Josemari VELEZ DE MENDIZABAL AZKARRAGA
Traducción: BELAXE. ITZULPEN ZERBITZUA
Jatorrizko bertsioa euskaraz
Cuando terminó de traducir completamente la Ilíada de Homero –recuerden que en Tournai tradujo los primeros siete cantos–, se le ocurrió la posibilidad de publicarla en un libro pero no consiguió ayudas para ello. Así, decidió hacerlo por su cuenta. Pidió a su antiguo alumno Rafael Moneo que ilustrara el libro y finalmente lo publicó en mayo de 1956. En determinada ocasión escribió: “Por fin salía el primer hijo de mi mente. Iliasena, tanto Homero como el euskera lo merecían”. Y en el prólogo del libro se lee: “Hoy el euskera se viste con un nuevo ornamento, ¡y qué bien le sienta! El euskera es tan antiguo y respetable como el griego. Y siendo ambos tan antiguos, a menudo se muestran con la misma intención y el mismo deseo”.
Nicolás Ormaechea Pellejero "Orixe". |
La publicación de “Iliasena” recibió críticas de todo tipo, de muy diversos colores, en los circuitos vascos. Mientras Orixe, por ejemplo, alababa la traducción, Mitxelena le daba una buena zurra. El de Rentería decía así: “El gallo ha cantado demasiado pronto, antes de que amanezca… Si alguien quiere traducir la Ilíada encontrará ayuda en el estupendo trabajo de Aita Barandiarán. Pero aún está por traducir”1.
Pero Gaizka no se amilanó con la opinión y la burla de Mitxelena. “Sospecho que, con valentía, con ese trabajo inesperado me adelanté a Mitxelena”, me dijo en su biografía. En cualquier caso es cierto que, al igual que sucediera anteriormente con las traducciones que Zaitegi hizo de Platón, Sófocles, Eurípides y otros clásicos, la sociedad vasca no estaba como para leer a Homero. Sin embargo Barandiaran, de la misma casta valiente de Zaitegi, seguiría hasta su último aliento —y desde la publicación de Iliasena hasta el fallecimiento de Gaizka pasó medio siglo— traduciendo e investigando la obra de filósofos griegos y romanos, haciendo caso omiso a lo que pedía el “mercado” y al caso que éste hiciera a su obra.
“Iliasena”, por el contrario, abrió a Gaizka las puertas del exterior, ya que recibió una invitación de Alemania en 1964 y pasó una temporada allí. Aprovechó para investigar sobre Israel. Como deseaba continuar investigando pidió a la Compañía permanecer en Alemania pero se lo rechazaron. Testarudo, solicitó traslado a Innsbruck y, seguramente conscientes de su testarudez, los líderes del ejército ignaciano cedieron. Gaizka pasó tres años en Innsbruck estudiando, entre otras cuestiones hebreo y gramáticas del acadio2.
Revista Internacional de Estudios Vascos (RIEV). |
En 1967 regresó al País Vasco. El nuevo objetivo era la enseñanza, en el colegio que los jesuitas tienen en Donostia. Aumentaron las posibilidades de trabajar en torno al euskera pero, sobre todo, centró todos sus esfuerzos en el mundo de la danza. Euskal Dantzarien Biltzarra se convirtió en su segunda casa ya que de ahí tomaba fuerzas para trabajar en torno a los bailes vascos. Realmente hizo una labor sobresaliente.
Barandiaran investigó magistralmente la labor de Iztueta y se tenía a sí mismo por su más ferviente seguidor: “Debemos conservar nuestra tradición coreográfica, preservando los bailes que corran el riesgo de desaparecer, ya que desde la época de Iztueta se han perdido muchos”, expresaba en su biografía. Su labor en defensa del folclore supuso nuevos reconocimientos para Gaizka, no sólo en el ámbito vasco sino también a nivel europeo. El ente IFMC (International Folk Music Council), por ejemplo, invitó formalmente a Gaizka a incorporarse como miembro del mismo. Aceptó. Y de ahí llegó el encargo de MacMillan: un estudio sobre el folclore vasco que sería incluido en la colección mundial que la editorial iba a publicar. Y Gaizka cumplió con el encargo.
