Mikel Urmeneta, dibujante
"De los Sanfermines me quedo con sus noches pues son como películas de Fellini"
* Original en euskera
Koldo Larrea

Mikel Urmeneta Su nombre está radicalmente asociado con el de Kukuxumusu, una empresa con raíces sanfermineras que arrancó hace quince años con tres millones de pesetas y que espera facturar en el actual ejercicio siete millones de euros. Su producto líder, la camiseta, ha superado el concepto de moda. ¿Quién no ha visto una alguna vez? ¿A quién no le han llamado la atención esos toros simpáticos, bonachones e inofensivos en situaciones humanas? Las camisetas de Kukuxumusu han aportado un concepto nuevo, innovador, a las fiestas de San Fermín. Un concepto que vive en la mente de este incansable, inagotable creador de dibujos.

-Su "beso de pulga" nació en los sanfermines de 1989. Casi tres lustros después, ¿sigue asociada esta original empresa con esas fiestas tan tradicionales o ya se ha desvinculado de ellas?
No se pueden separar. Kukuxumusu le debe muchísimo a San Fermín. La empresa nació con la idea de revolucionar el mundo del souvenir en los sanfermines. Queríamos hacer camisetas con temas euskaldunes que todavía no se habían tocado. Pero, sin duda, es San Fermín quien más alegrías nos ha proporcionado. Conseguimos revolucionar el mercado y actualmente San Fermín ya se ha convertido en nuestra tarjeta de visita.

-¿Qué tienen entonces sus camisetas que no tengan las demás?
El punto de distinción que tienen es que dan la vuelta a la tortilla, una vuelta de tuerca a la realidad. Nuestro lema es: "la ficción supera a la realidad". Se trata de hacer ficción de la ficción. En este sentido, un ejemplo puede ser el del encierro sumergido o el de los concejales persiguiendo a los toros. Intentamos ridiculizar los hábitos humanos y, para ello, mostramos animales en situaciones humanas.

-Usted ganó el concurso del cartel anunciador de los sanfermines del 90. Ofreció un concepto nuevo, incluso opuesto a los carteles de ediciones anteriores. El que ha elegido el Ayuntamiento de Pamplona para estas fiestas ha sido criticado por su falta de originalidad. ¿Qué opinión le merece?
Es una basura. De originalidad, cero. Carece además de fuerza. Una cabeza de toro posee precisamente esta cualidad, la de la fuerza, y la que aparece en el cartel no la tiene. Se asemeja más a la de un cabritillo. Sí me agrada, por el contrario, el fondo negro del cartel.

-Críticas aparte, ¿le gustan los sanfermines, esos nueve días de fiesta continua?
Me encantan. Cuando todavía faltan meses, me apetece mucho que llegue el seis de julio. Después, a medida que se va acercando la fecha, me voy agobiando. Sin embargo, ya el día 5 siento emoción. Durante las fiestas, me gusta fotografiar el encierro y, una vez metido en el meollo, en ese desorden alegre, vivo entusiasmado, sobre todo de la noche, de la juerga. Las noches sanfermineras, y lo que conllevan, son como películas de Fellini, noches distorsionadas, con sus historias y con sus desenlaces. Aunque me parecen insoportables para ir sereno, sin unas copas encima. Por eso, reconozco que también me encanta que se acaben.

-¿Qué mantendría y que suprimiría de las citadas fiestas?
Dejaría que cualquier locura popular se convirtiera en tradicional. No hay que olvidar que el propio encierro, el Riau-Riau, el chupinazo, el alcalde de sol... surgieron de la espontaneidad de las gentes. Entonces, ¿por qué no se considera un acto más los saltos desde la fuente de Navarrería o el encierro de la Villavesa? Y en el otro sentido, en el de quitar, me gustaría poder eliminar la idea obsesiva de mucha gente de que el marrano no es el de Pamplona; esa mentalidad que culpa de todo lo malo al de fuera. Suprimiría también el Pobre de Mí, porque me gusta más que no exista un cerrojazo a las fiestas, que no esté oficializado el fin de los sanfermines, que cada uno los termine cuando mejor le parezca.

-Resulta fácil hablar sobre quitar o poner partiendo de lo ya hecho, de lo ya existente. Por tanto, remueva su imaginación y aporte ideas para la renovación de San Fermín.
Las instituciones, como el Ayuntamiento de Pamplona o el Gobierno de Navarra, deberían llevar a cabo campañas más profundas, a nivel internacional, sobre los sanfermines. Asimismo, se debería recuperar de alguna manera lo cutre, ese espacio para una especie de San Fermín antiguo. Que todo no estuviese tan organizado. Me gustaría también que la policía, que reconozco que tiene que ser enérgica, tuviese más paciencia y educación, sobre todo en el encierro, con la gente que anda pasada, trasnochada. Incluso debería existir una legalización o una mayor permisividad con las drogas durante esos días.

-Se ha referido anteriormente a los de fuera, a los foráneos. ¿Es partidario de la presencia de extranjeros o prefiere unos sanfermines más para los de casa?
El extranjero es fundamental. La riada australiana y americana que desembarca en la capital navarra es gente joven, abierta, simpática y receptiva. Desde Kukuxumusu, creamos hace unos años el "Guiri Day". Ese día les invitábamos a un pincho y a un vino. Ahora estamos intentando recuperarlo. Que Pamplona se convierta durante nueve días en una ciudad cosmopolita es extraordinario.

