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Josu ESTARRONA ELIZONDO
El 12 de abril de 1877 nace en el segundo piso de la casa número 43 de la calle Cuchillería de Vitoria-Gasteiz Julio María Vicente Valdés Goicoechea, hijo de Manuel Valdés Rey, natural de Clermont (Francia) y de Ángela Goicoechea Errasti, natural de Aramayona, hermana ésta del que fuera gran compositor e ilustre reformista de música religiosa D. Vicente Goicoechea Errasti (1854-1916). De hecho, su tercer nombre se lo debe a su tío que estaba previsto asistiera al bautizo para ser nombrado padrino, pero que por causas que desconocemos no asiste a tal evento y en su representación acude Herminio Sáez, tal y como se refleja en la partida de nacimiento.1
Los primeros datos que disponemos datan del año 1883 cuando Julio Valdés tiene 6 años. La familia Valdés-Goicoechea va a vivir a Lekeitio. D. Vicente Goicoechea es durante ese periodo el que introduce a sus sobrinos en el arte musical: Julio Valdés Goicoechea y Alejandro Valdés Goicoechea, nacido este último en la villa el 9 de febrero de 18832. Entre 1883 y 1888, año de su marcha a Valladolid, Vicente Goicoechea será el maestro musical de sus sobrinos.
Posteriormente, Joaquín Velasco Barinagarrementeria (1835-1918), nombrado organista de Lekeitio tras el fallecimiento en 1868 del durangués Juan María Blas Altuna Maskaraua, será uno de los primeros profesores de música de la familia Valdés, también de las familias Azkue y Zapirain, ambas Lekeitiarras. D. Julio Valdés estudiará posteriormente órgano en Bilbao con José Sainz-Basabe3, director, compositor y docente.
Valdés realiza los estudios filosóficos de la carrera sacerdotal en Valladolid tal y como cuenta José María Zapirain en un artículo de homenaje al compositor publicado en la revista Música Sacro-Hispana. Es de suponer que acude a Valladolid para continuar su formación musical con su tío Vicente Goicoechea, Canónigo Maestro de Capilla de la catedral vallisoletana. Completados los tres cursos en la capital castellana se traslada a Vitoria-Gasteiz para estudiar la sagrada teología en el Seminario Diocesano.
D. Julio Valdés Goicoechea.
Es ordenado presbítero el 15 de marzo de 1902 y celebra su primera misa en Lekeitio el 13 de abril de ese mismo año.
En el archivo diocesano de Vitoria-Gasteiz encontramos documentación que le cita como organista de Elorrio en 1901. Arana Martija señala: “Se hacen cargo de las organistías de Elorrio y Oñate Julio Valdés y Francisco Esnal, respectivamente”4. El 8 de agosto de 1906 es nombrado capellán del monasterio de la Visitación del mismo municipio. Por esas fechas culmina en Elorrio el proceso de beatificación de Valentín de Berrio-Ochoa (1862-1906) en el que Valdés toma parte activa. Se convoca un concurso de composición para elegir un himno para el futuro beato. Valdés aparece como vocal en el fallo del jurado dictaminado el 10 de julio de 1906.
En el año 1907 la comunidad salesiana de la que es párroco se traslada a San Sebastián y él también se traslada al nuevo monasterio de la capital Guipuzcoana. Respecto a su localización, los datos son imprecisos. Por las noticias que van apareciendo en la época en la revista Música Sacro-Hispana sabemos que vive entre San Sebastián y Rentería (Gipuzkoa).
Consciente del talento de su sobrino, Vicente Goicoechea le anima a ingresar en la Escuela Superior de Música Sagrada de Regensburg (Ratisbona). Durante los cursos 1908-1909 y 1909-1910 estudiará con los profesores más influyentes del panorama religioso musical de Alemania y Europa como lo eran M. Haller, F. Haberl, J. Renner y C. Weinmann, es por eso que su estilo compositivo estará estrechamente ligado al estilo compositivo alemán, su influencia “Halleriana” sobre todo en la forma de trabajar el contrapunto en sus composiciones y por los planos sonoros inconfundibles en la construcción armónica de sus obras, llegando a dominar la técnica compositivas de manera sobresaliente, haciendo uso de las formas de la polifonía antigua con un lenguaje compositivo más moderno sobre todo apreciable en sus obras corales a varias voces. En las obras para órgano, se observa un mayor desarrollo armónico, ya que estas no estaban dirigidas a la interpretación por el pueblo, y podía aventurarse en provocaciones armónicas mediante modulaciones, cromatismos, cambios de planos sonoros...
