Javier RETEGUI AYASTUI, Presidente de Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos
Itzulpena euskaraz
Desde
su creación en 1918 a iniciativa de las Diputaciones de Álava,
Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra, Eusko
Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos (EI-SEV) se implicó en la
tarea de articular institucionalmente a los cuatro territorios de la Vasconia
peninsular.
Un primer paso en esta labor fue la Asamblea de Administración Municipal Vasca que reunió en 1919 a cientos de alcaldes, concejales, secretarios de ayuntamiento, parlamentarios y diputados para sentar las bases de la modernización de la Administración local, como paso previo a la deseada reintegración foral y a su reacomodo. Ese mismo año se comenzaría a debatir sobre la organización de un Congreso sobre Autonomía con la más amplia representación, idea que la proclamación de la dictadura de Primo de Rivera frustró.
Al término de la misma, en 1930, EI-SEV recogió los anhelos autonomistas que desde prácticamente todos los sectores sociales le fueron manifestados. Por su posición suprapartidista, integradora de voluntades plurales y de vanguardia en la reflexión, ninguna otra entidad estaba tan capacitada ni poseía mayor legitimidad para alumbrar un anteproyecto estatutario que pudiera ser aceptado por todas las sensibilidades y en todos los territorios. «Es el momento de Estudios Vascos, como apolítica, más imparcial y, sobre todo, más eficaz, por gozar de general prestigio y estar por encima de todo partido», escribiría entonces Javier de Landaburu, director del periódico donostiarra El Día.
Fue así como en el seno de la Sociedad, una Comisión de expertos gestó el Anteproyecto de Estatuto General del Estado Vasco cuya edición original reproducimos aquí en versión facsímil.
Idoia Estornés, a quien debemos el más profundo estudio sobre este período1, ha señalado oportunamente que el texto «fue fruto de una laboriosa tarea de personalidades de la vida cultural y política vasca que EI-SEV tuvo la habilidad de poner en contacto para que idearan un anteproyecto que respondiera a las aspiraciones comunes de una amplia capa de la clase política vasco-navarra de esos años». Entre otros aciertos hay que destacar que el Anteproyecto de Estudios Vascos supo armonizar la tradición foral con el moderno federalismo, y en muchos sentidos anticipó problemas y avanzó soluciones que se harían efectivos al correr del tiempo.
Desde su publicación, el 1 de junio de 1931, el texto se erigiría en prototipo y referencia para gran parte de los proyectos posteriores (el Estatuto de Estella del PNV, el Estatuto General de Estado Vasco-Navarro de la Comisión Gestora republicana de la Diputación de Navarra, el Estatuto General de Estado Vasco-Navarro de las Comisiones Gestoras de Vizcaya, Guipúzcoa, Álava y Navarra), y hasta el mismo Estatuto de 1936 aprobado en Cortes.
Transcurridos 75 años, hoy podemos ya decir que el Estatuto de Estudios Vascos ha pasado a la historia como un paradigma de negociación y entendimiento, reflejos de la calidad y talla moral de quienes lo prepararon y redactaron.
En un contexto bien distinto al de los años treinta pero con una filosofía común, en 2003 la Sociedad presentó un proyecto de Constitución para una Federación Europea, que sería la única propuesta con articulado completo elevada desde Vasconia y España a la Unión Europea durante su proceso constitucional.
Contribuir a la vertebración y a la armonización entre las comunidades vascas es tarea fundacional de nuestra Sociedad, que se actualiza permanentemente con las reflexiones sobre las experiencias del pasado, el análisis del presente y los estudios precursores ante los retos de futuro. Particularmente ahora, en el horizonte de un tiempo que va a exigir ideas avanzadas, nuevos paradigmas y una actitud proactiva que catalice todo nuestro potencial, estoy convencido de que EI-SEV, desde su singular posición y con el nivel de excelencia de sus integrantes, puede seguir ofreciendo aportaciones sociales de trascendencia.
Es la misma idea que subyace en las palabras con que Julián Elorza, a la sazón Presidente de la Sociedad, cerró los trabajos de la Comisión redactora del Estatuto, el 31 de mayo de 1931: «Eusko Ikaskuntza no levanta bandera política de ninguna clase, sino que se limita a ofrecer al País un resultado de sus trabajos, que el País recibirá del modo que estime conveniente».
Estatuto general del Estado Vasco en pdf
1 ESTORNÉS ZUBIZARRETA, Idoia. La construcción de una nacionalidad vasca: el autonomismo de Eusko Ikaskuntza (1918-1931). Donostia: Eusko Ikaskuntza, 1990. 730 p.
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