Idatzi

Enlaces relacionados

Zure iritzia / Su opinión

Participa

Premios

  • Artetsu Saria 2005

    Arbaso Elkarteak Eusko Ikaskuntzari 2005eko Artetsu sarietako bat eman dio Euskonewseko Artisautza atalarengatik

  • Buber Saria 2003

    On line komunikabide onenari Buber Saria 2003. Euskonews

  • Argia Saria 1999

    Astekari elektronikoari Merezimenduzko Saria

Lo que han dicho los entrevistados sobre Gernika

Josemari VELEZ DE MENDIZABAL AZKARRAGA

La villa que durante siglos había significado la paz, la libertad y la justicia, se convirtió en un instante y desde aquel 26 de abril de 1937 en símbolo universal de la crueldad de la guerra.

La afirmación “El bombardeo Gernika fue una acción deplorable del fascismo” guarda en sí una redundancia, ya que lo que es deplorable es el propio fascismo.

Han transcurrido setenta y cinco años desde aquel tremendo atentado y para recordar de alguna manera la efeméride hemos elegido trozos de cuatro entrevistas que he venido publicando en Euskonews.

No se debe olvidar.

Jose Antonio Arana Martija

Jose Antonio Arana Martija.

Arana Martija. Musicólogo

Vino al mundo en los tiempos de la II República y nada menos que en Gernika... o mejor dicho, ?en Lumo! ¿Qué recuerda de ese breve período de su vida antes del inicio de la guerra?

En primer lugar, con respecto a lo que ha mencionado en la introducción sobre al euskera y la música y parafraseando a Víctor Hugo, diría que, más que la lengua, es la música la que distingue a un país y que el País Vasco se distingue también por su música. En consecuencia, ésas dos son las herramientas que he utilizado a lo largo de mi vida, de forma conjunta. El euskera y la música han sido para mí unas herramientas muy queridas y cercanas para mostrar y expresar la identidad del País Vasco.

Dicho esto, me gustaría aclarar que Lumo es un barrio de Gernika, pero antes era una anteiglesia. Y como anteiglesia, Lumo tenía el fuero de Bizkaia; a Gernika, por el contrario, como villa que era, le correspondía la legislación española, la de Logroño. Por eso prefiero considerarme a mí mismo como lumotarra. ¿Qué recuerdos tengo de mi pueblo antes de la guerra? Me llevaron al exilio con seis años, por lo que tengo muy pocos recuerdos de aquella época. Mi padre era capitán de barco y trabajaba en el buque Axpe Mendi de la compañía “Sota y Aznar”. Con la llegada de Franco le cambiaron el nombre a Monte Albertia. Nos fuimos al exilio en un barco inglés y volvimos a casa en el Monte Albertia.

Desde la proclamación de la II República hasta la guerra recuerdo muy bien la casa del abuelo Meliton. Allí nací, en el tercer piso, y como por lo visto era el preferido de la abuela Kontzesi, pasaba allí la mayor parte del tiempo. El abuelo era de Ibarruri, de una familia originaria de Gorriti, en Navarra, y recuerdo que hablaba medio en verso. Por otra parte, cuando tenía cinco años, mi padre vino una vez a Bilbao y me trajo un pequeño coche, en cuyo interior cabía yo, y solía bajar la cuesta que va desde la Casa de Juntas hasta la casa de mi abuelo.

Empecé en la ikastola con dos años y recuerdo a la profesora elantxobetarra Sabina Ardanza. Me tuvo en su regazo en más de una ocasión, porque era muy pequeño. Aunque en la ikastola fuera todo en euskera, teníamos un problema con el catecismo, ya que el párroco de la parroquia de Santa María, José Domingo Iturraran, prefería el castellano. Por ese motivo, los jesuitas nos daban catecismo en euskera, prácticamente a escondidas. ?Y como profesores teníamos a Felipe y Juan Jose Goikoetxea... y a Raimundo Olabide!

