Félix MARAÑA, editor del libro Giro gori (Tiempo ardiente), publicado en la colección Poesía Vasca, hoy (Gaur egungo euskal poesia) de la Universidad del País Vasco /Euskal Herriko Unibertsitatea. A su vez dirigió las jornadas dedicadas a Juan San Martín en 2003, en el Koldo Mitxelena Kulturunea de Donostia.
Fotografía: Arantza Cuesta Alberto Martiñena
El
académico, poeta,
historiador y hombre público, representa una de las voces intelectuales
más profundas de Euskal Herria.
Falleció en Hondarribia el 30 de mayo, y sus cenizas fueron según su voluntad aventadas en el monte Jaizkibel, el cuatro de junio, al lado de la cota que marca la muga entre Lezo y Hondarribia.
Juan San Martín, cuya vida y obra representa un capítulo único de servicio a la cultura vasca y al País, ha fallecido. Su nombre estará asociado para siempre a la página más activa y de mayor afectado al euskera y la cultura vasca. San Martín entra a formar parte de la nómina de hombres ilustres del País, como habrá de ser siempre considerado como uno de los grandes personajes que ha dado Eibar al siglo XX, junto con los Zuloaga –en plural, con la distinción sobresaliente del ilustre Ignacio, el pintor y escultor– y Toribio Etxeberria.
Su sentido progresivo de la historia, y su mirada amplia, le llevaron desde joven a participar en las más variadas empresas culturales –Aranzadi, Euskaltzaindia, Munibe, Eusko Ikaskuntza, RSBAP, etc–, en las que siempre dejó constancia de su entendimiento de las cosas, de su comprensión por el pensamiento ajeno, en su defensa de la libertad, la poesía y la Naturaleza. Su obra literaria, que recorre los campos de la poesía, en ensayo, la miscelánea, la crítica, explica el repertorio, no sólo de sus conocimientos, sino de su humanidad. Sus grandes conocimientos de nuestra cultura hacen que toda su vida se nos represente como un mapa desplegable en el que hallaremos, confundidos con el mismo afecto, criterio y rigor, las distintas variables en las que se desenvuelve esa misma cultura, a la que él entregó todas sus energías e inteligencia.
San Martín es la representación del hombre entregado enteramente al conocimiento y, con la misma conducta, a la interpretación, difusión y extensión del saber. Forjado en el trabajo y el esfuerzo, toda la cultura adquirida la recogió con denuedo y voluntad, pues no tuvo medios, ni instituciones en donde poder formarse. Fue su inteligencia y sensibilidad la que le condujo al conocimiento, a través de la lectura, la reflexión, la búsqueda de las claves que explican la existencia. Fue tal la dedicación a la cultura que pronto pudo formar una biblioteca –que fue el alimento para tantos intelectuales de su tiempo, Aresti, entre otros–, comenzando sus investigaciones, que plasma en estudios en revistas y libros.
![]() |
Oier San Martín, Juan José Ibarretxe y
Juan San Martín. (Foto: Alberto Martiñena). |
La Feria del Libro y Disco Vasco de Durango homenajeó en 2001 a San Martín, por su entrega generosa a la cultura. Y en 2003, el centro cultural Koldo Mitxelena de San Sebastián dedicó unas jornadas al estudio de su obra y personalidad, año en el que Hondarribia, la ciudad en la que vivió en sus últimos veinte años, le concedió la Insignia de Oro de la ciudad, al tiempo que se hicieron públicos los yacimientos descubiertos por San Martín en su monte Jaizkibel. Reconociendo sus propias huellas, en él serán aventadas sus cenizas. Eusko Ikaskuntza y Caja Laboral le concedieron en 2004 el galardón que reconoce toda su obra. San Martín intervino, entre otros muchos cursos y jornadas, en el dedicado en la Universidad del País Vasco, en Donostia, al escultor Remigio Mendiburu (2001), lo que ponía de relieve su gran afecto por la escultura vasca contemporánea, como por todo el arte. No olvidemos que San Martín fue uno de los primeros promotores de la vindicación de Antxieta, el gran escultor, como era entusiasta de todos los escultores modernos, y gran conocedor y especialista en el Románico.
