INTRODUCCIÓN
La huella humana más antigua en el País Vasco se remonta al
Paleolítico Inferior, hacia el 150.000 a.C. El Neolítico, que
arraiga en el País Vasco hacia el 3.500 a.C., se caracteriza por los
grandes cambios culturales: se pasa de la depredación pura, a la explotación
agrícola y ganadera, nacen las artes cerámicas, pero continúa
el perfeccionamiento del trabajo en piedra. De forma evolutiva hacia el II
milenio a.C. (en fecha difícil de precisar para el conjunto de la tierra
vasca), entramos en la llamada Edad del Bronce, a la que sigue la del Hierro
hacia en el primer milenio a.C.; períodos en que aparecen ambos metales
y con ellos los útiles de dichos materiales, en sustitución
de los instrumentos pétreos. En las excavaciones de los poblados de
aquellas épocas, se han hallado piezas metálicas para atavíos
(hebillas, fíbulas, broches...), y armas (puntas, hachas, espadas).
Había nacido el oficio de fundidor.
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Figura de bronce delante del Altes Museum de Berlín
(Alemania). |
Con el perfeccionamiento de la tecnología metalúrgica,
los menestrales medievales crean auténticas obras maestras.
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Figura de bronce de Sofía Carlota, esposa de
Federico II de Alemania, en la puerta de Charlottemburger
de Berlín (Alemania) construida entre 1701 y 1713. |
El metal se generaliza desde el final del primer
milenio con la aplicación la energía hidráulica a las
ferrerías mayores (de obtención) y menores (de confección
útiles). La profusión de ferrerías y la calidad de
sus producciones, hicieron del País Vasco una de las principales
regiones exportadoras de hierro y derivados hacia Europa. Pero nuestro tema
es el bronce por lo que aparcaremos este tema.