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No se puede poner en duda la importancia e implicación que tienen los automóviles en nuestra vida. En la mayoría de los casos podríamos decir que se han vuelto imprescindibles para muchas situaciones y tareas, debido a la flexibilidad, la rapidez y las muchas ventajas que ofrecen. Todo esto ha conseguido que en las últimas décadas casi la mitad de la población de la comunidad sea propietaria de un coche, situación que se deja notar en las carreteras y en las ciudades.
Este aumento excesivo de los coches y su uso sin embargo, además de servicios ha creado varios daños y perjuicios cotidianos. Los atascos, accidentes y situaciones incómodas que se crean en ciudades y carreteras, la emisión constante de gases peligrosos para el medio ambiente, el consumo constante de energías no renovables, la contaminación acústica, la reducción de los suelos o espacios, etc. son algunos de los efectos que tenemos que padecer como consecuencia.
Si nos fijamos en el reparto modal existente en Euskadi, según varios estudios realizados, en lo referente a la movilidad de las personas el uso del coche se acerca al 40%, mientras que el transporte público sólo ocupa un 15% y los peatones el 42%. Pero si entre los transportes a motor analizásemos el uso del coche, ésta ascendería al 70%.
Es más, a medida que el uso de los coches se ha ido extendiendo, la ocupación de los mismos ha disminuido. De hecho, mientras que en 1990 el índice de ocupación era de 1,53 personas, en 2001 había bajado a 1,35 y hoy en día se puede comprobar que se mantiene la tendencia de utilizar el coche de forma individual. Al mismo tiempo, teniendo en cuenta el uso diario del transporte por horas, podemos afirmar que el coche permanece parado 23 horas al día, es decir, se puede decir que el uso del coche se reduce al 4% de su vida útil.
Ante esto, nos urgen más que nunca actividades y planes que impulsen la movilidad responsable y, sobre todo, iniciativas que reivindiquen la necesidad de impulsar un uso del coche más racional.
Foto: PhotoDu.de.
Hay que apostar por una forma de transporte sostenible, impulsando las opciones de caminar, ir en bicicleta o en transporte público. Pero también conviene poner en marcha iniciativas que fortalezcan un uso eficaz del coche para cuando éste sea necesario. Es decir, iniciativas que impulsen compartir los asientos como es el car pooling y el uso colectivo del coche denominado car sharing o coche multiusuario, objetivo de este artículo, innovador para nosotros, y que en suma, resulta interesante difundir y explicar.
El car sharing o coche multiusuario (uso compartido de un coche colectivo) es otra forma de tener coche. Con él se establece un nuevo concepto de movilidad que impulsa el uso racional de los medios de transporte y que, a pesar de no ser propietario del coche, ofrece la posibilidad de utilizarlo cuando es necesario.
Mediante esta forma que se nos presenta como uso o servicio, un grupo de personas comparten la propiedad o el uso del coche en lugar de tener cada una el suyo. Podemos disfrutar de todas las ventajas de tener coche dejando a un lado los costes y responsabilidades de la propiedad privada.
El car sharing nos daría la oportunidad de utilizar un vehículo en cualquier momento, impulsando un uso flexible, ofreciendo la oportunidad de utilizar un grupo de vehículos que están cerca de casa y pagando según el tiempo de uso y los kilómetros realizados. Así, para utilizar el vehículo lo primero que hay que hacer es ir al lugar en el que se encuentre (hay muchos aparcamientos y están cerca de las viviendas de los usuarios), y una vez allí no hace falta más que presentar la tarjeta de miembro. Una vez terminado el viaje hay que devolver el coche al lugar del que se cogió y pagar lo correspondiente por su uso.
En general, el uso de vehículos colectivos compartidos está preparado para ciudades y pueblos grandes, dirigido a personas que no necesitan el coche todos los días o para las que necesitan uno de repuesto. El objetivo de este sistema es suplir las necesidades eventuales: sería una solución para cuando no nos viene bien el transporte público (porque es de noche, porque no hay transporte público, porque tenemos que transportar un paquete grande, etc.) u otro tipo de movilidad sostenible (ir andando o en bicicleta).
Dicho de otra manera, combinando el transporte público y el uso compartido del coche colectivo se quiere dar respuesta a las necesidades de movilidad de la gente, tanto a nivel individual como social, de forma beneficiosa. Es decir, el carsharing ofrece una idea a la gente: que el coche hay que usarlo cuando no hay más opciones. Así se impulsa a la gente a plantearse qué otras opciones hay antes de pedir un vehículo, haciéndoles pensar si van andando, en bicicleta o en transporte colectivo.
De esta manera, con un buen servicio de car sharing podemos conseguir casi la misma flexibilidad que con un vehículo particular y, al mismo tiempo, impulsar la sostenibilidad desde un punto de vista económico, ecológico y social. Así lo han entendido al menos los cerca de mil pueblos y ciudades repartidos en 18 estados y 4 continentes en los que se ha implantado este servicio desde la década de 1990.
Resumiendo, el car sharing es un movimiento a favor de la movilidad responsable y sostenible y, acogiéndose a esos principios, Eusko CarSharing Elkartea tiene como objetivo impulsar entre nosotros esta nueva forma de utilizar el coche, acercando este servicio a la sociedad para que el automóvil se utilice de forma colectiva y en casos de verdadera necesidad, como complemento de la red de transportes sostenibles que existe en la actualidad.
Por todo ello, animamos a apoyar esta iniciativa a través de la página web de la asociación Eusko CarSharing Elkartea y únete a nosotros en Facebook.
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