En Euskonews nos interesa su opinión. Envíenosla!
¿Quiere colaborar con Euskonews?
Arbaso Elkarteak Eusko Ikaskuntzari 2005eko Artetsu sarietako bat eman dio Euskonewseko Artisautza atalarengatik
On line komunikabide onenari Buber Saria 2003. Euskonews
Astekari elektronikoari Merezimenduzko Saria
Manuel SAGASTUME ARREGUI
A lo largo del siglo XX, es difícil encontrar un compositor más presente en los repertorios de coros aficionados que Jesús Guridi Bidaola; y esto ocurre no sólo entre las agrupaciones vascas, sino también entre las del resto del estado. Algo tiene la obra del compositor alavés para que este interés de los cantores despertase y se haya mantenido con el paso de los años. Desde el principio, sus composiciones corales consiguieron una circulación amplia y generalizada; incluso sin contar con ediciones de fuerte difusión, su obra se ha popularizado, especialmente sus cantos vascos. Es posible que el renombre que el músico alcanzó como autor de obras escénicas tan conocidas como Amaya, El Caserío o Mirentxu, haya contribuido de un modo significativo a esta divulgación; sin embargo, es seguro que existen otras razones, sobre todo musicales, que explican estos hechos más adecuadamente.
En el año 1912, Jesús Guridi había completado ya su formación, incluyendo sus estancias en París, Bruselas y Colonia. Ya en Bilbao, sin haber cumplido aún los veintiséis años, es nombrado director de la joven Sociedad Coral de Bilbao1, nacida precisamente el mismo año 1886 en que Guridi vio la luz en Vitoria. Sucede en el cargo a dos músicos carismáticos y de oficio contrastado: Cleto de Zavala y Aureliano Valle, con quien trabajó algún tiempo como subdirector. Hacía además sólo seis años que la agrupación se había transformado en coro mixto, con la incorporación de voces femeninas. Ello dio oportunidad al músico vitoriano no sólo de poner en funcionamiento sus dotes de director y sus conocimientos de la música coral europea, sino, de un modo muy especial, sus facultades como compositor de un repertorio perfectamente adecuado al coro que dirigía y al momento histórico en que se desenvolvía.
Jesús Guridi Bidaola con la Coral de Bilbao en 1915.
En el catálogo de Guridi la música coral ocupa un lugar preponderante; más aún si tenemos en cuenta las partes corales que incluye su música escénica para teatro y para cine. Desde luego, destaca de un modo evidente la música coral vasca, pero también vemos una presencia más que notable de música religiosa. A este respecto, conviene recordar que el mismo Guridi, al frente de la Sociedad Coral, participó en los actos celebrados en 1928, en Vitoria, con motivo del IV Congreso Nacional de Música Sacra.
Años antes, en 1896, habían tenido lugar en Bilbao las “Conferencias Musicales”; a ellas asistieron algunos de los más importantes impulsores de la reforma de la música religiosa, como Vincent d’Indy o Charles Bordes (creadores del centro en que estudió Guridi, la Schola Cantorum de París). También su periodo de formación en Bruselas, junto a Joseph Jorgen, tiene lugar en un centro dirigido por otra personalidad igualmente partícipe de estas ideas, François A. Gevaert. Además de ello, es sobradamente conocida la relación de amistad y mutua admiración que durante años mantuvo Guridi con el P. Donostia, también encuadrado en las mismas corrientes renovadoras.
De todo ello podemos concluir que, por afinidad personal y por formación musical, las obras religiosas de Jesús Guridi están encuadradas en el mismo movimiento reformador que, entre nosotros, tuvo como cabeza más destacada al también alavés Vicente Goikoetxea, maestro de capilla de la Catedral de Valladolid. Esta corriente que, en Italia, se aglutinó bajo la dirección de Tebaldini o Perosi y, en Alemania, dio origen a la llamada Escuela de Ratisbona, se encuadró bajo el denominado cecilianismo, como un movimiento de dignificación, frente a lo que entendían eran los abusos de un estilo excesivamente influenciado por la ópera y el teatro.
