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Josemari VELEZ DE MENDIZABAL AZKARRAGA
Siendo un chaval llegó por primera vez a Degurixa. Setenta y cinco años después, ahí sigue, con su rebaño. Joxe Bizente Etxabe, natural del caserío Muxibar de Mondragón, es el último espécimen que permanece en estos parajes que, durante siglos, han constituido para los pastores del Alto Deba un lugar de trabajo de incomparable atractivo. Este oficio está desapareciendo, por las mismas o similares razones por las que antes lo han hecho otros muchos. Nuestra sociedad moderna no valora el trabajo del pastoreo tradicional y, como si fuera el último peldaño de una cadena sin fin, estamos diciendo adiós a este oficio que ha estado presente y ha brillado con luz propia en la conciencia colectiva del pueblo vasco.
Joxe Bizente Etxabe cumplió 88 años en mayo de 2010 y su deseo es seguir subiendo a Degurixa, en la medida en que el cuerpo se lo permita. Él y sus ovejas, en perfecta comunión con la naturaleza, como ha sido durante décadas. Ha alternado duras nevadas de un metro de espesor con dulces atardeceres de verano, procurando extraer la esencia de cada momento.
Joxe Bizente se ha ofrecido con pasión al pastoreo. Sólo así puede entenderse que haya permanecido tantos años aferrado a su labor. Y este pastor habla con devoción de su trabajo, como si quisiera dejar muy claro que, aunque cada vez se le haga más difícil, todavía asciende con gusto hasta Degurixa.
En estos largos años ha vivido todo tipo de sucesos memorables. Las duras imágenes de la guerra, las relaciones con los maquis, los trabajos clandestinos en la época de la dictadura, el salto de la energía del carbón a la opción de las placas solares... Todo un amplio y rico espectro atesorado por un hombre que ha invertido sus fuerzas y sus ilusiones en el pastoreo.
Las miles de personas que han pasado por la chabola de Joxe Bizente han recibido su bienvenida cálida y su cordialidad a raudales. Todas las palabras serían pocas para mostrar nuestro agradecimiento para con el pastor de Muxibar.
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