Hombres de Terranova: su entramadoEscuchar artículo - Artikulua entzun

Rosa María GARCÍA-ORELLÁN, doctora en antropología social y cultural por la U.P.V./E.H.U. y profesora de esta disciplina en la UNED (Bergara)

En esta breve exposición quiero reflejar cómo los relatos de vida, cuando se enmarcan en tres generaciones, nos permiten entrar en un complejo entramado del que emerge una memoria colectiva que nos abre muchas pautas de reflexión. Éstas quedan traducidas en Hombres de Terranova: la pesca industrial del bacalao 1926-20041.

La investigación arranca únicamente con dos personas, Joseba Beobide y yo. Joseba ha trabajado durante más de veinte años como capellán de la flota, cuando los barcos llegaban a los puertos de Terranova, bien de Saint John’s o bien de Saint Pierre, durante el periodo de 1966 a 1990. Durante esta etapa, se gana la confianza de estos hombres de todos los estamentos del barco: desde marineros a capitanes y también armadores, abogados… Todo este trabajo previo, donde además recoge las direcciones de muchas de estas personas, va a constituir el arranque de esta investigación. Para ello, en un gran número de casos, él hablará previamente con los informantes, presentándome. Luego seré yo sola quien recoja la información, ya que Joseba, al formar parte de este mundo y al estar las vivencias de los informantes entremezcladas en muchos casos con la de él mismo, decide no recoger la información. Por mi parte, tengo la experiencia previa de haber trabajado con relatos biográficos a nivel intergeneracional en otra temática. Yo no pertenezco al mundo de estos hombres, además soy mujer, y en todo momento necesito un principio de confianza altamente asentado. Pronto me encontraré muy cansada psicológicamente, son muchas grabaciones y me aconsejan que pida ayuda para que me transcriban las cintas. Una vez transcritas, las reviso y ya voy preparando el material para sistematizar en los capítulos. Todo comienza en septiembre del año 2001. En el año 2002 es preciso viajar a varios puntos del país, hay que acercarse a los actuales lugares donde viven estos informantes. Joseba me acompaña en todo momento. Previamente reaviva con ellos recuerdos, luego se retira y yo les grabo. En el mes de mayo preparamos el viaje para ir a Terranova. Para él este lugar es como su segunda casa, tiene la experiencia de que cuando regresó de allí en el año 1990, apenas quedaba flota bacaladera, por ello dice que no quiere ver “su casa en ruinas”. Conoció el esplendor y el declive del lugar.

Con las direcciones que él me facilita viajo sola a Saint Pierre, Halifax y Saint John’s. Algunas direcciones no están disponibles y son claves, con lo cual tendré que acceder a través de los informantes que tengo, para recabar información básica de las personas relacionadas con esta actividad.

En toda investigación tenemos que adaptarnos a los ritmos que nos imponen los contextos estudiados y efectivamente aquí los ritmos serán diferentes en el contexto cultural francés de Saint Pierre, que me resulta muy familiar, y en el contexto anglosajón de Saint John´s, donde el ritmo fuerte de entrevistas es por la mañana.

Junto a las entrevistas está la recogida documental, que se produce principalmente en Saint Pierre, con la colaboración de la aduana, del vicecónsul Mr. Dagort, que me facilita muchísima documentación, y consignatarios entre otros. No obstante, será preciso regresar a Terranova de nuevo en el año 2003, para profundizar en el modo de vida de estas comunidades pesqueras y también en la bibliografía específica de estos temas.

Me presentaba como antropóloga antes mis informantes, pero no identificaban claramente mi profesión, y aunque les explicaba en qué consistía muchos lo traducían por bióloga, ya que esta profesión la relacionaban mucho más con el mundo de la mar. Así en esta profesión que ellos me adjudican, he recogido casi trescientos relatos biográficos.

Respecto a los relatos, los sistematizo en diferentes épocas y los entretejo por actividades, dejando a los propios protagonistas que con sus palabras narren sus vivencias. Al articular tantos relatos temía que el discurso se hiciera excesivamente denso, pesado, pero pese a estos temores, decido seguir esta línea. El objetivo es que sean los propios actores sociales quienes en su propia terminología nos cuenten su historia. No obstante, el texto en sí mismo, enmarcado en diferentes experiencias y documentado, adquiere una entidad que le es propia. Si bien estamos ante un discurso donde estas personas pueden verse reflejadas, ya no es el corpus de su propio discurso, sino otro. Puesto que al plasmar diferentes memorias individuales, todo ello es ahora una memoria colectiva, como bien señala el Maestro Maurice Halbwachs2, cada memoria individual está inmersa en la memoria colectiva. Este trabajo persigue este objetivo.

