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Las primeras vacunas obtenidas por Louis Pasteur sirvieron para luchar contra las enfermedades de los animales. Este investigador hizo públicos sus descubrimientos para inmunizar a las gallinas contra el cólera aviar en 1880. En la primavera del año siguiente realizó los famosos experimentos en la granja de Poully – le – Fort sobre el carbunco bacteridiano en rumiantes, y en 1883, en compañía del veterinario Thuillier, publicaron el procedimiento para inmunizar del mal rojo a los cerdos. A partir de 1885 alcanzó el reconocimiento mundial con la aplicación de la vacuna contra la rabia, a pesar de sus reticencias iniciales. Llevaba investigando esta enfermedad con perros y conejos desde finales de 1880.
Cogida de su biografía publicada en 1900, en la “Revista de la Veterinaria Moderna”.
También son conocidos los primeros ensayos en humanos de inmunización contra el cólera, llevados a cabo en 1885 en la región valenciana por el controvertido médico Jaime Ferrán Clúa.
Pero, ¿cómo se difundió la vacunación pasteuriana en España? De acuerdo con un estudio del francés Brodin Collet, en 1886 la práctica ya se encontraba relativamente extendida.1
El carbunco “reinaba” en “Cataluña, Aragón, Navarra, León, Castilla la Vieja, Extremadura, Castilla la Nueva, Andalucía y Albacete”. En Cataluña, “tras las numerosas inoculaciones hechas, la mortalidad, que estaba en un 20%, ha descendido después de la vacunación al 0,3 – 0,4%. En Aragón, la mortalidad, que afectaba sobre todo a las ovejas, variando entre el 6 y el 15%, se ha reducido tras la vacunación al 0,3 – 0,4% y al 1% como máximo. En Navarra y Castilla la Vieja, otras regiones muy afectadas por la enfermedad, se han obtenido los mismos resultados”. Se desconocen las fuentes de estas estadísticas.
Se proporcionaban datos de las vacunas anticarbuncosas compradas por España al laboratorio de Pasteur: “2.400 en 1882, 4.500 en 1883, 6.650 en 1884, 25.550 en 1885, calculándose más de 40.000 en 1886”. Y se señalaba que “las primeras experiencias de vacunación datan de 1883 y se deben a los loables esfuerzos del eminente sabio Sr. Mendoza,2 y a un distinguido veterinario, Sr. Arzoz”.
Noticias de las diferentes investigaciones sobre inmunización realizadas por Henri Toussaint y Louis Pasteur se publicaron en la Gaceta Médico – Veterinaria y en El Monitor de Navarra.3 Esta revista, creada por la Asociación Científico – Veterinaria de la provincia, vio la luz el 1 de julio de 1880. Dejó de editarse el 6 de julio de 1884 por la “falta de pago en las suscripciones”.4
En febrero de 1882 se lee esta curiosa afirmación, preludio de lo que sucedería pocos meses después: “la vacunación carbuncosa ha pasado de los límites del laboratorio al campo de la práctica para que se generalice”.5
Se puede deducir que las primeras experiencias sobre inmunoprofilaxis pasteuriana en España las realizaron personajes anónimos, que en muchos casos no comunicaron sus datos. Aunque no se ha encontrado información del Dr. Mendoza, sí se han confirmado los ensayos del veterinario navarro Gregorio Arzoz.6
En el número de El Monitor del 12 de agosto de 1882 se informaba de las “Observaciones practicadas al efecto con el virus atenuado de M. Pasteur por la Asociación Científico Veterinaria de Navarra en Obanos”.
“Nos decidimos a ensayar el nuevo procedimiento; conforme a las prescripciones del inminente naturalista francés. Al efecto suplicamos a[l ganadero] D. Jorge Díaz... que nos facilitase algunas reses para someterlas a la inoculación; y habiendo accedido y puesto a nuestra disposición cuantos carneros necesitásemos para hacer el ensayo, lo emprendimos el 29 de mayo”...
Cuatro animales fueron objeto de la prueba definitiva, uno sufrió las dos inoculaciones preventivas, otro la primera y dos ninguna. Sólo sobrevivió el primero, que no presentó síntomas de enfermedad. El resultado, “al que le falta la sanción del número digámoslo así”, fue convincente para el propietario, que decidió vacunar todo su ganado.7
Estos eran algunos de los comentarios que sobre el acontecimiento publicó el periódico El Navarro de Pamplona:
...Como quiera que esta operación es la primera vez que se practica en España, no podemos menos de aplaudir el proceder de los profesores que la han iniciado sin reparar en sacrificio alguno; porque sólo a ellos y al propio tiempo a la provincia de Navarra, cabrá la honra de recoger la gratitud de los beneficios que está llamada a producir la expresada inoculación el día que se generalice en España, como está generalizándose en Francia desde principios del presente año, época de su descubrimiento.8
Unos meses después, concretamente entre octubre de 1882 y febrero de 1883, la Asociación Científico – Veterinaria de Navarra prosiguió en Obanos con los ensayos iniciados la primavera anterior, gracias a una subvención de 1.625 pesetas concedida por la Diputación Foral.
