Los nuevos vascos (II de II)Escuchar artículo - Artikulua entzun

Gonzalo Javier Auza

En la primera parte de este artículo mencionamos las posibilidades existentes en la actualidad de congregar a muchos descendientes de vascos en América y potenciales amigos de los vascos.

Ahora bien, ¿cómo salir a su encuentro? Sabemos algo casi con certeza: no debemos salir a buscarlos con las mismas propuestas que venimos sosteniendo desde hace décadas y décadas, pues la realidad ha cambiado: no son inmigrantes ni hijos de inmigrantes, no sufrieron la guerra, desconocen el conflicto político y no necesitan del socorro mutuo. Si no cambiamos, tenemos asegurado el fracaso. Cada una de estas personas está realizando una búsqueda personalísima a la cual hay que dar respuestas de modo adecuado a sus inquietudes y no a la oferta que queremos brindar. Es un desafío muy importante porque implica dar contestaciones individuales, no necesariamente homogéneas para todos; y poner el foco en las personas y no en los centros: adecuar las organizaciones a los individuos, en lugar de amoldarlos a ellos a la estructura existente.

Cada uno de ellos vive en un mundo propio ya constituido y necesitamos abrirle caminos para vincular su territorio de intereses personales con lo vasco.

La exploración identitaria fluye por canales que no son necesariamente racionales y que comprometen las emociones de la persona. Cada individuo se presentará ante quienes pueden darle respuestas con preguntas originales y, eventualmente, únicas, sin un necesario sustrato racional, sino simplemente con el concurso de sus sentimientos. ¿Estamos dispuestas a ayudarlos a buscar esas respuestas? ¿O nos sorprenderemos de ellos porque no se comportan como creemos que debe comportarse un vasco?

Todos nosotros conocemos anécdotas de oportunidades desaprovechadas en diversas instituciones de nuestra colectividad, porque la persona que es la cara visible no supo manejar situaciones o no quiso esforzarse en dar respuestas. Muchas veces, también, nuestras casas son refractarias (en algunos casos, incluso para los vascos que no son de la comunidad local). Muchos grupos establecieron un prototipo de vasco y quien pase por la puerta debe responder a ese molde; caso contrario: ¡A otra parte!...

Para afrontar estas situaciones debemos promover una positiva plasticidad mental en las caras visibles de nuestras casas, para que sepan acomodarse a cada situación diversa y mostrar una actitud de acompañamiento e interés por cada nuevo desconocido que se acerca. Por supuesto, el requisito previo es querer abrir las puertas y ventanas de nuestros centros, que entre el aire y vuele el polvillo.

Sabemos que en muchos lugares –grandes ciudades, países muy extensos, etc.- las personas no se acercarán físicamente, sino que nos llamarán por teléfono o nos contactarán por Internet (si promovemos ese contacto). Entonces, debemos adecuarnos a esa demanda, mental y tecnológicamente. Es redundante mencionar la importancia de los nuevos medios en estos procesos; y sabemos que ninguno de nosotros está haciendo todos los esfuerzos necesarios para responder a la enorme demanda digital. La oferta de contenidos y servicios en línea no alcanza a cubrir las expectativas de los nuevos vascos, sobre todo por esta enorme pluralidad de caminos por los cuales se desarrollan sus búsquedas de identidad.

También -más importante aún- debemos tender la mano primero, salir al encuentro de todos los interesados en lo vasco, sea por una búsqueda identitaria personal o por una afinidad con alguna cuestión cercana al mundo vasco global. ¿Queremos hacerlo?

Para ello sería importante motivar el compromiso efectivo con algunas propuestas que se discutieron en el último Congreso Mundial de Colectividades Vascas y algunas otras ideas que podrían servir para estrechar vínculos con los nuevos vascos. Aquí algunas de ellas:

Campañas masivas de reconocimiento de apellidos vascos

Podrían realizarse campañas de amplio alcance con el soporte de Internet y medios tradicionales, destinadas a que las mayorías se pregunten si portan un apellido vasco. Esas campañas deberían apelar al reconocimiento de los rasgos más básicos, teniendo en cuenta que muchos desconocen la filiación de su apellido o el origen de sus abuelos. Ese reconocimiento puede ser una oportunidad para ofrecer algunos contenidos o servicios básicos que sirvan como excusa de acercamiento. A partir de entonces, el camino está abierto a una multiplicidad de acciones posibles, sólo limitadas por nuestra creatividad e inteligencia.