Constantemente pide letras a todos aquellos que exaltan sus obras y que le animan a seguir componiendo. La búsqueda continua de letras consistentes es uno de los factores que harán que su música sea tan mística y espiritual.
De su estancia en Ratisbona se conserva esta fotografía que conservaba como un preciado tesoro, su familiar, el reverendo D. Joaquín Zabala, enviada por D. Julio y que está fechada el 9 de Julio de 1909.
Acompaña a la foto enviada a su primo con un escrito en el que con la sencillez que le caracteriza le va contando en tono de confidencia familiar las impresiones de la escuela: “El pabellón español quedará a gran altura en esta escuela mundial. Haller me ha dicho que reconoce en mí uno de los mejores discípulos que ha tenido, acaso el mejor”, añadiendo: “Creo que no le puedo decir más”.
Valdés vuelve a San Sebastián en 1910 tras su fructífera etapa de formación en tierras germanas. A la vuelta de Ratisbona vive su momento de mayor esplendor compositivo, que coincide con los años posteriores a la promulgación por parte del Papa Pío X del Motu proprio en el año 1903, el músico se regirá estrictamente a los cánones que se recogen en la norma. Su dedicación exclusiva (ninguna obra de las más de 200 catalogadas es de carácter profano) al repertorio de música sagrada, le mereció de su Santidad Benedicto XV un autógrafo, máximo reconocimiento de su apostolado y muy estimulante para continuar en el mismo camino. Cuando alguien solicitó en Roma una bendición para los trabajos musicales de D. Julio, el Augusto Pontífice accedió a tal petición, y con su puño y letra la concedió en estos términos:
“Con mucho gusto y con muy particular satisfacción otorgamos la bendición solicitada. Roma y 14 de julio de 1910. Benedictus PP. XV”.
Otro autógrafo o dedicatoria que merece la pena ser destacado es el de uno de los compositores de mayor influencia de la época: L. Perosi (1872-1956). En la obra de Valdés Laudes “Eucharistiae. O quam Suavis est Domine” a 2 voces mixtas con órgano compuesta en el año 1904, Perosi estampa una dedicatoria datada en Roma en 1906, cuyo texto me ha sido imposible descifrar y que puede ser consultado en la partitura original. Cabe entender esta dedicatoria como bendición de uno de los compositores más importantes en el panorama musical europeo a la obra y trabajo de Valdés.
Si pocos son los datos existentes sobre la vida de Valdés en general, de su paso por Bilbao se desconoce casi todo. Se sabe que sustituyó a D. Jesús Guridi como organista de los Santos Juanes de Bilbao tras un proceso de selección. En el archivo diocesano de Vitoria-Gasteiz se recoge la fecha de su nombramiento como organista de la parroquia el 22 de agosto de 1918.
En esta etapa que abarca desde 1918 hasta 1939 se dedica y se centra más en sus obligaciones como sacerdote y organista. En el archivo diocesano de Vizcaya únicamente hay dos referencias en torno a la figura de Valdés.5 En cuanto a la producción musical de estos 21 años, debemos lamentar la desaparición del armario-archivador de partituras de la parroquia que fue trasladado a la Catedral de Santiago de Bilbao y del que en la actualidad se desconoce su paradero. Además de obras del autor que nos ocupa, es más que probable la pérdida de originales de su antecesor: Jesús Guridi.
Julio Valdés sustituyó a Jesús Guridi como organista de los Santos Juanes de Bilbao tras un proceso de selección.
Tras acceder como profesor de armonía, deja completamente de lado la interpretación del órgano. Aseguran los alumnos de la época que nunca le vieron tocar en el órgano en el seminario. La publicación “Historia del Seminario Diocesano de Vitoria”6 fija en el curso 1939-1940 la entrada de Julio Valdés como profesor en Armonía musical.
