A quella soleada tarde en que el fantasma del chapapote hizo
su entrada en las playas del litoral vasco, las calles donostiarras
estaban a rebosar de gente. Anjel Lertxundi llegó apresurado
a nuestra cita, con el libro bajo el brazo, pero a continuación
charlamos largo y tendido sobre la literatura, sobre sus proyectos,
sobre sus intenciones... en fin, sobre la vida misma.
- Publicó
su primer libro, "Hunik arrats artean", en 1970, pero
¿cuándo empezó a relacionarse con la literatura?
¿Cuándo supo que iba para escritor?
Yo creo que uno se considera escritor mucho antes de publicar su
primer libro. A los quince años obtuve un premio en una revista
española llamada "Jóvenes". A esa edad yo
ya me consideraba escritor. De hecho, escribía bastante,
siempre en castellano, y mis compañeros de clase me llamaban
el escritor. Cuando vivíamos en Orio apenas teníamos
libros en casa. En Zarauz sí. Recuerdo que cuando tenía
siete u ocho años, la única persona que conocía
que tenía libros era el cura. Cómo le envidiaba. Los
libros eran para mí una señal de prestigio. Sentía
auténtica devoción por ellos. Es un sentimiento que
siempre ha permanecido vivo en mí.
- En varias ocasiones
se ha definido a sí mismo como narrador. ¿Qué
satisfacción o placer le produce la literatura a un escritor?
En el proceso literario hay muchos momentos, y muy distintos. Por
una parte es un trabajo que, evidentemente, también da sus
quebraderos de cabeza, un trabajo personal del cual eres al mismo
tiempo creador y lector. Lo que me produce una enorme satisfacción
es acertar con el texto. Los textos me proporcionan momentos de
inmenso placer cuando los lectores están todavía fuera
de mi mente, cuando el único lector de mis textos soy yo.
Luego, el propio idioma suele procurarme otro tipo de satisfacción.
Muchas veces me digo a mí mismo: "hasta ahora esto nunca
se ha dicho en euskera", y cuando consigo expresarlo me vuelvo
loco de contento. Los vascos tenemos una gran ventaja frente a los
que emplean una lengua ya muy curtida, y es que al escritor vasco
le resulta muy fácil sentir el inmenso placer del idioma,
algo que un escritor español o inglés difícilmente
podrá experimentar.
- Hoy en día
es totalmente corriente encontrar obras redactadas originariamente
en euskera en otras lenguas, e incluso contar con la posibilidad
de leer obras universales en euskera...
Cierto. Algo que hace veinte o treinta años hubiera sido
impensable. Para el escritor vasco, y, en fin, para los lectores
en general, es enormemente ventajoso contar con la posibilidad de
leer la literatura universal y a los clásicos en euskera,
porque son la fuente de donde bebemos los escritores para que luego
podamos transmitir esa riqueza a los lectores.
- Además
de novelas, también ha escrito cuentos y artículos.
¿En qué género se encuentra más cómodo?
En la novela. Es un género que me da más juego. Antes
escribía más cuentos, pero ahora me cuesta más.
El cuento necesita momentos de respiro, es mucho más concentrado,
y todos sus componentes están muy relacionados entre sí.
Los personajes no te pueden fallar. En una novela hay más
posibilidades de que en un momento dado un personaje te falle. Los
cuentos, para que funcionen, tienen que estar muy bien pensados.
Personalmente, me resulta más difícil escribir un
buen cuento que una buena novela.
- También
se dedica a la literatura infantil y juvenil...
En ocasiones me vienen ideas, y otras veces suelo tener que responder
a los deseos de las editoriales. Si escribo novelas y cuentos es
porque en cierto modo siento la necesidad de escribirlos. Pocas
veces he sentido la necesidad de escribir novelas infantiles.
- ¿Tiene
alguna obra favorita entre todas las que ha escrito?
Sí. Mi libro favorito es "Carla" (Erein, 1989).
