La
pasada edición del Festival Internacional de Cine de San
Sebastián, la Concha de oro a la mejor película le
fue concedida a "Los lunes al sol". Se trata de una película
que por una parte retrata diversos aspectos de la sociedad y economía
actuales, y por otra presenta el lado más sentimental, sencillo
y natural de las relaciones humanas.
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Foto:
http://www.loslunesalsol.com |
En este nuevo siglo que acabamos de inaugurar, la globalización
de la economía internacional ha disparado las tasas de desempleo,
la liberalización del mercado está condicionando sobremanera
nuestras vidas, y en nombre de los intereses económicos mundiales
se están introduciendo agresivas y perniciosas transformaciones.
Esta película nos relata las terribles consecuencias que
provoca el cierre por motivos económicos del astillero "La
Naval" a los trabajadores de la misma. En esta competitiva
sociedad, los parados, los excluidos del mundo laboral, son considerados
gente innoble y despreciable.
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Foto:
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Ante esta cruda realidad, los desempleados de la película,
los ex-trabajadores de "La Naval", se proponen buscar
soluciones eficaces, prácticamente imposibles, y reivindican
los derechos fundamentales inherentes a toda persona. Ni "Santa"
ni sus amigos están dispuestos a tolerar ningún tipo
de abuso. Por eso, y pese a que respecto a los valores y conductas
humanas actúen con toda lealtad y sinceridad, frente una
sociedad excesivamente "cómoda" se pueden permitir
romper una vez más los faroles de la calle. Y es que una
buena parte de la sociedad anda deambulando en un transbordador,
lejos de la competitiva sociedad. Hoy en día, las personas
que cuentan con algún tipo de habilidad o conocimientos especializados
tienen más posibilidades de perdurar en su puesto de trabajo,
aunque, en general, prácticamente ni tan siquiera se aprecian
los valores humanos como el respeto, la solidaridad, la dignidad,
la tolerancia, etc. Por tanto, ante la progresiva parvedad que presenta
la calidad de la oferta de trabajo, aumenta el número de
empleos inestables de precarias condiciones laborales. Para poder
salir de esta situación, es absolutamente necesario luchar
por la reestructuración, por la igualdad social, y reimplantar
las normas para la convivencia, sin olvidar ni por un momento a
Amador, el amigo de Santa, porque la aflicción de los desempleados
se supera mucho mejor reivindicando los derechos humanos entre amigos.
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Y
es que una buena parte de la sociedad anda deambulando en
un transbordador, lejos de la competitiva sociedad.
Foto: http://www.loslunesalsol.com |
Pero, poco a poco, empieza a imperar el pasotismo que hace la vista
gorda ante las duras condiciones de vida de los parados. Sólo
los competitivos alcanzan el éxito; el resto lo tiene bastante
difícil para salir de su precaria situación. Las diferencias
entre ricos y pobres son cada vez más alarmantes. Los trabajadores
empedernidos, competitivos, que trabajan sin descanso, con un carácter
como las "hormigas", sacan el mayor provecho posible a
su trabajo y lo reservan para sí, sin que apenas quede materia
prima alguna para la gente que los rodea, como por ejemplo las "cigarras".
Es evidente que todos soñamos con el bienestar y la felicidad,
pero sólo unos pocos tienen la posibilidad de costearse unas
lujosas vacaciones en un enclave turístico junto al mar.
Este tipo de exigencias consumistas introducirán importantes
cambios en varias zonas del litoral, entre otras en la ciudad de
Santa. La macroeconomía llena sus bolsillos de beneficios
mientras abandona a familias enteras a su suerte, sin ningún
tipo de compasión. Llegado el momento de acostar al niño,
Santa intenta explicarle el verdadero cuento de la vida: para
los parados como Santa, todos los días del año son
domingo, viven sin trabajar, pasan los "lunes al sol",
como la "cigarra".
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La
reinserción laboral de los trabajadores expulsados
se verá plagada de serias dificultades. Foto: http://www.loslunesalsol.com. |
Pero los medios de comunicación no exponen esta situación,
se limitan a proyectar el "pelotazo" cultural. Llenan
la cabeza de la gente de ilusiones, haciéndoles creer que
por participar en un concurso se convertirán en famosos.
Es muy divertida la crítica que Santa y sus amigos lanzan
a los mass-media. Nadie protesta ante la gravedad de los problemas;
tampoco el Gobierno interfiere. En esta desregulada sociedad, al
tiempo que los intereses privados van adquiriendo un poder cada
vez mayor, la calidad de vida de las personas se encuentra gravemente
amenazada. La reinserción laboral
de los trabajadores expulsados se verá plagada de serias
dificultades. Son demasiado mayores para desempeñar cualquier
tipo de trabajo, están envejecidos. Las empresas precisan
jóvenes de buen aspecto y bien formados, por lo que la búsqueda
de un nuevo empleo se convierte para ellos en una pesadilla.
Karmele Bujan Vidales,
Escuela Universitaria del Profesorado de Gipuzkoa |