Boinas La Encartada reabre sus puertas como museo industrial y culturalEscuchar artículo - Artikulua entzun

BOINAS LA ENCARTADA KULTUR INGURUNEA FUNDAZIOA
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La Fábrica se encuentra situada a las afueras del núcleo urbano de Balmaseda, en el Barrio de El Peñueco. Su fundación obedeció a la iniciativa de un indiano de la villa, Marcos Arena Bermejillo, que había hecho fortuna en México. En 1892, junto a los industriales, Santos López de Letona y Domingo de Otaola de Bilbao, y los balmasedanos Martín Mendía y Juan Bautista Hernández, levantó en este lugar de su villa natal una fábrica dedicada al ramo textil de la lana y, preferentemente, a la confección de boinas.

Con un capital inicial de 500.000 pesetas se eligió el emplazamiento de un antiguo molino harinero, y se construyó el conjunto industrial que básicamente ha llegado intacto hasta nuestros días.

Mantuvo hasta su cierre una línea de producción integral, que adquiría la materia prima en crudo y procedía al hilado de la misma, para después dedicarse a la confección, tanto de boinas (su principal producto), como de mantas. Esta última línea tuvo escasa vida productiva; se inauguró en las primeras décadas de siglo XX y se abandonó al final de la Guerra Civil, al igual que otros artículos como bufandas o pasamontañas.

En su máximo apogeo, la fábrica empleó directamente a algo más de 130 operarios. La mayoría de los obreros eran de Balmaseda, pero también de las cercanas poblaciones del Valle de Mena (Jijano y Berrón). Sin embargo, a principios del siglo XX hubo una cierta movilidad humana: esto era debido a que los especialistas eran de fuera (ingleses, belgas, franceses, catalanes, lugares punteros en la industria textil); los operarios eran, sobre todo, del entorno inmediato y hasta del propio barrio de El Peñueco, que se desarrolla a su sombra.

Txapela vasca de lana australiana

A pesar de sus orígenes confusos, la boina consiguió arraigar en la sociedad siendo los pastores, probablemente, unos de sus primeros usuarios. Más tarde formó parte del uniforme carlista -con el general Zumalacárregui como modelo- y luego de los nacionalistas con Sabino Arana como prototipo. Con tales “promotores”, la boina pasó de minoritaria y de uso restringido a constituirse mayoritariamente en la seña de identidad de todo un pueblo. No sólo propia ya de proletarios y caseros, sino que también se ataviaban con ella sectores burgueses.

En las instalaciones de La Encartada se llevaba a cabo el proceso completo del trabajo de la lana hasta quedar ésta transformada en boina. Una vez preparada la lana en las abridoras, se carda, hila y bobina para su posterior tisaje y teñido. Se tricota en telares rectilíneos mecánicos y, una vez teñidas las piezas, éstas pasan directamente al secadero para el perchado y tundido individual. Más tarde se termina la boina mediante un cuidadoso trabajo de confección.

Tiempo atrás la materia prima, la lana, se traía de Salamanca, (lana merina) y de Cataluña. Pero después, se trajo ya sólo de Australia vía Cataluña, en donde se sometía a diversos análisis en laboratorios de Tarrasa y Sabadell. La lana australiana era considerada más suave al tacto y de mejor calidad que la merina ofreciendo además, un mejor acabado del producto. Así pues, nuestra txapela vasca era de lana australiana.

Condiciones de trabajo

Otra de las peculiaridades de la fábrica de Balmaseda era su mano de obra mayoritariamente femenina -cerca del 75%- sin especializar y formada en la propia empresa ya que bastaban solo de 4 a 6 meses de preparación. Procedían casi siempre de la propia Balmaseda y municipios circundantes, aunque como ya se ha dicho, también hubo foráneos e incluso extranjeros, sobre todo técnicos, al requerirse “maestros especialistas” de los países punteros en el sector textil.

Característica peculiar era la transmisión casi familiar de los oficios que desempeñaban dentro de la factoría en una especie de relevo generacional profesional. La jornada laboral en 1949 era de 8 horas diarias, más dos extraordinarias, dividida en dos turnos: uno de 6 h. a 14 h. y otro de 14 h. a 22 h. Pero en los años de mayor producción durante la Guerra Civil, hubo de habilitarse un tercer turno. Por lo general se trabajaba incluso los sábados. Los salarios eran bajos en relación al resto de los sectores ya implantados en Balmaseda como los talleres de FEVE o los dedicados al plomo, pero en línea con toda la industria textil en la que era habitual la presencia de mano de obra no especializada.

Sin embargo, era significativa las diferencias salariales entre hombres y mujeres por lo que la abundancia de estás últimas entre la plantilla abarataba notablemente el coste final haciendo más competitivos los productos. Así, por ejemplo, el salario por día en 1933 y 1943, según diversas categorías, era el siguiente:

1933
1943
Cardador: 7.50 ptas. Cardador: 9 Ptas.
Canillera: 3,50 Ptas. Canillera: 6,30 Ptas.
Tejedor: 7 Ptas. Tejedor: 9 Ptas.
Tejedora: 4 Ptas. Tejedora: 6,30 Ptas.
Batanero: 6,50 Ptas. Hiladora: 6,50 Ptas.
  Peón: 9 Ptas.

Línea expositiva moderna en una fábrica museo

La fábrica de Boinas La Encartada, abierta desde 1892 hasta 1992, se ha convertido ahora en Boinas La Encartada Museoa. La Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Balmaseda pretenden dotar al territorio de un nuevo motor turístico y cultural tanto de cara al visitante vasco como estatal e internacional ya que se trata de un “museo de lugar”.

Con este formato se pretende entrar en los canales de ofertas más especializadas y cada vez más demandadas respecto al conocimiento y difusión de los antiguos procesos industriales. Así, en lugar de acudir a colecciones de máquinas o artefactos relacionados con uno o varios ámbitos de la producción, como pueden ser los museos de técnica, o los de sectores productivos tipo el museo minero o el ferroviario, o incluso los museos etnográficos que recogen materiales, herramientas y testimonios de oficios pasados, ahora disponemos de un enclave empresarial -original y completo- musealizado que entra, de facto, en las líneas expositivas más modernas y solicitadas en la actualidad. Boinas La Encartada Museoa es todo un conjunto de fábrica, viviendas y entorno natural calificado como Conjunto Monumental que reabrió sus puertas en enero de 2007.

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