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Angel ZELAIETA GISASOLA
Cuando nos referimos a Bakio pensamos que estamos hablando de ese pueblecito situado entre Mungia y Bermeo, de un único pueblo, y así es en la actualidad. Pero las cosas no fueron siempre así.
Urkizaur.
Los barrios bakiotarras de Zubiaur y San Pelaio pertenecieron a Bermeo. Es decir, que el término municipal de Bermeo empezaba a partir del río “Estepona” o “Kontxa”. En la fogueración realizada en 1704 (ver Jaime de KEREXETA: Fogueraciones de Bizkaia del siglo XVIII, Bilbao, 1992) aparecen las siguientes casas, tal y como las transcribió Kerexeta: Ugalde, Azericho la Baxera, Hechabarría, Zaitúa la baxera, Zaitúa echabarría, Goitía, Ugarte, Gabancho, Corra, Amezaga, Ugaldechu, Echabarri, Garategui, Muxiquena, Jauregui, Zubiaur, Zubiaur la baxera y Arecheta.
Bakio desde Kintatorre.
Además de las mencionadas, aparecen el mismo año, bajo el título “Mas casas de Baquio” estas otras: Basterrechea, Bengo Uría, Gorteta, Echabarría, Perdiochena, Aurrechu goitía, Hortiga, Luzarraga, Minitúa de enfrente, Besendona, Arteche, Gorrendona, Beitía, Horbe, Uribarri, Uribarri la baxera, Ardanza, Jaureguízar, Arenal, Milítúa, Urbeta, Bengoolea, Urizarreta, Olapechena y Azerechu.
Basigo.
Foto: Pilar Rivera.
En la fogueración realizada cuarenta años más tarde, es decir, en 1745, aparecen estás casas más, además de las ya mencionadas: Orbezarreta, “La de la iglesia para habitaciones de los curas: Otra para el mismo fin: otra que están edificando para los curas”, Ostiena, Barturen, Lorra, Orúe, Larrascoa y Ondarra.
Unos años más tarde, en 1796, realizaron una nueva fogueración, en la que, “junto a las casas arriba mencionadas, se mencionan las siguientes: Orúe Zearreta (casa del cura), Larragan, Achulo, Olazarra, Alzaga, Arbe (“del Santuario de San Juan de la peña”), Tellería, Amorene, Olabarri, Arenas, Benta motza, “Benta de San Pelayo, casa-taberna”; Ojinaga, Echebarrialde, Goicoechea, Errotachu, Errementería, Aresti (“taberna”).
En esta misma fogueración, es decir, en 1796, tenemos estos otros nombres bajo el epígrafe de “Molinos”: Olacoa, Achoaren, Iustu, Zubía, Estrada, Zelaia, Cojoa, Loizaga, Mazalería, Errotabarri, Albirica errota, Mochena, Urguíchi, Ureta y Eizaga (no mencionadas en las listas anteriores y situadas también en Bermeo).
La playa.
Sin embargo, desde muy antiguo, ambos barrios gozaban de autonomía, recau-daban sus impuestos o contribuciones y también las administraban. Tenían rango de anteiglesias y, en la práctica, eran autónomos con respecto a Bermeo.
Pero a principios de este siglo, la Diputación privó a ambos barrios de la capacidad de recaudar impuestos y los hizo depender de Bermeo a todos los efectos. Esto provocó un gran enfado entre la gente y, en 1902, la mayoría de los habitantes de Zubiaur y San Pelaio solicitaron su segregación, esto es, querían desanexionarse de Bermeo y unirse a Basigo. Bermeo no aceptó esta pretensión, sino que la frustró e impidió que se llevara a cabo, “por la intromisión de elementos políticos ajenos al común interés de las partes”.
Andra Mari de Basigo.
Foto: Garikoitz Estornes.
Veintidós años después, en 1924, con la ayuda del ayuntamiento de Basigo-Bakio, los habitantes de Zubiaur y San Pelaio hicieron un nuevo intento por separarse de Bermeo y unirse a Basigo, tal y como se observa en los documentos de la época, argumentando que “sería beneficioso y hasta cierto punto conveniente”. Esta petición fue firmada por la práctica totalidad de los habitantes de ambos barrios y argumentada de manera extensa y pormenorizada: que no había ninguna carretera entre Bermeo y estos dos barrios, que Bermeo les quedaba muy lejos, que para llegar allí tenían que atravesar unos montes muy altos, etc.
