José y Mikel Gozález
JOSÉ Y MIKEL GOZÁLEZ
Fundiciones Artísticas
2002 / 05 / 24-31
Autor: Antxon Aguirre Sorondo
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PROCESOS

No hay sólo un método de fundición, hay varios, y todos como resultado de la evolución de la técnica a lo largo de los siglos.

Para nuestro caso, en que estamos tratando la fundición del bronce, podemos establecer dos formas básicas:

  1. La técnica de la cera perdida.
1.-A LA CERA PERDIDA

  Argazkia
El fundidor parte de un modelo para obtener una o varias copias del mismo objeto en bronce.

Entre las diversas técnicas de fundición, la más tradicional es la denominada "a la cera perdida".

Este es el procedimiento que se sigue en el taller de José González Piriz, experto fundidor de esculturas en bronce.

El escultor entrega al fundidor la pieza en barro mojado, pues una vez seco pierde y se estropea. El fundidor lo cubre totalmente de escayola y escayola y esparto y espera a que se seque. Una vez seco se parte en dos y se saca todo el barro del interior.

Se procede luego a dar una capa de aceite y un elemento protector al interior (negativo) del molde que ha resultado en la escayola. Se llena entonces el hueco que ocupaba el barro con nueva masa de escayola para sacar una copia de la pieza a fundir. Sobre esta pieza el escultor retoca, arregla y perfecciona su modelo. Esto se efectúa por ser esta figura en escayola un material mas duro y perecedero que el barro que según se va secando va perdiendo volumen y calidad.

  Argazkia
Esta pieza de escayola es la que servirá para sacar de nuevo un nuevo molde, que será el definitivo. Este nuevo molde se llena de cera (antes se usaba cera virgen y hoy una cera sintética) que proporcionará la figura de cera (copia en cera de la pieza creada por el escultor) de ahí el nombre de "fundición a la cera perdida".

Si de esa pieza se va a sacar una serie (generalmente cortas) se obtiene de esa pieza una copia en silicona. Para ello a la pieza que lleva el artista se le añade una capa de unos 15 mm. de cera por encima y sobre este conjunto se van añadiendo capas de escayola y esparto y esparto (como en el caso anterior) formándose así un gran bloque. Cuando se seca se abre, y quita la cera, con lo que tendremos un cuerpo en cuyo interior está la figura, pero con una separación entre ambas de 15 mm. que era lo que ocupaba la cera. Se coloca la figura y el molde y se cierra y por uno de sus extremos se va introduciendo ahora caucho líquido que al secarse tendrá grabado en el interior la talla de la figura y de un espesor de 15 cm. de caucho. Así se forma un segundo molde de goma del que podrán obtenerse tantas copias de cera como sean necesarias. De este molde de silicona saca el artesano fundidor una copia de cera.

A continuación se procede a retocar la pieza en cera que hemos obtenido con una espátula en caliente y se añaden los canales y bebederos por donde entrará el bronce fundido y que se van uniendo unos con otros con la ayuda de la espátula caliente.

  Argazkia
Una vez la pieza terminada en cera con canales y bebederos, se le va dando una serie de baños sucesivos de una arena especial. Se le da una impregnación, un baño y se deja un rato secar para repetir el proceso una y otra vez, formándose así un cuerpo a base de las sucesivas capas exteriores y se deja secar.

A la hora de la fundición se meten los moldes en una cámara de precalentamiento, donde por los gases a 800º C. que salen del horno se funde la cera del interior dejando así libre el espacio que tendrá que ocupar el bronce y se evita que se creen burbujas en la pieza, lo que ocurriría si el bronce fundiera la cera. Por otra parte si no se hiciera de esta forma, al entrar en bronce caliente, el molde se rompería por el brusco cambio de temperatura.

Una vez que está todo bien seco se coloca la pieza hincada sobre una base de arena que se apisona fuertemente, para absorber las fuerzas creadas al entrar en bronce. Llega el momento de verter el bronce.

Argazkia  
Los lingotes tampoco pueden ser introducidos directamente en el crisol pues la alta temperatura hace saltar el líquido. Es necesario precalentarlos, para lo cual se colocan encima del horno y cuando se calcula que están calientes se introducen en el crisol de la fundición.

Cuando el artesano ve que el color del bronce es el adecuado (lo cual indica que está ya a la temperatura adecuada), con unas cucharas va tomando el caldo del crisol y rápidamente llenando los moldes. Es muy importante que el molde se llene de forma inmediata, ya que si lo introdujésemos en coladas sucesivas, quedaría la marca de estas diferencias en la pieza. Por ello, cuando la pieza a fundir es grande, se realiza esta función entre varios operarios, de forma que cuando el primero vacía su cuchara en el molde entra inmediatamente otro vaciando la suya y así sucesivamente hasta su llenado. Por ello se usan diversos tamaños de cucharas para el llenado de los moldes.

Argazkia  
Una vez lleno se deja enfriar de forma natural, sin forzar, para luego, con ayuda de martillo y cincel, romper el molde exterior para extraer la figura.

Serán necesarias aún muchas horas de bruñido, lijado y retoque hasta que la figura pueda darse por terminada.

Con un baño de óxido final se consigue la deseada pátina que otorgará al bronce aspecto de cierta antigüedad. Según el producto que se aplique (con pincel y posteriormente se fija con el calor de un soplete de butano) se obtiene un color u otro, generalmente en tonalidades bronce natural, marrones y verdes.

2.-FUNDICIÓN EN MOLDE DE ARENA

Para este sistema, el fundidor efectúa un negativo en un molde de arena especial (sintética generalmente) formando media pieza en cada una de las partes de una caja al efecto, de forma que cuando monta las dos cajas, una sobre otra, en su interior quedará el vaciado de la forma de la pieza a realizar. Posteriormente se introduce el caldo que ocupa el espacio vacío, obteniendo así la pieza deseada.

Cuando se quería hacer piezas semejantes, en la industria por ejemplo, se efectuaba en modelo en madera dura, que servía para hacer los huecos en la madera.

EPÍLOGO

El resultado es una auténtica obra de arte... Belleza y perfección que sólo un fundidor avezado como José González puede garantizar.

Tensión y fuerza...
Destreza y experiencia...
Fuego y tierra...
Así se forja el metal.

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