José Luis Alonso Susperregui
Arte en vidrio
2008  /  03  /  07-28
Autor:  Antxon AGUIRRE SORONDO

LOS PROCESOS

VIDRIERAS EMPLOMADAS

El proceso para hacer una vidriera, a grandes rasgos es el siguiente: El punto de partida es saber qué quiere el cliente. Comenta nuestro artesano José Luis que a él le gusta hablar sin prisa con el cliente para saber cuál es su idea, cuáles son sus gustos. A veces dejan libertad total al artesano, otras traen una foto o estampa con una idea más centrada.

Una vez decidido el tema, colores, tamaño, y materias, se procede a preparar el boceto a escala 1/10. José Luis guarda miles de bocetos de este tipo, la mayoría realizados por él, pero otros realizados por otros artistas. Así cuenta con bocetos firmados por Antonio Saura, Gaspar Montes, Pablo Palazuelos, Tomás Nozal, Guillermo Pérez Villalta, Marta Cárdenas, Jean Lesquibe, y otros.

Aprobado ya el boceto por el cliente, se procede a reproducirlo a escala natural 1:1, en papel y posteriormente en cartón, que se va cortando con un número o sigla que identificará el color y su ubicación en la vidriera, teniendo muy en cuenta el espesor a ocupar por el plomo.

Con ayuda de cada una de estas plantillas se va dibujando y cortando cada trozo de cristal. A él le gusta cortar el cristal de forma manual, sin usar máquinas. El cristal es de importación, y puede ser francés, alemán o incluso americano. Son planchas de un metro cuadrado y en espesor de unos 3 mm. Si la plancha está fabricada artesanalmente el espesor suele ser variable, no tan homogéneo como el fabricado de forma industrial. En cuanto a los colores: existe una gama de cerca de 1.600 colores, y luego están los que tienen colores variables, aguadas diversas.

Una vez cortado el cristal, con ruletas de diamante se matan los cantos vivos y si es necesario es el momento de pintarlos. Para ello se usa un caballete con luz por detrás y colores especiales, que curiosamente varían de precio, llegando en algunos casos a valer hasta de 6.000 €. /kilo.

Una vez la pieza está pintada se “hornea”, para lo cual tiene dos hotnos eléctricos. En ellos se suele trabajar en temperaturas de unos 600º C. Una vez horneadas las piezas se dejan enfriar antes de sacarlas, ya que si se fuerza la temperatura el cristal se rompe.

En las mesas de emplomar se procede a colocar las piezas en el lugar correspondiente de la vidriera. Se plantea toda antes de empezar a emplomarla, que es la labor siguiente. Se unen todas con los plomos o “vergas” que son 100% de plomo y que fabrica él mismo en una maquina de fundir que dispone para ello. Tiene forma de doble T y un cuerpo o “alma” que separa una pieza de otra. La anchura de sus alas es de unos 4 mm capaz de alojar el vidrio que, como hemos dicho, suele tener unos 3 mm de espesor. Una vez introducido el cristal en el plomo se “baja el plomo” esto es, con una espátula de madera se aprietan las alas para que se ajusten al cristal.

Una vez emplomada la vidriera se suelda con estaño (65% de estaño y 35% de plomo) todos los bordes o extremos de las vergas. Terminada esta labor por un lado, se da la vuelta a la pieza y se suelda de igual forma por el otro lado.

Tras el proceso anterior se le da un baño de betún. Este producto lo hace el propio artesano con aceite de linaza y blanco España. Se deja secar y luego se frota con aserrín retirando este betún. Con ello se logra que el producto entre en los huecos entre cristales y vergas y que al secarse y endurecerse dé consistencia y rigidez a la vidriera.

Cuando se trata de un vitral o vidriera grande, para su protección, para darle más solidez, en caso de puertas batientes o si se coloca en el exterior, por ejemplo, se recurre a varias soluciones:

- La colocación de varillas metálicas por detrás a las que se sujeta con alambres la vidriera. Esta es la solución clásica y la que más gusta a nuestro artesano, ya que dice que es la que mejor conserva el plomo. Es curioso, en Francia se acepta esta solución mucho mejor que en España.

- Otra solución es la de colocar en la parte trasera de la vidriera un cristal ESTADIT 3 + 3 (3 mm + 3 mm) ó 4 + 4. Se trata de un cristal transparente construido con un cristal plano, y otro unido al anterior que lleva una película de plástico transparente de protección que llaman “mutirol”. De forma que cuando se rompe el cristal exterior los trozos no caen, quedándose adherida a la lamina plástica intermedia. Esto se llama “vidriera doblada”.

- Existe también la posibilidad de que estos cristales sean anti-reflejos. Son mucho más caros pero evitan los reflejos que pueden desvirtuar la creación artística del artesano.

- Por último existe la posibilidad de meter la vidriera en el interior de un CLIMALIT (entre dos cristales), que luego se sella al vació por el borde. Con ello se forma un a modo de bocadillo con la vidriera en su interior.

VIDRIERAS CON CEMENTO

Los primeros pasos para realizar las vidrieras de cemento son semejantes a los anteriormente descritos. Varía en que generalmente se usan cristales mucho más gruesos y con una separación entre ellos de por lo menos 1 cm.

Los vidrios usados para este tipo de vidrieras suelen tener unos dos centímetros de grosor y se les llama “dallas”.

Con esta técnica se logran vidrieras de grandes dimensiones.

Una vez preparados los cristales se unen con unas varillas metálicas, formando una especie de esqueleto, tras lo cual se añade el cemento, que es un producto especial que lo fabrica el mismo artesano a base de cemento de pavimentación al que se añaden otros elementos entre ellos un hidrofugante. Este cemento cubrirá las varillas que unen los diversos cristales. Hay que tener cuidado de que no queden burbujas de aire en el interior del cemento.

Una vez seco el cemento se quita el papel que había servido de modelo, y se limpia a fondo cada cristal.

Todos los trabajos van firmados.

EQUIPOS

En la planta de Irun posee todos los tipos de máquinas para el trabajo: perfiladora de plomos, dos hornos, una pequeña tronzadora de sobremesa y una esmeriladora, también de sobremesa, así como diversas herramientas especiales y adaptadas a las diversas necesidades que surgen en el trabajo.

Un departamento está dedicado a la pintura de los cristales, situada junto a una ventana que aporta un chorro de luz.

En otra zona tiene 4 grandes mesas para montar las vidrieras y en otro inferior están los materiales: cristales, plomos, planos, pinturas, etc.

Un pequeño despacho y los servicios completan el taller.

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