-Por tanto, defensor de los extranjeros . Y de mezclar política y fiestas, ¿también?
Hoy por hoy es así. El programa de actos, los presupuestos de fiestas los controlan los políticos. Incluso me da pena que las peñas dependan tanto de las subvenciones municipales. Por otro lado, como no creo en la anarquía, es lógico que la política esté introducida en los sanfermines aunque es el pueblo, por propia inercia, quien tiene que dar la evolución a las fiestas. En este sentido, no hay que olvidar tampoco que estos días son un buen escaparate para las minorías. Sin ir más lejos, como ejemplo comparativo, ahí está el caso de las "giraldillas" en la inauguración de los mundiales de atletismo de Sevilla. Entonces, entiendo que estas minorías intenten aprovechar los días de San Fermín para dejarse oír. Otras cosa es que lo comparta. Pero también me puede parecer mal cómo reacciona la gente, la mayoría, ante esas minorías. Debe haber más permisividad. La fiesta está por encima de todo y, por tanto, también de las partes políticas.

-Siguiendo con la política pero en otro sentido, su empresa no es partidaria de las corridas de toros. Sin embargo, este animal es el más emblemático de sus camisetas. Aparentes contradicciones aparte, a usted, como fundador de Kukuxumusu, ¿qué opinión le merecen los festejos taurinos, que son unos de los pilares de San Fermín?
Yo voy a los toros y los veo casi siempre no desde los tendidos de sol sino desde los de sombra. Por un lado, las corridas me parecen una burrada y, por otro, una maravilla. Entiendo que es una contradicción pero... De cualquier modo, si me hiciesen votar, optaría por el no, por que se suprimiesen las corridas. Sin embargo, soy un hipócrita porque me parece un espectáculo vibrante. También me horroriza la cría de animales de granja y, pese a ello, me como mis grandes hamburguesas, truchas y demás. Ahora bien, Kukuxumusu siempre está de parte del toro.

-Su empresa, de parte del toro. Usted, de parte de las fiestas de Pamplona. ¿Cree, como se ha augurado en más de una ocasión, que los sanfermines acabarán muriendo de éxito?
No lo creo. San Fermín ya ha tocado su techo y no vamos a ver cosas muy diferentes. Posiblemente, evolucionará hacia otras maneras, que no sabemos cuáles van a ser. Si mueren, no será por éxito sino por factores externos.

-Por último, y antes de lanzarse al jolgorio, formule tres deseos para las fiestas: uno personal, otro empresarial y un tercero de carácter general.
En un sentido general, que la gente, cuando termine San Fermín, cuando pase ese 14 de julio, siga manteniendo su esquema mental sanferminero. Para Kukuxumusu, que se le empiece a considerar una parte más de la fiesta. Y para mí, que pueda disfrutar de unas noches ajetreadas y variadas, y que consiga una buena fotografía del encierro. Son dos, pero es lo mismo.

Mikel Urmeneta (Pamplona, 1963)

Mikel Urmeneta Otsoa nació en Pamplona el día de Navidad de 1963. Completó la EGB en las Misioneras del Sagrado Corazón y en Cristo Rey, dos colegios de su ciudad natal que dejaron paso a una enseñanza superior pública en los institutos de Ximénez de Rada y Ermitagaña. Sin embargo, de ambos fue expulsado y, tras realizar 2º de BUP, se replanteó la vida.
De este modo, hizo el primer curso de Decoración y comenzó a trabajar de "freelance", realizando dibujos y trabajos de maquetación en diversas agencias de publicidad de la capital navarra. Los ingresos que conseguía, con algún crédito de por medio, los destinaba a otra de sus grandes pasiones, viajar, afición que le ha permitido conocer los cinco continentes. Ha visitado lugares tan exóticos como la Isla de Pascua, la Polinesia francesa o la ciudad japonesa de Yamaguchi, que está hermanada con Pamplona.
Esta necesidad de moverse, de conocer, unida a su carácter abierto, cosmopolita, le llevó a desarrollar otra de sus aficiones, la fotografía. Sus viajes, un año de residencia en Australia y cinco más en Nueva York, le permitieron regresar a su tierra natal con un montón de negativos.
En su vida el año de 1990 fue clave. Sin mucho convencimiento y escasas esperanzas, se presentó a varios concursos y, atónito, presenció cómo conseguía ganar cuatro, dos de carteles y dos de fotografía. Concretamente el de carteles de San Fermín, el de los Festivales de Navarra, el de Jóvenes Artistas del Ayuntamiento de Pamplona y otro, también fotográfico, del Ayuntamiento de Burlada.
Comenzó a labrarse un nombre y continuaron los reconocimientos, como el del Baztandarren Biltzarra de 1991 y el de carteles de la Oficina de Turismo del Gobierno Vasco en 1995. Asimismo, de su mente salió el logotipo del Mundial de Pelota del año pasado o los dibujos para un montón de camisetas del Open USA de Tenis y de la Maratón de Nueva York.
Pero, sin duda alguna, su mayor éxito lleva el nombre de Kukuxumusu, una empresa que arrancó en el 89, que cuenta ya con quince tiendas y que espera vender este año un millón de camisetas. Hace seis años, en el 97, lanzó a Internet dos direcciones electrónicas, que dan fe de su modernidad: www.kukuxumusu.com y www.sanfermines.com. La primera de ellas recibe tres millones de visitas al año. La otra, la más festiva, unas cien mil diarias durante San Fermín, más o menos la misma cantidad de visitantes que acoge la pequeña ciudad de Pamplona cada uno de esos nueve días que le han dado fama en el mundo entero.


Fotografías: Estudio: Larrion & Pimoulier. Exteriores: Mikel Melero


Euskonews & Media 217. zbk (2003 / 07 / 4-11)

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