La obra de un promotor
En la cultura vasca contemporánea, Juan San Martín Ortiz de Zárate (Eibar, 1922) es conocido por sus múltiples facetas y actividades, que surgen desde su juventud, y que se extienden a lo largo de las décadas de los cincuenta y sesenta con especial dedicación. No hubo jornada cultural, semana cultural, actividad editorial o artística, donde no se sintiera la presencia y la colaboración activa de Juan San Martín. El escritor era requerido para dar conferencias, cursos, charlas, a lo largo y ancho del País Vasco, bien fueran sus intervenciones sobre literatura, lengua, arte, etnografía, cultura popular.
![]() |
Juan San Martín con Xabier Retegi recogiendo el Premio Eusko Ikaskuntza-Caja Laboral 2004. |
Esa dedicación múltiple, rigurosa y generosa, le valió la consideración y el aprecio de importantes personajes de la cultura vasca, como José Miguel de Barandiarán, Julio Caro Baroja, Koldo Mitxelena, Jorge Oteiza o Luis Villasante, entre otros, con quienes trabajó y colaboró en múltiples programas culturales. Tuvo el mismo afecto y consideración de otro prohombre, Toribio Etxeberria, su paisano, quien, en aprecio de su personalidad cultural y humana, dedicó a Juan San Martín el poema “Stonehengw´ko zabalian” (“Obertura de Stonehengw”), que publicó en el libro Ibiltaritxanak (Poemas del camino). En el caso de Barandiaran, es fácil advertir la colaboración de San Martín, con sólo cotejar las múltiples fotografías por él realizadas de momentos claves en las investigaciones del patriarca de la cultura vasca. Su labor era callada, sin buscar nunca protagonismo, y menos a cuenta de los grandes hombres con los que tuvo la suerte de colaborar. Valoró a todos, y a todos ellos les dedicó estudios, artículos, consideraciones, en muy diversas publicaciones, como valoró a los poetas. Como recuerda él mismo en el prólogo al libro Herri ta Herri, de Aresti, parece como si Juan San Martín había sido elegido de manera unánime para prologar, animar y alentar la difusión de la nueva poesía en el País.
Lo hizo con entusiasmo, criterio y sabiduría. No en vano era lector, crítico y escritor de poemas. Y es que para advertir esto, como para desarrollar su perspicacia, visión y sabiduría en otros campos de la cultura, el ojo de San Martín parecía responder a la lucidez azul de su mirada. En la ciudad en la que vivió desde 1978, Hondarribia, y apenas situado en ella, localizó un ara romana en un jardín, que nadie había advertido. Al poco de recorrer el monte Jaizkibel, halló unos importantes vestigios, comunicando a la sociedad Aranzadi de inmediato el hallazgo, lo que prueba tanto su sabiduría como su generosidad. No es este un caso aislado.
![]() |
Juan José Ibarretxe, Juan San Martín y Joxe Joan González de Txabarri. |
Dedicado con el mismo entusiasmo a la fotografía –celebró siempre a otro personaje eibarrés, Ojanguren, excelente fotógrafo– que a la investigación histórica, o a la tarea de académico de la Lengua Vasca, San Martín fue responsable durante varios años de la edición de la revista “Egan” (1983–1989), secretario de la Academia de la Lengua Vasca (1967–1978) y vicepresidente de la misma institución en este último año indicado. En esta tarea sería corresponsable del proceso de unificación de la Lengua, iniciado en la década de los años sesenta, fundamentalmente a partir del congreso de Arantzazu, que tiene lugar en 1968. También ha intervenido con el mismo entusiasmo en las campañas de alfabetización, de las que fue promotor incansable.
