María Cristina LÓPEZ LIZUNDIA
Fotografía: María Cristina LÓPEZ LIZUNDIA
:: Familia, inmigración y sociedad (I/III)
:: Familia, inmigración y sociedad (II/III)
La vivienda familiar. Su sentido en la conformación y sostenimiento de la Familia
La vivienda es uno de los componentes del consumo que más tiene que ver con las formas de vivir en familia. Es la protección, el abrigo para cada uno y para el grupo, es el lugar de la reproducción biológica, donde se lleva a cabo la vida de relación y se guarda la privacidad. Si bien todo lo anterior depende de la aplicación de la fuerza de trabajo grupal para la obtención de recursos, también depende, directamente, de la naturaleza de las políticas publicas. Esto es en el sentido de atender al desarrollo de infraestructura urbana, expansión del equipamiento colectivo, extensión de transporte público, oferta de crédito para la construcción, etc.
El análisis del periodo que nos interesa (1850-1950) arroja resultados como: durante el modelo agro exportador se da como dato peculiar, en Buenos Aires y la ciudades de la Pampa Húmeda, que la gran masa inmigratoria, proveniente en su gran mayoría del campo europeo, hacía aquí su primera experiencia como habitantes de la ciudad. A la vez cada grupo étnico preservaba su bagaje cultural en lo atinente a la vivienda, por lo tanto no hay que creer que la historia de la vivienda popular es homogénea.
Hubo dos líneas de acción desde el Estado: la provisión de servicios públicos y la elaboración de la legislación pertinente.
En 1871 hubo una epidemia de fiebre amarilla. Esto exacerbó la visión higienista y entonces se extendió la provisión de agua potable y de la red cloacal a aquellas zonas urbanas en las que el hacinamiento de los inmigrantes se percibió como una amenaza para la salud pública en general.
En cuanto a la actividad en relación a la legislación, se centró en las emergentes manifestaciones de conflicto social que acompañó la masiva llegada de inmigrantes. Los gobernantes visualizaron que el acceso a la vivienda, podía ser considerado como un elemento integrador, o de disciplinamiento social.
De todas maneras, recién a comienzos del siglo XX empiezan a pensarse políticas públicas de acceso a la vivienda popular.
Hasta 1910 el alquiler fue la forma más usual de acceder a la vivienda, después de ese año la aspiración de convertirse en propietario se acentuó y conformó un rasgo de ascenso social.
En las ciudades, sobre todo en Buenos Aires, dos fueron las viviendas propias del periodo de 1870 a 1930: el conventillo y la vivienda unipersonal.
El conventillo: Tal era el grado de promiscuidad de esta forma habitacional, que algunos autores llegaron a definir que la clase obrera, principal habitante del conventillo, no tenía idea de familia. Se vivía en extensión hacia los espacios públicos o semi-públicos, por lo tanto esto daba idea de vagancia o marginalidad (por lo menos para las clases altas).
Alrededor de 1910 se comenzaron a extender las vías de transporte y comenzaron loteos en los suburbios, así paulatinamente fueron desapareciendo y hoy quedan algunas formas típicas en barrios como La Boca (del riachuelo).
La vivienda unifamiliar: A partir de comienzos de 1920 los trabajadores tuvieron la posibilidad de comprar terrenos amortizables en plazos de muchos años. Así durante una larga porción de la vida del trabajador y su familia, la búsqueda de la casa propia demandó que una parte importante del salario, e incluso del escaso tiempo libre se dedicara a la construcción de la vivienda.
En esta etapa la topología dominante fue la “casa chorizo”, que tuvo muy rápida expansión en todos los centros urbanos del país, desde fines del siglo XX hasta la década de 1940.
A partir de 1940 los departamentos en los centros urbanos y el chalet californiano fueron los tipos dominantes, sobre todo para la clase media, a la vez que se conformaba desde el plano físico y simbólico, como sinónimos, los términos casa y familia.
En ese momento también por la acción de intensas corrientes de inmigración interna y de países limítrofes nacían las denominadas “villas miserias”.