Con el título genérico de “Basque Music”, Barandiaran ofrece una perspectiva general de la música vasca en el “The new Grove Dictionary of music and musicians” de la editorial MacMillan: características principales, bailes e instrumentos. El estudio, centrado en los diversos territorios del País Vasco, ofrece al lector una perspectiva general de la música vasca. Por otra parte, la Universidad Bloomington de Indiana le invitó a ser “member” de su departamento de música y folclore. Y fue entonces cuando comenzó a colaborar con la revista “Ethnomusicology”. Asimismo, la “English Folk Music Society” quiso lograr la colaboración de Gaizka... pero esta vez en vano, ya que la Compañía volvió a poner pegas y le recordó el juramento de obediencia como profesor del colegio de Donostia… Y mientras alumnos y alumnas donostiarras ganaban un gran profesor de griego, los jesuitas sacrificaban uno de los mejores investigadores y expertos en folclore internacional. ¡Cuántos casos como éste ha habido en nuestra Compañía!
Para entonces Gaizka había publicado ya tres libros en la colección Auñamendi: los tomos Danzas de Euskalerri I, II y III publicados en 1963 y 1969. En 1980 publicó otro libro con el mismo título. Escrito en tres idiomas, consagra una parte específica a cada una. Y, como en los otros casos, dedicó todo el libro a la familia Markiegi Olazabal, es decir, a la familia del sacerdote que en su juventud le inculcara el amor por la cultura vasca. Esta vez, el primer capítulo del libro se consagra a los tres sacerdotes fusilados en Arrasate. Bajo el título “Folklore Vasco: su meta”, escribió lo siguiente: “Nuestra meta es simplemente que el Pueblo y Nación Vasca mantengan en vigor su herencia popular. Euskalerri debe perfeccionar su identidad y su personalidad ante los demás pueblos, como éstos deben asimismo por imperativo de la naturaleza misma llegar al cenit de su personalidad propia...”.
En cierta ocasión en que le pregunté por qué se dedicaba a aprender, entender, interpretar y enseñar bailes vascos me contestó: “También se hace patria con los pies”. Gaizka basó sus teorías fundamentales en la afición surgida durante su estancia en Durango, que aún se mantenía viva, hasta convertirse en verdadera autoridad en el ámbito del folclore. En su opinión —lo decía alto y claro— de la naturaleza, historia, filosofía, tradición y argumentos utilizados para analizar problemas sociales surgen conceptos superiores a la nación. Pero, asimismo -subrayaba-, de los pasos de la danza y de pede libero pulsanda tellus, es decir, de pisar el suelo con firmeza, el alma de la gente sube al corazón y a la mente. Al final de un estudio en torno a los bailes vascos Gaizka escribió lo siguiente:
Dantza! Dantza Herria! Dantza Euskalerria. |
Bizkaia, Gipuzkoa Araba, Naparroa, Laburdi, Zuberoa, Dantza! Herri osoa. |
Anboto eta Haizkorri Gorbea ta Txindoki Aralar, Orimendi Dantza! Orain da beti! |
La producción especial de sus últimos años, materializada en ese destierro moral que mencionaba al comienzo, es reflejo significativo de la trayectoria cultural de Gaizka. Comenzando por el estudio de los clásicos, basándose en textos en latín, enriqueciendo la presencia tan escasa del euskera en el ámbito de la filosofía. Gaizka se inspiró fundamentalmente en Aristóteles: “Aristotel´en Adierazkuntzaz”. También se dedicó, y con profusión además, a la crítica de los filósofos contemporáneos, tal y como se puede comprobar en los voluminosos libros “Filosofika” y “Gauzaki Izaki Gizaki”3: Heidegger, Kierkegaard, Jaspers, Sartre y otros grandes filósofos. ¿Y qué decir sobre sus conocimientos sobre mitología e identidad israelí? Estaba enamorado, absolutamente, del hebreo y la cultura israelí. Mencionar, a modo de ejemplo, sus interesantes obras “Yahweren Irazkuntza ta heberkel Mitologia” “Ezker-eskumia: Israel´en Kultur Oiñarria” o “Zuhaitz gurgarriak Israelen”.
El texto que leo a continuación es de Karmele Barandiaran, concretamente sobrina de Gaizka. Lo escribió después de completar su carta astral, aún en vida de Gaizka. Procedo directamente, cambiando los verbos para reflejar el tiempo pasado:
“La afición de Gaizka por los bailes y la música estaba adornada con intuición, imaginación, bondad y sensibilidad y fue un comunicador de primer orden.