San Martín, poeta
Pero si todas esas tareas son ciertas, aunque no sean todas las que realmente ha realizado, a Juan San Martín, a quien se conoce como prologuista de múltiples libros de cultura vasca, editados en los años sesenta, como hemos referido, hoy no se le conoce o reconoce como poeta, como constructor de una línea lírica que, superando el realismo de su época, y sin desdeñar la intimidad, compone versos de tono existencial, lo que le vale el aplauso de su amigo Gabriel Aresti, de Mikel Zárate (cuya opinión y análisis recogimos en el libro Giro gori, donde agrupamos toda la obra poética del poeta fallecido) y de Jorge Oteiza, entre otros. La familiaridad con Oteiza, como con tantos otros personajes singulares, hace que el escultor sea el padrino de Oier, el hijo menor de San Martín.
![]() |
Juan María Otaegi, Juan José Ibarretxe, Juan San Martín y Xabier Retegi. |
San Martín no sólo es el prologuista del más importante libro de Aresti, Harri eta Herri, publicado en 1964, sino el hombre a quien Aresti sometía a criterio cuanto había de publicar. “Nada debe hacerse sin consultar a Juanito”, sentenciaba el poeta bilbaino.
Junto con Aresti, Joxe Azurmendi y Mikel Lasa, San Martín alienta, en aquellos años de la década de los sesenta, las voces de los poetas que ponen el euskara en la modernidad lírica, superando, aunque reconociendo, las enseñanzas de la tradición literaria inmediata, que representaban Lauaxeta, Lizardi, Salbatore Mitxelena, Mirande u Orixe, pero contemplando, también, etc... las poéticas de Blas de Otero y Celaya.
En 1965, y atendiendo a aquella expresión de modernidad, Jorge Oteiza confeccionó una antología de la poesía vasca, encargándose de que esta fuera bilingüe, y en ella recogió poemas de Aresti, San Martín, con el seudónimo de “Otsalar”, Azurmendi y Lasa. Oteiza escribió un prólogo extenso e intenso, que publicó luego en su libro Ejercicios espirituales en un túnel (1984), y que representa y advierte ese salto a la modernidad que suponen las creaciones de esos cuatro poetas. Oteiza escribió el prólogo y la selección (Irún, 1965), realizó la portada, y encargó un epílogo a Blas de Otero, quien lo escribió también. Juan San Martín que, como Oteiza, vio con tristeza que aquella antología no se llegaría a publicar, guardó el epílogo de Otero, y nos lo entregó recientemente. Es propósito de esta colección que edita nuestra Universidad del País Vasco, y compromiso de sus directores, llevar a cabo esa edición en breve, tal como fuera concebida en 1965, pues no ha perdido actualidad cultural, y, si cabe, ha incorporado el valor testimonial y documental de orden histórico, con el paso del tiempo.
![]() |
Juan José Ibarretxe y Juan San Martín. |
En Giro gori (Tiempo ardiente) recogimos esa andadura poética, que se inicia en 1954, y que resuelve el autor en 1977, tiempo que explica un ciclo creativo, y da paso a otro de más presencia pública de San Martín.Como se sabe, en 1978, el escritor fue nombrado director de Bellas Artes del Consejo General del País Vasco, al mismo tiempo que era Delegado de Bellas Artes del Estado, en cuya función, en un tiempo convulso, su labor fue definitiva a la hora de mejorar el patrimonio artístico. En 1989 fue nombrado primer Ararteko, cargo en el que ejerció durante siete años. Después, se dedicó a investigar la historia de la iglesia de Hondarribia, de la que publicaría un estudio de primer orden, definitivo en muchos sentidos. Pero, aunque tanto las funciones públicas, como las profesionales le distrajeron de la creación poética concreta, lo cierto es que su vida sólo se puede entender comprendiendo su visión poética del mundo.
Hombre conciliador, ha participado a su vez en funciones públicas. En 1978 el escritor es nombrado director general en el Consejo General del País Vasco, y participa como tal en una tarea de asesoramiento y vigilancia en la defensa del patrimonio artístico vasco. Cuando es nombrado primer Defensor del Pueblo del País Vasco, promovió una intensa tarea social y cultural, a su vez, publicando libros, prospectos y haciendo informes en los que priva su sentido universal de la cultura y su afecto inconfundible por el País Vasco. Como Ararteko o Defensor del Pueblo del País Vasco fue nombrado a su vez presidente del Instituto Europeo del Ombudsman (1994–1995).
