Superando los límites de la alboka (II/II)Escuchar artículo - Artikulua entzun

Manu GOJENOLA ONAINDIA
Traducción: BELAXE. ITZULPEN ZERBITZUA
Jatorrizko bertsioa euskaraz

:: Superando los límites de la alboka (I/II)

 

En la primera parte del siglo veinte, los músicos de alboka más conocidos eran Anbrosio Gorostiaga, de Igorre –considerado el mejor y al que grabó el Dr. Trebitsche en 1913–; Graziano Lekue “Txisperue”, de Zeberio, y Migel Larrinaga “Txuskoa”, de Dima. Más jóvenes que éstos eran Alejo Etxezarraga, de Dima; Inazio Uribarri “Andaluze”, de Zaratamo; Alejo Gurtubai “Barberue”, de Galdakao; Jose Amundarain “Muñegi”, de Zeanuri; Benito Iragorri –tocaba y fabricaba con gran habilidad tanto la alboka como la dulzaina– y Pontxo Orue, de Lemoa; Tiburtzio Elezkano, de Igorre; Antonio Aiesta “Jitano”, de Bedia, y los dos que nos han llegado como los clásicos para hoy y mañana: Silbestre Elezkano “Txilibrin”, de Igorre y Leon Bilbao, de Artea. Aparte de éstos, hay otros muchos que han tocado en romerías, aunque no sepamos el nombre de muchos de ellos.

En Gipuzkoa, hay que mencionar a los albokaris de Zegama Jose Oiarbide y a los Gorrotxategi: Miguel, el padre (nacido en Navarra), y Antonio y Patxi, los hijos. En Lapurdi, estaba Gitu de Jatsu, más conocido como “Zaharra”.

Pero también había quienes sólo tocaban la alboka cuando estaban cuidando de las vacas, ovejas o cabras, o en casa. Por mencionar algunos, citaremos a Juan Otxandio Gómez, de Usansolo; Anjel Abasolo Abasolo, de Igorre, y Jazinto Olabarri Etxebarria y Luziano Langara, de Dima. Supongo que habría muchos más en esa época, tanto en los montes como en los caseríos. Y entre todos estos músicos había algunos de gran habilidad. Por ejemplo, en este grupo podríamos incluir a Jose Mari Bilbao, el padre de Leon. Casi todos los que le conocieron le tenían por un gran músico tocando la alboka, además de ser un extraordinario fabricante de este instrumento. Pero sólo tocaba la alboka en casa y en su trabajo en el tranvía.

Al objeto de mostrar el tipo de vida y la relación con la música de estos desconocidos intérpretes, tomaremos como ejemplo a Anjel Abasolo Abasolo (1880-1961). Anjel Abasolo nació en el caserío Garamendi de Igorre, en 1880. Tras casarse, se fue a vivir a Bedia. Aprendió a tocar la alboka por su cuenta. Trabajó de pastor en Belatxikieta (Lemoa). No tocaba ni en plazas ni en romerías, pero sí en el monte. Cuando se retiró, los domingos se iba a Aramotze a ver las ovejas, y allí es donde tocaba. La alboka la había hecho él mismo, cuando tenía 20 años.

He aquí las mencionadas limitaciones de la alboka: una escala corta, el escaso repertorio que ha llegado hasta nosotros, los problemas de afinación (que la limitaban a acompañarse con los instrumentos de percusión tradicionales) y el hecho de que quienes tocaban la alboka y la fabricaban vivieran en zonas muy concretas y no tocaran más que en las romerías o en solitario.

El cambio

A finales del siglo veinte, se puede decir que se produjo la resurrección o el renacimiento de la alboka, en gran medida debido a unos cuantos músicos que comenzaron a interpretar canciones que nunca antes se habían tocado con este instrumento, tanto canciones tradicionales como nuevas.

Estos músicos aparecen sobre todo en los grupos más destacables de música folk: Oskorri, Azala, Txanbela, Izukaitz, Kazkabarra, Sugan, Lauburu, Zapozain, Xarnege, Drònadar, Bidaia, Kukuma, Korrontzi... Más adelante, la alboka también llegó a los grupos de rock’n roll: Errobi, Exkixu, Niko Etxart y Minxoriak –después Hipa Hapa–, Gatibu... Antes, en la década de los sesenta, aparecieron unos pocos músicos nuevos que también tocaban la alboka, que no eran tradicionales, pero que tenían un repertorio tradicional, a pesar de vivir en ciudades. La mayoría de ellos dejaron de tocar la alboka.

Lo más destacable de los nuevos músicos es que crearon nuevas canciones –junto a las canciones tradicionales que nunca antes se habían tocado– y que empezaron a usar nuevas albokas, manteniendo la digitación anterior.

Las nuevas albokas presentan las siguientes características: 1) son temperadas, es decir, tienen un tono que permite tocar junto con otros instrumentos [La=440 Hz]; 2) además, para que no se desafinen tan fácilmente, los fabricantes de albokas introdujeron nuevos materiales, como tubos de madera en lugar de la caña (boj de aquí o granadillo de fuera) y, en lugar de las boquillas de caña, otras de madera (con lengüeta de caña) o de plástico, estas últimas con lengüeta de fibra de vidrio; 3) también se le ha alargado la escala, ampliando y añadiendo posibilidades.