Y añadían: “Dificultades que se acentúan durante el largo invierno, con las acometidas de frecuentes temporales que, proviniendo del noroeste, azotan este rincón de la Vizcaya”.
También argumentaban a favor de esta petición el hecho de que el sustento de la escuela y los maestros corriera a cargo de los propios habitantes, “por repartimiento fogueral”, y que el servicio de correos, el médico, el transporte... se llevara a cabo desde Bakio, que la cosecha de txakoli se llevara al cargadero de Bakio y se vendiera allí, que pertenecieran a la parroquia de Basigo y que, por lo tanto, se bautizaran, casaran y enterraran allí...
Elexpuru.
Foto: Garikoitz Estornes.
Atendiendo a todas estas razones, el Real Decreto del 4 de octubre de 1927, publicado en la GACETA DE MADRID del 6 de octubre, anexiona los barrios de Zubiaur y San Pelaio a Bakio.
El Real Decreto decía claramente que estos dos barrios en adelante serían de Bakio, pero no aclaraba cuáles eran los límites y los mojones. Ese fue el argumento que utilizó Bermeo para poner dificultades a la anexión. Además, el Ayuntamiento de Bermeo recurrió al Tribunal Supremo para oponerse al proceso. Una vez incluso llamaron a la Guardia Civil para enfrentarse a las autoridades bakiotarras.
Esta historia en la que se vio implicada la Guardia Civil sucedió con posterioridad a la promulgación del Real Decreto, pero antes de que el Tribunal Supremo dijera la última palabra, en 1932. El día del Corpus —no sabemos de qué año, ya que el documento o ACTA no concreta dicho detalle— una pareja de la Guardia Civil desplazada desde la Comandancia de Bermeo dio el alto al teniente de alcalde Fulgencio Garai y al concejal Asensio San Pelaio, que habían ido a presidir el acto religioso en la iglesia de San Pelaio y, según consta en acta, “la pareja se opuso a que por las autoridades de Baquio se presidiera dicho acto religioso”.
Tal vez fueran los hombres de aquella época más serios que los actuales y, a modo de documento de protesta, dejaron constancia de que: “Como se mantuviera la pareja en su pretensión, se retiraron a la casa Consistorial, levantando la presente acta”, etc.
Vista de la playa y las rocas desde debajo de Askada.
Foto: Garikoitz Estornes.
El nuevo Ayuntamiento de Bakio creó el 22 de agosto de 1929 una comisión para aclarar cuáles eran los límites del nuevo territorio y dónde estaban situados sus mojones, formada por el alcalde Máximo Zabala, los concejales Ruperto Ugarte, Franzisko Jaureguizar y Franzisko Uriarte, el secretario Domingo Lauzirika y el perito Antonio Araluze. Todos ellos colaborarían con el denominado “ingeniero jefe de la brigada de informes y deslindades en el estudio de la línea límite entre los términos municipales de Bermeo y Baquio”.
Kintatorre.
Foto: Garikoitz Estornes.
Gracias a los estudios realizados y a las aclaraciones facilitadas por el “ingeniero jefe” arriba mencionado, San Juan de Gaztelugatxe quedó adscrito a Bermeo, por las siguientes razones:
“CONSIDERANDO que el santuario de San Juan de Gastelugache enclavado en una saliente roca de la costa Cantábrica en terreno del barrio de San Pelayo, constituye un lugar de gran veneración por parte de los vecinos de Bermeo al que acuden a. cumplir sus promesas y ofrecer sus ex-votos no solo el elemento pescador sino el pueblo entero, y pudiendo dar origen a conflictos de orden público la anexión del mismo al término municipal de Baquio, sin favorecerse éste en nada con tal anexión, dada la índole de dicho edificio, debe seguir el mismo dentro del término municipal de Bermeo”.
A nivel administrativo se dio una serie de graves incidentes, ya que, como hemos visto anteriormente, Bermeo no cedía en sus pretensiones.