Fue un rotundo fracaso comercial, pero allí planteé
mis sentimientos y obsesiones. Cuento la historia de un dibujante,
que soy yo mismo, que expone sus dudas y problemas en un momento
personal muy importante. Expliqué mi narrativa y otras muchas
cosas más. Esa novela ha sido sumamente importante en mi
vida. Puedo asegurar que si no hubiera escrito "Carla",
no hubiera podido escribir otras muchas cosas que han venido después.
Le guardo un cariño muy especial, aunque soy consciente de
que si fracasó fue por algún motivo. No es una novela
perfecta, ni la mejor que he escrito, pero es la que más
quiero.
- ¿Dónde
encuentra Anjel Lertxundi la inspiración?
En el trabajo de todos los días. La verdadera inspiración
llega cuando estás trabajando, cuando estás sentado
ante un folio o frente al ordenador.
-
8. ¿Cómo se organiza en el trabajo? ¿Cuándo
suele escribir?
Dedico la mayor parte del día a preparar guiones para series
de televisión, por lo que apenas me queda tiempo para escribir
otras cosas. Y, puesto que trabajo en casa, la disciplina diaria
me parece fundamental. Me levanto a las siete y media de la mañana,
leo el periódico, y enseguida me pongo a escribir novelas,
guiones y artículos hasta el mediodía. Luego salgo
a pasear, y dedico la tarde a escribir o leer artículos.
Así es mi vida. Si viviera solo, los fines de semana haría
exactamente lo mismo.
- ¿Qué
está leyendo en estos momentos?
Ahora mismo estoy leyendo la novela "Un pintor de hoy",
de John Berger. Me está gustando mucho.
- ¿Tiene
algún autor favorito?
Siempre cito a Stendhal. Leí su novela "Rojo y negro"
a los dieciséis años, y me marcó. Sé
que "La cartuja de Parma" es mejor, pero la que me llegó
a impactar fue "Rojo y negro". Entre los autores contemporáneos
citaría a Villa Matas o Italo Calvino... Siempre suelo tener
autores favoritos, aunque dependiendo de la época voy variando.
- ¿Es lector
de la literatura vasca?
Sí, desde luego.
- Saizarbitoria,
Atxaga, Lertxundi... ¿Forman parte de una generación
de escritores de dilatada experiencia?
Nuestra experiencia se traduce en que llevamos más de treinta
años dedicados a la escritura. Yo diría que somos
los primeros profesionales de la literatura vasca, entendiendo por
profesional no el que vive de la literatura, sino el que tiene como
profesión la escritura. Yo siempre digo que a pesar de que
uno no viva de la escritura, tiene que trabajar como si realmente
viviera de ella, y creo que nosotros hemos hecho precisamente eso.
En panorama actual hay algunos jóvenes escritores que hacen
gala de una auténtica vocación, y que a buen seguro
dentro de veinte años serán como nosotros.
- ¿Hasta
qué punto tiene el escritor vasco el compromiso de escribir
en euskera?
Nuestra generación se defendía mejor en castellano,
entre otras cosas porque hasta los dieciséis o diecisiete
años recibimos una educación en castellano. El compromiso
de escribir en euskera lo tomamos por motivos políticos y
culturales. Al cabo de treinta años ese compromiso pasa a
formar parte de tu vida. Hicimos una elección que exigía
un gran sacrificio al escritor, porque en cierto modo renegamos
del castellano, de un instrumento superior a nosotros. Y, lo que
es más, yo en ese momento aposté por la lengua que
menos dominaba. No creo que hoy en día la gente se plantee
ese dilema, al menos no como nosotros lo hacíamos. Me refiero
al ámbito literario.

- 14. Han transcurrido
cerca de veinte años desde la publicación de la novela
"Hamaseigarrenean aidanez". ¿Con qué se
encuentra Anjel Lertxundi al volver la mirada hacia atrás?
¿Hay algún proyecto o novela que se ha quedado en
el tintero?
Mi único patrimonio lo constituyen todo lo que todavía
me queda por hacer y los años de vida que tengo por delante.
Yo creo que ningún escritor considera que ha dejado su obra
acabada. Quizás en la vejez, pero no a esta edad. En mi opinión,
la época más creativa es la comprendida entre los
cuarenta y los sesenta años. Todavía no he llegado
a los sesenta, por lo que me encuentro en una edad muy adecuada
para dar lo mejor de mí mismo.
