Sé feliz, MartínEscuchar artículo - Artikulua entzun

Josemari VELEZ DE MENDIZABAL AZKARRAGA
Traducción: Juanmari ZURUTUZA ZAPIRAIN
Jatorrizko bertsioa euskaraz

La muerte de Martín Ugalde ha sacudido violentamente mis recuerdos. Aunque la noticia no me ha cogido por sorpresa, ha hecho remover mis sentimientos, tal y como sucede cuando desaparecen para siempre los amigos. A pesar de estar preparado para recibir la mala nueva el vacío del amigo desaparecido te envuelve, y eres consciente de que por mucho que intentes llenar ese hueco, todos los intentos serán baldíos. Eso es lo que he sentido al apagarse la vida de Martín.

No puedo decir que la amistad que me ha unido a Martín haya sido muy larga. Pero suplimos esa brevedad con intensidad. Nos conocimos en 1977, aunque antes de eso ya habíamos tenido noticia uno del otro por correo. Por aquella época yo estaba trabajando en la biografía de Iokin Zaitegi y me envió para mi libro su opinión sobre el escritor mondragonés. Tan riguroso como siempre. Ugalde y Zaitegi conocieron la amargura del destierro y ambos hicieron frente a la situación no deseada mediante la pluma. En la lejanía, en tierras extrañas, la literatura ayudó a ambos a afrontar del mejor modo posible el castigo de construir una nueva vida.

1983. Carlos Garaikoetxearen lehen jaurlaritzako partaide, Euskarazko Arazoetarako Zuzendaria.
1983. Miembro del primer gobierno de Carlos Garaikoetxea, responsable de la Dirección de Euskara. Fotografía: CD "Martin Ugalde, kazetariz idazle" (Diputación de Gipuzkoa).

En poco tiempo la relación entre nosotros dos se hizo más estrecha, alrededor del proyecto del que surgió el periódico DEIA. Aferrándose al sueño que siempre había tenido y haciendo frente al reto que Aitzol proclamó antes de la guerra, Ugalde aceptó formar parte de la dirección de un nuevo periódico, pensando en dirigir la sección dedicada al euskara. Y el propio Martín, al creer en ese proyecto, nos arrastró a tomar parte en esa empresa a algunos que estábamos ilusionados ante la posibilidad de crear la prensa euskaldun. No sabíamos como íbamos a salir adelante, ni siquiera si lo íbamos a conseguir. Proviniendo de diversos oficios y con formaciones diferentes, a los que nos reunimos a la llamada Martín se nos escapaban hasta los conceptos más básicos del periodismo. Era abril o mayo de 1977 y nos encerrábamos semanalmente en Azitain, para aprender cómo dar forma al periódico que comenzaría a publicarse en junio. Martín intentaba poner un poco de orden entre todos aquellos novatos. El periódico inició su andadura... y Martín probó una vez más el amargo sabor de la derrota. Se sintió traicionado. No parece que “Gure lurraren deia” cumplió su palabra.

Pero Martín no se dio por vencido y continuó llevando a cabo varios proyectos por encargo, trabajando sin cesar, aunque tuvo que escribir fundamentalmente en castellano. Nos veíamos a menudo, ya que pusimos en marcha la Asociación de Escritores en Lengua Vasca y al realizar yo los trabajos de secretario a menudo tuve que dirigirme a Martín en busca de mejor opinión. Era un hombre equilibrado, capaz de decir las cosas con la mayor delicadeza. Sus consejos me fueron de gran ayuda. Y me hizo una confesión: quería comenzar a escribir cuentos en euskara. Y, tal y como comprobé más adelante, bien que lo hizo, ya que en 1983 ganó el premio Ignacio Aldecoa con un cuento titulado “Mantal Urdina”, quedando en segundo lugar mi “Zeu zara, Carmen”. Nos felicitamos y nos dedicamos mutuamente el libro que se publicó recopilando aquellos cuentos.

Al cabo de un año, siendo yo Viceconsejero del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco, tenía que nombrar al responsable de la Dirección de Euskara. ¿Quién mejor para ello que Martín? Me acerqué hasta Hondarribia, y como pensaba que me iba a rebatir las razones personales que iba a esgrimir para que aceptara el cargo, pedí ayuda política a Joseba Azkarraga, quien me acompañó en la visita. Vencimos. Y, por supuesto, también el euskara salió ganando, ya que desde entonces Martín trabajó en su despacho de Lakua con la mayor de las ilusiones, por lo menos mientras así nos lo permitieron. ¡Cuantas horas invertimos allí diseñando nuestros sueños!

1999. Euskal Herriko Unibertsitateak Honoris Causa.
1999. Universidad del País Vasco. Honoris Causa. Fotografía: CD "Martin Ugalde, kazetariz idazle" (Diputación de Gipuzkoa).

Con la caída del lehendakari Garaikoetxea, tuvimos que decir adiós a nuestro proyecto. Todavía veo la cara de Martín cuando dos Consejeros castellano-parlantes del nuevo gobierno nos convocaron a una reunión a los responsables del Departamento de Cultura del gobierno saliente. Nos pidieron los programas previstos para el ejercicio de 1985 y se los presentamos uno a uno. Los comentarios de aquellos nuevos señores y diosecillos “¿Pero cómo es posible que en este Departamento, que no produce ingresos, se gaste en euskera más que el año anterior? ¿Qué dirán en Hacienda?” – a Martín le parecieron una tremenda estupidez y tras ponerse en pie les contestó: “¿Saben lo que dirán? ¡Que éramos abertzales!”. Y abandonó la sala dando un portazo. Ese fue el último día que trabajamos juntos.

Desde entonces han transcurrido veinte años y siempre nos hemos mantenido en contacto. Hablábamos por teléfono a menudo y hemos coincidido en multitud de actos. Durante estos últimos años Eusko Ikaskuntza se convirtió en el tema principal de nuestra conversación. El cuatro de octubre he perdido un amigo, pero su recuerdo seguirá conmigo, mientras no se agoté en mí la capacidad de sentimiento. ¡Sé feliz, Martín!

GAIAK
 Aurreko Aleetan
Bilatu Euskonewsen
2004/10/08-15