Antxon AGUIRRE SORONDO
Pedro Mari Arreitunandia Osa
c/ San Agustín, 4-A, 3º
20830 MUTRIKU / GIPUZKOA
Tef. 943 60 43 48
El mundo de la escopeta fina ya ha sido anteriormente tratado en esa sección. Así recordamos a los grabadores Vicente Alberdi (EUSKONEWS n.º 433) y Salvador Sánchez (EUSKONEWS n.º 439) y la damasquinadora María Asunción Nogués (EUSKONEWS n.º 449).
Hoy traemos a otro artesano grabador Pedro Mari Arreitunandia Osa, como luego veremos, una primera firma en su género.
Fueron su padre Pedro, de oficio marinero y su madre Milagros, quienes tuvieron dos hijos: Patxi, nacido en 1945 y nuestro artesano Pedro Mari, nacido el 15 de enero de 1948, ambos en Mutriku.
Pedro Mari, tras los estudios en la escuela local, con 14 años se inicia en el mundo del grabado en Eibar, teniendo como maestros a Luis Bergara Kamiño, y posteriormente al eibarrés Gregorio Muguerza, “Goyo”, al que considera su verdadero maestro.
Compagina estos estudios con clases de dibujo con Lucas Alberdi, y un tal Marcano.
Tras 7 años aprendiendo, y cuando contaba con 21, entra a trabajar como grabador en el taller de escopetas de Gaspar Arizaga, y a los dos años, pasa a prestar sus servicios en la fábrica de armas GARBI, donde permanece 25 años trabajando como grabador de escopetas paralelas finas. De esta empresa pasa a KEMEN de Elgoibar, en donde continúa.
Tiene también su propio taller en casa donde se distrae haciendo como él mismo dice “sus caprichos”.
Pedro Mari se casa en 1970 con María Josefa Gil y tienen dos hijas: Idoya (nacida en 1971) e Ibana (nacida en 1976). La primera les ha regalado dos nietas y la segunda una.
En 1971 marcha a Italia a aprender en el taller-escuela de Cesare Giovanelli y Giacomo Fausti y Timpini, en donde permanece un año. Pedro Mari considera que fue el lugar donde verdaderamente descubrió lo que era el grabar, sobre todo en la modalidad “a mano”, que aquí se llama “eskuaire”, técnica en la que los italianos son los maestros.
A la vuelta la empresa se resistió un poco en adaptar este cambio, pero fue en KEMEN donde le dieron vía libre para aplicar este “estilo italiano” en sus escopetas. A partir de ese momento trabaja ya un 30 % con el trabajo a buril y 70 % con el sistema “eskuaire”.
En el año 2007 la Diputación Foral de Gipuzkoa le da el título de Maestro Artesano.
Su vida laboral la ha dedicado al grabado principalmente de armas, bien sean escopetas paralelas, superpuestas, e incluso rifles.
También ha realizados trabajos para joyerías: escudos, sellos, medallas, pulseras, bandejas, cajas, etc.
Sus productos han ido a múltiples personajes y políticos; la Casa Real, el Sultán de Brunei, el Califa Al-Thani de Qatar, Alberto de Alcocer Torra, etc.
Ha realizado tres escopetas con grabados de Elvis Presley, y ahora está trabajando en otra escopeta con dibujos animados de la televisión, incluso fotos de los hijos del cazador, aunque lo normal es poner perros y los animales que se cazan, aves, ciervos, etc.
Ha asistido a muchas ferias, pero siempre dedicadas al sector de armas o deportes, tanto en Estados Unidos, Australia, Portugal, Noruega, Alemania, Italia, etc.
La revista TIRO y CAZA de noviembre 2003 en un amplio artículo firmado por A. Sola y dedicado a este artesano le llamaba “catedrático de artesanos” y añadía que sus obras en nada tenían que envidiar a cualquier otra escopeta del mundo, y es que de sus manos no salen productos artesanales, sino auténticas obras de arte. Terminaba el artículo diciendo: “Por desgracia cada vez son menos los hombres y mujeres dispuestos a sacrificar los mejores años de su vida en aprender tan maravillo oficio”.
Partimos de la base de que estamos hablando del grabado artesanal, en donde no interviene ningún proceso mecanizado.
Por la forma de trabajar podemos establecer que hay dos técnicas o modos de grabación:
A. A buril y martillo, en euskera “burila”.
B. Al aire, en euskera “eskuaire” y que los italianos llaman a “bulino”.
En la primera el artesano se ayuda de unos buriles que muerden el metal mediante el golpeteo que recibe el buril de un pequeño martillo llamado “martillo de grabador”.
Estos buriles son de buen acero, que generalmente se los fabrica el mismo artesano. El martillo de grabador es pequeño, ya que con él se dan pequeños y repetidos golpes.
En el segundo caso el artesano usa solamente la fuerza de sus manos para accionar el bulino. Para este tipo de trabajo el grabador se vale de una lupa.
En cuanto a los tipos de dibujos en general son diversos y múltiples los arabescos que se graban. Resulta interesante saber que las casas importantes de fabricar escopetas finas a nivel mundial crearon sus propios dibujos acreditativos que hoy, aunque son de uso universal, se les conoce con el nombre de dicho fabricante. Así por ejemplo tenemos:
A. Grabado fino inglés, o “escrol”, tipo PURDEY (nombre da la marca). Es a base de múltiples dibujos pequeños.
B. Grabado tipo HOLLAN (marca de escopetas), que son semejantes al “purdey” pero con dibujos algo mayores.
Luego está la posibilidad de aplicar oro o hacer damasquinados en la escopeta.
En cuanto el proceso de trabajo es sencillo. Una vez que se le designa al grabador qué quiere el cliente que le plasme en su escopeta, se empieza por realizar sobre un papel el dibujo a escala, que por medio de un calco y el lápiz graso se trasfiere al metal. Posteriormente, el artesano con un marcador fino siluetea en la pieza el dibujo. Con ello logra fijar los campos generales del dibujo a realizar, para posteriormente proceder a grabar (proceso de “cortar” en argot del grabador), bien sea por el sistema del “buril y martillo” o el de “eskuaide”. Muchas veces incluso se combinan en una misma escopeta grabados de ambas técnicas, e incluso de diversos estilos.
Terminado el grabado se pasa sobre toda la pieza una lija muy fina y aceitada con el fin de quitar las asperezas y rebabas que hayan podido quedar para que no causen problemas al pasar la mano sobre ellas. Tras esto se procede al cromado de la pieza. Este proceso hace que el fondo del dibujo quede negro, resaltando todo el relieve y aportando la bella patina final.
Hoy las escopetas buenas se fabrican con cajas de titanio, pues pesan menos.
Una escopeta fina, de calidad, tiene unas 200 horas de trabajo de grabador. Resulta interesante cómo Pedro Mari viendo el trabajo que se le pide puede valorar de forma automática las horas que le va a llevar la realización de ese trabajo, con lo cual se puede hacer un presupuesto muy ajustado a la realidad. También es verdad que cuando tiene que ajustarse a un modelo determinado tarda más en hacer dicho grabado que cuando se le deja libertad total, a su criterio, a su gusto.
Como dice Pedro Mari, “para hacer un buen trabajo de grabado son necesarias sobre todo: paciencia, gusto y saber dibujar”.