La vivienda en el campo
La extensión de tierra era vastísima, los recién llegados arrendaban una parte de ella a sus dueños, las máquinas y comenzaban a trabajar. Con viviendas muy humildes, pero limpias. Muchos campesinos no habían formado aún sus familias, eran trabajadores “golondrinas” y dormían en las estancias.
Los inmigrantes que se asentaron en la profundidad de La Pampa húmeda formaron sus familias y constituyeron sus viviendas en los denominados “Puestos”, alrededor de la década del 40 se acercaban a las pequeñas ciudades o pueblos más antiguos de la Provincia: Azul, Dolores, Lezama, Chascomus, Castelli, Mar del Plata, Tres Arroyos.
Primeras vistas de Dolores. |
En todas ellas se establecían almacenes de ramos generales desde donde las provisiones eran llevadas a las estancias y los Puestos. También se constituían en estas ciudades que iban creciendo los centros de remate de Hacienda y los locales de abastecimiento de la misma.
La Familia y el Estado
En verdad en el tiempo del arribo masivo de inmigrantes en Argentina no había forma organizada de protección social o familiar, funcionaban obras de caridad o confesionales.
Los obreros venían de Europa con una calificación que no había costado al país, y a la vez su inserción en el mercado local hacía que los salarios permanecieran bajos ya que la oferta era significativamente superior a la demanda.
Las familias debían hacerse cargo de los denominados “costo de procreación” sin percibir seguros sociales, a la vez debían sostener a los ancianos, ya que al no tener Previsión Social, ellos quedaban completamente desprovistos al retirarse del mercado de Trabajo.
En lo que respecta al cuidado de la mujer-madre, como las instituciones que las contenía habían pasado al Estado desde 1874 el aprendizaje en ellas estaba centrado en las habilidades domésticas dirigida a la formación de las niñas-madres obreras.
La acción sobre los niños fue muy intensa, tras un doble objetivo: perseguir lo que los ponía en peligro o sancionar todo aquello que los volviera peligrosos. También se buscó establecer, sobre todo a partir de 1910, pautas de integración social hacia sus padres inmigrantes recientes.
Estación de Tren de Chascomús. |
Para ello se dispuso de varios mecanismos, ya sea la señalada Escuela Pública, la regulación de la Patria Potestad, distintos registros reguladores y el propio asociacionismo dado por cada comunidad de inmigrantes (la gallega, la vasca, la italiana) contribuyeron para que con la crisis del 30 se hubieran cumplido los objetivos trazados por la élite gobernante.
La separación de la pareja y reincidencia: Si bien para la época que ocupa este trabajo no es un parámetro a tener en cuenta en los cambios que se producen en la familia, a los fines de ciertas historias que aún no se develan, sí lo es. El matrimonio civil entró en una franca fragilidad a partir de la década de 1960, pero allí desde el aparato legal no había forma de romper el vínculo y lograr una nueva aptitud nupcial. Es así que como estado civil el “reincidente” aumenta la consensualidad a partir de la década de 1940. Los datos son aún escasos, hay que pensar que recién en 1987 se dicta y reglamenta la Ley de divorcio Vincular (mucho más tarde que en otros países, aun de Latinoamérica). Pero lo que sí hay que tener en cuenta que en la actualidad, las representaciones simbólicas de los individuos respecto de la Institución Familiar se han modificado drásticamente emergiendo una moral de la autonomía individual que rechaza la ingerencia pública en el ámbito privado.
No hay datos estadísticos de las denominadas “separaciones de hecho” anteriores a 1940, a los fines de este trabajo, y por particular interés, se han realizado consultas y entrevistas, que no se pudieron tomar como variable de valor científico.
Dos lugares, territorio de vascos, se quieren describir; Chascomus y Dolores:
Ya se ha dicho que el viaje hacia el interior de La Pampa era difícil. Hasta 1872 llegaba el tren hasta Chascomus. Aquí, además de la estación de trenes, había un condimento extra: La laguna más grande de la Provincia de Buenos Aires. Los campos eran más altos, lo que constituyo una zona de alta productividad ganadera. Así con Brandsen y Gral. Belgrano se constituyó la denominada “Cuenca Lechera de la Provincia”, y allí no faltaron los vascos.
