Actividad emprendedora en la Comunidad Autónoma VascaEscuchar artículo - Artikulua entzun

Mari Jose ARANGUREN1
Itzulpena euskaraz

Uno de los principales factores que últimamente viene a explicar las diferencias entre los crecimientos económicos de los países desarrollados es la innovación. Dado que el crecimiento a largo plazo de la economía se basa en el aumento de la productividad, recurrir a la innovación resulta indispensable. En tal sentido, en aras de favorecer un crecimiento económico continuado, tanto en el nivel académico como a la hora de definir las políticas industriales, los países desarrollados insisten en la idea de la actividad emprendedora2. Y aunque son varios los factores que intervienen en el aumento del Producto Interior Bruto, diversos estudios revelan que la actividad emprendedora tiene una clara redundancia en el crecimiento económico3. La obra de Audretsch et al (2002), por ejemplo, señala que la diferencia que durante los últimos años venimos observando entre el crecimiento de los Estados Unidos (EEUU) y el de la Unión Europea (UE) tiene mucho que ver con el auge que la actividad emprendedora está alcanzando en los EEUU.

Si los dos pilares del crecimiento, es decir, la actividad emprendedora y la innovación, están tan estrechamente vinculados, es, entre otros motivos, porque el primero conduce al segundo. En este artículo analizaremos la actividad emprendedora de la Comunidad Autónoma del País Vasco4.

Las obras que analizan la relación entre la actividad emprendedora y el crecimiento económico encuentran muchas dificultades para medir el primero de los citados elementos. Con frecuencia se acude a los indicadores económicos de la demografía empresarial, pero esta opción tiene sus desventajas.

Prácticamente todos los autores reconocen que las nuevas empresas fomentan la actividad emprendedora, puesto que todas las unidades de creciente creación introducen o difunden novedades en el mercado; y no sólo eso, sino que, además, repercuten en las empresas que venían existiendo con anterioridad, induciéndoles a innovar u obligándoles a adoptar las ya generadas. Pero es incuestionable que incluso entre las nuevas empresas las hay de muy diversa índole, y que cada cual afecta de distinta manera a la innovación y al crecimiento económico. Nos acercaremos a la actividad emprendedora de la CAV analizando la creación de las nuevas empresas, basándonos para ello en el directorio de Eustat sobre las Actividades Económicas, y, por otra parte, diferenciaremos las empresas innovadoras y las no-innovadoras, en base a la Encuesta sobre Innovaciones Tecnológicas realizada por el INE.

Mas no es la creación de nuevas empresas el único factor que conduce a la actividad empresarial, puesto que ésta también puede producirse cuando las empresas que ya venían actuando en el mercado se disponen a realizar nuevas actividades. Como ya hemos indicado en la nota al pie de página, la Comisión Europea define la actividad emprendedora de la siguiente manera: proceso mediante el cual una nueva empresa o una empresa ya existente en el mercado crea una nueva actividad. Por tanto, no basta con detenerse a estudiar las empresas de reciente creación; también hay que prestar atención a los cambios que se producen en la actividad de las unidades económicas que actúan en el mercado. Para ello, hemos recurrido al directorio sobre las Actividades Económicas de Eustat.

Los indicadores que habitualmente se suelen emplear para hacer un seguimiento al dinamismo de las empresas son, entre otros, las Entradas y las Salidas Brutas (EB y SB) y las Entradas Netas (EN). Los dos primeros indicadores se refieren a todas las empresas que comienzan a desarrollar una determinada actividad o dejan de hacerlo, mientras que las Entradas Netas muestran la diferencia entre las Entradas y Salidas Brutas. Los tres indicadores pueden expresarse tanto en términos absolutos como en relativos.

Con respecto a la CAV, durante las últimas décadas se han creado, por cada cien empresas, 13 nuevas, y se han cerrado 11. La Entrada Neta, por tanto, ha sido de un 2%. Si comparamos estos datos con los que la Comisión Europea nos facilita sobre otros países en la publicación “Business Demography in Europe”, las Entradas Brutas de la CAV son similares a las españolas, algo menores que las de Alemania e Irlanda, y mayores que en el resto de países de Europa Occidental. Con respecto a las Entradas Netas, sin embargo, a pesar de que nos mantenemos al mismo nivel que en España, no situamos por debajo de prácticamente todos los países europeos occidentales (salvo el Reino Unido, Bélgica, Finlandia e Italia). Por tanto, estamos muy bien situados en lo concerniente a las Entradas Brutas, pero no tanto en cuanto a las Entradas Netas, dada la alta mortalidad de las empresas. Por tanto, atendiendo a la realidad que los datos nos presentan, bien se podría decir que nuestro reto consiste no tanto en fomentar la creación de más empresas, sino en conseguir que aquéllas que se crean se mantengan y amplíen.

En lo que respecta al dinamismo de las empresas en función de su tamaño, observamos que las empresas que más entran y salen son las pequeñas, las que cuentan con menos de 20 trabajadores. Esa diferencia se percibe, sobre todo, en las entradas, por lo que, lógicamente, las Entradas Netas de las pequeñas empresas son mayores. Este dinamismo de las pequeñas empresas coincide con las constataciones que recogen los trabajos teóricos y empíricos sobre la economía industrial. Geroski, por ejemplo, al explicar este fenómeno, señala que muchas de las empresas que se crean parecen, más que inmigrantes, turistas, puesto que se introducen en el mercado, miran cómo les va, y, caso de irles bien siguen compitiendo, y, de lo contrario, cesan en su actividad. Como bien señala este autor, para poder realizar este tipo de prueba resulta más ventajoso que la empresa sea de reducidas dimensiones.