San Martín ha sido miembro de diversas instituciones culturales, como Eusko Ikaskuntza - Sociedad de Estudios Vascos, Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, Sociedad de Ciencias Naturales Aranzadi y miembro de honor, como fundador, de Euskal Idazleen Elkartea (EIE), la Asociación de Escritores en Lengua Vasca, y Euskal Itzultzaileen Elkartea, la Asociación de Traductores e Intérpretes (EIZEI). Fue colaborador y miembro de la dirección de Euskal Bibliografía, bajo la dirección de Jon Bilbao.
Fue introductor, como traductor y divulgador, de muchos poetas universales. Basta ver la constante tarea de divulgación que ha hecho en euskara de los más importantes poetas de la literatura universal.
Profesionalmente ejerció en diversas especialidades industriales en su Eibar natal, tornero, entre otras, desde que comenzó a trabajar a los catorce años. Más tarde prestó sus servicios en empresas de importación de maquinaria. Su afición a la lectura desde la niñez ha constituido la base de su formación autodidacta.
En el Club Deportivo de Eibar colaboró desde muy temprana edad. Ocupó diversos cargos, incluso el de presidente, y dentro de su organización social, estructurada tradicionalmente en diversas secciones deportivas, de manera inusual creó una sección de cultura, desarrollando la biblioteca y organizando conferencias y cursillos de manera complementaria a la actividad deportiva.
Su amor a la Naturaleza: la montaña y la espeleología
Su vocación deportiva ha sido el montañismo, que lo ha practicado en todas sus modalidades. Fue monitor de la Escuela de escala y alta montaña. Basta decir que ascendió al Naranjo de Bulnes por tres vías distintas, además de abrir nuevas vías en algunas cumbres del Pirineo, recorrió prácticamente todo el macizo de Picos de Europa, Gredos y la cordillera pirenaica y gran parte de los Alpes. Participó en las expediciones espeleológicas a la sima de San Martín en Larra. En las publicaciones “Pyrenaica” y “Munibe” se recogen muchos relatos sobre dichas actividades y, por su historial, la Federación de Montañismo le condecoró con la medalla de plata al mérito deportivo.
Durante muchos años publicó artículos de difusión cultural y crítica literaria en diversas revistas y otras publicaciones periódicas, como la sección semanal bilingüe que escribió en el periódico “Hoja del lunes”, de San Sebastián. Además de en las revistas poéticas ya mencionadas anteriormente, San Martín publicó poemas en la revista “Kantil”, editada en dicha ciudad. Dichos poemas fueron traducidos al castellano por Jorge G. Aranguren. J. I. Goikoetxea “Gaztelu”, el escritor vasco desaparecido, tradujo también algunos de sus poemas al castellano para la enciclopedia general ilustrada del País Vasco editada por Auñamendi.
En sus correrías mostraría gran inquietud por las artes y la etnografía; de hecho ha descubierto diversos yacimientos prehistóricos, identificado obras de arte, pero al mismo tiempo se ha preocupado en recoger cantares populares y trabajos artesanales. Toda su vida ha sido una constante búsqueda de cosas y prueba de ello son, en gran parte, sus escritos.
Juan San Martín traductor de poetas
En sus propios poemas se advertirá las gamas de su múltiple expresión lírica, y otros sentimientos y actitudes, como el sentido del humor (No se puede olvidar su condición de eibartarra), que revelan algunas composiciones de los años sesenta, fundamentalmente las dedicadas a la unificación de la lengua.
