el día de San Francisco Javier el día del
euskera, porque él murió hablando euskera... ¿por
qué dice que no era un santo vasco si era euskaldun?".
Y entonces me dijo "¡Pero no es un santo de los vascos..."
¡Ese "ellos" y "nosotros"...! Y continuó:
"Nosotros tenemos aquí el castillo de Xabier!...";
"Sí, sí, el de la familia de Jatsu y Azpilicueta
-le contesté- María de Jatsu y Azpilicueta estuvo
presa cuando la invasión de Castilla y Francisco Javier,
el santo de "ustedes", nuestro santo, vivió el
exilio, precisamente por intervención de Castilla sobre Navarra.
¿Van a ser tan egoístas para no admitir que los vascos
en el mundo lo tomen como su patrono y del euskera..?".
Su contestación fue: "Eso se lo habrán predicado
a usted..!". "¿Prédica? Me suena
a sermón. Perdone, ¡pero esto es histórico y
es un hecho...!."
Esa agresión o rechazo respecto al euskera y lo vasco la
viví yo en una bollería en Navarra y tuve que recomponer
durante el resto de mi estadía una relación de amabilidad
con la persona del incidente...
- ¿Sabía
quién era usted la mujer de la bollería?
Después debe haber sabido el porqué de mi visita,
porque salió en los diarios.
Yo le dije que era argentina, descendiente de vascos porque tenía
ascendencia navarra. Y también, "siento que estén
pensando así, porque se pierden lo más rico de ustedes".
¿Te das cuenta qué tarea hay que hacer para el conocimiento
de la historia? Es que, es terrible lo que le pasa al pueblo vasco.
Fíjate lo que ha sido politizar -e inclusive relacionarlos
con la violencia- elementos tan fundamentales como son su cultura
y el euskera, elementos tan primordiales de la identidad del pueblo
vasco...
No interesa que exista en la gente un sentido claro de identidad
cultural, como si eso pudiera crear algún problema a cualquier
ser humano.
¡Cuánto más ricas son las personas mostrándose
como son, con esas variaciones de la propia riqueza individual y
conciencia de pertenencia a un grupo o comunidad! ¡Cuánto
mejor se expresa tal como es una persona; y no "homogeneizada"
por todas las corrientes de intereses creados y por el materialismo!...
¡Cuánto más válida su personalidad al
servicio del bien común!...
La globalización es muy interesante y aporta hechos muy
positivos, pero si con esto se pretende dar homogeneidad a la gente,
si se pretende un "lavado de cerebro".. que todos deban
pensar de un modo y hasta expresarse en un único idioma...
¿Por qué no imaginar la riqueza que todos pudiéramos
tener, a partir de la capacidad de acceder -por vivencias y educación-
a todo lo nuestro y además, a todo aquello que nos permita
comprender mejor a los demás?
- Es difícil
construir unidad en la diversidad...
No saben que Javier vivió el exilio y justamente estuvo enfrentado
con Ignacio de Loiola, que había sido cortesano a las órdenes
de Castilla. Y que esa lucha, por la que habían estado en
dos bandos opuestos, termina en un "reunirse por un mismo
objetivo común", que es el lema "para mayor
gloria de Dios!". Pese a que uno es parte de la causa del
exilio y el otro pertenece a una familia que vive el exilio, familia
navarra y de poder, ambos euskaldunak. Sin embargo, con miras a
objetivos mayores, Francisco Javier e Ignacio de Loiola se unen;
y, ¡con qué poder lo hacen! ¿Qué tenían
esos hombres que no tenemos nosotros? ¿Por qué no
podemos nosotros?
- Pareciera que
en esos hombres resuena algo universal que lleva al encuentro...
Creo que nos faltan los momentos y los espacios para el diálogo
y para la reflexión. Hemos perdido la capacidad de ser creativos
en conjunto. Todos nos creemos creativos y además, somos
celosos de nuestras obras. Sin querer, perdemos la capacidad de
hacer cosas buenas con los demás, no reconocemos las limitaciones
de la propia capacidad... ¡Cuánto podrían potenciarse
nuestros empeños si pudiéramos hacer las cosas en
conjunto!...
¡Con cuánta ilusión vivimos muchos argentinos
descendientes de vascos el "Acuerdo de Lizarra"!... Ese
acuerdo que se hizo en la tan querida casa de Fray Diego de Estella.
La ilusión con que escuchamos de la presencia de representantes
de todos los gremios, de todas las fuerzas políticas... de
eso tiene que salir algo muy importante para la paz... Y al día
siguiente una frase provocativa: "Esto es una trampa, esto
es una mentira". Qué desilusión tuvimos todos
cuando vimos que no tenían capacidad para llegar al diálogo
y a la búsqueda de salidas para la convivencia en paz...
Tuvimos que darnos cuenta que no se respeta la libertad de ideas,
el derecho y la opinión de los demás....tanto cómo
otros no respetan el don sagrado de la vida... ¡Qué
capacidad tenemos para ser jueces de los demás!...
- El problema
no serían los juicios sino las diversas formas de violencia
que conllevan, ¿no?
La violencia no puede admitirse, no importa de qué lado provenga...
No voy a entrar a juzgar por qué razones se llega a una posición
u otra en la vida... pero no puedo explicarme que se piense que
no se puede llegar al diálogo. Como tampoco me puedo explicar
las guerras. Es evidente que la gente joven que se sigue afiliando
a los medios violentos de ETA vive la problemática como si
fueran gudaris...
Esto me recuerda a Durkheim cuando hablaba del suicidio y de la
responsabilidad de aquella sociedad capaz de generar suicidios en
su medio.
Yo creo que la sociedad también debería preguntarse
"¿por qué existe ETA?".
