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La cuenca del Nervión constituye el principal curso de agua de Bizkaia, ya que se extiende a lo largo de 535,51 km2, en dirección norte-noreste. Nace en la sierra alavesa de Gibijo y la longitud de los ríos que forman dicha cuenca es de 331 km.
Las primeras tierras vizcaínas que atraviesa el río Nervión son las de Urduña. Más abajo, vuelve a entrar en territorio alavés para llegar a la falda del monte Untzeta, junto a Zuloaga, donde penetra en Bizkaia definitivamente. Antes de llegar a la capital vizcaína y desembocar en el mar Cantábrico, el río Nervión atraviesa las localidades de Arrankidiaga, Ugao-Miraballes y Arrigorriaga. Entre Basauri y Galdakao recibe a su mayor afluente: el Ibaizabal.
Al este, dos afluentes vierten sus aguas en el Nervión: el Altube y el Zeberio. El primero recibe las aguas del Arnauri en Orozko y el segundo, que nace en el manantial de Ugarte, se une al Nervión en Ugao-Miraballes.
La vegetación presenta una mejor conservación al inicio de la cuenca, con amplios robledales y hayedos. No obstante, no puede decirse que esta cuenca se encuentre entre las mejor conservadas ya que, al bajar por el curso del río, observaremos que la cuenca se encuentra muy dañada tanto por las explotaciones agrícolas y ganaderas (en los primeros tramos), como por la industria (más abajo). El aprovechamiento de sus aguas para pastizales y huertas ha afectado muy negativamente a la calidad del agua del río Nervión, sin olvidar que se trata de la cuenca con más densidad de habitantes por km2.
La ciudad de Bilbao se fundó en los arenales y humedales de la parte de Ibaizabal, bajo la protección de las peñas de Atxuri y Artagan. Las marismas y zonas abiertas de Barakaldo-Galindo, utilizadas durante mucho tiempo como huertas y pastizales, fueron una inmejorable ubicación para la industria y los Altos Hornos, puesto que se encontraban cerca de las minas de hierro y del agua dulce. En los humedales y arenales de Gobelas-Bolue se encuentran hoy en día los barrios de Areeta y Fadura (Getxo). Actualmente, se están soterrando también los humedales y arenales de Lamia para construir en la zona nuevas industrias y servicios.
Las playas del estuario de Ibaizabal se encuentran en la margen derecha, aunque también las hubo en la margen izquierda: la de Portugalete, desaparecida ya hace tiempo, era muy conocida por constituir un banco de arena en la desembocadura y ser un obstáculo para la navegación. En ella se bañaban las clases altas Bilbainas del siglo XIX. Por aquel entonces, en la parte de Areeta no había más que arenales y humedales de difícil acceso y en el resto de Getxo no había más que caseríos sin acceso al mar, excepto en La Avanzada, donde se encontraba el pequeño puerto pesquero de Algorta.
Desde entonces, el hombre ha cambiado mucho el entorno. Para construir Neguri y Areeta, se secaron los humedales y se desvió el río Gobelas hasta unirlo con el Udondo. El único resquicio que nos queda son los humedales de Bolue, hoy llenos de agua dulce. Posteriormente, en 1913, se terminaron las obras del puerto de Arriluze según el proyecto de Evaristo Churruca. Actualmente se encuentran en marcha las obras del superpuerto, que han borrado del mapa la cala de Zierbena, aunque han conservado el pequeño arenal de la playa artificial del pueblo, que requiere un mantenimiento anual.
La huella de la ría influye mucho en las playas de la margen derecha: Areeta, Ereaga y Arrigunaga, así como en el paseo de Arriluze y en los pequeños arenales y humedales que se ven desde el contradique de Algorta (antigua playa de La Bola, que fuera parte de Zugazarte hasta que se construyera el paseo). Esas playas, especialmente las dos primeras y la de La Bola, han cambiado mucho biológicamente y la escasez de especies e individuos en ellas muestra el grado de contaminación urbana e industrial acumulada de sus aguas. Para darnos cuenta de la magnitud del problema, recordemos que la fauna del Nervión era tan rica y diversa como la de la ría de Gernika, e inclusó más, debido al gran caudal y al ancho cauce del Nervión. En cualquier caso, la situación ecológica de las playas de la zona ha mejorado en la última década gracias al cambio industrial de la cuenca del Nervión-Ibaizabal y al plan de saneamiento impulsado por el Consorcio de Aguas de Bilbao-Bizkaia.
