Hegoi
Urcelay Gaona , Dpto. Historia Medieval, Moderna y de América (UPV-EHU)
Fotografias:Arantza Cuesta.
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La invención de la tumba de Santiago el Mayor a principios del siglo IX en Compostela tardó en calar en la mentalidad religiosa del norte cristiano peninsular y las peregrinaciones a ella no alcanzaron el éxito que cabía esperar hasta el siglo XI. La monarquía astur se encargó de administrar correctamente el efecto aglutinador y de propaganda política que suponía la presencia del Hijo del Trueno en sus territorios, e incluso le dotó de un status caballeresco, colocando al apóstol sobre un corcel blanco, espada en mano, aplastando a los enemigos de la fe cristiana y, por ende, de los monarcas astures, agradeciendo así su ayuda en la batalla de Clavijo (c. 859).
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Roncesvalles. Capilla. |
Desde que Sancho III fijara el denominado Camino francés, todos los estamentos privilegiados de la sociedad medieval, desde la Corona hasta la nobleza, pasando por el clero, fueron dotando al recorrido de una serie de elementos que favorecieran el aprovechamiento de todas las circunstancias que rodeaban a la vía jacobea y que, por lo tanto, pueden ser considerados consecuencias de la misma:
· Fueros de franquicia: para favorecer el asentamiento de los viajeros procedentes de más allá de los Pirineos, en su mayoría hombres de negocios, mercaderes, artesanos, cambistas, que iban y venían a lo largo del Camino, los monarcas navarros y castellanos concedieron una serie de fueros, casi todos siguiendo el modelo del de Jaca, que luego se extendería a Estella (1090) y Logroño (1095), que daban a los habitantes de las villas un status de libertad frente a las instancias señoriales, garantizaban la inviolabilidad del domicilio, libertad de comercio y un gran número de exenciones fiscales, buscando así que los nuevos habitantes generaran un crecimiento que pudiera ser aprovechado por los distintos reinos. Así, el fuero de Jaca fue posteriormente el fuero propio de todas las poblaciones de francos que se fundaron en adelante en Navarra; es el caso de Estella (1090), Pamplona (1129), Puente la Reina (1122), Monreal (1149), Villava (1184), etc.2 o de las villas costeras guipuzcoanas. Todas estas villas tenían una fisonomía peculiar, a veces planificándose su trazado en función del camino.
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Estella. Santo Sepulcro. |
Aunque la vida agraria seguía teniendo un gran peso en la sociedad medieval, la dedicación de buena parte de los habitantes de las villas a actividades artesanales o comerciales, la presencia de un mercado más consolidado, con sus ferias, trastocaría en gran medida la vida de estos centros situados a lo largo de los caminos. Así las villas se garantizaban una influencia sobre el entorno que las convirtió en cabeceras de sus comarcas y además entraron a formar parte de la complejidad creciente de las rutas de comercio.
Muchas veces se ha aludido al Camino de Santiago como principal causa del proceso urbanizador del norte peninsular. Aunque el Camino pudo ayudar a este impulso, parece que la transformación y crecimiento de las distintas villas se habría producido al amparo de ese crecimiento económico, eminentemente agrario, iniciado varios siglos atrás. En demasiadas ocasiones y de forma un tanto abusiva, se ha utilizado el Camino de Santiago como razón explicativa de todos los cambios operados en los territorios por los que pasaba.
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Leyre. |
Así, sólo en Álava durante los siglos XV, XVI y XVII están documentados los siguientes hospitales o lugares de acogida: Albeniz, Ameyugo (fundado por doña Constanza de Ayala), Arbulo, Argandoña, Audícana, Cucho, Eguilaz, Estavillo, Estíbaliz, Galarreta, Guevara, Heredia, Iruña, La Puebla de Arganzón, Luzuriaga, Mendíjur, Rivabellosa, Salinillas de Buradón, Ordoñana, Salvatierra; Vitoria contaba con el de Nuestra Señora del Cabello o Santiago, el de San Pedro, el de San José y el de San Lázaro y la Magdalena; también los encontramos en Zalduendo y Zambrana. En estos sitios se ofrecía al peregrino a su llegada el lavatorio de pies, se le proporcionaba un lecho donde dormir, comida, asistencia médica y espiritual y, en caso de fallecimiento, sufragios por su alma y un lugar de enterramiento.4
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Zalduendo. San Julian. |
· Conflictividad social: la llegada de gentes foráneas así como su difícil encasillamiento en la sociedad feudal (no eran nobles o guerreros, ni trabajadores del campo, y mucho menos miembros del clero), además de la situación de privilegio en la que se encontraban nada más llegar a las nuevas villas, provocaría una serie de tensiones entre los naturales del lugar y los recién llegados, fuesen de más allá de los Pirineos o de otros lugares más cercanos. La sociedad de los tres órdenes miraba con recelo a esos burgueses (habitantes de los burgos) artesanos y comerciantes que iban y venían a lo largo del camino y sacaban de él un partido económico que ellos en un principio no podían imaginar. En este sentido cabe interpretar los violentos sucesos protagonizados por los «naturales» y los «francos» en Navarra entre los años 1276 y 1277.
Nobles y campesinos, no tanto el clero, que administraría bien sus infraestructuras hospitalarias, quedaban en un principio fuera del aprovechamiento de las nuevas circunstancias que generaba el Camino, aunque esta situación cambiaría posteriormente con la presencia de un buen número de linajes nobles asentados en las ciudades y atentos a las oportunidades que deparaba el comercio.
· Huellas culturales: la expansión de la orden cluniaciense llevó consigo la difusión del arte románico, además de la reforma pontificia y su rito romano, que se impuso al mozárabe hispano: “Lo mejor del arte y el pensamiento de Occidente y muchas de las más valiosas aportaciones de Oriente se cruzan en él [el camino], convirtiéndolo en el taller, aula o biblioteca, más importante de Europa durante siglos.”5 Grupos de canteros, artesanos, arquitectos, etc. recorrerán el camino en uno y otro sentido.
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Astigarraga. Santiago Peregrino. |
1 MARTÍNEZ SOPENA, Pascual: El Camino de Santiago en Castilla y León, Junta de Castilla y León, Salamanca, 1993, pág. 31
2 MARTÍN DUQUE, Ángel J.: Camino de Santiago en Navarra, Caja de Ahorros Municipal de Pamplona, 1991
3 MARTÍNEZ SOPENA, Pascual: El Camino de Santiago en Castilla y León,..., pág.
4 GONZÁLEZ MÍNGUEZ, César y BAZÁN DÍAZ, Iñaki: “La medicina en la Álava medieval. Entre la metafísica y la superstición”, Historia de la medicina en Álava, Pedro M. Ramos Calvo (dir.), RSVAP, Vitoria, 1997, pp. 79-164
5 MARTÍN DUQUE, Ángel J.: Camino de Santiago en Navarra, ..., pág. 69
6BARRIO LOZA, José Ángel: “El patrimonio artístico y monumental a la vera del Camino de Santiago a su paso por Bizkaia”, Euskonews, 44 (1999)
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