Inma Shara

Directora de orquesta

"Sólo dos mujeres estamos dirigiendo orquestas sinfónicas en el Estado"Escuchar artículo - Artikulua entzun

Ismael Diaz de Mendibil
Itzulpena euskaraz

Mujer, joven, 31 años para más detalle, nacida en Amurrio, de nombre Inmaculada Sarachaga... Estos son algunos de los datos con los que comienza el currículum de nuestra protagonista. Pocos, pero suficientes para saber de las dificultades que debe sortear esta compositora, en el acotado mundo de la dirección de orquesta. Lo del nombre tiene fácil solución. Lo acortamos un poco, le damos un toque internacional... Lo de la juventud y el sexo, es más complicado, pero con trabajo y profesionalidad no hay nada imposible. Escuchen y disfruten de la orquesta dirigida por Inma Shara.

¿Por qué se hace llamar Inma Shara, y no Inmaculada Sarachaga como figura en su partida de nacimiento?

Yo no renuncio a mi nombre. Es precioso, pero cuando lo tienes que repetir 500 veces, y además, en el extranjero... Muchos no acertaban ni con el apellido ni con el nombre, con lo que necesitaba un nombre y un apellido más directos, y los acorté.

¿Cuándo dijo: "Ama, quiero ser música"?

No fue de un día para otro, sino más bien un proceso gradual. Tampoco es algo que eliges conscientemente. Inconscientemente te metes en el mundillo, hasta que te enamoras, y ya no puedes vivir sin la música.

¿Los compañeros de clase le tenían por la "empollona"?

Sí, pero al final es un honor que dijeran eso. Yo tampoco he sentido haber perdido nada por el camino... De hecho, sigo estudiando, es más, necesito estudiar, porque de lo contrario estaría muerta.

Con sólo 30 años tiene un currículum impresionante.

Espero dártelo de aquí a unos años, y que sea el doble. Bromas aparte, he tenido mucha suerte, porque he recibido ayudas del Gobierno Vasco, de la Diputación Foral de Álava, y eso te da la posibilidad de ver mundo, de estudiar con diferentes profesores... Pero, a parte de la suerte, esta la motivación, que es mucho más importante. Para mí, la música es una forma de vida, no una profesión.

Tras tres décadas dedicadas a la música, de trabajo diario y constante, me imagino que de algo ha tenido que prescindir por el camino.

Sobre todo si has vivido por y para la música. A veces, sí que tienes bajones, porque no hay nada maravilloso. Yo puedo decir que para mí la música es algo pasional, pero no las 24 horas del día, evidentemente, si no sería de otro planeta. Aun así, siento que las satisfacciones que me da la música, el dirigir una orquesta, compensa con creces esos momentos donde he podido pensar que he perdido algo.

Habla de bajones, ¿cuándo los ha sufrido?

Precisamente, no por perder algo por el camino, sino por el propio trabajo. Me refiero a las dificultades para abrirse camino en esta profesión, la falta de una infraestructura que aglutine la incorporación laboral de los músicos jóvenes. Mis angustias han ido más por ahí.

Y, ¿qué me dice de las satisfacciones que comentaba?

Esas las disfrutamos en los conciertos, y ante el público. Un recital redondo, los aplausos, las buenas criticas... Detrás de esos instantes de gloria está el trabajo, que no sólo consiste en estudiar, en preparar un programa con mayúsculas, también hay que interiorizarlo, representarlo y transmitirlo al público. Somos artistas, y para ser un buen artista, tienes que tener realmente interiorizada una fantasía de esa obra, es tu propia interpretación la que vale.

¿Qué tanto por ciento de los alumnos de dirección de orquesta son mujeres?

Poquísimas, por cada diez hombres dos mujeres. Además, una cosa es las que estamos, y otra, las que acabamos.

¿Y dirigiendo una orquesta?

En el Estado Español sólo dos mujeres estamos dirigiendo orquestas sinfónicas. Si ya es difícil tener el título, acceder al mercado laboral es casi misión imposible.

Vamos, que para las mujeres la dirección de orquesta es un camino de rosas.

Este es un mundo singular, y no se puede negar que las orquestas, y sobre todos las direcciones, han sido hasta hace bien poco cotos privados para las hombres. Hay compositores que no confían en una mujer, y te dicen: "Tú tienes que hacer esto, y esto, y esto...". La mujer siempre está relegada a un segundo plano, pero yo intento ignorarlo. Para dirigir, una mujer puede tener tanta fuerza como un hombre, y éste tanta sensibilidad como una mujer, con lo que no hay unas características singulares.

Y si la sociedad es machista, ¿la música lo es más?

Sí, sobre todo porque en la mayoría de las orquestas predominan los hombres, y no jóvenes precisamente, con lo que el cambio no es fácil. Yo intento ignorar todo eso, porque lo único que me interesa es dirigir una orquesta, y si en una me plantean dificultades, no importa, hay otras. Así que, en esto, como en otras tantas cosas, la suerte es imprescindible, ya que por muy buena que seas, si nadie te da una oportunidad de demostrarlo...

¿Qué quiere aportar al campo de la dirección de orquesta?

Durante estos años he echado en falta un manual de la perfecta dirección de orquesta. Una publicación que acote, que defina, lo que diferencia a un buen director de otro malo. Y en ello estoy, en recopilar toda la información posible, para afrontar ese trabajo. Quiero que los alumnos que estudien dirección de orquesta puedan conocer los enlaces entre los grandes directores , y si estos tienen o no, unas características peculiares. Me gustaría que pudieran aplicar dichos conceptos a la carrera profesional de cada uno de ellos.