La introducción de materiales nuevos en la alboka no siempre fue admitida. En el caso de los demás instrumentos, en cambio, no ocurrió lo mismo. Cuando el txistu pasó del boj al ébano, no hubo reacciones adversas, al menos no consta por escrito. Ni siquiera se menciona en ningún sitio cuándo sucedió este cambio. Las dulzainas eran de madera, pero en el siglo XIX, los hermanos Pradere las empezaron a fabricar de hierro en Durango y Mondragón. Ahora es la de hierro la que se considera dulzaina vizcaina de verdad –a pesar de que los Montte de Azkoitia las fabriquen de las dos maneras–. Asimismo, para las gaitas navarras también se usa materiales nuevos.

Entre los nuevos fabricantes de albokas, podemos considerar a Juan Mari Beltran y Osses como los impulsores principales del cambio. Hay algunos más, como Joseba Gastiain, ‘Mundi’ e Imanol Atxa, por ejemplo.

Entre los albokaris nuevos e innovadores, hay que mencionar a Ibon Koteron, que ha revolucionado la alboka completamente. Ha adaptado las canciones tradicionales, ha creado nuevas, ha ampliado las posibilidades de la digitación, ha aconsejado a los fabricantes de albokas... En muchos años no habrá quien realice una labor como la suya. Tiene dos discos en los que la alboka es la protagonista. También ha creado escuela.

Por citar a algunos de sus alumnos y a alumnos de éstos, mencionaremos los siguientes: Fede de Dios, Julen Begoña, Alberto Marcos, Iker Díez, Asier Valencia, Igor Goikoetxea, Andoni Vecchio, Xabi Valle, Jone Iurrebaso, Dabi Arbaiza, Ageda Kamiruaga...

Pero el ámbito de la alboka también se ha ampliado. A las ciudades y a otras muchas zonas. En Álava han aparecido albokaris alrededor de Karlos Subijana. En Guipúzcoa, Juan Mari Beltran ha traído muchos albokaris a las calles: Oskar Angulo, Aitor Larrañaga, Elena Bezanilla –que ahora vive en Sevilla–, Josetxo Txapartegi... Y en Navarra también hay intérpretes de este instrumento.

Fuera de las escuelas también han surgido albokaris. Antes de Koteron, es destacable Joserra Fernández, que estuvo en Oskorri. Sus sucesores en el mismo grupo: Aitor Gorostiza y Josu Salbide. También hay un irlandés: Alan Griffin. En Lapurdi, tenemos a Mixel Ducau, y en Zuberoa, a Mixel Etxekopar. Otros son: Iñigo Ibarretxe, Iker López de Bergara, Juan Ezeiza, Iban Allue...

Los creadores de nuevas canciones para la alboka son, entre otros, Beltran, Koteron, Kepa Junkera, Griffin, Fede de Dios, Xabi Valle, Julen Begoña,...

Prácticamente todos los albokaris mencionados tocan otros instrumentos además de la alboka. Los primeros albokaris no tocaban apenas otros instrumentos. Algunos el pandero y unos pocos la dulzaina. Y, por supuesto, casi todos los de ahora saben solfeo.

Quisiera decir que no ha habido un corte entre los viejos albokaris y los nuevos, ya que se han conocido entre ellos. Por otra parte, si los primeros tenían tendencias y estilos diferentes, los de ahora desarrollan una variedad de estilos increíble. Casi se puede decir que cada músico tiene el suyo, entre los más diestros.

Mirando hacia delante

Aunque la alboka ha experimentado un gran cambio, todavía queda trabajo por hacer. Intentaré hacer una lista corta de algunos de estos temas pendientes:

Investigar la morfología y las escalas de las albokas antiguas.

Una comparación del estilo y la forma de tocar de los pocos albokaris que han llegado hasta nosotros.

Para realizar una investigación sobre el pasado, sólo tenemos una fuente viva: Eujenio Etxebarria, de Dima. Por lo tanto, espero que aparezca algún informe o investigación, para saber más de los albokaris que se nos han ido, empezando por una lista más completa, con todas las fechas y datos posibles.

Puede que también aparezcan canciones o grabaciones, tanto en el País Vasco como fuera.

También aparecerán métodos digitalizados para aprender a tocar la alboka, en internet o en CD-Rom.

Lo único que puedo decir sobre el futuro es que hay que crear y crear nuevas canciones, adaptando en la medida de lo posible todas las antiguas. Y en cuanto a la escala de la alboka, a pesar de que ya se ha hecho mucho, hay que ampliarla en lo posible, alargarla y añadirle posibilidades. Con respecto a los materiales, es preciso hacer muchas pruebas, pero manteniendo la estética del instrumento.

Aparte de la txalaparta, pocos de nuestros instrumentos se han desarrollado tanto como la alboka. Que siga así. Para ser escuchada, para cantar con ella, para bailar, para escucharla en la calle, en el teatro, con orquesta... Cambiando, siendo tocada en cualquier sitio y en evolución constante.

:: Superando los límites de la alboka (I/II)

Zure iritzia / Su opinión
euskonews@euskonews.com
Búsqueda

Búsqueda avanzada

¡Participa!
 

¿Quiere colaborar con Euskonews? Envíe sus propuestas de artículos

Artetsu Saria 2005
 
Eusko Ikaskuntza

Arbaso Elkarteak Eusko Ikaskuntzari 2005eko Artetsu sarietako bat eman dio Euskonewseko Artisautza atalarengatik

Buber Saria 2003
 
Euskonews & Media

On line komunikabide onenari Buber Saria 2003

Argia Saria 1999
 
Euskonews & Media

Astekari elektronikoari Merezimenduzko Saria

GAIAK
 Aurreko Aleetan
Bilatu Euskonewsen
2008 / 04 / 11-18