Juan San Martín ha realizado una amplia labor divulgadora de la poesía universal entre los vascos, llevando a su lengua materna muchas composiciones poéticas, de cuya tarea da fe la relación de traducciones y autores que recogemos a continuación:
1) En la revista de poesía “Olerti”:
Autor | Obra | Año | Pág. |
Sidney Keyes | “Gudu olerkia” | 1959 | 84–85 |
Sidney Keyes | “Zaintzailearen bi eginbide” | 1959 | 85–86 |
Stecchett | “Orriak erortzean” | 1959 | 224 |
Magali Hello | “Nire lurraldearen deia” | 1959 | 224 |
Tomás Meabe | “Ez dagoenaren erailea” | 1960 | 52 |
R.M. Rilke | “Olerkaria” | 1960 | 104 |
R.M. Rilke | “Inork esan al lidake...?” | 1960 | 104 |
R.M. Rilke | “Bideak” | 1960 | 104 |
Federico García Lorca | “Artsaldea” | 1960 | 163 |
Federico García Lorca | “Zarren ordua” | 1960 | 163–164 |
Jacinto Verdaguer | “Atlantida ames” | 1960 | 164 |
Dionisio Ridruejo | “Lurrean dagoen errotarriari” | 1960 | 171 |
Boris L. Pasternak | “Udaberria da...” | 1960 | 171 |
Karel Toman | “Epaila” | 1960 | 225 |
Juan Ramón Jiménez | “Zeuk nai duzuna, Jauna” | 1961 | 42 |
Eino Leion | “Zer da ederrago?” | 1961 | 130–131 |
Adolfo Larrañaga | “Remember” | 1961 | 131 |
Sara Teasdale | “Isilik nagoenean” | 1961 | 295 |
Adolfo Larrañaga | “Iparagirren gitarra” | 1961 | 295 |
W. Shakespeare | “Gizonen iruzurkeria” | 1964 | 93 |
W. Shakespeare | “Ez beldur izan” | 1964 | 94 |
W. Shakespeare | “Amalaukoak” | 1964 | 94–96 |
Bertolt Brecht (Del libro Cantos y poemas – Kantak eta poemak): | |||
“Iru alegi” | 1966 | 26–27 | |
“Gudarien kantak” | 1968 | 79 | |
“Ondore markatuak” | 1968 | 102 | |
“Herbesteraturik lehen urteen gordelekua” | 1968 | 102 | |
“Itzulera” | 1968 | 103 | |
“Zer ukan soldaduaren andreak?” | 1968 | 103–104 | |
“Galileo–ren dotrina eta eritzia” | 1968 | 105 | |
“San Sekulaerezen kanta” | 1968 | 55–56 | |
“Gereza lapurra” | 1968 | 56 | |
“Egunkariak irakurtea te berotzen den artean” | 1968 | 56 |
2) En la revista cultural–literaria “Euzko–gogoa”:
Autor | Obra | Año | Pág. |
Juan Ramón Jiménez | “Zeuk nai duzuna, Jauna” | 1968 | 130 |
3) En la revista literaria “Egan”:
Autor | Obra | Año | Pág. |
Salvador Espriú | Sinerako liburua (Llibre de Sinera) | 1966 | |
Salvador Espriú | Zezen larrua (La pell de brau) | 1967–68 | |
Salvador Espriú | “Euskal Herria” | 1967 | 40–42 |
X. X. | “Cantiga de Meendiño” | 1982 | 87–91 |
Martín Codax | “Cantigas” | 1984 | 53–58 |
Estos dos últimos poemas medievales vieron la luz en ediciones plurilingües, en forma de libros, con diversos estudios, en:
– Homenaje a Meendiño (Santiago, 1982). Universidad de Santiago, Colexio Universitario de Vigo. Edición y notas de Xesús Alonso Montero.
– Homenaje a Martín Codax (Vigo, 1983). Universidad de Santiago, Colexio Universitario de Vigo. Bajo la dirección de Xesús Alonso Montero.
4) Otras traducciones:
Autor | Obra | Año | Pág. |
Félix Maraña | Hondar eta gauezko loturak 1979 (Ataduras de noche y arena) | 1979 |
Libros y estudios de San Martín, en castellano y francés:
Libros y estudios en euskara:
Libros bilingües:
Al alcance de la mano
Comunicación Básica en euskara-castellano
À portée de main
Communication basique en euskara-français
![]() |
Aurreko Aleetan |