En su opinión, ¿qué puede aportar de bueno y de malo un director de orquesta?

La pregunta es interesante y compleja. Puede aportar mucho, tanto de bueno como de malo. De bueno, motivación, espíritu artístico, capacidad para saber sacar lo mejor de cada uno de los músicos El resultado de esa suma de cualidades nos dará un producto musical exquisito, emotivo para el público. No podemos olvidar que los músicos de cualquier orquesta, por encima de todo, son artistas. ¿Lo malo? Que sea un director que no sepa dirigir. También hay unos cuantos de esos, de los que constriñen la parte artística de los músicos.

Así que, dos directores con una misma partitura crean dos realidades musicales diferentes.

Totalmente diferentes. Estoy segura que usted mismo las escucha, y me dice: "A mí me gusta más esta, me dice más, me transmite más...". Está claro que, por ejemplo, Beethoven dejó escrita una sola partitura, pero cada director tenemos un espíritu artístico diferente. Quiero decir, no puedes modificar la partitura, pero sí que haces una fantasía mental de la obra. Es la magia de la música.

Por cierto, ¿el director de orquesta también suele ser compositor?

En mi caso sí, pero no siempre. Yo soy compositora, porque creo que a través de la composición, soy capaz de entender mucho mejor la arquitectura de la música. Hay que saber analizar la obra, saber donde estás..., para luego ponerlo de manifiesto en el trabajo con la orquesta. Creo que un director, si no es compositor, no es un director con mayúsculas.

Cambiando de tema, ¿la música clásica es elitista?

Pues, creo que sí, por eso es de agradecer el trabajo de algunas instituciones y entidades privadas que organizan este tipo de actos para el público en general. En una ciudad como Vitoria-Gasteiz, de poco más de 220.000 habitantes, calculo que los que acuden , en alguna ocasión, a un concierto de música clásica rondan los 3.000. Desde luego, estamos muy lejos de lo que ocurre en los países de centroeuropa, donde existe una demanda, y un publico más preparado. Allí nacen con un violín, y hay una tradición de cientos de años.

Imagínese que alguien de su familia al que quiere, tras un concierto, se acerca a usted, y le dice, sin ningún tipo de complejo: "Sí Inma, si te mueves muy bien, lo haces muy bien, pero es que no entiendo nada de lo que hacéis...".

He tenido en conciertos experiencias fantásticas, gente que me ha venido diciendo: "Me encanta verte dirigir, me encanta como suena la orquesta...". Al final lo único que me importa, es si te ha transmitido algo o no, y creo que a poca gente le deja indiferente. Debe ser un bestia al que le deje indiferente. Estamos hablando de sentimientos, porque nosotros somos transmisores de sentimientos. Es muy gratificante cuando se acerca al camerino la gente, algunos te dicen que les ha encantado, otros que han llorado de emoción... Sólo por esos momentos merecen la pena todas las horas que estudias.

¿Y algunos de sus compañeros se creen que están por encima del bien y del mal, vamos, que son superiores al resto?

Como en todas las profesiones. Es cierto que antes el director era como el rey. Actualmente, eso ha cambiado, porque el director solo no hace la música, la hacemos todos. Antes los músicos de orquesta eran tratados como "currelas" de la música, no como profesionales, que es lo que son, cada uno con su instrumento.

¿Sigue sintiendo un cosquilleo que le recorre el cuerpo antes de subir al escenario?

Hombre sí, porque eres la responsable de que todo suene bien. Siempre hay tensión, como saldrá, que pasará... Hay orquestas que te transmiten una relajación total y hay otras que no. Estas últimas suelen ser las que necesitan un responsable, alguien quien les haga sonar bien.

Si no se tuerce el proyecto, Vitoria-Gasteiz contará en unos años con un auditorium. En su opinión, ¿hay afición musical en Álava para llenar una gran infraestructura como la que se plantea?

El público de Vitoria-Gasteiz es tan culto como el de cualquier otra ciudad, con ganas de escuchar música, tanto clásica como moderna. Eso sí, hay que sembrar, potenciando la cultura musical de los que vienen por detrás, y eso hay que hacerlo a la voz de ya, porque no es algo que pueda cambiarse de la noche a la mañana.

Puestos a pedir, ¿Qué le gustaría ver en el futuro auditorium de Vitoria-Gasteiz?

Me encantaría poder disfrutar de una de mis mayores pasiones: La Orquesta Filarmónica de Israel.

Terminamos con una pregunta nada original. ¿Qué proyectos tiene en mente?

A largo plazo dirigir el Concierto de Viena, je, je, je... Seguir como hasta ahora, porque no he parado, y no me puedo quejar. En esto de la dirección es muy difícil explotar antes de los 50, así esta establecido, a no ser que la sociedad también cambie en esto, y de más oportunidades a los de menos de 40. Mientras tanto, seguiremos haciendo currículum.

Inma Shara

Leer el currículum profesional de Inma Shara es enfrentarse a una corta, pero intensa carrera. En el aparecen trabajos para la "New Philharmonic Orchestra", colaboraciones con Anton Coppola, director que ha grabado la música de películas tan famosas, como "Titanic" y "Jurassic Park" o escenarios como el Arriaga bilbaíno y el Teatro Gayarre de la vieja Iruña. Con una vida tan intensa en lo profesional, poco puede quedar para lo personal, aunque siempre hay un descanso para disfrutar de Frank Sinatra y su "My way". Si Sinatra tenía claro su camino, qué decir de Inmaculada Sarachaga.

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