Siendo el seminario diocesano de Vitoria-Gasteiz el principal centro de estudios religiosos del País Vasco y parte del norte de la península, junto con el de Comillas, muchos presbíteros que tienen aptitudes musicales se forman con Julio Valdés. Posteriormente estos siguen caminos diferentes, extendiendo más aún las características y estética musical del compositor.
Por mencionar algunos de estos músicos: Pablo Colino (director de la Orquesta de la Capilla Julia de San Pedro), Enrique Ayarra (organista de la Catedral de Sevilla) José Antonio Arana Martija (insigne musicólogo), Emiliano Ibarguchi (Organista de la catedral de Vitoria-Gasteiz), Secundino Esnaola (Director del orfeón Donostiarra), Sabin Salaberri (Director Schola, Director conservatorio...), Rafael Mendialdua (Maestro de Capilla de la Catedral de Vitoria-Gasteiz).
Tanto en la revista Música Sacro-Hispana como en Tesoro Sacro Musical, además de artículos, se solían publicar obras de compositores de música religiosa que se rigen por lo establecido por el Código jurídico de música Sagrada; estas sirven de modelo para los diferentes centros eclesiásticos y seminarios. De este modo la difusión de las obras era amplia y servían para su estudio e interpretación.
Su relación con la revista, como herramienta de difusión de la reforma que se estaba propiciando en la música religiosa en España es total, ya que en el año 1911 pasa a formar parte de la Junta Directiva de la misma.
La revista fue fundada a raíz de la celebración del primer Congreso de Música Sagrada de Valladolid en el año 1907.
Posteriormente, se celebrarán otros dos congresos en Sevilla en el año 1908 y en Barcelona el año 1912 en el que se constituirá la Asociación Cecilianista Española siguiendo el modelo de otros países europeos donde ya existen asociaciones cecilianistas consolidadas. En el segundo congreso celebrado en Sevilla la crónica del congreso recoge cómo se lleva a cabo la elección de Presidente y Vicepresidentes de la Asociación Ceciliana:
“También se nombra por aclamación, Presidente de la Asociación Ceciliana Española al R.D. Vicente Ripollés, de Valencia. Para los cargos de Vicepresidente primero y segundo son designados el maestro d. Julio Valdés, presbítero, y el maestro D. Felipe Pedrell, respectivamente.”
Esta nueva etapa culminará con la celebración en 1928 del IV Congreso Nacional de Música Sacra en Vitoria7, en la que la pertrecha Asociación Ceciliana vuelve a ser reanimada.
Una realidad floreciente en pro de la reforma musical fue también la convocatoria de concursos para impulsar la composición de música sagrada. D. Julio Valdés participa y varias de sus obras son premiadas tal y como se refleja en las actas que publica la revista Música Sacro-Hispana en su nº 7 de 1911.
D. Julio Valdés Goicoechea, se merece un hueco en la historia musical de nuestro país tal y como se puede desprender de las pinceladas que se han expuesto en este artículo. Quizás no conozcamos más de él debido a su carácter introvertido y místico. Gran exponente de su personalidad es la imagen que recuerdan los alumnos del seminario, en su estancia anexa al dormitorio, donde pasaba horas componiendo y corrigiendo inmerso en un ambiente de austeridad que le caracterizaba.
1 Archivo Diocesano de Álava. Partida de nacimiento original adjuntada en anexos.
2 Arana-Martija, J.A.,Alejandro Valdés Goikoetxea, Euskor, nº 9, San Sebastián, Orquesta de Euskadi, 1984, pp. 40-41.
3 Archivo Musikaste. (MK-1977; rev. 2008)
4 Arana Martija, J.A., Música Vasca, San Sebastián, Sociedad Guipuzcoana de Ediciones y Publicaciones, 1976, p. 189.
5 - Signatura 1329/053-00. Oficio del Obispado de Vitoria donde se dispone quién formará parte del tribunal calificador para el concurso-oposición que proveerá la plaza de organista de la parroquia de Santa María de Begoña. Se indica que uno de los tres miembros de dicho tribunal será el profesor JulioValdés.1917.
- Signatura 0941/003-076. Tarjeta de presentación de Julio Valdés. No contiene información relevante, su mayor interés reside en que es manuscrita. 1931.
6 Ibáñez Arana, A., Historia del Seminario Diocesano de Vitoria, vol. 1, Vitoria-Gasteiz, 2005, p.18.
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