Multiplicar la oferta de servicios vinculados con la genealogía y el reencuentro familiar

Debemos jerarquizar los servicios de búsqueda genealógica y de soporte a esas indagaciones, con bibliografía actualizada y amplia y con gente formada seriamente. Seguramente habrá algún socio en cada euskal etxea que pueda asumir el compromiso de formarse adecuadamente en esta materia. Los especialistas seguramente se ofrecerían a formar a un grupo de entusiastas.

De la misma manera, es necesario articular una red entre todas las instituciones que trabajan en el ámbito genealógico de cada uno de nuestros países y de Euskal Herria, con el objeto de establecer programas de reencuentro familiar, pues sucede que existen muchas búsquedas pero no hay canales de información suficientemente abarcativos de un lado y del otro del Atlántico.

Difundir los nombres vascos

Sería prudente multiplicar la difusión de los nombres vascos, de modo que las personas que buscan esa información puedan dar rápidamente con ella. Los Registro Civiles y otros ámbitos similares serán lugares privilegiados para ello; y, obviamente, Internet. Seguramente podríamos pedir a algunos abogados que revisaran la legislación de cada país con el fin de perfeccionarla o asegurar la vigencia y ejercicio de derechos, de modo que cualquier pueda utilizar los nombres propios de ese origen.

Multiplicar la oferta de formación cultural básica

Hemos escuchado esto hasta el cansancio pero no hemos logrando hasta el momento acercar contenidos de calidad y lo suficientemente básicos como para que cualquier pueda comprenderlos, tanto de cultura en sentido amplio, como de historia, geografía, política, etc. Está casi todo por hacerse.

Difusión e intercambio cultural por canales novedosos

Sería muy adecuada buscar nuevos modos de acercamiento de la cultura vasca a ámbitos masivos y segmentados, para responder a las distintas demandas o para despertar el interés en ámbitos no tradicionales:

Medios de comunicación no vascos dedicados a la cultura

La cultura vasca puede ser llevada a los medios de comunicación escritos, radiales, televisivos, etc. con poco esfuerzo si se saben buscar las vetas adecuadas; por ejemplo: programas dedicados a literatura, a música, o específicamente dedicados a las colectividades. Lo único que se requiere es una persona con voluntad que busque permanentemente las grietas por donde colar esos contenidos.

Espacios dedicados a la música y al arte en todas sus formas

La producción musical y artística vasca podría acercarse a los diversos ámbitos de nuestros países donde se difunde la vida cultural. La oferta sería original y, quizá, respondería a una demanda de productos culturales novedosos.

Guías gastronómicas

El aprovechamiento de los circuitos de restaurants vascos en las grande ciudades americanas podría acercar la cultura vasca a los amantes del buen comer, muchos de ellos turistas. Para ello sería necesario contar con programas de difusión en los medios tradicionales turísticos, como la folletería y revistas presentes en los hoteles; y con materiales adecuados en los mismos restaurants.

Guías y circuitos turísticos no tradicionales

En cada una de las ciudades de los países que recibieron aporte vasco hay numerosas señas de identidad vascas que permitirían armar circuitos turísticos no tradicionales, vinculadas a la arquitectura, la religión, la historia, el desarrollo institucional, etc.

Filatelia

Existe una práctica tradicional entre las administraciones miembros de la Unión Postal Universal por la cual se reciben sugerencias para el armado anual del plan de emisiones de sellos postales. En cada país se podrían establecer programas para recomendar anualmente conmemoraciones a personajes vascos, el recuerdo de la inmigración, etc. Esta acción llevaría lo vasco a muchas personas y haría presente esta cultura en el ámbito cotidiano.

Colegios y universidades

Tenemos una deuda muy grande con el estudio de los procesos migratorios en la educación formal; y, por otra parte, existen muchas ocasiones para vincular los contenidos curriculares de diversas materias científicas con lo vasco. Los educadores y académicos de todas las disciplinas podrían salir a la búsqueda de esas ocasiones.

Medios académicos específicos

Las actividades científicas y académicas del medio vasco podrían divulgarse a través de los medios especializados de las distintas disciplinas académicas, de las universidades, colegios profesionales, etc.

Impulsar la presencia de contenidos vascos en sitios de Internet genéricos

En sitios de Internet de participación abierta –como los portales- podría impulsarse de modo constante la presencia de contenidos vinculados a lo vasco mediante la acción de una persona dedicada a navegar la red y buscar los espacios donde es posible canalizar esos contenidos.

Difusión de becas y programas de estudio

El medio estudiantil es muy receptivo a la oferta de becas de estudios y programas académicos de especialización o bajo la forma de cursos de verano. Podrían realizarse campañas de difusión permanente de la oferta de esa clase disponible en Euskal Herria. En algunos de nuestros países existen instituciones específicas que se dedican a brindar información sobre estudios en el exterior y estarían muy a gusto de ampliar su oferta de información.

