Al principio, el afilador disponía de una pequeña rueda y un asiento que los llevaba al hombro y con los que recorría los pueblos y ciudades haciendo sonar su flauta de pan como reclamo.
Posteriormente, aumentó el tamaño de la rueda pasando a ser un caballete, a modo de carrito, con el que también iba de población en población. Nuevo adelanto fue cuando le dotó de un pequeño recipiente lleno de agua sobre la muela, de forma que facilitaba el trabajo al hacer caer un pequeño chorrito de agua sobre la pieza mientras trabajaba en ella.
Para estudiar el tema hemos acudido a la obra de Xosé Antón Hidalgo Santamariña (O Afilador. Editorial Ir Indo. Vigo. 1992) quien sostiene que en el siglo XVI la mayor parte de afiladores que ambulaban por la península solían ser franceses. No hay que olvidar que ya en ese siglo se había constituido en París el Gremio de Maestros Cuchilleros. Según este autor es el XVII cuando aparecen por toda España los afiladores ambulantes gallegos, siendo en su mayoría de Ourense (Nogueira de Ramuín, Paderne de Allariz, Pereiro de Aguiar, Esgos, Xunqueira de Espadañado y Castro Calderas e Río), y algunos pocos de Pontevedra (Pontecaldelas) y A Coruña (Carballo).
En el pueblo de nuestro artesano, en Nogueira de Ramuín, hay un monumento dedicado al afilador, en el que se ve a un afilador trabajando en su rueda, ya que este oficio tuvo gran importancia en la economía de esta villa, no solamente por los afiladores, también por los artesanos que se dedicaban a fabricar las ruedas de afilar para todos los afiladores de la zona.
Con la llegada de la mecanización, en el siglo XX, llegó la bicicleta que los habilidosos afiladores adaptaron a sus necesidades, y por evolución al ciclomotor, la moto, e incluso el coche.
Actualmente, la importación masiva de las herramientas, la cultura del “usar y tirar”, y el cada vez menor número de artesanos hace que solamente existan unos cuantos talleres de afilar y algún que otro nostálgico afilador de calle.
Recorridos
En la entrevista efectuada a nuestro artesano uno de los temas que más me ha impresionado es el de los recorridos que hacía su padre andando por toda la península, tema del que hablaremos más adelante. Y es que antaño, al igual que se hacía en siglos anteriores, los afiladores ambulantes se desplazaban, repetimos andando, por toda la península, en viajes que duraban meses.
X. A. Hidalgo en su obra distingue tres tipos de circuitos:
A. Circuitos cortos por las poblaciones de la zona, en los que se volvía a la noche a dormir a casa.
B. Circuitos medios, de duración entre 8 a 15 días, por las provincias del entorno. Procuraban dormir en casas de familiares o en posadas en donde ya les conocían.
C. Circuito largo, de duración de hasta 8 meses, en los que partiendo de su tierra chica recorrían andando toda la península, desplazándose pueblo a pueblo.
Lógicamente con la entrada de la mecanización, a partir del siglo XX (bicicleta primero, luego motocicleta, moto y coche) los desplazamientos se hicieron menos gravosos.
El barayete
Dice el Diccionario del Idioma de Martín Alonso: barayete, jerga gremial de los afiladores gallegos.
Jerga es: lenguaje especial y familiar que usan entre sí los individuos de ciertas profesiones y oficios, como los toreros los estudiantes, etc.
La germanía es la jerga entre ladrones y rufianes; también existe el caló de los gitanos y hoy la juventud ha creado una nueva jerga en sus comunicaciones vía SMS.
Los afiladores de antaño hablaban una jerga propia el barayete. Igual ocurría con los canteros portugueses que tenían también su propio dialecto laboral.
Siente pena José que no haya en esta zona gente que sepa el barayete para poder practicarlo, pues poco a poco y a causa de no usarlo se le está olvidando.
En la obra arriba citada de X. A. Hidalgo se recogen un repertorio de palabras tanto en gallego como en barayete.
Antxon AGUIRRE SORONDO
JOSÉ IGLESIAS GÓMEZ
Tienda y taller: c/ Ipar, 4
Domicilio: c/ Mitxelena kalea, 43-21 iz.
20800 ZARAUTZ
Tef. 943 83 30 30
Como luego se verá, definir a José Iglesias simplemente como vaciador es quedarse muy corto. Yo le definiría familiarmente como “un manitas” ya que es capaz de hacer diversos oficios, y hacerlos bien.
Pero a decir verdad su principal oficio es el de ser afilador y vaciador. Teniendo en cuenta que afilar es “sacar filo; aguzar, sacar punta”, y vaciador: “el que vacía”, esto es: “sacar filo muy agudo en la piedra a los instrumentos cortantes”.