Ellos fueron los primeros en establecer tambos, siendo excelentes lecheros, sin embargo no alcanzaban (ellos) para tantas vacas.
De 1840 en adelante, el trabajo de la leche, ya sea su producción en el tambo o su industrialización más tarde, la monopolizaron los euskaldunes. Por su espíritu de actividad, para no perder un solo momento de su valioso tiempo inventaron el banquito de una pata, fijado a su cintura con correas para manejarse en el tambo (en algunos tambos aún se encuentran).
Daireaux lo describía así al lechero vasco: “El lechero viene todos los días del campo a la ciudad. Es un vasco alto, fuerte, subido de color, gran comedor, mejor bebedor, incomparable jugador de pelota y de carácter alegre y bullicioso”.
Cuando llegó la industrialización también en Chascomus la “Unión Gandarense”, fue uno de los primero centros industrializadores de ese vital alimento.
El centro vasco de Chascomus es de los más antiguos de la Provincia de Buenos Aires.
Centro Vasco de Chascomús. |
Seguimos viaje a Dolores:
El 18 de septiembre de 1872 fue promulgada la Ley numero 802, por medio de la cual se acordaba a la empresa “Ferrocarril del Sud” (empresa inglesa), 500 libras por milla con destino a la construcción de un ramal ferroviario desde Chascomus a Dolores. Estas dos ciudades fueron cercanas geográficamente (90 kilómetros), pero también en su historia, cultura y extensión. En el censo de 1948 (ya terminado el periodo de la gran inmigración) Dolores contaba con 21.748 habitantes y Chascomus con 23.297.
En 1874 ya llegaba el tren a Dolores. La vía corría cercana al denominado “Camino Real”, que hoy tiene su traza por el sur del gran Buenos Aires y sigue hacia el sur uniendo ciudades como las nombradas. ¿Qué hacían los inmigrantes allí? Fueron dedicados forjadores de la actividad campera. Fundamentalmente fueron lecheros o abastecedores, formaban sus familias más reducidas de las que habían sido sus familias de origen, sobre todo a partir de 1920, y vivían en casas que seguían el estilo de construcción de aquellas que habían quedado allá lejos.
En el camino quedaban Postas, después formando parajes, en donde se asentaban familias, o donde se acercaban para comprar las provisiones o divertirse. Por ejemplo, un testimonio de la época, describiendo un paraje de campo cercano a Dolores dice: “El partido de Tordillo se encontraba, a mediados del siglo XIX, casi despoblado y sin un punto que sirviera de cabecera para congregar a sus habitantes. Por lo tanto, la educación escolar se hacía imposible, debido a la dispersión de la población. Ante este hecho el Juez de Paz, Don Mariano Mendiburu, gestionó en 1858 la instalación de una escuela que tuviera alojamiento para sus alumnos, y esa iniciativa se concretó el 12 de enero de 1872. El primer maestro fue Carlos Crubelier y de acuerdo a la planilla remitida a la Dirección de Escuela en marzo de 1872 tenía 171 un alumnos, muchos de ellos de origen vasco”.
Las ciudades más importantes se desarrollaban con un centro cívico y también barrios cercanos a la estación de trenes. Según se sabe, a una cuadra de la estación de Dolores un matrimonio vasco con seis hijos llegados en 1880 fundaron dos años más tarde un lugar para dormir y fonda, claro no podía faltar la cancha de pelota. Hoy en la casa modificada y a cargo de bisnietos se lee aún “Fonda, Posada del Trinquete”.
Vista de la Posada El Trinquete desdela estación de tren. |
Las ciudades iban tomando forma. Las edificaciones se empezaban a reglamentar. El 9 de enero de 1896, el Concejo deliberante sancionó la ordenanza numero 672 por medio de la cual prohibía la construcción o refacción de techos de paja en viviendas ubicadas en un sector comprendido por calles que delimitan un radio de 10 manzanas hacia los cuatro puntos cardinales desde la plaza principal. Cabe destacar que hace pocos años (diez) en Dolores se construyó recién el primer edificio de propiedad horizontal de 3 pisos. Luego se construyó hace 3 años uno de 8 y actualmente se está construyendo otro de 12 pisos. En Chascomus no hay ninguna edificación de este tipo todavía.