Turismo tradicional y no tradicional

Vasconia ofrece una oferta variada para el turismo tradicional y no tradicional. Sería muy factible difundirla entre el público joven que puede viajar a Europa.

Vinculación de ONGs

En nuestros países existen organizaciones no gubernamentales (solidarias, cívicas, culturales, ecologistas, religiosas, etc.) que comparten objetivos con otras similares de Euskal Herria. Una vinculación institucional establecida a través de la acción de algún vasco interesado podría generar mucho provecho tanto de un lado como del otro. Podría tenerse en cuenta, para ello, el auspicio del Gobierno Vasco a los programas de voluntariado en América Latina, Asia y Africa.

Programas de intercambio de escuelas

Sólo una maestra de una escuela local y otra maestra de Euskal Herria pueden generar un vínculo muy provechoso, a través de Internet, entre los niños de una y otra escuela. Existen muchas instituciones no gubernamentales que se dedican a organizar programas de intercambio de este tipo. El efecto multiplicador que tienen estas acciones en el medio escolar y en las familias es enorme.

Distribución bibliográfica y hemerográfica

Sería enormemente provechoso establecer programas para distribuir libros y revistas vascas en las principales bibliotecas de nuestros países. El importante mercado editorial vasco, las instituciones académicas y el mismo gobierno podrían realizar apoyos selectivos a la presencia de materiales vascos en bibliotecas específicas; sobre todo en las más importantes de cada uno de nuestros países. De la misma manera, nuestras instituciones deberían destinar parte de las publicaciones para ser enviadas a las bibliotecas y hemerotecas (nacionales, como mínimo), algo que no siempre sucede.

Productos editoriales e interactivos para niños de la diáspora

Nuestro compromiso con las nuevas generaciones debe realizarse a través de una sólida propuesta educativa para los niños de nuestras comunidades. Si bien pueden recibir cierta formación en la euskal etxeak bien podrían contar con materiales lúdicos para utilizar en el ámbito familiar. Necesariamente esos materiales deben producirse en la misma diáspora y no ser importados desde Euskal Herria, porque podrían no adaptarse a las necesidades pedagógicas locales.

Seguramente existen muchísimas otras ideas que se le han cruzado por la cabeza a alguno de los dirigentes o socios de nuestras instituciones. Es importante en la situación actual impulsarlas con esfuerzo para renovarnos, sin miedo a la equivocación o al fracaso. Sólo no se equivoca quien no hace nada; y esa es la mejor receta para certificar la muerte futura de nuestras instituciones.

Para ejecutar alguna de estas ideas no se requiere necesariamente el compromiso general de un centro vasco, si bien tal apoyo sería muy positivo –y lo es en muchos casos en los que la directiva tiene un fuerte compromiso con la renovación-. Sólo se necesita la constancia y seriedad de un vasco comprometido con alguna de las iniciativas. Muchas veces –si no siempre- los cambios dependen más de una persona que de una comisión.

Concordamos –como ya hemos señalado- con Gloria Totoricagüena cuando señala que “desde las instituciones, podemos diseñar la infraestructura pero, a la larga, necesitamos personas independientes que lleven a cabo los proyectos. A fin de cuentas la diáspora vasca está compuesta por individuos”. Sucede que es más difícil contar con individuos que asumen proyectos de modo personal y en solitario que con aquellos que necesitan la movilización institucional o jerárquica para ejecutar buenas ideas. Creemos, sin embargo, que el esfuerzo individual debe canalizarse a través de los proyectos inteligentes, sin esperar el apoyo institucional u oficial. La hora lo requiere. Esto no significa la ruptura de las instituciones en el caso de querer realizar el proyecto dentro de un centro vasco, sino saber aprovechar hasta el extremo la flexibilidad organizativa y pedir más veces “perdón” que “permiso” (una sana costumbre en épocas de crisis, pues la necesidad tienen cara de hereje).

Como es muy desalentador trabajar en solitario sería muy positivo establecer redes informales entre quienes desean impulsar ideas novedosas y se animan a probar suerte sin contar quizá con el apoyo de las organizaciones tradicionales. También sería muy positivo encontrar instituciones en Euskal Herria que pudieran y quisieran apadrinar esos proyectos.

Si logramos motivar a los jóvenes de nuestras casas a que ejecuten sus buenas ideas a pesar de la posible resistencia general -algo que debería ser una ley de vida- podríamos crear un movimiento importante para salir a encontrar a los nuevos vascos y dar respuesta a sus demandas en el camino de su búsqueda identitaria. De ese proceso nacerían aires nuevos para la diáspora global.

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