En esta ocasión se emplearon 40 cabezas de ganado lanar y 6 de bovino, que se dividieron en tres lotes. Las pruebas se realizaron en presencia de Luciano Ardaiz, alcalde de Obanos, Nazario Urío, teniente de alcalde y José Eguiluz, administrador de la carnicería. Fallecieron todas las reses no inmunizadas y una oveja de las vacunadas.
Pero no todo fueron parabienes para estos pioneros. Poco después de los experimentos, Gregorio Arzoz se quejaba de las críticas vertidas por La Veterinaria Española: “apoyada por su exquisito materialismo (al que debe estar bien agarrada) trataba de ridiculizar el principio de inoculación preventiva o profiláctica y no contenta con ridiculizarlo, lo azotó como quien se dispone a llevarlo al calvario”.
El director de la revista, Leoncio F. Gallego, llegó a afirmar que “Mr. Pasteur y los ilustrados profesores que se han ocupado de hallar los medios preservativos de aquella cruel enfermedad, son unos atrevidos que han propagado un error que puesto en práctica concluirá por ser… una atrocidad”. Incluso se refirió a los veterinarios navarros como “monos de imitación que vomitan denuestos e ignorancia”.9
Pero los profesionales rurales concluyeron, atinadamente, que “la vacunación carbuncosa no altera ni en poco ni mucho la salud de los animales” y “es la verdadera y única profilaxis que puede evitar las inmensas pérdidas ocasionadas por la fiebre carbuncosa”.10
Filamentos del carbunco en sangre de oveja. Recreación de las pruebas de Poully - le - Fort.
Como se puede intuir, el responsable de todos estos ensayos fue Gregorio Arzoz, titular en Obanos, y con fama de modesto. Así, publicó una rectificación afirmando que, aunque la prensa le atribuía los ensayos, fueron llevados a cabo por la “ASOCIACIÓN VETERINARIA DE NAVARRA, subvencionada por la Excma. Diputación”.11 Además, una semblanza publicada en 1900 se subtitulaba: “la humildad caracteriza al sabio”, y afirmaba que por todos estos trabajos, el Rey Alfonso XII le otorgó el título de “Caballero de la Orden de Isabel la Católica”.12
También conviene destacar que Charles Chamberland incluyó en la recopilación francesa de las investigaciones de Pasteur sobre la vacunación carbuncosa, las experiencias de Navarra en forma de apéndice.13
En 1884 Gregorio Arzoz publicó sus estadísticas sobre la mortalidad del carbunco en la comarca de Obanos durante los cuatro últimos años (1880 – 1883). Los tres primeros la media fue del 10%. Las bajas se redujeron al 3%, tras vacunar 1.200 reses lanares y 20 bovinos, aunque por diversos motivos, no todos los animales fueron tratados y además se cometieron errores durante la inoculación.14 Sin estos problemas la mortalidad hubiera sido inferior al 1%.
1 BRODIN COLLET, A. M. Pasteur. La Rage. Le Vaccin Charbonneux, París, 1886, págs. 111 – 112.
2 Parece que se refiere al médico Antonio Mendoza, que tuvo un papel importante en el desarrollo de la microbiología en España. Fue director del Laboratorio de Anatomía Patológica y Microbiología del Hospital San Juan de Dios de Madrid.
3 HENRI TOUSSAINT, “De la vacunación de los animales contra el carbunco”, traducción, en Gaceta Médico – Veterinaria, 21 septiembre 1880; “De la inmunidad del carbunco por las inoculaciones preventivas”, traducción del artículo de Recueil de Medecine Veterinaire, en El Monitor, 17 diciembre 1880. GREGORIO ARZOZ, [Análisis del impacto del carbunco en la comarca de Obanos], en El Monitor, 15 marzo 1881. “Inoculación preventiva del carbunco. Pruebas del método de M. Pasteur. Programa de pruebas presentado en Melún”, en Gaceta Médico – Veterinaria, 7 agosto 1881.
4 La Alianza Veterinaria, 15 enero 1886.
5 El Monitor, 28 febrero 1882.
6 Gregorio Arzoz Giménez nació en Morentín el 12 de marzo de 1842. Cursó estudios de veterinaria en la Escuela de Madrid, obteniendo el título en 1867. Ejerció primero en Obanos, para trasladarse después a Pamplona, desempeñando los cargos de inspector provincial y municipal veterinario y subdelegado de la capital. Falleció el 24 de noviembre de 1915, en Altza (Gipuzkoa), donde había acudido a tratarse de una dolencia. La Veterinaria Moderna, 31 mayo 1900, número 17, págs. 83 – 85.
7 “Observaciones practicadas al efecto con el virus atenuado de M. Pasteur por la Asociación Científico Veterinaria de Navarra en Obanos”, en El Monitor, 12 agosto 1882.
8 Gaceta Médico – Veterinaria, 21 junio 1882.
9 El Monitor, 30 mayo 1883.
10 El Monitor, 31 marzo 1883.
11El Monitor, 5 marzo 1883.
12La Veterinaria Moderna, 31 mayo 1900, número 17, págs. 83 – 85.
13 El Monitor, 31 marzo 1883, Gaceta Médico – Veterinaria, 7 abril 1883, CHAMBERLAND, Ch. Le charbon et la vaccination charbonneuse d’apres les travaux recents de M. Pasteur. París, 1883.
14 Gaceta Médico – Veterinaria, 14 diciembre 1884.
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