Para cerrar: Breve historia de una vida enigmática
Roque Cirilo De Lizundia nació en julio de 1858 (en el caserío de Elgoibar, así llamado). Su padre a la tarde de nacer, ya estaba inscribiéndole en la iglesia más próxima. Su madre, de apellido Lizase, era de Azkoitia y de allí vinieron sus abuelos a conocerlo.
Alrededor de 1885 llega a Buenos Aires. Está poco tiempo en esta ciudad que surgía, y se supone que como tenía familiares en la zona de Lezama-Chascomus, fue para allí. Inmediatamente comienza a trabajar en el campo y se hace abastecedor. Conoce a Juana Urchipia, hija de vascos, nacida en Quilmes (hoy conurbano sur). Le lleva 10 años. En enero de 1890 (año de creación del Registro Nacional de las personas) se casan y en noviembre nace su primera hija: Segunda. Vivían en una casa de las afueras de la ciudad en formación. Los familiares de Juana tenían chacras en Mar del Plata y Tandil, y por alguna razón que no se ha podido constatar, la familia se separa alrededor de 1915. Juana se va con los hijos menores a Mar del Plata, ahí muere y está sepultada. Segunda queda a la deriva, vive en Dolores, tiene cinco hijos, a los que reconoce con su apellido y se cree que muere en Tandil (en accidente o suicidio, no se ha podido constatar). Sus hijos menores quedan pequeños y son criados por algunas familias en Dolores.
Acerca de Roque Cirilo, hay dos hipótesis: pudo volver a su país o se perdió en Buenos Aires, no se tiene fecha ni lugar de su muerte.
En el año 2000 por ser la única descendiente de Segunda (junto con mi madre) adopté el apellido materno adjuntado al paterno. Desde ahí mi apellido es: López Lizundia.
Glosario
Endogamia: Variable que considera la unión entre individuos del mismo sector social.
Exogamia: Variable que considera la unión entre individuos de dist. sector social.
Conventillo: Residencia precaria que se constituyo en vivienda en las ciudades a principios del siglo XX. Lo habitaban numerosas familias.
Casa Chorizo: Vivienda que surgió a partir de la época del 30 que en los suburbios de las ciudades importantes.
Puesto: Lugar de la estancia donde se construía viviendas precarias que eran ocupadas por las familias que trabajaban y cuidaban los campos más grandes de 200 hectáreas. En los latifundios había numerosos de estos.
Puestero: El habitante del puesto.
Trabajador golondrina: Obrero del campo que concurría de manera alternativa a las distintas cosechas sin asentarse en forma permanente en ningún lugar.
Aparcero: El cuidador del ganado. También el que lo trasladaba de un lugar a otro. El que separa el ganado.
Bibliografía
Germani, Gino. “Movilidad Social en la Argentina”, 1963.
Giddens, Anthony. “La transformación de la intimidad”, 1995.
Lo Vuolo, Ruben. “Crisis de integración social y retracción del Estado de Bienestar en la Argentina”, 1998.
Pirali, Juan Carlos, Artículos históricos publicados en El Tribuno, Diario Local de Dolores, 2003.
Sarracin, Beatriz, Artículos sobre vascos en Dolores y su zona, publicados en el Diario el Tribuno de Dolores.
Sarramone, Alberto Los Abuelos Vascos en el Río de la Plata-1994.
Romero, José Luis. “Historia de cuatro siglos”, 2000.
Tedesco, Juan Carlos. “Educación y sociedad en la Argentina, (1880/1945)”, 1993.
Torrado, Susana. “Historia de la familia en la Argentina moderna (1870/2000)”, 2003.
Dedicado con amor a mi abuela, Segunda Lizundia
Urchipia nacida en Chascomus, en 1890 y a todos los vascos, porque al introducirme
en su Historia recupere parte de mi Identidad.
Avellaneda. Buenos Aires, Republica Argentina 2008
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