Su carácter extraordinario le confirió aptitudes para la religión, el misticismo y la filosofía, y la necesidad imperativa de manifestarlas. Amó profundamente su pueblo. Sentía la necesidad imperiosa de expresar alto y claro los sentimientos hacia su pueblo.
De mente abierta, Gaizka era progresista, buen receptor de nuevas tecnologías e investigaciones científicas; era uno de esos que pilla todas las ideas o dichos al vuelo. Su mente siempre estaba atenta. Pensador original, especial, libre, sin ningún tipo de ataduras y contrario a las mismas, analista crítico y profundo. Buen comunicador, orador infatigable, además de disponer de argumentos era capaz de defenderlos con firmeza. La naturaleza le otorgó un don especial para escribir.
Libre afectivamente, sabía poner límites para defender esa libertad. Afectividad total para el trabajo y se dedicaba a ello con entusiasmo; si le quedaba algo que ofrecer, lo entregaba a la naturaleza y los animales4. A otro nivel, liberaba como humanista la necesidad afectiva de su alma.
Al igual que el planeta Venus, que concebimos como indicio de nuestro deleite interior, Gaizka tuvo que hacer también un recorrido largo y solitario. Con un objetivo claro, tuvo que ir paso a paso, luchando contra los vientos oponentes, superando todos ls obstáculos, para satisfacer la llamada de su interior”5.
Creo que las palabras que acabamos de escuchar reflejan perfectamente la identidad de Gaizka Barandiaran. Yo, con el permiso de Karmele y su familia, añadiría a esa estupenda descripción un par de características de la familia: humildad y generosidad. El 15 de mayo de 2005 Euskal Herriko Txistularien Elkartea y Euskal Dantzarien Biltzarra ofrecieron un cálido homenaje a Gaizka en el Palacio de la Diputación Foral de Gipuzkoa. En ese acto tuve el honor de rendir un pequeño tributo oral al homenajeado y sobre todo mencioné humildad y generosidad, porque eran las características más significativas de nuestro amigo: estoy seguro de que son señas propias de la familia.
Finalizo este discurso de hoy. Creo que con Gaizka disfrutamos de su estilo progresista, culto, vasco, innovador y sensible, en todas las áreas que trabajó. Ahí están sus escritos para probarlo. No quisiera reducir este discurso a una relación de sus obras. Para eso están las bibliografías. Quise a Barandiaran y él me pagó con la misma moneda. Como digo a menudo, para mí es un gran honor que Iokin Zaitegi y Gaizka Barandiaran me tuvieran por amigo suyo. Es uno de los regalos más bellos que me ha dado la vida.
Por eso, antes de poner el punto final, deseo apropiarme y recordar parte del poema “Omer´i” que Iokin dedicó a Gaizka: “A Xalbador Barandiaran S.J, el magnífico escritor que nos tradujo la Ilíada”6. Aplico a Gaizka aquello que Zaitegi dirige a Homero. Hoy, Gaizka, me quedo con la primera estrofa. Tendremos tiempo de reflexionar juntos sobre el resto:
Olerti ederraren guraso iatorra, biotzondo andidun irakasle, agur! Biotz begietan zaut, agure bizkorra ereinotz-burestunez bekokia makur. |
¡Hasta siempre Gaizka!
1 Michelena, L. “Egan” 1956 (núm. 3-4) pp. 102-105.
2 En el concepto de acadio entran el babilonio, el asirio y demás.
3 Con esta obra investigadora ganó el premio Andima Ibiñagabetia. 2Mensajero” 1989.
4 En Tournai, en una clase de literatura española, tuvo que hacer una redacción con el tema “La mosca”. El profesor escribió la siguiente nota al final del texto: “Está bien. Es Vd. observador. Yo creo que vale para naturalista. Observaciones como éstas las tenía, graciosísimas, nuestro Granada. ¡Por algo se empieza! ¡A ver si alcanza con el tiempo al ilustre Fray Luis!
5 “Gaizka Barandiaran. Bere bizitza eta lanak” 1997. Josemari Velez de Mendizabal. pp. 79-81.
6 “Berriz ere goldaketan” 1962. p. 53. (en euskera)
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