Un par de días antes de que ocurriera el bombardeo, la gente de aquí empezó a marcharse y como la madre de mi padre —la abuela Salvadora— vivía en Muxika, nos fuimos allí. Vimos el bombardeo desde una colina encima de su casa.

Tras el bombardeo marchan al exilio, hacia Francia...

Estuvimos un mes en Bilbao, en un caserío de Mallona, y de allí mi tío Agustín, hermano de mi madre, nos llevó a Laredo. él trabajaba como chofer del comandante de gudaris Jose Estornes Lasa. Mi quinto hermano nació en Laredo. En los dos meses que pasé allí fui a la escuela. Cuando el ejército de Franco entró en Bilbao, nos fuimos en tren a Santander y de allí nos llevaron a Nantes en un barco carbonero inglés que estaba atracado en el puerto. Pero antes el barco hizo escala en la bocanadel puerto de Burdeos y unas personas que se acercaron en una barca preguntaron si había alguna persona de Gernika. Mi madre se identificó y un par de horas después volvieron aquellos amigos con alimentos y caramelos. Era mi padre quien los mandaba; para entonces, ya estaba escondido. ?Qué alegría nos llevamos! Pero seguimos adelante con nuestro viaje hasta llegar al puerto militar de Nantes. Por los recuerdos que tengo, la República Francesa se portó muy bien con nosotros. Nos dejaron una casita en el pueblo de Villemandeur. Allí enfermé, de tifus, y me llevaron al hospital de Montargis. Permanecí tres meses ingresado sin poder visitarme nadie de la familia. Veía a mi madre de vez en cuando, al otro lado del cristal de la sala en que estaba yo. ése es el recuerdo más duro que tengo. Una vez curado, nos mudamos al poblado de Rivedoux de île de Re, donde estuvimos hasta septiembre de 1939. Volví a aquellos lugares hace unos diez años, porque quería agradecer a aquellos lugareños la acogida que nos prestaron. Mi padre estaba en La Rochelle y aparecía de vez en cuando por casa. Entonces nació mi sexto hermano y la familia decidió que debíamos volver a Bilbao. Y embarcamos en el “Monte Albertia”.

La abuela de Muxika vivía en Bilbao y permanecimos en la capital durante un año antes de volver a Muxika, donde nos quedaríamos hasta 1950. Desde la víspera del día de reyes de ese año soy “villano”.

Eduardo Chillida. Escultor

¿Es de la opinión de que el árbol de Gernika sigue siendo el símbolo de la libertad vasca?

Yo creo que sí. Sin lugar a dudas. Opino que el árbol encierra un gran simbolismo. Yo propondría lo siguiente: que se tome la decisión de iniciar una campaña ecológica en Gernika; que desde la ciudad del árbol, desde Gernika, se expanda a Euskal Herria y a todo el mundo una idea general: la de respetar y proteger la naturaleza. Y más concretamente, proteger los árboles. Querer talar árboles en un lugar como Gernika es un grave pecado. El otro día me dijeron que querían derribar un hermoso roble; un robusto roble que a buen seguro será algún pariente de “nuestro árbol”. Por motivos urbanísticos que no quiero recordar. ¿No le parece que sería maravilloso un movimiento a favor de la naturaleza creado en Gernika y extendido a todo el mundo? ¿Que la gente de Gernika diera comienzo a una campaña para el mundo entero a favor de todos los árboles, y en especial de los autóctonos? Gernika, en lugar de conmemorar su devastación, debería mirar hacia adelante con esta clase de proyectos en busca de tolerancia, paz, vida... ?y tantas y tantas cosas! Yo le tengo el mayor de los respetos a ese corazón de Euskal Herria. Nos simboliza a todos nosotros. Simboliza nuestras raíces, nuestra unión con el cosmos.

Eduardo Chillida

Eduardo Chillida.

¿Qué se ha de ver en ese trabajo que ofrece a la gente de Gernika?

