Presente y futuro de los Centros Vascos en Argentina
(III de III)
Gonzalo Javier Auza
Gonzalo Javier Auza 

La relación de las casas vascas y el Gobierno Vasco, que comenzamos a tratar en la segunda parte de este trabajo, es sólo una de las facetas del plano político en el que están inmersas.

Con gusto o disgusto, parece imposible evadir este aspecto cuando se trata de un colectivo como el vasco, inmerso en un profundo conflicto de características políticas.

Un gobierno entre varios posibles
La inmensa mayoría de los miembros de los centros vascos conciben a Euskal Herria como un todo y en pos de ello -con mayor o menor acierto- trabajan.

Así, la relación con un gobierno vasco en manos abertzales es particularmente "aceitada". Nadie se imagina un eventual escenario en el que el gobierno de Euskadi estuviera en otras manos.

Aunque sea como ejercicio mental -y no con intención de hacer un análisis político absurdo- valdría la pena que los dirigentes de la diáspora en Argentina pensaran el modo en que subsistirían los centros ante esa realidad, en la que quizá desaparecería el apoyo oficial. Sería provechoso estudiar la disyuntiva política que plantearía ese escenario, que podría ser el del "peor de los mundos" para su continuidad.

Nos consta que un centro -por lo menos- ha realizado en los últimos años ese ejercicio: uno de los que no parece necesitar la ayuda económica del gobierno para subsistir.

Sería productivo que todos los centros realizaran la misma tarea. Allí deberían surgir con claridad las directrices de un futuro de autosolvencia y autonomía.

La agenda política
Hablar de la actualidad de Euskal Herria es incluir en la agenda la cuestión política. Y eso no conforma a muchos. Sobre todo desde que los diversos partidos y movimientos cívicos empezaron a tener una presencia crecientemente activa en el mundillo de los centros: el intento de una de las dos Udalbiltza de tener una representación oficial en la semana vasca de 2002; la visita de unos jóvenes dirigentes de Askapena; la actividad del grupo Diáspora Vasca, que no parece simpatizar a varios; el inicio de actividades de Eusko Alkartasuna, etc., etc.

Carlos Sosa, Presidente de FEVA (Federación de Entidades Vasco Argentinas). Foto: Gonzalo J. Auza.

Carlos Sosa, presidente de FEVA, cree que involucrar a los centros en la cuestión política es abrir la puerta a los problemas de los vascos de Europa que ya han sido superados por los vascos de América. "Que la actividad política no divida lo que estuvo unido durante un siglo. Acá tenemos temas solucionados que no están resueltos allá", sugiere indicando la sana convivencia de los vascos de los diversos territorios históricos.

Frente a esa opinión algunos podrían sugerir que el PNV viene desarrollando actividad política como eje de su relación con la diáspora desde hace muchos años sin que los dirigentes de la colectividad local manifestaran ninguna molestia. Sin embargo otros, como Sosa, opinan que ese partido siempre "supo distinguir el trabajo político partidario y el administrativo".

Lo más prudente sería aclarar qué se entiende por política. ¿A qué se refieren los directivos que conciben a su instituciones como "apolíticas"? ¿es posible trabajar por la cultura vasca desde una posición aséptica?

Puede ocurrir que se estén entendiendo distintas cosas por "política" porque, como dice Mikel Ezkerro, Responsables de las Areas de Cultura de FEVA y del Centro Laurak Bat, la política que define la territorialidad está en los estatutos. Efectivamente, ese documento que sienta las bases de la FEVA dice en su artículo tercero: "a) La Federación procurará que entre sus afiliadas reine la mayor armonía: aspirará a la unión de todas las fuerzas vascas y vasco-argentinas y contribuirá en la forma más eficaz al mejor conocimiento de Euskadi (Araba, Benabarra, Bizkaia, Gipuzkoa, Laburdi, Navarra y Zuberoa) en la República Argentina, y a exaltar y defender los imprescriptibles derechos de los pueblos vasco y argentino, manteniendo relaciones institucionales con los Gobiernos de los Territorios Históricos e Instituciones Vascas Intercontinentales." ¿Esta declaración no es política?

Pintada inconclusa en la pared del Gure Echea.

¿Es posible separar del todo el plano político del cultural? Según Ezkerro "el problema de los centros vascos se plantea en tanto este pueblo -como le ha ocurrido a los armenios, a los judíos, a otros pueblos de Europa central y oriental que hace poco han obtenido la categoría de Estado- tiene en su tierra de origen un problema no resuelto de identidad nacional. En ese caso se complica la actividad de las casas vascas, porque se introducen elementos que en otras colectividades ya están superados. En el centro aragonés puede haber un problema para ver quién baila mejor la jota; pero nunca habrá un problema sobre qué bandera se va a colocar en ese centro... en un centro vasco sí, porque encontramos argentinos de ascendencia vasca que creen que lo vasco es vasco-vasco, otros que creen que es vasco-español o vasco-frances, navarros que creen que lo navarro es también vasco, navarros que dicen que lo navarro es solamente español...".