Se lo debería preguntar toda la sociedad española,
ya que cuando se refieren al fenómeno ETA se refieren al
fenómeno vasco y cuando se refieren a los vascos cuyas buenas
obras repercuten en el mundo se refieren al español que las
hace... Es que ¿el fenómeno de ETA no les pertenece
también?. Se debería preguntar la sociedad entera:
¿qué genera esta problemática? ¿acaso
el respeto a las ideas y el diálogo?; ¿por qué
se llega a esta tremenda situación?; y, ¿qué
va a aproximar una solución? ¿el diálogo o
la violencia?
- En
ese sentido, ¿cómo veía Andrés, que
había vivido la guerra, la radicalización de la juventud
en ETA?
Andrés no estaba de acuerdo con la violencia; pero pensaba
que se podría haber trabajado en ocasión de los desentendimientos...
muchos reclamos debieron atenderse, se podían haber canalizado
las energías de los jóvenes... pensaba que tal vez
se perdió la oportunidad de acercarse a ellos, evitando que
muchos, en un mal dirigido idealismo, se radicalizaran.
Cuando en algún momento tuvimos polémica sobre el
tema yo le dije: "Pero tú no pusiste bombas. No podrías
haber actuado con esa metodología". "No,
por supuesto. Existen muchas maneras de trabajar por las ideas",
me respondió.
- ¿Se involucraba
en política en el caso argentino?
Sí, se interesaba muchísimo. El era abogado y tenía
un interés apasionado por muchos temas. Si hubiera podido
ejercer su profesión hubiera sido un abogado con orientación
a la economía. La entendía muchísimo, la seguía
muchísimo; los temas de emisión de moneda y tantos
otros.
Se indignaba en algunos momentos con muchas situaciones de la política,
inclusive en casa se daban polémicas familiares. El vivía
muy compenetrado los problemas de nuestro país.
- ¿Cómo
vivió la violencia política en Argentina y los años
del Proceso?
Yo no me había casado aún en 1976, nos casamos en
1979. Muchos argentinos no supimos ver lo que ocurría en
nuestro país. No nos dábamos cuenta, estábamos
enfrascados en nuestros trabajos.
Vivimos, además, momentos muy fuertes en la universidad
donde vimos gente con las armas tomando las aulas o recorriendo
los jardines del hospital -eso yo lo viví- y por supuesto,
uno rechazaba esa situación de violencia...
Cuando suelo hablar en mi medio de lo vasco y me dicen... "Ah,
vascos, los de ETA".. yo les respondo: "¿Vos
como argentino te sentiste identificado y representado por los Montoneros
y por el ERP? Yo no. Lo que me estás diciendo es exactamente
eso. Fue un grupo que no representó al país. Representó
a un grupo, nada más".
Sin embargo, él me hizo conocer aspectos de la realidad
que desconocía... vivió de cerca la desaparición
de personas en el caso de amigos muy queridos de la comunidad vasca.
En el propio Laurak Bat una familia perdió a su hijo, desaparecido.
Yo conocí de su enorme pena con la desaparición de
ese muchacho... ¡Cuánto más terrible ha sido
reconocer la existencia de la violencia y de la ilegalidad desde
el propio estado!
Andrés recordaba muchas de las situaciones de violencia
que vivieron durante la guerra y cuantos esfuerzos hicieron para
evitarlas, con riesgo de la propia vida en muchos casos. Me hizo
conocer el trabajo que realizara Manuel de Irujo y al que él
acompañó, con esa finalidad, en defensa de los derechos
a la vida y dignidad de las personas.
|
Andrés de Irujo y su sobrino Enekoitz
Irujo, hijo de Pello Irujo y Arantza Amezaga, nieto de Eusebio
Irujo y Pilar Elizalde de Irujo, en un viaje a Euskal Herria. |
- ¿Cuáles
son las demandas que recibe actualmente en relación con Andrés?
No le digo lo que me demandan sino lo que yo me demando.
Debiera conocer y dominar mejor lo que es la vida de la editorial
y tendría que proyectarla; porque tomamos juntos la decisión
de no ceder el fondo editorial a quienes lo sugirieron a cambio
de algún dinero, que no era poco para nosotros en ese momento.
Juntos asumimos el compromiso de que continuara la editorial en
Argentina, para que toda persona que quisiera editar algo sobre
tema vasco, pudiera hacerlo. Yo en este momento no cumplo esa finalidad.
Puedo sostener lo que sostengo porque tengo los ingresos de mi profesión
médica y estoy invirtiendo lo que me posibilita mi medio
de vida en la actividad que hago de difusión cultural, simplemente.
Además, hay mucha gente que quiere acceder a la cultura
y no dispone de trabajo, tranquilidad ni dinero; es muy difícil
en esas condiciones el acceso a lo que es el disfrute del tiempo
libre y al verdadero desarrollo humano, que es mucho más
que cubrir necesidades básicas. Hoy en día en nuestro
país, esto es una realidad. Por eso, se accede a los libros
del fondo editorial a un precio razonable y lógico, el mínimo
posible. Yo esperaba el momento de la jubilación, para invertir
mi tiempo con mayor eficacia en la proyección de la editorial,
pero también vivo el día a día, en el sostener
mi trabajo, con la pregunta de cuánto recibiré por
mi jubilación... ¿Esta me va a permitir sostener las
cosas que hoy sostengo?...
Mantengo un poco en invernadero muchos proyectos, no sin riesgo
de que algunos se congelen.
Gonzalo Auza, Gonzalo
J. Auza, gonzalo@juandegaray.org.ar
http://www.juandegaray.org.ar/fvajg/docs/Gonzalo_J_Auza
Fotografías: Gonzalo Auza
-
Euskonews & Media 200. zbk (2003 / 02 / 21-28) |