En este sentido, el Ayuntamiento de Bakio actuó con extremada prudencia política. Antes que nada, nombró hijo predilecto del pueblo a Félix Bilbao, que era bakiotarra y obispo de Tortosa. Este aceptó de buen grado tal distinción y, en la carta de agradecimiento dirigida el 17 de abril de 1928 al alcalde de la localidad, explica la razón de dicho agradecimiento: “ (...) por haberse dignado ese ilustre Ayuntamiento de Baquio otorgarme el título predilecto de ese mi queridísimo pueblo”.
(Este Félix Bilbao era amante de su pueblo y, tal vez, abertzale, ya que se refiere a su pueblo como “madre cariñosa” y confiesa su “acendrado afecto a este bello rincón de la Euskal Erría”).
San Pelaio, en 1983.
Foto: Garikoitz Estornés.
El Real Decreto que unifica Bakio se promulga en 1927. Sin embargo, Bermeo recurrió al Tribunal Supremo para oponerse a dicha unificación. Por esta razón, en 1928, el alcalde remitió una carta al bakiotarra Félix Bilbao, obispo de Tortosa, dándole cuenta de este “último y humilde rincón de España”. (A lo que se ve, el alcalde, o el secretario, no es “Euskal Erriako”, como el propio Félix).
En realidad, solo le informa de que “El Ayuntamiento de Bermeo, por las influencias ó juegos de malabarismos y habilidades en el nuevo trazado que presenta, no tiene otro fin que de hacer demorar la ejecución del real decreto Ley”.
Y termina la misiva diciendo lo siguiente: “Nuestro deseo sería verla ejecutada la disposición dictada; para ello nos encontramos en momentos de nuevamente pedirle con toda confianza vea de procurar se ejecute”.
Entrada a la iglesia de Basigo, en 2001. / Pórtico de San Pelaio.
Foto:
Garikoitz Estornés.
Parece ser que el obispo de Tortosa puso todo su empeño en esta cuestión, ya que, en 1932, el alcalde de Bakio se dirige a él nuevamente por carta, informándole de que, una vez finalizado el litigio en el Tribunal Supremo, “atendiendo a las aspiraciones de Baquio”, pudieron celebrar la anexión, y que, sin lugar a dudas, “el brazo derecho” en este logro había sido el propio obispo. La celebración consistió en “misa, banquete y romería” y, en el banquete celebrado en la escuela pública, al que asistieron unos 100 comensales, en lugar del obispo estuvo presente el señor párroco Felipe de Jaureguizar.
Gaztelugatxe.
Foto: Mariano Estornés Lasa.
Bajo la alcaldía de Máximo Zabaleta, se reunió el Consistorio y escribió que “se hace constar” que los ciudadanos de Bakio seguían divididos en dos iglesias, ya que pertenecían:
“(...) a las feligresías de las iglesias parroquiales de Santa María de Baquio y de San Pelayo de Baquio”.
Zumetxaga.
Foto: Garikoitz Estornés.
Existe un documento firmado en Bakio el 10 de septiembre de 1932 que nos indica los nombres de los caseríos que quedaron fuera de los mojones que delimitan el término municipal de Bakio. Son los siguientes: ERMUA GOICOA, ERMUA BECOA, SAGARAGA (sic), YXABALETA BECO (en principio escrito con —s— y luego con —x—, según parece), ARANZADI, URQUIDI, GISISTI, ERDICO ECHE, GONCHABAL, SUSSURI, CHARALE, MINTEGUI GOICOA. (Los hemos recogido con la misma grafía con la que constan en el documento).
Dicho documento finaliza como sigue: “Todos ellos firmantes en contra de la anexión (...) Los barrios Urkizaur y San Pelayo, es decir, desde el río Estepona ó Concha, se anexionaron a Basigo de Baquio, por Real Decreto de 1927 y a petición de los pobladores de dichos barrios, en contra de las aspiraciones de Bermeo, que recurrió hasta el Tribunal Supremo, y con el apoyo oculto pero decisivo de Félix Bilbao, entonces Obispo de Tortosa e hijo predilecto de Baquio (...) Era alcalde Máximo Zabala. Concejales, Ruperto Ugarte, Francisco Jaureguizar, Francisco Uriarte, Fulgencio Garai y Asensio San Pelayo. Secretario, Domingo Laucirica”.
“Lañoak”, acuarela de Nikola Madariaga.
Foto: Nikola Madariaga.
GRUPO DE TRABAJO DE AEK DE BAKIO: Idoia Liste, Jonjo Agirre y Angel Zelaieta
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