La música religiosa de Jesús Guridi obedece a este impulso creador. Como en todas sus composiciones, se aprecia desde luego una calidad formal fuera de cualquier duda; es posible que sus cualidades melódicas, mucha más cercanas a lo que aquel tiempo demandaba, hayan contribuido a que, en nuestros días, estas obras hayan perdido actualidad y aprecio; pero no podemos negar que, en su momento, contribuyeron, como las de sus amigos y compañeros de andadura, a dignificar una música que había perdido muchas de sus señas de identidad. Lamentablemente los usos de la música en la Iglesia, junto a la reforma litúrgica acometida y no siempre bien entendida, han cambiado profundamente a lo largo del siglo XX.
José Gonzalo Zulaica Arregui, P. Donostia, con quien Jesús Guridi mantenía una gran amistad.
Ahora bien, la mayor parte de la producción coral de Jesús Guridi está constituida por música profana y, en una parte importante, por coros vascos. No podemos dejar a un lado que, ya en 1908, con veintidós años, Guridi había presentado la que, para muchos, es ciertamente una de sus obras maestras, Así cantan los chicos. Junto a esta composición, irán apareciendo otras muchas, especialmente en los años en que Guridi está al frente de la Sociedad Coral de Bilbao. Tampoco Guridi abandonará el género coral cuando, después de la guerra, se traslade a Madrid en 1945; pero será el periodo de 1913 a 1936 el más fructífero en este terreno.
Ya hemos dicho que estas obras se popularizaron con rapidez y que su presencia en los programas ha permanecido a lo largo de todo el siglo XX. Los coros han encontrado en estas composiciones una vía de expresión que se ha adecuado a sus necesidades. ¿Por qué? Yo creo que hay varios motivos que explican estos hechos.
En primer lugar, Guridi es un profundo conocedor de la música popular. Encuadrado en lo que se ha venido en llamar el nacionalismo musical, él mismo investiga las raíces del folklore. Al mismo tiempo, su contacto personal con hombres como el P. Donostia o, especialmente, su amigo y compañero de estudios en París, Resurección María de Azkue, le proporciona temas musicales y materia sobrada para sus arreglos corales. Pero Guridi no se limita a armonizar canciones populares; está absolutamente impregnado del espíritu de esta música; sus giros melódicos, su alma profunda están presentes en la mayor parte de su producción, incluso instrumental. Y cuando construye sus canciones vascas, lo hace desde el respeto incondicional a su expresión; nada hay en los arreglos del compositor que esconda o mixtifique el auténtico sabor popular de las mismas.
Resurrección María Azkue Aberasturi, amigo y compañero de estudios de Jesús Guridi en París.
Aparte de sus dotes personales, es innegable que Guridi, desde la dirección de la Sociedad Coral de Bilbao, ha sabido interiorizar las necesidades y las posibilidades de los cantantes; por ello, sus partituras estarán siempre en una tesitura vocal que no supone un esfuerzo sobrehumano para su interpretación. Sabe que los coros y más los aficionados, están sujetos a unas claras limitaciones y se mueve dentro de ellas, pero no encorsetando su libertad creadora, sino utilizando del mejor modo los medios disponibles.
Al mismo tiempo, Guridi posee un bagaje técnico perfectamente cimentado desde su práctica como organista. Es cierto que, por carácter y por formación, no podemos situarlo dentro de las corrientes más avanzadas del siglo; sus obras se mueven siempre dentro de los límites de la tonalidad, sin asumir más riesgos que los que asimila del cruce entre el posromanticismo alemán y algunos matices del impresionismo francés. Pero su lenguaje coral, sobre todo en las canciones vascas, va a estar marcado por el respeto que ya hemos mencionado, hacia el carácter de la música que trabaja. A lo largo de sus partituras, Guridi sabe aportar soluciones armónicas que, sin excesivas complejidades, resaltan la intención textual y melódica. Y es notable que, estas soluciones armónicas, a menudo imaginativas, vuelven a ser utilizadas si el motivo melódico aparece en otro contexto y hasta en otra obra diferente.
En resumen, los coros del siglo XX nos hemos movido dentro de este lenguaje con fluidez y con agrado; hemos cantado las composiciones de Jesús Guridi y espero que otros sigan cantándolas, porque, a través de su música, también aprendemos a amar unas forma de expresión que forman parte del bagaje cultural más preciado del pueblo vasco.
1 Los datos sobre Jesús Guridi y la Sociedad Coral de Bilbao están tomados de: MARÍA NAGORE FERRER: La revolución coral. Estudio sobre la Sociedad Coral de Bilbao y el movimiento coral europeo (1800-1936). Madrid, 2001
La opinión de los lectores:
comments powered by Disqus