- ¿Se encuentra
satisfecho con lo que ha realizado?
Con algunas cosas sí, con otras no, y con otras cuantas en
absoluto. Hay algunas cosas ligadas a la didáctica que escribí
en los años 80 que hoy no volvería a escribir. Ahora
establezco separo mucho mayor la escuela y la literatura. Pero,
¿y si volviera a encontrarme en la misma situación
en la que estaba entonces? ¿Me negaría a hacer lo
que hice? Pues no lo sé.
- ¿Qué
está preparando en estos momentos?
No tengo ninguna novela entre manos. Lo que tengo es un cuento que
por el momento no corre prisa.
- Si tuviera que
elegir otra profesión, ¿cuál escogería?
Siempre me ha gustado la enseñanza. He sido profesor durante
muchos años. Es una profesión muy importante, en la
que aprendes a transmitir todos tus conocimientos en pocas palabras.
Se trata de un aspecto que está muy relacionado con la escritura,
porque uno se convierte en escritor cuando pone sus ideas por escrito.
Y un profesor demuestra su valía cuando se muestra capaz
de transmitir a los alumnos sus conocimientos sobre un determinado
tema.
Anjel
Lertxundi (Orio, 1948)
El escritor oriotarra ha tenido un dilatado
y próspero trayecto. Estudió Magisterio
y Letras en San Sebastián, Roma y Valencia,
y tras varios años dedicado a la enseñanza
y al periodismo, actualmente trabaja como escritor
y guionista de series de televisión.
- Hunik
arrats artean. Lur, 1970
- Goiko Kale. Gero, 1973
- Aise eman zenidan eskua. Erein, 1980
- Tristeak kontsolatzeko makina. Erein, 1980
- Hamaseigarrenean aidanez. Erein, 1980
- Tobacco days. Erein, 1987
- Carla. Erein, 1989
- Kapitain Frakasa. Erein, 1991
- Otto Pette. Hilean bizian bezala. Alberdania,
1993
- Piztiaren izena. Alberdania, 1995
- Azkenaz beste. Alberdania, 1996
- Letrak kalekantoitik. Alberdania, 1996
- Las últimas sombras (Otto Pette). Seix
Barral, 1996
- Argizariaren egunak. Alberdania, 1998. 1999ko
Euskadi Saria
- Un final para Nora. Alfaguara, 1999
- Lehorreko koadernoa. Alberdania, 1999
- Gogoa zubi. Alberdania, 1999
- Nire kuleroak. Elkarlanean, 1999
- Cuaderno de tierra firme. Alfaguara, 2000
- Historias de tierra incierta. Anaya, 2000
También ha colaborado en catálogos
de exposiciones de artistas y en varios medios
de comunicación (Egunkaria, El Diario Vasco,
El Correo, El País...). Imparte conferencias
y clases tanto en la Comunidad Autónoma
Vasca como fuera de ella, en el Estado y en el
extranjero.
- Hamaseigarrenean, aidanez. Mediometraje
- Kareletik, por la borda. Largometraje
- Jurado del Festival Internacional de Cine de
San Sebastián
- Participa en la realización de varios
guiones en series emitidas en Euskal Irrati Telebista.
Literatura infantil:
- Premio Calidad del Ministerio español
de Cultura por Udaberria (1982)
- Premio Andersen por Lotara joateko ipuinak (1984)
Narrativa:
- Pluma de Oro de la Asociación de la Prensa
de Gipuzkoa por Ajea du Urturik (1973)
- Premio Euskaltzaindia por Goiko Kale (1975)
- Premio Euskadi del Gobierno Vasco por Argizariaren
egunak (1999)
- Premio de la Crítica por Hamaseigarrenean
aidanez (1983)
- Premio de la Crítica por Kapitain Frakasa
(1991)
- Premio Rosalía de Castro del P.E.N. Club
gallego (2000)
Periodismo:-
Premio Rikardo Arregi de Periodismo de Valoración
por Bagaren erdian (1995)
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Teresa Sala Fotografías: Jesus
Uriarte
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Euskonews & Media 203. zbk (2003 / 03 / 14-21) |