Ocurre que también se puede pensar que justamente por la política la mayor parte de la colectividad local se mantiene unida. Ciertamente, los nombres "Zazpirak Bat" o "Denak Bat" nos hablan de un gesto político de unidad.

Ezkerro plantea una fórmula sana: "Lo que no hay que hacer es actividad política partidista dentro del centro vasco, pero política... ¡la tenemos en los estatutos!"

De la misma manera, este directivo asegura que la discusión política es un vehículo de conexión con la realidad, un escape al folklorismo que mencionamos anteriormente. "Me parece mucho mejor que se discuta política a que se discuta sobre las sardinas o el bacalao, por lo menos hablarán de algo relacionado con la patria de sus mayores, podrán averiguar quién es Manuel Irujo -que muchos no lo saben-, por qué se discute el tema de Navarra, que es el amejoramiento foral, la problemática de Iparralde...".

Escenarios de futuro
La existencia de un espíritu vasquista fuerte no asegura por sí mismo que exista una comunidad vital y consistente. Esto se puede ver con claridad al contrastar el extendido vasquismo de Argentina y los achaques que sufre la colectividad, según hemos enumerado.

Carlos Sosa en el Congreso Mundial de Colectividades Vascas de 1999.

Si el espíritu no motiva la búsqueda de una sólida formación no podrá realizarse una actividad cultural seria, renovada y de buen nivel. Nadie puede dar lo que no tiene.

Si ese espíritu no es transformado, también, en un impulso tendiente a gestionar las instituciones con criterios modernos, actualizados y participativos, naturalmente sobrevendrá una declinación imparable.

El conjunto de desafíos asegura que, si no se generan respuesta de modo acelerado, no habrá proyecto de futuro.

Existen dirigentes que intentan pensar de un modo renovado la forma de desenvolvimiento de la colectividad vasca en Argentina, aunque quizá no sean aún mayoría.

Carlos Sosa ha impulsado desde la presidencia de FEVA una serie de medidas tendientes a atacar algunas de las dificultades enumeradas hasta aquí. Este dirigente asegura que "los Centros Vascos estuvieron muchos años trabajando puertas adentro; hoy tienen que trabajar puertas afuera". Con el objeto de profundizar el conocimiento de la realidad, está abocado, junto a un grupo de directivos a impulsar una serie de encuestas que evalúen los recursos de los centros y las expectativas de los socios. Esta iniciativa permitirá recabar un nutrido conjunto de información y ayudar a tomar las decisiones necesarias para la renovación.

El presidente de la Federación Argentina está convencido de que es necesario "renovar con jóvenes" las instituciones porque "el futuro está en lo que se trabaje con ellos en los próximos cinco años".

En ese sentido el plan de gestión que lleva adelante tiene como horizonte lograr dos cosas fundamentales: contar con directivos jóvenes y preparados; y profundizar el perfil de los centros como casas de cultura. Con ese objeto plantea como importante "renovarse apoyándose en lo que tenemos" y "recuperar la historia vasca, que se ha abandonado".

Congreso Mundial de Colectividades Vascas de 1999.

Las bases para un porvenir sólido están expresadas en gran parte de los trabajos realizados en los Congresos Mundiales de Colectividades Vascas, que deberían retomarse. Los delegados del Congreso Mundial del año 1995 -por poner sólo un ejemplo- asumieron el compromiso de "trabajar denodadamente para asociar a los jóvenes vascos del exterior, dándoles un papel relevante en los Centros Vascos, de manera que se asegure el relevo generacional y la pervivencia de las Colectividades Vascas en el exterior como movimiento organizado" (Declaración Final del 9 de noviembre de 1995).

Desde esa fecha han pasado más de siete años y no parece que ese espíritu haya predominado. Por otra parte, los jóvenes que deben abrirse camino, ¿habrán leído y analizado los trabajos y documentación de esas reuniones mundiales?

Hacemos votos para que el Congreso de este año, sobre todo por el compromiso de los dirigentes más jóvenes, sea el punto de partida de una renovación importante de la colectividad vasco argentina, con visión de futuro.

Referencias bibliográficas

· Federación de Entidades Vasco Argentinas, Texto completo de los estatutos con artículos reformados (resolución I.G.J. Nro. 792 del 5/10/1993) y modificación aprobada en Asamblea extraordinaria del 9 de diciembre de 2000.

· Plan Cuatrienal de Acción Institucional hacia las Colectividades y Centros Vascos en el Exterior. Vitoria-Gasteiz, noviembre de 1995.


Gonzalo J. Auza, gonzalo@juandegaray.org.ar
http://www.juandegaray.org.ar/fvajg/docs/Gonzalo_J_Auza

Euskonews & Media 216. zbk (2003 / 06-27 / 07-4)

Dohaneko harpidetza | Suscripción gratuita | Abonnement gratuit |
Free subscription


Aurreko aleak | Números anteriores | Numéros précedents |
Previous issues


Kredituak | Créditos | Crédits | Credits

Euskomedia: Euskal Kultur Informazio Zerbitzua

Eusko Ikaskuntzaren Web Orria

webmaster@euskonews.com



QUIENES SOMOSPolítica de privacidadAvisos LegalesCopyright © 1998 Eusko Ikaskuntza