Ya anteriormente hemos tratado de este oficio en la persona de Eladio Fernández (Euskonews n.º 345).
Pertenece a una familia de afiladores. Ya su abuelo Manuel Rodríguez (por rama materna) se fue de joven a trabajar como afilador a Nueva York y luego volvió a su tierra.
Eladio Iglesias Iglesias padre de nuestro artesano también se dedicó al mismo oficio. Tuvo 3 hijos: 2 chicas y un chico, José Iglesias Gómez.
Eladio Iglesias Iglesias recorría durante meses toda España con su rueda y andando. Salía de su pueblo e iba pueblo a pueblo, hasta Madrid, Extremadura, otras veces continuaba hasta Barcelona y luego, de igual forma, volvía a casa. Incluso algunos años iba a Portugal. Estos viajes duraban hasta 8 meses, durante los cuales la mujer cuidaba de la prole, las tierras y alguna cabeza de ganado que tenían.
José Iglesias Gómez nació el 18 de abril de 1937, en Nogueira de Ramuín y ya con 12 años trabaja con su padre en el oficio. Iba de ambulante afilando y arreglaban paraguas y pucheros, era hojalatero.
En el año 1951 vino a asentarse a Zarautz y continúo con el trabajo de afilador ambulante, a la vez que vendían tela por los caseríos “a cuenta”. Para cobrar pasaba todos los meses por las casas a recoger el duro o cinco duros, y nunca había problemas, sin papeles. Comenta José “hoy eso ya no es posible”. Al principio iba andando con su carro de afilar. Luego en bici, de donde pasó a la moto y finalmente en coche. También vendía paraguas. Recuerda como en el mercado de Zumarraga un día vendió 500 paraguas.
En 1958 se asocia con Rogelio Blanco, un cuñado de José que también era ambulante pero de ropa Juntos montan la tienda-taller, de apenas 28 m2, en la que hoy continúa. Anteriormente en esta tienda se vendían alpargatas. También viene a trabajar aquí su padre Eladio.
Al establecer la tienda se asientan, y cuando Rogelio lo deja continúan solos padre e hijo. Eladio Iglesias Iglesias murió en el 2005 con 94 años de edad.
José Iglesias Gómez casa con Angelines Herrero Alonso y tienes 4 hijos, aunque ninguno continúa con el oficio del padre.
Por una parte vende y por otra arregla.
Vende
Paraguas de todo tipo. Me enseña algunos verdaderamente interesantes. Por ejemplo: los fabricados totalmente con madera (salvo la tela) que son grandes y llama de pastor. Están pensados para ser usados por pastores o montañeros y para evitar que les pueda caer el rayo, cosa peligrosa y con más riesgo si fueran metálicos. Para defensa contra el viento tienen doble varillado.
Dispone también de unos interesantes paraguas fabricados totalmente en fibra, que llaman “de coche” y es que aunque se mojen jamás se enroñan, siendo además resistentes, ligeros y muy bonitos.
Posee asimismo de una amplísima gama desde italianos, blancos, para novias, hasta los estampados, plegables, y toda la gama que uno pueda imaginar.
Otra línea de productos es la cuchillería, amén de tijeras de todo tipo, abridores, piedras de afilar, hasta correas para afilar las antaño usuales navajas de barbero.
Su tienda es un auténtico museo de los elementos de corte, con navajas de más de un metro de largas, hasta las minimalistas de apenas 30 mm.
Arregla y fabrica
A. Arregla todo tipo de paraguas.
B. Realiza copias de llaves.
C. Afila cuchillos, tijeras y demás elementos de corte.
D. Fabrica navajas de afeitar “de las de antes”.
E. Fabrica y vende bastones.
También le llevan piezas para restaurar, e incluso instrumental médico, o espadas de las que tuvo una buena colección que ha ido vendiendo poco a poco.
Tiene también clientes fijos de muy diversos lugarres “hasta de Sevilla” me comenta. Le mandan un paquete con el material y él se lo devuelve contra-reembolso. Son peluqueros, carniceros, y otros oficios que conocen la calidad de su trabajo.
Respecto a los procesos del afilado y el arreglo de los paraguas, con el fin de no repetirnos el lector puede consultarlas en la ficha dedicada al artesano Eladio Fernández (Euskonews n.º 345).
Comenta José que hoy los cuchillos ya no tienen el corte de los de antaño. Antes todos se fabricaban de acero al carbono, hoy son de acero inoxidable. Él vende cuchillos e incluso los nuevos los tiene que afilar antes de dárselos al cliente.
Dispone para el trabajo de una piedra de afilar, una pulidora, dos máquinas para hacer copias de llaves, y múltiples herramientas de todo tipo.