Como antes he dicho, Gernika es algo especial para nuestro Pueblo. Imagínese cuán especial es, que cuando me cambiaron la localización que yo había elegido para ubicar la imagen —junto a la Casa de Juntas y relacionada con el árbol—, quedé totalmente traumatizado. No “veía” que la imagen estuviera en su sitio. El cambio de localización no guardaba ningún tipo de relación con la opinión anterior sobre la imagen. Yo veo la imagen en un espacio más amplio.

Carmelo Ortiz de Elguea. Pintor

¿Qué sintió cuando le encargaron la serie Gernika, para conmemorar en la villa foral el 75 aniversario de su destrucción?

Que era un reto muy interesante y con una gran carga emotiva. Lo acepté rápidamente. Gernika tiene un enorme fondo emocional, con un vínculo con una obra maestra del arte universal, y con una simbología especial. Para mí, con mi barroquismo, fue un gran reto. Creo que he acertado con lo que he hecho, ya que le he dado una amplia variedad de caracteres. Será una exposición, aparte de lo que pueda representar emotivamente Gernika, con una profunda carga pictórica. Por encima de todo a mí siempre me ha interesado la pintura. A veces el tema leit motiv no es suficiente, y lo que verdaderamente le da valor es la pintura. Si el Gernika de Picasso es tan importante es porque es un gran cuadro. Si no lo hubiera sido no habría alcanzado esa vida universal que tiene. Un mal cuadro no se habría convertido en símbolo. Y me atreví a hacer esta serie, en la que he trabajado mucho. Para la exposición en el Museo Euskal Herria de Gernika he preparado once cuadros, en los que he creado todos los detalles, excepto uno por cuadro, que lo he tomado de la realidad. Toda la obra está inspirada en el bombardeo, en una villa devastada por las bombas y el fuego. La inauguramos a mediados de abril y estará expuesto durante tres meses. Me gustaría que a su conclusión en Gernika, pudiéramos llevarla por Euskal Herria e incluso al exterior.

Carmelo Ortiz de Elguea

Carmelo Ortiz de Elguea.

Nestor Basterretxea. Escultor

De 1.924 a 1.936 en Bermeo... y entonces comienza su periplo...

En Bermeo estuve hasta la guerra civil. Costó mucho que nos enteráramos que había estallado una guerra. Recuerdo que cuando bombardearon Otxandio, con más de cincuenta fallecidos, los bermeanos aún nos preguntábamos “¿pero, por qué?” Pronto se dio el bando de que las mujeres y los niños saliéramos de Bermeo, y nos fuimos a San Juan de Luz.

He sido un errante forzado. La verdad absurda y horrorosa de la guerra es la causante de ello. Pasamos a Paris, donde mi padre trabajó en la delegación vasca de aquella ciudad. Y llegamos cuando se había inaugurado la Exposición Universal de 1937. La España republicana tenía su stand, que contrastaba enormemente con lo que contenía, que eran películas de guerra, de refugiados etc. por el efecto de la guerra que se estaba viviendo en la península. Yo tenía 14 años pero ya me di cuenta de la realidad aquella, con una escenografía maravillosa y un tremendo dolor como contenido.

Se bombardeó Gernika y los encargados del pabellón creyeron que se debía hacer un mural, a poder ser por un artista vasco. Mi paisano Jose Mari Ucelay, comisario en aquella exposición del área vasca, corrió hacia Aurelio Arteta, que se encontraba en Biarritz, le expuso la idea... y Arteta declinó la invitación, ya que estaba a punto de embarcar para México. Ante la negativa de Arteta, no hubo duda de que fuera Picasso quien lo hiciera.

Nestor Basterretxea

Nestor Basterretxea.

La opinión de los lectores:

comments powered by Disqus
Laguntzaileak
Gipuzkoako Foru AldundiaEusko Jaurlaritza
Eusko IkaskuntzaAsmozEuskomedia