Dicha memoria colectiva de tres generaciones nos lleva a una aproximación histórica que nos permite recorrer los cambios que se produjeron en esta actividad. El gobierno de Franco ya desde sus inicios impulsó el desarrollo de la pesca industrial del bacalao. Llega 1977 con la implantación de la ZEE (Zona Económica Exclusiva) de las doscientas millas marinas por parte de Canadá. En España, el gobierno de UCD se encuentra que este sector de la pesca de altura depende en gran medida de los caladeros de terceros con los cuales tiene que hacer tratados. Ya no estamos ante una mar que es de todos. El momento de la implantación de las doscientas millas fue previamente anunciado en foros internacionales, ya había síntomas de que la concepción de la gestión de los recursos marinos cambiaba hacia una gestión de los países ribereños. Pese a esta situación, el gobierno sigue con sus premisas del pasado, potenciando la construcción naval. Ello llevará a que en un corto periodo de tiempo, muchas casas armadoras se arruinen y se produzca un inevitable desmantelamiento de esta actividad bacaladera.

Existen dos aspectos muy importantes en esta actividad: por un lado vemos como aumenta considerablemente la capacidad de los barcos y por otro no se regula la concurrencia. Si bien aquí nos centramos en la flota bacaladera de nuestro país, hay que considerar la problemática dentro del conjunto de las flotas de otros países que se hallan faenando en estas aguas. El fin de la segunda guerra mundial marca un antes y un después en los grandes bancos de Terranova, puesto que los países históricos en esta pesquería como Francia, Portugal, Inglaterra y España, impulsan esta actividad desde sus gobiernos, construyendo barcos de gran capacidad. Además se van a incorporar países del este europeo como Rusia y también otros como Japón. Con lo cual nos encontramos ante la génesis de una auténtica sobrepesca. Llegamos a los años 1980, nos encontramos que dentro de la ZEE, Canadá está regulando una fuerte actividad pesquera, y fuera de la misma, países históricos, como España y Portugal, junto a muchos otros países que no disponían de cuotas para pescar dentro de la ZEE, están explotando la pesquería mientras cada año va disminuyendo el volumen y tamaño de las capturas. Los resultados de las capturas del bacalao se verán seriamente resentidos en el plazo de doce años.

Con la incorporación de España a la Unión Europea en 1986, la situación del sector bacaladero no mejoró. La extensión de las aguas jurisdiccionales de los países ribereños, para “proteger” y explotar “racionalmente” los recursos –sus recursos- nos llevó a lo que era una muerte anunciada, es decir, una pesca del bacalao simbólica, pactada con los caladeros de Noruega.

El ministro de pesca canadiense John Crosbie, asesorado por el consejo científico de N.A.F.O3, empieza a considerar la implantación de una moratoria, que comienza dentro de las doscientas millas, aunque ello suponga el cierre de las pesquerías nacionales. Así en julio de 1992 anuncia una moratoria general sobre la pesca del bacalao, lo que tuvo muchas repercusiones internas y externas. Actualmente sigue la moratoria sobre el bacalao, sin una recuperación satisfactoria de la especie.

Esta breve exposición, donde introduzco una perspectiva histórica, muestra que en la pesca no podemos funcionar con proyectos que cubran el corto plazo sino el largo plazo. Sólo desde esa perspectiva se puede mantener la actividad y el modo de vida. En las planificaciones políticas se encuentran las leyes que incentivan o no la industria, manejan bien o mal el recurso y permiten o excluyen la participación en esta actividad de naciones enteras. En definitiva, el modo de vida de la pesca, como cualquier otro, está interrelacionado entre lo micro y lo macro, ambos aspectos siempre han de estar vigilantes, para poder corregir a tiempo los errores de nuestras planificaciones.

1 Esta exposición muestra unas breves reflexiones acerca del libro: Hombres de Terranova: la pesca industrial del bacalao 1926-2004. Autores García-Orellán, Rosa y Beobide Arburua, Joseba. Edit. Rosa García-Orellán, 2004.

2 Halbwachs, Maurice, 1968 : La mémoire collective. Edit. Universitaires de France.

3 N.A.F.O: Organización de Pesquerías del Atlántico Noroeste.

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2005/03/11-18