Pero el dinamismo empresarial varía mucho de una actividad económica a otra. En el caso de la CAV llegamos a las siguientes conclusiones con respecto a los cambios que se han producido en los distintos sectores durante la última década:

· En los sectores tecnológicos se han producido más entradas y salidas que en los no-tecnológicos.

· En los sectores de servicios se han producido más entradas y salidas que en los sectores industriales.

· Las entradas y salidas han sido especialmente numerosas en los sectores vinculados a las Tecnologías de la Información y de la Comunicación.

Estos resultados coinciden con los trabajos de investigación que aseguran que el dinamismo de las empresas está ligado a la innovación sectorial; es decir, que en los sectores más innovadores el dinamismo empresarial es mayor, y que este dinamismo, además, fomenta la innovación. Nada podemos decir sobre la posible relación que puede existir entre la entrada y salida de las empresas y la innovación, pero, al menos, llegamos a una conclusión muy clara, y es que casi todas las empresas que se abren y cierran en la CAV pertenecen a sectores de media y alta tecnología. El hecho de que la entrada en tales sectores sea mayor puede deberse a la mayor atracción de los mismos, mientras que la mayor salida se puede explicar porque la nueva empresa que se adentra en el mercado asume mayores riesgos en los sectores tecnológicos que en los no-tecnológicos. En cualquier caso, también las Entradas Netas son mayores en los sectores tecnológicos, por lo que bien parece que la probabilidad de crear nuevas demandas y de encontrar un lugar para competir en el mercado es mayor en estos sectores.

Con respecto a la influencia que las empresas de nueva creación pueden tener en la innovación, puede ser de muy diversa índole. Geroski, por ejemplo, distingue entre las entradas innovadoras y las imitadoras. Esta última se produce cuando una unidad económica obtiene beneficios imitando a las empresas que vienen actuando en el mercado, mientras que la entrada innovadora tiene lugar cuando la nueva empresa consigue cambiar la demanda o disminuir los costes. Según este mismo autor, de las obras empíricas se deduce que en los países desarrollados sólo cerca del 10% del total de ingresos vienen a ser innovadores. Para estudiar el caso de la CAV hemos recurrido a la Encuesta realizada por el INE sobre la Innovación Tecnológica. Según esta fuente, el 12% de las empresas creadas en la CAV a finales de los años 90 eran innovadoras, un porcentaje que se acerca mucho al que Geroski recomienda para los países desarrollados. Pero este porcentaje de empresas innovadoras cambia mucho de un sector a otro, dado que un 30% de las empresas nuevas manufactureras sería innovadora, frente a sólo un 5% de las empresas nuevas del sector de servicios.

En último lugar, analizaremos el segundo indicador al que antes nos hemos aludido: el cambio de actividad de las empresas que actúan en el mercado. También este aspecto puede resultar esclarecedor al indagar sobre la innovación. No detendremos en dos indicadores: el porcentaje de las empresas que emprenden una nueva actividad y el promedio del número de nuevas actividades que cada empresa inicia. Los dos indicadores de la CAV son mayores en el caso de las pequeñas y medianas empresas que en las grandes, y también en el caso de los sectores de alta tecnología que en los demás sectores, pero son menores en las microempresas (menos de 10 trabajadores) y en las de bajo nivel de tecnología.

Ya para terminar, y partiendo del análisis que hemos realizado a lo largo en estas líneas, sólo resta decirles lo siguiente con respecto al importante pilar del crecimiento económico como es la actividad emprendedora en la Comunidad Autónoma Vasca:

· Parece que el punto débil no se encuentra tanto en la creación de las empresas como en su crecimiento, que es precisamente nuestro gran reto. En otros muchos países de Europa occidental sucede exactamente lo mismo. Tal como se señala en el “Libro Verde. Espíritu Empresarial en Europa” de la Comisión Europea, las cotas de creación de empresas en Europa no son inferiores que las de los EEUU, pero el crecimiento posterior de estas empresas es mayor en los EEUU que en Europa.

· Dado que las Entradas Brutas y Netas de las empresas son más frecuentes en las pequeñas empresas, a la hora de impulsar la actividad emprendedora convendría prestar una mayor atención a las pequeñas empresas y adaptarse a sus características.

· En los sectores de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación, las Entradas Brutas y Netas son mayores, por lo que habría que tenerlos en cuenta al elaborar los proyectos dirigidos a fomentar la actividad emprendedora.

Bibliografía

AUDRETSCH et al. (2002): “Understanding entrepreneurship across countries and over time”, Audretsch et al. Entrepreneurship: determinants and policies in a European-US comparison lanean. Kluwer Academic Publisher.

COMISIÓN EUROPEA (2002): Observatory of European SMEs, nº 5. Business Demography in Europe. Luxembourg: Office for Official Publications of the European Comunities.

COMISIÓN EUROPEA (2003): Libro Verde. El espíritu empresarial en Europa. Brusela.

GEROSKI (1991): Market Dynamics and entry. Cambridge. Blakwell.

NAVARRO y BUESA (2004): Sistema de Innovación y Competitividad en el País Vasco. Eusko Ikaskuntza/Sociedad de Estudios Vascos.

1Mi agradecimiento a Itziar Navarro por los valiosos consejos que me ha brindado en torno al euskera y al contenido del artículo.

2El "Libro Verde. Espíritu empresarial en Europa" de la Comisión Europea define la actividad empresarial del modo siguiente: proceso mediante el cual una nueva empesa o una empresa ya existente en el mercado crea una nueva actividad.

3Véase la obra “Libro Verde. Espíritu empresarial en Europa” de la Comisión Europea.

4Los indicadores que emplearemos en esta aproximación son los que analicé junto con Iñaki Peña y José Olarte en la sección 4.2 del primer capítulo de la obra de Navarro y Buesa (2004).

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2004/10/01-08