Felícitas A. LORENZO, Directora del Museo Euskal Herria
Traducción: EUSKAL HERRIA MUSEOA
Jatorrizko bertsioa euskaraz
La sede del Museo Euskal Herria es un magnífico palacio de 1733 y pertenece a la parte de Gernika que se salvó del bombardeo de la Guerra Civil de 1937. Pero la trayectoria del edificio es mucho más antigua y está íntimamente ligada a la Historia de Euskal Herria.
Pared de la torre medieval del s. XV. |
En principio fue una torre medieval con claras funciones defensivas. Restos de esta tipología guerrera, asociada a las luchas de bandos, son los restos de muro en caliza gris con su tronera que se pueden observar en las salas de la planta baja. Su nombre era Alegría, y sus propietarios, los Ibargüen, una familia noble local, anfitriones del Rey Católico cuando vino a Gernika a jurar los Fueros en 1476. La importancia de esta familia queda avalada, cuando uno de sus miembros, Iñigo Ortiz de Ibargüen, redacta el Fuero Nuevo de Vizcaya en 1526, que lo presenta a Carlos V en Valladolid.
María de Busturia e Ibargüen se casará en 1647 con Juan de Mezeta, procedente de otra familia de prestigio de Gernika, y esto hara que hasta el siglo XIX la casa sea denominada Mezeta.
En 1717 estalla una revuelta social conocida como la Matxinada de Aduanas. Los Borbones intentan trasladar las aduanas vascas desde la línea del Ebro a la costa, con lo que las mercancías que entraban por los puertos se encarecían. La zona del Urdaibai fue especialmente sensible a estos cambios y este mismo año, los sublevados quemarán la torre y sus muebles y pertenencias. Tras la revuelta, su dueño, Juan Antonio de Mezeta, firma en 1724 un acuerdo con los que habian saqueado la casa para reconstruirla y sabemos que ya estaba acabada para 1733. Sin embargo, la rehabilitación del edificio se va a supeditar a nuevos deleites más ilustrados, se adaptará a gustos más residenciales y urbanos, haciendo mayor hincapié en la higiene, abriendo vanos más amplios, ampliando volumen y planta, haciendo en definitiva, una casa más moderna.
Loggia del palacio del s. XVIII. |
El edificio terminado en 1733 tomará la forma de un palacio barroco típico del País Vasco: volumen cúbico, jerarquización de fachadas, dando más importancia a la principal en sillería arenisca, ampliación de vanos, moldurando el ingreso principal... En el interior también se aprecia un claro reparto y refinamiento de espacios: la planta baja, encachada, posée un zaguán para carruajes, de donde parte una escalera. La planta primera es el piso noble, con suelos de madera, donde se ubica el salon principal para recibir visitas y la capilla.
La segunda acoge a poniente la loggia con sus tres grandes arcos, proveedora de iluminación y calor, donde se reúnen las damas para sus labores de aguja y sus tertulias. El desván, hoy también visitable, se cubre mediante una estructura de madera singular. La simetría del edificio se rompe ligeramente cuando a principios del siglo XX, los Allendesalazar, Condes de Montefuerte, entonces propietarios del Palacio Alegría, instalan el escudo de Allendesalazar y Gortazar proveniente de la Casa Pintada de Gernika. La adscripción del palacio a esta familia ha dado lugar al tercer nombre con el que ha sido conocido: Palacio de Montefuerte.
Jardines del Museo Euskal Herria. |
El remate del nuevo palacio lo constituyen sus jardines, que lo dotan de una atmósfera verde, calmada y apacible: uno, mas próximo, de estilo francés y romántico y otro en estilo inglés, hoy convertido en Parque de los Pueblos de Europa, que reproduce los diferentes ecosistemas del País Vasco.
En 1982 la Diputación lo adquiere y respetando los elementos tipológicos más relevantes, lo rehabilita a un nuevo uso acorde con una historia tan simbólica: El Museo Euskal Herria, Palacio Alegría, se abre al disfrute público en 1991.
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