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ARTESANO
A lo largo de los meses, por esta sección han pasado diversos artesanos. Cada uno definido en una especialidad. Así hemos hablado de los alfareros, vidrieros, tallistas, zapateros y un largo etcétera. Pero ahora nos encontramos con un curioso problema. ¿Como definir a un hombre que hace cucharas?: Cucharero; y ¿si hace juguetes?: juguetero; y ¿si hace muebles?: carpintero o ebanista. Pero ¿si hace: cucharas, muebles, juguetes, maquetas, y mil cosas más?. No tenemos un nombre adecuado, por lo que he optado por llamarle de forma genérica "maquetista", por no llamarlo "artesano de la navaja".
Ángel Santos nace en 1923 en Ozana, Treviño. Fueron 3 hermanos.
Ya cuando con 7 años alternaba las clases con el cuidado de las ovejas lo hacía con una navaja en las manos, con la que se entretenía tallando y haciendo figuritas. A los 13 años deja la escuela para dedicarse a las labores de campo, oficio que fue su forma de vida.
Al cumplir los 60 años y jubilarse, para pasar el rato se vuelca en esta afición. En una de las habitaciones de su casa monta un taller con un pequeño y bajo banco de carpintero, una silla baja, un taladro eléctrico y unas cuantas herramientas (cuchillas, formones, serruchos, limas, y poco más). Para el afilado o refinado final antiguamente usaba un trozo de cristal, y hoy tiene un trozo de acero de hoja de sierra de 12" muy afilado que hace igual función. En un extremo lo tiene en forma cóncava y en la otra convexa, de forma que le sirva para refinar ambos lados de una cuchara (por ejemplo). Allí en su tallercito, bajo la luz que atraviesa la ventana, pasa sus horas Ángel-Santos, creando y recreando mil piezas.
Autodidacta, crea todos elementos del mundo rural en madera a tamaño reducido. Su actividad de labrador se nota en la precisión de detalles de los elementos que salen de sus manos que son auténticas joyas de la etnografía.
Paralelamente le llaman para asistir a algunas ferias de artesanía en las que vende sus productos: Alava, Bizkaia, Burgos, etc. siendo la primera feria a la que asiste la de Vitoria en 1966.
En las paredes de su casa cuelgan algunas de las distinciones de las que se ha hecho merecedor, entre las que destacamos las siguientes:
Hoy y por la edad, ya no asiste a las ferias, pero sus clientes van a su casa a adquirir sus productos.