Nuevos medios, nuevos profesionales

Pilar FANEITE
Itzulpena euskaraz

El desarrollo de Internet y la creciente demanda de contenidos en la Red han dado pie a una nueva realidad laboral. En la actualidad, periodistas electrónicos, diseñadores y programadores, entre otros profesionales, trabajan codo con codo para llegar a todo el mundo.

Cuando en 1962 J.C.R. Licklider, el primer investigador en plantear la interacción social a través del trabajo en red, hizo públicas sus anotaciones, tal vez no imaginaba la revolución de sus conclusiones.

Mucho tiempo ha pasado desde entonces: la creación de una infraestructura, las pruebas y los primeros usos de la llamada Internet (desde 1995, cuando oficialmente se le dio ese nombre), al principio dentro de los sistemas militares, para pasar al mundo académico y terminar en millones de hogares que, gracias a ella, acceden a cantidades insospechadas de contenidos y datos en todo el planeta.

Internet ha cambiado en sus dos décadas de existencia. Fue concebida en la era del tiempo compartido y ha sobrevivido en la era de los ordenadores personales, cliente-servidor, y los network computers. Se ideó antes de que existieran las LAN, pero se ha acomodado a ella. Ha dado soporte a un buen número de funciones desde compartir ficheros y el acceso remoto, hasta compartir recursos y colaboración, pasando por el correo electrónico, el World Wide Web, la telefonía (WAP) y los medios de comunicación tradicionales, convirtiéndose por sí misma en “el nuevo medio”.

Foto: Darren Hester (hester@ppdigital.com)

En la actualidad, prensa, radio y televisión comparten un mismo recurso. Y al igual que ocurrió con el fenómeno radial en la época de la prensa, y posteriormente con la televisión y la radio, las características de cada medio deben adaptarse a los tiempos y las necesidades de sus consumidores.

La prensa, por ejemplo, siempre ha sido considerada como la fuente de información detallada, donde prevalece el análisis y el detalle. La radio, gracias a su amplitud e inmediatez, es más dinámica y cambiante. Puede adaptarse, literalmente, a lo que ocurre en el momento. La televisión, por contar con dos recursos (lo visual y lo auditivo), no necesita de la descripción de la radio y puede llegar a cubrir prácticamente el mismo espectro.

En el caso de Internet, ésta cuenta en la actualidad con la tecnología suficiente para poder ser leída, vista y escuchada e incluso, con la inmediatez propia del tiempo real. Tal vez lo único que tiene en contra es la limitación de tiempo de los usuarios o consumidores, quienes en muchos casos, no tienen ni el hábito ni el tiempo suficiente como para sentarse frente a un ordenador para ver pasar el mundo delante sus ojos. Los profesionales de Internet lo saben y por ello buscan fórmulas que resulten atractivas y creen la tan necesitada fidelidad.

¿Quiénes trabajan para Internet?

Internet es capaz de conjugar los medios de comunicación tradicionales en una misma plataforma y por ello, necesita de sus profesionales para funcionar desde el punto de vista de contenidos y apariencia (el look and feel). En la parte técnica, las grandes estrellas son informáticos y programadores, encargados de construir e integrar, a través de los diferentes lenguajes (php, html, Javascript, entre otros) y herramientas, recursos que faciliten la navegación, la interactividad y la hagan más “amigable” y segura, en términos de transacciones comerciales.

Los periodistas electrónicos, llamados en algunos casos, analistas de contenidos, se encargan de escribir información que sea de interés para los consumidores de un portal. En el caso de diarios electrónicos, muchas veces la información se repite en papel y en digital, pero en los portales generalistas, la situación es diferente. En estos sites, se escriben contenidos variados que van desde algunas noticias de actualidad, hasta secciones de cine y gastronomía, astrología, foros de discusión, chats, compras, entre millones de posibilidades. Aquí los textos suelen ser más cortos y dinámicos, sin llegar a ser excesivamente profundos en sus análisis, pero sí lo suficiente como para despertar el interés del usuario en buscar más información al respecto.

El periodista electrónico, en un principio, se limitaba a escribir textos que luego pasaban por los diseñadores y programadores, pero con más frecuencia éstos están capacitados para programar, manipular imágenes, diagramar y finalmente “subir” ellos mismos las informaciones.

Foto: Clara Natoli (clarita1000@gmail.com).

No hay que dejar de resaltar, que cada vez son más los locutores los que prefieren el cierto anonimato y libertad que les da la Red para emitir opiniones y en otros casos, transmitir imágenes que en los medios tradicionales no tienen cabida.

Por su parte, los diseñadores, junto a los creativos o publicistas son los encargados de dar a un sitio web, una imagen única, diferencial y atractiva para los usuarios. Cuentan con una serie de herramientas y programas que les permiten manipular imágenes fijas y en movimiento, usadas en buena parte para anuncios y publicidad. Un buen diseño suele enriquecer de forma significativa un texto y facilita la identificación del usuario con lo que ve o escucha.

Tal vez uno de los aspectos más significativos de la evolución de estos nuevos profesionales es, además de su evidente capacidad de adaptación, la posibilidad de teletrabajar, es decir, de realizar su trabajo en un espacio físico que no tiene que ser necesariamente compartido.

La rápida evolución de las tecnologías permite el uso de softwares o programas cada vez más sencillos y dirigidos a un público más general, se ha traducido igualmente, en un aumento significativo de páginas web, blogs y tiendas virtuales de todo tipo (supermercados, música, subastas, tiendas de artículos on-line, entre otros) y en las visitas recibidas. De hecho, se estima que el porcentaje de lectores en diarios electrónicos ha aumentado desde 1999 en un 350% y en la actualidad, al menos 60% de los españoles han hecho por lo menos una vez, compras en Internet. Y dentro de todo este universo, miles de personas trabajan para superar a sus competidores y mejorar sus servicios minuto a minuto.

Esta nueva realidad es ahora un pilar importante en la formación de profesionales de la prensa, radio, TV y el arte, que encuentra aquí de nuevo un espacio amplísimo para dar a conocer obras musicales y cinematográficas, entre otras. Y apenas está comenzando.

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