La corriente superficial se lleva casi todo el aporte del estuario del Abra hacia el nordeste y, al alejarse, toca varios arenales y calas: La Galea, Túnelboca o Saneamiento, Gorrondatze (Aizkorri), Barinatxe (Salvaje), Arrietara-Atxabiribil (Sopelana), Meñakotz, Barrika y Gorliz, ésta última más allá de la desembocadura del Butrón (la playa de Plencia no está incluida en la lista, ya que su comunidad de Ostrea Mercierella es totalmente distinta a las del resto). Por ello, analizadas las diferencias existentes a nivel básico (agua dulce proveniente de rocas calizas y de sus fajas diapíricas o secas) puede decirse que el resto de diferencias tienen que ver, en cierta medida, con la distancia existente hasta la desembocadura del Nervión: según nos alejamos de la ría de Bilbao la diversidad es mayor (por ejemplo, se ven más equinodermos y otros grupos). Por otra parte, escasean especies que abundan en playas cercanas: en Barrica y Gorliz son más raros los poliquetos del grupo Cirriformia y otros poliquetos que viven de carroña o basura.
La asimetría de comunidades en las playas es un fenómeno llamativo: en la parte oeste, la fauna es más escasa que en la parte este. Quizá en el oeste se produzca un efecto pantalla producido por las rocas. En el este, sin embargo, las aguas de la ría de Bilbao podrían tener un mayor efecto y su aporte, para entonces ya diluido, podría tener propiedades beneficiosas.
Asimismo, la precipitación es otro fenómeno interesante que se da en las tres playas cercanas al Abra. Su efecto era muy claro en Arrigunaga, aunque actualmente no se nota puesto que lo han tapado con arena para recuperar la playa.
A pesar de la gran presión urbana e industrial del Nervión-Ibarzabal, el paisaje tiene un gran valor en muchas playas de la margen derecha. No obstante, las comunidades de organismos intermareales que las habitan son más reducidas de lo normal debido a que el agua es turbia y cambiante.
Merece la pena visitar la playa de Arreta, la pequeña playa de La Bola, las de Ereaga (con casi 900 metros de largo en total) y la de Arrigunaga.
Si bien el interior del estuario cuenta con playas corrientes, éstas tienen sustrato de todo tipo: de lodo en las zonas protegidas y de roca en las más expuestas. Los intervalos rocosos intermareales más largos se encuentran en la parte derecha de las playas. Aunque debido a la contaminación las comunidades de algas y de animales son más reducidas, pueden verse grupos de fucáceos, mejillones, lapas y bellotas marinas. También hay muchos cangrejos entre las rocas. En el lodo, sin embargo, viven la almeja fina (Venerupis decassata) y los berberechos (Cerastoderma edule).
La margen derecha del Abra es más turbia, porque allí desemboca la mayor parte del agua del estuario. En época de lluvias, el agua de los ríos diluye más el agua del mar. El plancton de la costa es rico y lleva consigo larvas y huevos de invertebrados y peces, formando un entorno muy adecuado para que las larvas se desarrollen y los peces adultos encuentren alimento.
En 1978, la situación de Ereaga y Arrigunaga era bastante mala, ya que por entonces la ría del Ibaizabal recibía aguas residuales urbanas e industriales y en ella podían verse flotando todo tipo de desechos. Además, la influencia del puerto era claramente visible en las playas y sus rocas estaban llenas de galipot y otros residuos, por lo que casi no albergaban vida alguna. Se veían muchos nereidos (Perinereis cultrifera) y cangrejos negros (Pachygrapsus marmoratus), que se alimentan de carroña, como las gaviotas. En Arrigunaga ya no había arena libre y solamente se veían las capas inferiores, formadas por guijarros y arena compacta. Además de los organismos mencionados, solamente se veían algunas actinias y cangrejos de la especie Carcinus maenas.
Gracias a las actividades llevadas a cabo en el Abra y basadas en las investigaciones realizadas entonces (renovación industrial, inicio del plan general de saneamiento, superpuerto y campañas de limpieza de playas), la situación de las playas ha mejorado considerablemente. Esta mejora puede verse en las rocas: tanto en las más protegidas (peñascal de Ereaga, al que se puede llegar por el puerto de Algorta), como en las menos protegidas (Arrigunaga) existe una comunidad de sustrato duro formada por varias especies de tamálidos, mejillones, poliquetos serpúlidos y crustáceos cefalópodos. Para que Arrigunaga volviera a su anterior situación se ha utilizado la arena extraida de la barra delantera de Bakio.